One Piece Fanon
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Capitulo 1015: De piratas y ladrones[]

Han estado ya en una isla y han llegado a una segunda, un bonito lugar turístico lleno de casetas de playa. Ya no les queda dinero para pagar una y ser músicos no les ha dado suficiente, pero un casero les ha permitido quedarse a cambio de trabajo.

John: Estoy cansado.

Erica: Y yo. De haber sabido que iba a barrer mejor me quedaba en el orfanato.

John: O yo con Gooseberry apilando cajas.

Erica: Muy reciente…

John: Perdón.

Los dos acomodan sus pertenencias antes de decidirse a dar un paseo. Una de estas es la otra Fruta del diablo que encontró John y que le dio a su mejor amigo. Está se encuentra intacta aún, sin consumir y sin pudrirse. Con su extraña forma de banana con remolinos, y lo que parecen ser “patas”.

John: ¿No te la comerás aún?

Erica: No sé si comérmela en absoluto. Bill tenía razón, es mala idea que los dos no podamos nadar. Ya de por sí es malo que tú no sepas nadar.

John: Bueno…

..Días antes, en la playa de la primera isla…

John: ¡Aquí voy!

John da un paso en el agua para probar su nueva debilidad al mar, solo para ser derribado por una ola de medio metro que le deja hundiéndose de a poco y boca abajo, y haciendo que su amiga corra hacia él en pánico.

Erica: ¡Oh, por Dios, John!

John:…Eso es cierto.

Erica: Si uno de nosotros cayera al agua por accidente, o los dos…

John: Ya, bien muertos.

Erica: Yo digo que mejor deberíamos venderla.

John: ¿Segura que no quieres los poderes?

Erica: Pues, los tuyos son geniales , y me salvaron y todo, pero… no se , es demasiado complicado. No tienes ni idea de cómo transformarte a voluntad todavía.

… De nuevo , hace unos días…

Ambos están afinando sus instrumentos para tocar un rato, pero John accidentalmente rompe una cuerda…

John: ¡Me lleva la…!

Y Erica casi es atravesada por una garra gigante.

John: Ya. También es cierto. Pero también podríamos esperar. Tal vez hagamos algún camarada que sepa nadar, o aprendo a usar mis poderes y luego te enseño.

Erica: Bueeeeno…

John: Luego vemos. Vamos a buscar donde comer, que tengo hambre.

Erica: Vale.

Y dejando la fruta en la mesita de la caseta, salen al malecón. Sin notar que alguien les observa salir desde la lejanía. Dos personas, una de ellas, claramente femenina, se fija a detalle con unos catalejos.

Mujer: Pareja joven, no se ve muy prometedor.

Persona: Podrían ser lunamieleros. Esos siempre tienen buenas cosas.

Mujer: Nah. Muy jóvenes.

Persona: No perdemos nada con probar. Podrías llevarte una buena sorpresa.

Mujer: Vale, pero solo por qué tú insistes.

Más tarde ese día…

El par de mejores amigos se han sentado a la orilla del malecón para disfrutar su comida del día, unas bolitas raras llenas de camarones.

John: ¿Cómo dices que se llama esta cosa?

Erica: Kibi, creo…

John: Pues no está nada mal, ¿Tu que opinas?

La chica no le está poniendo mucha atención, y es solo entonces que John se da cuenta de que ella no está comiendo su Kibi, está armando algo.

John: ¿Qué haces?

Erica: ¿Qué? Ah, si. Estoy haciendo un distintivo para nosotros.

John: ¿Distintivo?

Erica: Sip, algo que sea reconocible. Y que también nos represente. Seremos piratas famosos un día, así que es para que la gente lo vea y diga , “ Son aquellos famosos pirata, cuidado”. Ten, este es para ti.

La chica le entrega un pendiente hecho con una pluma, y no cualquier pluma. Una de las plumas de la forma bestial de John. Esto hace sonreír al muchacho, no solo por el regalo en si, sino por el entusiasmo de su amiga.

John: Me encanta. ¿Y el tuyo?

Erica: Aquí.

La chica ya ha prendido su propio  pendiente a la diadema que usa para recoger su cabello, la cual también ha pintado de rojo para olvidar cualquier rastro de ese odioso color grosella.

John: Te queda bien, te ves linda.

La chica se sonroja y solo alcanza a balbucear un gracias en respuesta antes de mejor meterse el Kibi a la boca. Ambos siguen comentando sobre que harán y cuál será su próximo objetivo, hasta que se anochece, con las personas empezando a faltar en el malecón.

Erica: Será mejor que volvamos ya. Hace sueño.

John: Seh, estoy cansado. Vamos.

Ambos chicos regresan entonces a su caseta en la playa. Abren la puerta y John se dispone a encender la luz pero una silueta moviéndose en la oscuridad le toma desprevenido.

John: ¿¡Quién eres tú!?

Erica: ¡¿Qué pasa!?

La silueta se gira al verse sorprendida, pero al ver a ambos muchachos solo les sonríe con malicia… y una boca llena de colmillos.

John y Erica: ¡…!

El muchacho enciende la luz para ver mejor pero solo alcanza a ver a la silueta huir por la ventana, dejándolos desconcertados.

Erica: ¿¡Que demonios fue eso!?

John: ¡No tengo idea! ¡Parecía un gato gigante!

Erica: ¡Pero estaba de pie primero! ¡Y era azul!

Miran alrededor de la caseta para buscar pistas de que está sucediendo, y es entonces que la pelinegra se da cuenta.

Erica: ¡La Fruta del Diablo! ¡Ya no está!

También faltan otras cosas, el poco dinero que les quedaba, sus instrumentos.

John: ¡Nos robaron!

Capitulo 1016: Ave Enfurecida vs Gato Ladrón[]

Erica: ¡Nuestras cosas!

Ni bien reaccionan, John sale corriendo en busca del extraño ladrón, pero la oscuridad de la noche ya presente le dificulta la tarea. Para colmo, aquel amante de lo ajeno no solo parece un gato gigante, se mueve como un gato gigante.

Ladrón: Je. Tengo todo lo de valor. Ya voy para allá.

¿¿¿?: Vale.

La extraña criatura ladrona ni siquiera se inmuta de que es perseguida, solo va jactándose de sus robos vía Den Den Mushi con alguien más.

John: ¡Desgraciado!

Pero la rabia que esto le provoca, transforma al muchacho pelirrojo en su monstruosa forma de ave, y aunque no puede volar, sus patas, ahora zancudas, le permiten correr extremadamente rápido.

Ladrón: Jeje, debiste ver su cara cuando…

El ladrón apenas y alcanza a notar el sonido de los raudos pasos del muchacho mitad hombre mitad ave cuando voltea a ver qué ocurre. Al notarlo, sus felinos ojos se dilatan de la impresión y tiene que mover la cabeza fuerte para atrás...

John: ¡Maldito!

Ladrón: ¡…!

…para evitar que le arranquen la cabeza de un zarpazo.

¿???: ¡¿Qué carajo…!?

Si bien, la garra no le da, aún recibe daño. El  impacto le ha arrancado desde el cuello las cintas de los instrumentos que acaba de robar, alejándolos de ella y causándole un latigazo en la cabeza.

¿Ladrón: ¡Aghh! ¡Maldición!

El gato gigante se detiene en seco tras esto, alzando la guardia con el rostro tanto enfadado como preocupado. no solo por ver a su atacante, sino por qué nota que este es una bestia también.

Ladrón: Me lleva el cuerno. De todos los tipos que podría haber robado y me toca el que también es un usuario Zoan.

John: ¿Zoan?

Pero con esa frase, el recelo en el ladrón disminuye. De hecho, le hace esbozar una sonrisa burlona.

Ladrón: Si no sabes lo que es una Zoan pese a ser un usuario, eso implica dos cosas. Una. O eres un novato con tu fruta o eres muy estúpido, sea como sea no sabes nada.

John: ¡Espero que la número dos no sea un insulto o está vez te rajaré en un lugar que no te gustará, malnacido imbécil!

Ladrón: Je. Pues te tengo malas noticias. La número dos es, que ya que eres un ignaro, será más fácil patearte el trasero.

John: Tsk… inténtalo, bastardo

El muchacho ave vuelve a sacar sus zarpado otra vez, con la plena intención de atacar. El ladrón,  no obstante, no se intimida. Choca los puños a manera de provocación y ladea la cabeza burlonamente.

Ladrón: Venga.

John: ¡Aaaagh!

John se lanza inmediato de frente con el puño en alto, dispuesto a patearle el trasero a ese idiota. No obstante, el gato ladrón se pone firme en su posición, aprieta uno de sus puños.

Ladrón:  ¡Onca Fausten!

Y deja a John clavado de cara al suelo de tan potente golpe que le suelta.

John: ¡Ugh!

Ladrón: Ja,por imbécil.

El pelirrojo se queda ahí, tirado en el suelo, ante la sonrisa burlona de su atacante. Viendo que no se levanta, la cleptómana criatura se dispone a coger las cosas que John le quitó antes, pero…

John: ¡Sigo aquí, idiota!

El chico ave, está vez no le da un zarpazo, sino un puñetazo lleno de rabia. Le acierta de lleno en la espalda, doblando a su enemigo dolorosamente y mandándolo contra un árbol.

Ladrón: ¡Aghhhh!

El gato se levanta sobándose la espalda, y tronando su columna con una mueca furiosa, muestra los colmillos a su perseguidor y le sisea.

John: ¿Qué, te dolió?

Ladrón: ¡A ti te va a doler más, pajarraco!

No muy lejos de ahí, alguien va corriendo sin aliento. ¿Por qué? Porque va tras ellos . No otra que Erica.

Erica: ¡Ay…! ¡Ay….! ¡Uuuf…! ¡Joooohn! ¡Uuuuf!

La chica tiene que parar a descansar un momento, pues tanto su amigo como el aquel que les robó son demasiado veloces.

Erica: ¡Me lleva el cuerno..! ¡Uuuf!

La chica, agachada y jadeante, nota entonces en el suelo un objeto familiar.

Erica: ¡Mi bajo!

La chica lo recoge con premura, lo alza frente a ella desde el traste y pone una mueca al notar que la madera se ha rayado feamente.

Erica: Tch.. Al menos sigue en una pieza.

La guitarra de John está unos metros más adelante, igual con algunos daños. Pero no son esos daños los que observa la pelinegra ahora, sino todos los de alrededor. Marcas de zarpas, grietas en los árboles y el suelo, claras señales de una pelea.

Erica: *Murmurando* Oh, cielos, John.

La chica se ata ambos instrumentos a la espalda y vuelve a salir corriendo, preocupada por su amigo y el rastro de destrucción. No obstante, no llega a avanzar mucho, cuando oye unos murmullos ahogados.

Erica: ¿Huh? Eso viene…¿Del suelo?

La chica nota entonces un Ko Den Den Mushi descolgado y quién sea que está llamando está hablando con una extraña mezcla de calma y urgencia.

Voz al otro lado: Ey, Odi. ¿Qué pasó? ¿Sigues ahí? ¿Me oyes?

Erica: ¿Odi?

Voz: ¿Eh? …Tu no eres Odi.

Erica: ¿?

Mientras tanto, la pelea se ha movido tanto del lugar donde comenzó que el muchacho ave y el gato ladrón han llegado a una zona poblada, causando destrozos y desatando el pánico.

Hombre: ¡Cuidado!

Mujer: ¡Son monstruos! ¡Corran!

Inconscientes del caos que generan alrededor, estos solo se enfocan en su pelea como seres rabiosos. En ambos, ya se notan algunas marcas de la batalla, rasguños, talones, golpes y unas gotas de sangre, así como cansancio.

Ladrón: ¡Carajo, déjame en paz!

John: ¡Devuélveme lo que es mío y te dejo en paz, idiota!

El pelirrojo emplumado lanza una patada, pero su enemigo le bloquea con otra.

Ladrón: ¡Tsk! ¡Onca Fubtritt!

Si bien, John en su forma bestial parece ser tan o incluso más fuerte que su rival, este es mucho más ágil y, mientras están bloqueándose mutuamente, logra darle un manotazo en la cara.

Ladrón: ¡Ara Handfache!

El manotazo le deja en el suelo, rodando hasta  los pies de una pareja en una mesa de cafetería que huyen despavoridos nada más verle. John se queda retorciéndose de dolor tras eso, y el ladrón decide aprovechar para acabar con él de una vez, y se acerca con paso pesado.

Ladrón:  ¡Eso te pasa por meterte con la Pantera del Cielo Noctur…!

Pero la criatura no acaba su frase, pues la mesa junto a John le golpea tan fuerte que lo manda a volar. Su rival podrá ser más habilidoso y experimentado, pero John es también muy inteligente. Ha exagerado sus lesiones para hacer que bajara la guardia y se la ha lanzado de una patada.

Ladrón: ¡Agh!

Tan fuerte ha golpeado al gato ladrón que este atraviesa la mesa con la cabeza, dejándole en el suelo, inmóvil . El pelirrojo, dispuesto a acabar la pelea tal como su enemigo pretendía hacer con él. Pero cuando se acerca y remueve la mesa de su cabeza para golpearle como se debe, se sorprende. La criatura ya no está, todo lo que queda es...

John: ¡Una chica!


Y ahora unas palabras de Dark.

En realidad se supone que escribiera esto hace un mes, pero pues ya saben , la vida es puta y la flojera es mucha. Hoy, hace 6 años ( y un mes) que empece a escribir esta historia y no podria ser más feliz de que Jean, Big Bird Angie y todos mis queridos personajes sean leidos por tantos y reciban tanto amor, se los agradezco mucho a mis compis de siempre.

Normalmente haría un dibujo o algo alusivo a, pero aun hay mucho que animar, asi que lo dejare pasar esta vez. Me pregunto si lograre acabar esta historia al fin antes de que pase un año (11 meses XD) más. Espero que me acompañen en todo caso, GRACIAAAAAS.

Capitulo 1017: Batalla de Bestias[]

John se queda sorprendido, admirando a la persona que ha noqueado por un momento. Una mujer, una chica, como de su edad. Vistiendo ropas aniñadas pero reveladoras en un cuerpo tan curvilíneo. Larga cabellera azul. Rostro delicado.

John: Wo…

Esto lo hace sentir confundido. En definitiva no esperaba que su enemigo fuera una mujer y esto lo hace sentir un poquito culpable. No obstante, la culpa se le pasa de inmediato cuando una zarpa logra rajarle la mejilla.

John: ¡Aghh!

Ladrona: ¡Desgraciado!

La mujer se levanta de un salto, sin siquiera usar las manos, y se pone en guardia otra vez, a su figura gatuna una vez más. John, aunque enojado por la rajada en su cara, está más desconcertado por el hecho de que está sea…

John:¡Igual a mi! ¡Una fruta del diablo!

Ladrona: ¡¿Apenas descubriste eso, idiota!? ¡De verdad que eres lento!

John: ¡Cállate y devuelve lo que robaste!

Ladrona: ¡Ja! ¡Sobre mi cadáver!

La batalla se reanuda, Y la destrucción alrededor empeora. Alguien ya ha llamado a la guardia local, y estos intentan detenerlos con lanzas.

Guardia: ¡Alto en el nombre de la ley!

Ladrona: ¡No molestes!

John: ¡Wo!

La mujer gato toma a su enemigo por La muñeca y lo arroja contra los guardias, dejándolos noqueado o heridos. John, pese al mal golpe se vuelve a levantar, y arremete contra la mujer de una tacleada, dejándola en el suelo sin aire.

Ladrona: *jadeo*

La mujer queda inmovilizada pues el impacto la ha dejado sin aliento, lo que John pretende aprovechar para rematarla. Esto es lo que alcanza a ver Eri , que al fin ha alcanzado a su “mejor amiga”, pero algo parece no estar bien.

Eri: ¿¡John!?

John: ¡Ahora no, Eri!

Eri: ¡John!

John: ¡Dame un segundo! ¡Ya tengo a la ladrona!

Erica: ¡Ese es el problema! ¡Hay más de…!

De la nada, un pie manda a John lejos de la ladrona gato.

Jo: Morpheus Foot.

Eri: ¡John!

¿A quien pertenece? Es difícil decir si es hombre o mujer, pero la pasividad de su expresión contrasta tanto con la violencia de su actuar como de su extraño aspecto.

Jo: Vaya. Otra Zoan. Hey, Odi. ¿Todo bien?

Odi: ¡¿Te parece que esto es bien, Jo!?

Quienquiera que sea Jo ayuda a la chica de cabellos azules a levantarse, mientras que Eri hace lo mismo con su pelirrojo compañero.

Erica: ¡Lo siento, eso es lo que trataba de advertirte! ¡No es un ladrón! ¡Son dos!

John: Ya me di cuenta…

No obstante, cuando el muchacho se dispone a volver a la pelea, para sus sorpresa y la de su camarada, ninguno de sus enemigos está ahí ahora.

John: ¡¿Se fueron!?

Erica: Oh, Rayos…

Furioso, John patea el suelo, dejando la marca de su zarpa, luego empieza a buscarlos con la mirada.

John: ¡¿Dónde están!? ¡Juro qué…!

Erica: Wo, wo, wo, wo. Calma, John. Deja a esos idiotas. Recuperaste tu guitarra y mi bajo, que era lo más importante. El dinero se repone y la fruta del diablo de todos modos no sabíamos que hacer con ellos.

Ella intenta tomarle de los hombros para calmarlo, lo que no logra porque el es demasiado alto, pero no importa pues, aún así, logra su cometido. Con un respiro profundo, John se relaja y vuelve a su forma humana, lo que causa una sonrisa en su mejor amigo.

Erica: Volvamos a la caseta. Tengo que curarte esos cortes. *le pica la mejilla*

John: Agh…ok.

El pelirrojo coge su guitarra de la espalda de su amiga y ambos marchan de regreso a su lugar de descanso, sin notar que la ladrona y su cómplice les miran desde el techo de una casa.

Odi: Tsk… ¡Aghhh! ¡¿Cómo se atreve ese idiota!? ¡Te juro que…!

Jo: Para tu tren, Odi. Se supone que tomes el botín y escapes sin llamar la atención. ¿No dijimos que no causaríamos el alboroto de las últimas islas?

La peliazul, también ya humana, suspira derrotada.

Odi: Lo siento, Jo. Pero es que ese tipo en serio me saco de quicio.

Jo: ¿Igual que los últimos siete, je?

Odi: Tch… Cállate y mira mejor.

La mujer saca de su costal de cosas robadas la fruta del Diablo que era de Eri, dejando a su camarada con ojos ligeramente más abiertos.

Jo: ¿Vaya. Ellos la tenían?

Odi: Si. Con esto podríamos conseguir mucho. ¡Quizás todo!

Jo: Genial.

Los ladrones se retiran por su lado con gran expectación por el futuro. Pero lo que ni estos ni la otra pareja tiene en consideración mientras van abandonando el lugar, es la pesima condición en la que lo han dejado. El piso agrietado, negocios y casas de los alrededores con sus muebles y ventanas despedazados. Es un milagro que no haya heridos, o al menos, ninguno más haya de algunos rasguños y una leve contusión craneal.

Guardia 1: Esos desgraciados…

Guardia 2: Se nos escaparon.

Guardia 1: ¿Escaparon? ¡Fue como si no estuviera los aquí! ¡Esas bestias están más allá de nuestro control!

Guardia 2: ¿Qué hacemos entonces?

Guardia 1: Avisen al ayuntamiento. Hay que llamar a la Marine.

Y así lo hacen, el jefe de la guardia mismo es el que hace la llamada, aunque hasta el mismo sabe que no se oye muy convincente.

Marine: *escéptico* Entonces… ¿Me está diciendo que una mujer gato y un hombre águila han tenido un duelo a muerte en su plaza? ¡¿Le parece gracioso desperdiciar el tiempo de la Marine!?

Jefe de la Guardia: Ya se que suena como una locura, pero le juro que le digo la verdad.

Marine: Si… claaaaro.

El marine al teléfono está a punto de colgar la llamada pero súbitamente, alguien le arrebata el auricular, alguien con una capa de oficial.

Marine: ¡Ca... Capitán!

Capitán Marine: ¿De casualidad la mujer gato era de color azul?

Jefe de la Guardia: ¡Si!... ¿¡Cómo lo sabe!?

Marine: Advierta a la población que no se acerque a esos sujetos, por lo menos uno de ellos es una criminal buscada. Mantengamos al tanto de cualquier actualización, un contingente ya va en camino.

Jefe de la Guardia: Entendido. Muchas gracias.

Ka’cha

El capitán Marine regresa el auricular a su subordinado, el cual, sin palabras, lo cuelga por él, mientras su superior ordena a alguien más afuera del cuarto.

Capitán Marine: ¡Preparen una nave! ¡Iremos a cazar panteras!

Capitulo 1018: Con recompensa por su cabeza[]

Al día siguiente…

John:*cantando* Abandonao. Un exiliado…

Erica: *haciendo coros* …de tu boca, de tus manos, de tu corazón.

Es tarde y el sol se está poniendo en la isla, pero John Y Erica siguen tratando de ganar algunas monedas con su música. Lucen exhaustos ese día en particular, pues otra vez han debido hacer deberes manuales para que el casero no les eche de su actual lugar de alojamiento.

Erica: *cantando* Sin rumbo fijo, voy de la mano…

John: *cantando* … de mis sueños vagabundos, y me importa poco lo que diga el mundo.

John y Erica: Un Abandonao.

Tras terminar su última canción, y recibir un escaso aplauso y unas monedas aún más escasas, deciden parar por el día y comer algo, cosa que hacen en su camino de regreso a su lugar con techo. Una rutina ya muy conocida para ellos.

Erica: No podemos seguir así, John. A este paso jamás conseguiremos suficiente para provisiones otra vez.

John: ¡Tsk…! ¡Todo es culpa de esa gata azul, debimos vender la fruta cuando pudimos! ¡Ahora estamos varados aquí en lugar de Tropian!

Erica: Je. Tal vez deberíamos volver a vivir en las alcantarillas. No tendríamos que trabajar para el casero y podríamos enfocarnos en pagar las provisiones.

Ella lo dice en afán de broma, pero esto hace que John se ponga serio.

John: De ninguna manera. No volveré a dejar que vivas en una coladera, no caeremos tan bajo de nuevo.

Esto llena a la pelinegra de ternura, de algún modo, esto la hace sentir protegida. Por desgracia, eso no arregla su situación actual.

Erica: ¿Entonces que hacemos?

John: Se me ocurre que tal vez podamos usar el bote. Rentarlo para algo, pesca o turismo, no sé.

Erica: Oye, no es mala idea. Tal vez…

Pero ella no termina su frase, la razón, alguien ha chocado con ella desde atrás y la ha mandado de cara contra el piso.

John: ¡Eri!

Erica: *aún contra el piso* ¡Au…!

Su mejor amiga le ayuda rápidamente a levantarse, ¿pero quién la ha chocado? Nada más y nada menos que su ladrona del día anterior, la cual también se soba la cara en el suelo.

Odi: ¡Aghhh!  ¡Me lleva la…! ¡Tu!

John: ¡Tu!

A su espalda, va Jo, con el rostro más apurado que permite su apática cara, y en las manos, nada más y nada menos que la fruta del diablo que les ha robado.

John: ¡Dame eso!

Odi: ¡No tengo tiempo para eso!  ¡Jo!

Jo: Voy.

Los dos salen corriendo, está vez sin batalla, solo huyen como la primera vez. John, no obstante, se ha vuelto a cabrear y va tras de ellos, muy para el hastío de Erica.

Erica: ¡¿Joder, otra vez!?

Pero lo que ni el pelirrojo ni la pelinegra nota es que los ladrones están sucios, magullados y bastante más exhaustos de lo normal.

John: ¡Ya los tengo!

Jo: Rayos. Morpheus…

Pero John, ya habiendo sentido su patada, le esquiva, y Jo, con tan mala suerte, choca contra un árbol al pasarlo de largo, quedando fuera de la carrera un momento.

Jo: Au…

John: ¡Faltas tú, gatita!

Odi: ¡Carajo! ¡¿No puedes dejar de joder por dos segundos!? ¡Tengo cosas peores en que preocu..!

Pero entonces alguien más les aventaja de lo que parece ser un salto con pértiga, para sorpresa de él mismo y de los ladrones.

John: ¿Eh?

¿???: ¿A dónde crees que ibas, White?

Ni cinco segundos después, los dos criminales se ven rodeados por una cantidad impresionantemente grande de Marines, todos armados y aparentemente salidos de la nada. Es solo entonces que John nota que la persona que les ha cortado el paso, una mujer de cabellos de plata pero rostro joven y hermoso, porta capa de oficial.

Marine: No creíste que escaparías, ¿O si?

·       Capitán de la Marine, Tea Kilar.

Odi: ¡Tsk!

El muchacho que la perseguía y su mejor amiga, bastantes metros más atrás, se ven sorprendidos, pues parece que después de todo, esa chica gato no es una criminal cualquiera.

John: ¡¿Esa palurda es buscada por la Marine!?

Kilar: ¿Buscada? Está mujer tiene una recompensa por su cabeza por 10 millones de belies ¡Pantera del Cielo Nocturnal! ¡Famosa Ladrona y usuaria de la Fruta Neko Neko: modelo Jaguar! ¡La Marine no te perdonará por haber robado ese poder!

Pero ante este comentario, la peliazul solo serie amargamente

Odi: Ja. La Marine siempre pregonando sobre su “Justicia”. Me dan náuseas.

Ella parece ponerse en pose de combate, pero los soldados cargan sus armas, previniéndole de hacer cualquier movimiento. Viendo la situación completamente en contra de la peliazul, su víctima de robo decide aprovechar.

John: Ja, la ladrona hablando de Justicia. Que divertido

Odi: ¡Mira, tu cállate, imbécil! ¡Literalmente no sabes de qué estás hablando!

John: ¡No me voy a callar! ¡Está mujer me ha robado y a mi compañera, oficial!

El muchacho se dirige obviamente a Kilar, a la cual le señala el objeto en las manos de la ladrona gato.

Kilar: Ahh, así que eso es lo que sucede…

John sonríe confiado, antes la mirada fúrica de su rival, pero su satisfacción se le va enseguida cuando de un gesto, la Capitán Tea ordena a sus hombres apuntarle también.

Kilar: Tu debes ser el otro rufián reportado por la guardia local. Un muchacho pelirrojo con el poder de convertirse en un ave.

Erica: ¡…!

John: Yo…  ¡Yo solo busco recuperar lo que es mío!

Kilar: ¿Destrozando el lugar e hiriendo a inocentes? Si, que buen método.

John: Ahmmm…

Kilar: Ahora, les recomiendo a los dos rendirse ahora por las buenas, o si no…

Se oyen los chasquidos de las armas de sus hombres siendo cargadas y apuntadas hacia ellos, con ella a punto de tronar los dedos y dar la orden.

Kilar: …Bueno, no saldrá bien.

La situación es mala, está rodeado y ampliamente superados en número. John no quisiera rendirse, pero no quiere poner en riesgo a Eri, así que alza las manos, para intentar acabar con eso por la paz. No obstante…

Odi: ¡Sobre mi cadáver! ¡Jo!

Jo: Ya que. Hermes Walk.

Usando una agilidad impresionante para alguien con una cara tan estoica, Jo, que se ha repuesto, patea a varios de los Marines que apuntaban a su compañera y causando un desconcierto general en el resto.

Kilar: Demonios, me había olvidado de él…ella…¿Él? Agh, como sea. ¡Disparen!

Erica: ¡John! ¡Por aquí!

La chica, al no ser identificada simplemente se ha quedado al margen, y John corre hacia ella en la confusión. Van evitando disparos, las cosas no podrían estar peor, aunque por lo menos llevan un poco de ventaja a sus enemigos

Erica: ¡¿Qué hacemos!?

John: ¡Correr! ¡Luego ya veremos!

Erica: ¡¿No te puedes transformar!?

John: ¡Sigo sin saber cómo!

Odi: ¡Cállense, quieren! ¡No me dejan pensar!

Para sorpresa de ambos, su rival y la persona que le acompaña van corriendo a su lado. Después de todo, solo había una ruta de escape.

John: ¿¡Tú otra vez!?

No obstante, no pueden enfocarse en pelear está vez, escapar va primero, y ambos grupos lo saben.

Erica: ¡Por ahí!

Los cuatro acaban metidos en una calle cerrada. Y los soldados que les perseguían pasan de largo sin darse cuenta, para alivio de todos.

Jo: Bueno, creo que los perdimos.

No obstante, cuando están apunto de salir, se oye que alguien cae atrás de ellos desde uno de los techos, volteando para darse cuenta de que está Kilar con su lanza encaminada a sus cuellos.

Kilar: ¿Van a algún lado?

Capitulo 1019: Inexperiencia[]

Con la aguda arma de Kilar apuntándoles, los cuatro de inmediato se ponen a la defensiva, pero Kilar no ataca de inmediato. Se queda quieta un momento, observándolos, esperando a que cualquiera de el primer paso como si fuera…

Odi: ¡Ahora, Jo!

Jo: Morpheus Foot.

Kilar: ¡Hebi Grow!

…Una serpiente cazando a un ratón.

Kilar: ¡Blockade Mamba!

Jo: ¡…!

Jo, que  había intentado librarse de su enemiga con una potente patada, se llena de perplejidad al ver como bloquea el impacto usando el largo de su lanza. La Marine por su parte, sonríe.

Kilar: Ya te tengo ¡Spinning Snake!

Jo: Oh...

Odi: ¡Jo!

La peliazul no puede sino impactarse al ver a su acompañante, precisamente, impactar contra una pared tan fuerte  que la atraviesa. Jo no se levanta después de eso, su cuerpo queda en el suelo, tendido.

Kilar: Vaya, creo que me pase un poquito.

Odi: ¡Pagarás por eso, bruja infeliz!

La compañera de Jo, furiosa, de inmediato intenta acabar con ella en su forma de Jaguar. ¿De qué forma? Con sus garras, por supuesto.

Odi: ¡Onca Schlitz!

Pero Kilar esquiva con facilidad. Odi por su parte continua intentando rabiosamente, sin pensar en lo absoluto. Su enemiga se aprovecha de esto, bloqueando sus garras.

Odi: Tsk…

Viendo esto como su oportunidad para escapar, John decide dejar que su rival gatuna sea la distracción.

John: ¡Vamos, Odi! ¡ Hay que correr!

Erica: ¡Si!

Ambos ya están saliendo del callejón, pero incluso pugnando contra Pantera del Cielo Nocturnal, la marine no les quita los ojos de encima.

Kilar: Ah no, no lo harán.

Odi: ¡Onca…!

Kilar: ¡Bastard Shot!

La ladrona se dispone a intentar un impacto más, pero de forma repentina, la marine rompe el bloqueo, desequilibrándola para luego golpearla en la tripa con la punta de su arma.

Odi: ¡Gahhh…!

Kilar: ¡Rising Boa!

Acto seguido, clava su arma en el suelo y la usa como propulsor para atacar a Eri e impedir su escape. Casi lo consigue, de no ser porque la chica alcanza a esquivar de milagro. No obstante, la posición de sus pies no es buena y termina tropezando.

Erica: ¡…!

Kilar: ¡Jaja! ¡Eres mía!

La chica, con temor, solo se estremece y cierra los ojos esperando el golpe de la lanza. No obstante, esto nunca ocurre.  ¿Por qué? Su mejor amiga es el porque.

John: ¡Aghhh!

Usando sus manos desnudas, el muchacho evita que el arma de su enemiga hiera a la pelinegra.  El problema ahora, es que el arma amenaza con atravesarlo a él ahora, y el trata de evitarlo con todas sus fuerzas, ante la horrorizada mirada de su amiga aún en el suelo.

Erica: ¡John!

John: ¡¿Qué estás esperando!? ¡Corre!

Erica: ¡Pero…!

John: ¡Corre!

Erica no quiere dejar a su compañero atrás, pero piensa que John puede tener un plan, así que decide huir, por ahora. John se alivia al verla irse a salvo, pero esto lo distrae.

Kilar: ¡Fake Coral Strike!

Tea Kilar aprovecha para darle un rodillazo hasta el pecho. El aire, la saliva, todo se le escapa de la  a John de tan fuerte que le golpea.

John: *cof cof* Ughhh… maldición.

El muchacho se repone lo suficiente para evitar un piquete de la lanza. Ya ha tenido suficiente, es hora de atacar.

John: ¡Toma!

El muchacho da un zarpazo. O más bien, un remedo de zarpazo. Pero sus dedos, completamente humanos, solo rozan la piel del rostro de Kilar, ni siquiera cuenta como una bofetada.

John: ¡¿N...no funcionó!?

Kilar: ¿Funcionar?

Le toma un segundo a la  procesarlo, pero cuando se da cuenta, se empieza a reir.

Kilar: Estaba pensando justamente porque siendo un presunto Zoan, no te habías transformado aún.

John: Tsk.

Kilar: No sabes cómo, ¿Verdad?

John: ¡Cállate!

El muchacho intenta darle varios golpes, una patada, un codazo. Frunce el ceño como si estuviera forzando algo. No obstante, ninguno de los golpes conecta, la Capitán los esquiva todos.

Kilar: Suficientes juegos. ¡Arboreal Thrust!

De un estoque, John es completamente atravesado. De milagro se ha movido para evitar un corazón perforado, pero un hombro perforado sigue siendo un daño muy grave.

John: ¡Gaaaahh! ¡Aghhh!

El muchacho no siquiera se puede quitar la lanza del cuerpo, porque la Marine lo empuja hasta clavarlo contra la pared.

Kilar: Je. Pensé que sería más difícil.

John: ¡Perra!

John, en un arranque de ira, John le escupe en la cara.

Kilar: ¡Aghhh! ¡Asqueroso criminal! ¡Jugon!

John: ¡…! …

Pero ella se lo regresa mil veces con un golpe bien dado en la sien. John no pelea más después de eso. Está efectivamente noqueado.

Kilar: Y con eso, van tres. Falta la otra chica.

Odi: ¡Aprende a contar!

La mujer pantera, aprovechando la distracción de su enemiga con su rival caído, corre para dar una patada voladora doble a la Marine justo en la cabeza.

Odi: ¡Onca Fliegend Fubtritt!

Tan fuerte la golpea que ella sale volando del callejón y cae de cara primero, sangrando de la boca.

Kilar: ¡Aghhh!

Odi: ¡Eres mía!¡Onca…!

Kilar: ¡Fuego!

Odi:: ¿¡Huh!?

Aprovechando que ambas están en espacio abierto ahora, algunos de los Marines bajo órdenes de la peliplateada, han esperado afuera por una oportunidad. Una oportunidad que están tomando ahora al disparar contra la criminal, pero no son balas, es otra cosa...

Odi: ¡Aghhhhh! ¡¿Qué es esto!?

Son redes.

Odi: Mi energía… ¿Qué pasa?

Se siente tan débil, no puede moverse. Pero la cosa más importante es que, su forma de pantera ha desaparecido.

Kilar: *Limpiándose la boca* ¿Te gusta? Lo más nuevo para detener criminales con frutas del diablo como tú. Redes de Piedra Marina.

Odi: Tsk…

No importa cuánto lo intente, ella no puede moverse, y Kilar, sabedora  de su victoria de tres sobre cuatro, solo sonríe.

Kilar: Encierren a esos tres. Y busquen a la otra.

Marines: ¡Señora!

Capitulo 1020: El inicio del resto de nuestras vidas[]

Han pasado ya unos minutos del combate y la sonrisa de Kilar no ha desaparecido. John, aún inconsciente, es encadenado, y Odi…

Odi: ¡Sueltenme! ¡Suéltame, maldito bastardo!

Odi aún se resiste a ser doblegada. Pese a la batalla y la piedra Marina que la debilitan, sigue luchando

Odi: ¡Juro que cuando me libere! ¡Les meteré mis garras por el…!

Kilar, no obstante, hace que la silencien con la culata de un rifle en la nuca solo con chasquear los dedos. Odi no queda noqueado pero si demasiado débil para pelear, y la Marine, con esta vista, jamás pierde su sonrisa…

Marine: ¡Señora!

Kilar: *sonriendo* ¿Ya capturaron a la última criminal?

Marine: ¡No la encontramos…!

Kilar: *sonriendo aún pero un poco menos* Sigan buscando, no creo que pueda estar muy…

Marine: ¡Y el tercer criminal escapó!

Kilar: ¡¿Qué!?

Esto si logra convertir la mueca feliz de Kilar en un ceño rabioso, y le grita tan fuerte a sus subordinado que este debe cubrirse los oídos.

Marine: Fuimos a recogerle al agujero que dejó en el edificio, pero había desaparecido.

Kilar: ¡Entonces búsquenlo también! ¡Búsquenlos a ambos!

Marines: ¡Señora!

Los marines salen en escuadra a barrer las calles en su búsqueda, sin notar que Jo, la misma persona que buscan con exasperación, les observa desde su escondite en una alcantarilla con el rostro levemente compungido.

Jo: Esto apesta, y no solo por la cloaca. Tengo que hacer algo.

Con sus ojos azules y cansados, observa hacia una bola de tela que le dio Odi justo al empezar la batalla, y en la cual está la misma fruta del diablo por la que habían peleado con los otros dos.

Jo: Tal vez…pueda conseguir algo bueno.

Pero sigue siendo una decisión grande. Nunca más podrá nadar. Y con sus planes futuros, que tanto ella como Odi sean martillos en el agua, es peligroso. Necesitan el dinero además, pero hay prioridades diferentes ahora.

Jo: Tsk... De todos modos no nos servirá el dinero si Odi va a prisión…o la matan.

Con decisión, Jo se prepara a morder la fruta y esperar lo mejor, pero su boca se detiene en seco al sentir un frío acerado recorrer su garganta. Sus ojos se dilatan un poco por la sensación y luego la visión que tiene al bajar los ojos.

¿???: Ni siquiera te atrevas

Tiene un cuchillo en la garganta.

¿???: Pésima elección de escondite. Al menos para algún como tú qué de seguro no ha tenido que vivir en un lugar como este. Ahora, alza las manos y date vuelta lento.

Jo hace lo que le dicen, sorprendiéndose inmensamente al ver a la menuda chica pelinegra que acompañaba al rival de su compañera.

Jo: ¿Tú?

Horas más tarde…

Un olor. Un olor metálico y un sabor salado. Y un goteo incesante corriendo sobre su rostro en la oscuridad. No está muerto, sabe que no lo está, pero entonces…

John: Aghhhhhh….

¿…Dónde coño está?

John: Agh… ¿Por…por qué está tan oscuro?

Está confundido y hastiado. No sabe que pasó después de perder la pelea, y aunque tiene la certeza de no estar muriéndose como la última vez que despertó dolorido y en la oscuridad, aún le duele todo. La cabeza le está matando , y no es para menos con el hematoma que tiene en la sien.

John: Aghhh ¡No…puedo…moverme!

El resto de si mismo está peor esta vez. Su última pelea, si es que se le puede llamar pelea le ha dejado muchas marcas. Una de sus costillas seguro que está rota por como duele, pero el hombro si es grave con ese hoyo. No puede moverlo. Casi cree que ha perdido la movilidad en su brazo, pero, para su alivio temporal y luego su pánico, nota finalmente porque su extremidad no le reacciona como quiere.

John: ¿¡Cadenas!?

Ahí su respuesta, le han encadenado. Y está en la cárcel, o algo similar. Hay barrotes en puertas y ventanas después de todo. Sabía que era un criminal desde hace tiempo aunque no lo deseara , y se llamó pirata a si mismo cuando aún lo quiso, pero nunca creyó que lo atraparían. Al menos no tan rápido, y definitivamente no tan fácil.

John: ¡ Me lleva el carajo!

Por lo menos esta vez tiene un consuelo. Su amiga, su Eri está bien, y espera que esté a salvo. No obstante, su alivio se muere cuando escucha una voz que reconoce.

Odi: ¿¡Con un demonio! ¿¡Quieres callarte ya!?

John::¿¡Tú!? ¡Maldita sea, otra vez!

La chica de cabellos azules está encadenada cerca de él, magullada igual que él pero no tanto, y hastiada de su compañero de celda, igual que él.

Odi: Como si no tuviera suficientes problemas, ahora tengo a esta perra quejosa aquí también.

John: La perra quejosa tiene nombre, estúpida. Y voy a quejarme todo lo que quiera.  Te tengo de frente, ¿No? Eso es razón suficiente

Odi: Ja. Lo mismo digo. Todo esto es tu culpa, imbecil. Si no me hubieras detenido mientras quería escapar, esa bruja de Kilar jamás nos hubiera alcanzado.

John: ¿Mi culpa? Oh,no no no no no. Todo es tu culpa, bruja maldita.

Odi: ¿Mi culpa?

John: Si no me hubieras robado en primer lugar, nada de esto hubiera pasado.

Odi: Aish, ya cállate.

John: ¡Tú,callate!

El pelirrojo intenta darle un zarpazo, pero tal como paso con Kilar e incluso peor, ni siquiera le da, sus poderes no se manifiestan.

John: Aghhh, ¿ Qué pasa? ¿Por qué no puedo usarlo?

Odi: A ti te falla, ¿Verdad?

John: ¿Huh?

Odi: Las cadenas son de Piedra Marina. Anulan los poderes de las Frutas del Diablo.

La mirada de John se hunde un poco. Ahí va su plan de escape. Al ver la cara que tiene, su rival no puede sino reírse, lo que lo hace enfurecer de nuevo.

John: No te vez muy preocupada para estar igual que yo, estúpida.

Odi: Je. No sabes nada. Jo no está  aquí. Lo que significa que escapo. Jo pensará en algo para sacarme de esta. Siempre lo hace.

John: ¿Jo? Je, ¿ No le derrotaron por completo contra una pared?

Odi: Tsk… Al menos mi camarada es de fiar. No como esa putita llorona tuya.

John:¡Raaargh! ¡Cállate!

Para sorpresa de la ladrona, John le ha dado un puñetazo en toda la cara que la manda al suelo. Ella se levanta, con algo de dolor. Siente un líquido goteando de su nariz. John se la ha roto.

John: Awww, que pasa. ¿Te di en tu cara de gata resbalosa?

Odi: ¡Tsch! ¡Aaaaargh!

Rabiosa, ella se le va encima, aporreándolo con los puños, pero el responde con una patada. Pelean, una vez más, aunque esta vez se siente más como una pelea de bar en lugar de una batalla real. Los dos se dan varios golpes fuertes, bota algo de sangre, se les escapa el aliento, pero ninguno parece ganar realmente. Pero, cuando la pelea de verdad empieza a escalar a más y a favor de Odi, algo los detiene en seco. Un trueno, o así suena. John lo reconoce bien, es un disparo.

John: ¡…!

Odi: ¡…!

Por fortuna para ambos, la bala no iba para ellos, sino al techo. Una advertencia de uno de los soldados que acompaña a Kilar, la cual está afuera de su celda, mirándolos con ojos despectivos. Ordena a uno de sus hombres abrir la reja, mientras otros dos los apuntan con armas desde fuera. Luego, se pavonea dentro, con una sonrisa por ver sus golpes frescos.

Kilar: ¿Haciendo mi trabajo por mi? Muy amable pero no es así como me gusta hacer las cosas.

Odi: Tsk… Como si no tuviera suficientes basuras cerca de mí.

John: ¡Oye…!

Kilar: Pues precisamente ese es el problema, que hacen falta más. Dos en específico.

Ambos encadenados se tensan, pues es muy evidente que está hablando de sus respectivos camaradas. Odi, no obstante, decide seguir con su altivez.

Odi: Jeje. Te lo creo de Jo, pero ¿Quieres decir que eres tan mala en tu trabajo que no pudiste capturar a una mocosa?

John: Más bien no puede encontrar a una persona claramente drogada que se mueve como si le pesara el culo.

Odi: Pshe…

John: Je…

Kilar: No me interesan sus porquerías personales. Se que seguramente tienen un escondite o un lugar donde están sus compañeros. Si deciden dejar de ser criminales ahora y cambiar su vida y me dicen dónde están, les arreglaré una buena vida. Irán a una prisión pequeña. Sin torturas, comida tres veces al día y con cucarachas chiquitas. Así , ¿Qué dicen?

La mujer abre los brazos, como si fuera a darles un abrazo hipotético, pero las miradas de ambos muchachos dicen “Muérete”, y sus palabras son peores.

John: Mi mejor amigo no ha hecho nada...

Kilar: ¿Amigo?

John: …Y aunque lo hubiera hecho, prefiero morirme a tirarla para que la pisoteen.

Odi se ve un poco sorprendida por las palabras del muchacho. Pero las deja de lado para defender a su camarada.

Odi: Jo seguramente ya está a 400 km de aquí. Jamás le encontrarán.

Ante estás respuestas, Kilar cierra los brazos, y pierde su sonrisa. Para luego, meterles un golpe a cada uno con su lanza, a ella en la nuca otra vez , a John en su herida de lanza, dejándolos jadeantes en el suelo.

Kilar: Como deseen entonces. Espero que les guste el inicio del resto de sus vidas.

Capitulo 1021: Competencia de mierda[]

Kilar: ¿Y bien?

John: …

Odi:…

La mujer marine vuelve a su celda una vez más. No obstante, la contestación de ellos es solo una mirada, no van a hablar, no lo harán sabiendo que si Kilar está ahí, hay cada vez más esperanza para sus respectivos camaradas, pese a que la suya disminuya.

Kilar: Como quieran.

La mujer se retira y la celda permanece en silencio. Ya estaba en silencio de por sí antes de su llegada y así se quedan, en la oscuridad, sin mediar palabra e incluso sin mediar mirada, pues las pocas veces que lo hacen, es con odio.

John: Tsch…

Odi: Hmphh…

Las horas siguen pasando. Una, dos. Luego, sus respiraciones ya no son el único sonido que se oye, un gruñido las acompaña.

Odi: Tsk…

John: Maldición..

Son sus tripas, gruñen de hambre.

John: Hmmm… pensé que en prisión te daban de comer pero han pasado horas. Hmmm… ¿Será castigo por no hablar?

Odi: Je. Obviamente estúpido.

John: Pshe…

Odi: Pero bueno, ¿Qué vas a saber?

La chica sonríe con sorna, pero luego una rabia se apodera de ella.

Odi: Un idiota como tú no tiene que enfrentar a esa loca cada semana.

John: Je, como si pelear con alguien así cada semana fuera algo bueno.

El muchacho corresponde la ira de la chica tanto en voz como en mirada.

John: Es tu culpa que ella nos pusiera en la mira. Solo porque te gusta ser perseguida por esa desgraciada.

Odi: ¿¡Quién dijo que me gusta ser perseguida por ella!?

John: ¡Tsk…!

Odi: ¡Tch…!

El silencio vuelve otros minutos. Pero ambos ya están hartos de la situación. Quieren, tienen, necesitan salir de ahí, pero…

John: ¿Cómo demonios voy a salir de aquí? *Suspiró* Al menos Eri está a salvo.

Lo dice para si mismo, pero su compañera de celda obviamente le escucha, y su reacción al oírlo es la risa, una muy estridente, lo que evidentemente molesta al muchacho.

John: ¿Dije algo gracioso?

Odi: Je. Pues claro. Nunca saldrás de aquí, idiota. Pero por tu puta noviecita ni te preocupes, seguro que la atrapan pronto, o tal vez se encuentre a un tipo mejor para que le de…

Un tacle la interrumpe, John se ha vuelto a abalanzar sobre ella, pero en vez de golpearla, John le hace una grieta al suelo con el puño, justo al lado de su cara.

John: ¡Cierra la maldita boca, bastarda! ¡ Puedes hablar de mi lo que quieras pero no digas una solos palabra sobre ella!

La peliazul se ve sorprendida por esto, tanto que no réplica ni se defiende, solo permanece inmóvil mientras John sigue gritándole.

John: ¡No tienes ni idea de las cosas por las que ha pasado! ¡Cosas que no le desearía ni a mí peor enemigo que por cierto resultas ser tú!

Su voz y cuerpo se relajan poco a poco, ya no tiene esa cara que dice “morirás”, pero es evidente que su ira aún es muy grande, y el impacto de Odi no ha disminuido para nada.

John: Pshe... Solo eres una ladrona que toma lo poco que le queda a parias como nosotros… no lo entenderías.

El muchacho se le quita de encima, ante la cara de asombro de su enemiga. No obstante, también hay algo en el rostro de ella, algo que John no nota de inmediato debido a su rabia.

Odi: Je, claro. Solo tomo, tomo y tomo sin importarme los demás. ¿Pero cuando se ha preocupado alguien por la chica que no tiene comida, ni ropa, ni techo? ¿Quién se preocupa por la chica que tiene que robar para sobrevivir? ¿Quién no la mira con asco?

John se queda pasmado y callado ente estás palabras, solo entonces notando los parches tras parches que lleva la chica en su ropa, y los inmensos agujeros en la suela de sus botas, y entonces, se siente reflejado. No obstante, es reacio a sentir cualquier cosa cercana a lastima o compasión por ella.

John: Tsk… como si ser pobre y no tener nada fuera motivo para robar. Se puede mejorar con puro y duro trabajo duro. Si, ganarás una miseria, si, tal vez tengas que vivir en las alcantarillas de forma literal. Pero es mejor que quitarle el pan a otro.

Odi:  Si… es difícil trabajar cuando la guardia local te quiere en prisión solo por ver al gobernador haciendo algo que no debía.

John: O cuando el capo criminal de todo el puto puerto te manda matar, en dos ocasiones diferentes, y casi lo consigue.

Odi: ¿Solo dos?

Pero entonces, se convierte en una competencia. ¿Una competencia? ¿De que es la competencia? De quién ha tenido la vida más mierda, por supuesto.

John: Comer moho de la basura.

Odi: No comer en un mes.

John: ¡Ser amarrado en una casa en llamas!

Odi:  ¡Pies de cemento y hacia el mar!

Odi: ¡Crecer pobre!

John:¡Crecer sin nombre!

John: ¡¡Ser huérfano desde el nacimiento!!

Odi: ¡¡Ver a tus padres morir frente a ti!!

John: ¡Ahhh!

Odi: ¡Ahhh!

Un grito y tras eso, paran en seco. Después de gritarse esas verdades de su vida tan brutal y honestamente, ambos parecen estar sin aliento. ¿Quién gana cuando la vida de ambos ha sido una mierda?

John: Hmmm…

Odi:…

Después de eso, vuelve el silencio una vez más. Ya es tarde, y hace tiempo que ha anochecido así que ambos se quedan tirados, dándose la espalda, intentando dormir. Pero ninguno puede, ¿Cómo podrían los problemas que tienen? ¿Cómo podrían con esa última conversación? Al final, es el quien no aguanta más, y rompe el silencio.

John: ¿Es cierto todo lo que dijiste…? ¿Lo de que viste morir a tu familia y eso?

Odi: ¡Por supuesto que sí! ¿¡Qué clase de loco se inventaría algo así de horrible!?

John: Vale, vale. Ya entendí.

Odi: … ¿Lo que dijiste tu? ¿También es cierto?

John: Por supuesto. Tú misma lo dijiste, ¿Quién inventaría algo como eso?

Odi:Ya…

Ambos se quedan sentando en posición fetal, evitándose la mirada, obvia y tremendamente incómodos, pero el pelirrojo, se traga su orgullo y se envalentona para decir lo que quiere decir.

John: Creo …que te he juzgado mal. No es que no me dieras razones para hacerlo, pero aún asi…

Odi: Si… yo también.

La peliazul se acurruca una vez más sobre si misma, o más bien, se dispone a hacerlo, pero es interrumpida por un brazo. El pelirrojo le está ofreciendo su mano.

John: ¿Qué te parece si… empezamos de nuevo?

Su hasta ahora rival se ve sorprendida, no obstante, solo tiene un momento de vacilación antes de estrechar la mano de su compañero de celda con una sonrisa, una muy leve, pero sonrisa al fin.

Odi: White. Odessa Jazmynn White.

John: Es un placer, Odessa. Yo soy John. John Aldebarán Black.

Capitulo 1022: El trato[]

Un par de horas más tarde…

Los dos jóvenes han estado conversando todo ese tiempo, y ya saben un par de cosas sobre el otro. Ambos son de islas muy cercanas, se llevan un año de edad y la comida favorita de ambos es el tocino. Ahora, comentan sobre las cosas que se gritaron antes.

Odessa: ¿Y que es eso de crecer sin nombre? Por qué es muy evidente que John es un nombre y… que es tu nombre.

John: Ah, eso…

El muchacho se sonroja, ligeramente abochornado por eso.

John: Mi madre… murió cuando yo nací. Ni siquiera alcanzó a nombrarme. Dudo que mi padre supiera siquiera que tenía un hijo y no tengo más familia.  Llegué al orfanato registrado con John Doe como nombre.

Odessa: El nombre de los que mueren como desconocidos…

John: Yup. Crecí siendo John Doe, el huérfano que no le importaba a nadie. Me escape del orfelinato para vivir con un amigo de mi madre cuando tenía 14. Luego conocí a Eri, bueno, la conocía del orfanato, pero nos hicimos amigos. Ella me puso Aldebarán por mi signo del Zodiaco debido a….cuestiones de seguridad. Sin saberlo, me metí en negocios turbios.

Odessa: Ahhhhhh. ¿Y el Black de dónde salió?

John: Ese es más complicado. Lo de los negocios me mordió en el trasero cuando me enteré y quise salirme. El capo criminal que mando matarme varias veces, el que manejaba esos negocios turbios precisamente…. Decía que yo era una oveja negra. Siempre lo decía. Oveja Negra, oveja negra. Entonces me propuse a qué sería siempre una oveja negra para gente como él. Negro. Black.

Odessa: Je. Intenso. Aunque en cierto grado debe ser genial poder escoger tu propio nombre. Yo soy Odessa porque mi padre era un súper lector, y Jazmynn porque eran las flores favoritas de mi madre.

La chica sonríe fuerte al pensar en sus progenitores, pero su sonrisa se opaca casi de inmediato. Hay gran dolor en sus ojos.  John siente curiosidad, pero no quiere molestar a su compañera de celda, así que lo único que atina a hacer es a mostrar sus condolencias.

John: Lo lamento mucho.

Odessa: No… no lo lamentes. Fue hace… mucho.

La chica se seca una lágrima traicionera. O unas cuantas más bien. Luego, sin saber muy bien porqué, su corazón se empieza a vaciar y sale su contenido mediante palabras.

Odessa: Yo… fui con mi papi… con mi padre ese día a su trabajo… el era el secretario del gobernador. Yo… Era una mocosa, obviamente me aburrí mucho, así que me puse a correr por todo el palacio de Gobierno y entonces…

El recuerdo la hace estremecer. En los destellos de su memoria, hay gritos, hay sangre.

Odessa: Oí a un  hombre u una mujer peleando.. Sentí curiosidad, y luego los vi forcejear, y hubo un trueno… vi como ella cayó al suelo, sin la tapa de los sesos.

John permanece silencioso y quieto, solo escuchando la historia de la infancia que no debería vivir ningún niño.

Odessa: Salí corriendo de ahí, llorando. Fui a buscar a mi padre y le dije todo. Pero alguien debió verme salir de ahí. Mi padre me pidió que describiera a ambos y, cuando lo hice se llenó de horror. No lo sabía en el momento, pero el gobernador acababa de matar a su esposa.

John: (Demonios…)

Odessa: Fuimos a casa de inmediato. Mi padre le dijo a mami… a mi madre que llamará a la guardia local, pero ellos vinieron a buscarnos a la casa. El Gobernador estaba con ellos. Le echo la culpa a mi padre.

Las lágrimas ahora sí se le escapan sin que pueda remediarlo, así que solo deja que fluyan junto a sus recuerdos.

Odessa: No hubo un juicio, ni una investigación. Ni siquiera un arresto. Acribillaron a mi padre ahí mismo. Era año de reelecciones, no podía arriesgarse a que nadie supiera la verdad.  Mi madre … ella solo enloqueció, cogió un cuchillo de la cocina… no sé si quería lastimarlos o protegerme…tal vez ambas. También la acribillaron…

Los destellos del pasado vuelven peor y más fuerte. Los charcos de sangre, su casa destrozada, los rostros pálidos de sus padres, sus ojos en blanco.

Odessa: El maldito asesino dijo que era mi culpa. Que por lo que hice murieron. Pero yo sabía que no era cierto. Salí corriendo antes de que me dispararán. No podía volver a casa jamás, no podía ver a mis amigos, o volver a la escuela. No quería que los matarán también. Viví en las calles a partir de ese momento y como ya sabes, robo para vivir desde entonces. Yo tenía 10 años.

John: En serio lo siento mucho.

Repetirse es todo lo que el muchacho hace, pero ella termina de limpiarse las lágrimas y le sonríe levemente.

Odessa: No pasa nada. Las cosas mejoraron después. Ahora tengo a Jo… Nos conocimos porque los hombres del gobernador me atraparon, y luego pasó lo de los pies de cemento. Jo era indigente igual que yo,  dormía en los muelles esa noche y lo vio todo. Me sacó de ahí… siempre le deberé mi vida.

John no puede evitar sonreír por la forma en la que la peliazul habla de “su persona”. Jo es su “Eri”. Aunque toda la historia le hace pensar en su situación actual.

John: Oye, ¿Y es por ese cerdo Gobernador que esa Marine Maniática nos…?

Ella se rasca la cabeza, avergonzada

Odessa:… En parte, si… y por todos los robos… pero la gota que derramó el vaso es que le robé una fruta del diablo.

John: ¿La del gato gigante?

Odessa: Jaguar…

John: Es igual…

Odessa: Ya… Se suponía que la vendiéramos y con eso saldríamos de problemas. Pero la cosa se puso fea y tuvimos que tomar una decisión… Y así es como nunca volví a nadar. No es una gran perdida en realidad, no me gustaba mucho después de los pies de cemento.

John: Ya veo. E imagino que ibas a vender la que me robaste también.

Una risilla incómoda sale de la peliazul.

Odessa: Si, más o menos esa era la idea…

John: Ya veo.

Una vez más, un silencio se atraviesa. Pero no es uno odioso, tal vez solo ligeramente incómodo. Luego, el pelirrojo es quien lo rompe una vez más.

John: La verdad aún no sabíamos que hacer con ella, me comí la mía por accidente y no nos pareció buena idea que Eri la comiera… aún al menos, así que también pensamos en venderla. Tal vez deberíamos hacerlo y repartir las ganancias…

Odessa: Ya. Se que la querrás de vuelta si salimos de aquí.

John: No captaste mi indirecta

Odessa: ¿Huh?

Ella no parece tener ni idea de que habla, así que él lo explica.

John: Ayúdame a salir de aquí y yo te ayudo a salir de aquí. Si lo haces,  luego podemos dividir las ganancias de la Fruta…. Si quieres claro. ¿Qué dices?

El le ofrece su mano torpemente, como quien quiere cerrar un trato. Odessa lo mira con desconfianza un momento, después de todo, querían matarse hasta hace un rato. Pero no ve en el nada más que unos ojos honestos.

Odessa: Je. No hagas que me arrepienta de esto.

John: No lo haré.

Y así ella toma su mano y la sacude para cerrar el trato.

Capitulo 1023: Actuación[]

Odessa: Entonces, ¿Cuál es el plan?

John: Hmmm…la verdad no creí que llegaría tan lejos.

El ceño de Odessa regresa, ya arrepintiéndose del trato y alzando el puño, no obstante, John le gesticula que se detenga con las manos

John: Perdón, perdón. Era broma.

Odessa: Que pésimo sentido del humor tienes. ¿Hay plan o no entonces?

John: Más o menos. ¿Qué tan buena actriz eres?

Odessa: ¿Eh?

Afuera de la zona de celdas, dos marines de tercera clase fungen como guardias de seguridad. Pero parecen estar aburridos a muerte. Uno juega a rebotar con una pelotita contra un muro, y el otro juega solitario.

Guardia: ¿Por qué siempre nos mandan a nosotros de niñeras?

Guardia 2: Si. Nunca nos ponen a hacer algo divertido. Quiero hacer cosas interesantes.

Entonces, como regalo del cielo, la cosa interesante que deseaban al fin sucede, pues oyen…

¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!!

…gritos de esos que hielan la sangre, seguido por un potente estruendo.

Guardia: ¡Carajo!

Guardia 2: ¡Los prisioneros!

Los dos entran corriendo, hallando una escena aterradora. El chico que se supone debían estar cuidando no hiciera nada está sobre la chica que también debían estar vigilando, con los nudillos llenos de sangre. Ella yace en el suelo en una posición extraña, no se mueve.

John: ¡A ver si eso te enseña, perra!

El muchacho va a darle otro puñetazo. Viendo esto, los marines se apresuran a abrir la reja y entrar, de inmediato usando fuerza física para separarlos y someter a John.

Guardia: ¡Déjala!

Guardia 2: ¡Demonios! ¡Si está muerta la capitán nos matará!

Uno de ellos restringe al muchacho contra la pared mientras que el otro se agacha para tomar los signos vitales de la chica.

Guardia 2: Ooof… está viva. Habrá que llamar al médi…

Pero su voz se para en seco al ser su garganta restringida y apretada por una cadena. La cadena de las esposas de Odessa.

Odessa: Je…

Guardia 2: Agh….

La chica obviamente estaba fingiendo, y  le ha saltado encima en la primera oportunidad. Lo aprieta tan fuerte que parece que va a romperle la tráquea.

Guardia: ¡¿Qué demonios!? ¡Es una tramp…a!

Es todo lo que alcanza a decir, noqueado por un golpe en la cabeza que le da John al haberse distraído. Ambos guardias yacen en el suelo, inconscientes.

John: Ahaha haha. ¡Funcionó! ¡Te lo dije!

Odessa: Aún me cuesta creerlo. Pero no te acostumbres. No me gusta jugar a la damisela en apuros

John: Lastima. Eres buena actriz. Por un momento creí que te moriste en serio,  jejeje.

Odessa: Je, gracias, creo.

Sonrientes, ambos se disponen a escapar de ahí al fin. Pero hay un detallito pequeñito, pequeñito pero que es muy importantito y que notan al catearlos.

Odessa: Estos idiotas no tienen las llaves de mis esposas.

John: ¡Maldición! ¡Tampoco las mías!

Odessa: Carajo.

John: Deben estar afuera. Hay que buscar pero con cuidado.

Odessa: Vale.

Por lo menos les han abierto la puerta, que ya es 200% en mejor forma que como estaban antes. Están en el área donde los guardias descansaban antes. Intentan buscar ahí, pero tampoco hay nada.

Odessa: ¿Demonios? ¿Las ves?

John: Tsk… no

Y para colmo, se oyen pasos y voces acercándose a dónde están.

Así que salen corriendo de ahí y se esconden en lo que parece ser un cuarto de servicio vacío, observando de reojo entrar a varios Marines a dónde estaban.

Marine 1: ¿Y los guardias?

Marine 2: Deben estar con los prisioneros.

Odessa:  *susurrando* Carajo…

John: Sabrán que no estamos. Hay que irnos.

Sosteniendo sus cadenas para hacer el menor ruido posible. Ambos corren por los pasillos del buque de la marine, ocultándose en cuanto viene alguien y huyendo después cada vez. No van a la salida aun, pues siguen pensando en el problema de las llaves.

John:  *alzando sus esposas* No podemos hacer nada así. ¿Dónde podrán estar las malditas llaves?

Odessa: Se me ocurre un lugar. Pero no es bonito.

El muchacho la observa fijo, preguntándole con la a qué se refiere.

Odessa: El despacho de Kilar…

John: ¿¡Ehh!?

Odessa: Te dije que no era bonito.

John: No creo que sea buena idea ir entonces. Nos saco la Mierda teniendo poderes los dos, sin ellos nos mata seguro.

Odessa: Ya. ¿Por qué crees que no me gusta lidiar con ella? Pero no hay opción.

John: ¿Y si vamos mejor al pueblo? Podemos buscar un herrero o algo así. O buscar a Jo y Eri.

Odessa se lo está pensando, pero le cortan la inspiración en ese instante. Hay un ruido constante, irritante y muy fuerte. Una sirena de alarma.

Marine 3: ¡La alerta de la prisión!

Marine 4: ¡Los reclusos escaparon!

Esto solo añade urgencia a la situación, pues ahora sí todos los están buscando.

John: ¿¡Ahora que!?

Odessa: ¡afuera ya! ¡Después vemos lo de las llaves!

Salen corriendo de inmediato, pero muy pronto, empiezan a seguirlos. Algunos disparos pasan casi rozando sus cabezas, sus extremidades, sus caras.  Para su fortuna, un cocinero iba sacando suministros de la bodega, y lo derriban junto a las cajas para bloquear el paso.

Odessa: ¡A un lado!

John: ¡Perdón!

Cocinero: ¡Mis coles!

Esto les da tiempo de escapar de los tiradores, y así llegan a la cubierta superior. Por desgracia, también hay soldados ahí.

Odessa: Me lleva el cuerno…

Armados con espadas, los marines se dispone atacar al par. Pero pese a estar encadenados y sin poderes, su agilidad sigue ahí así como buena parte de su fuerza, con lo que se descuentan a unos cuantos enemigos.

John: ¡Fubttrit!

Odessa: ¡Knuff!

John: ¿Ataques en alemán?

Odessa: Sep, ¿Tu también?

John: ¡Atrás de ti!

Noqueado a un enemigo espaldero de Odessa con un uppercut doble, John ha creado un camino libre. Pueden escapar al pueblo.

Odessa: ¡Vamos!

Está a dos pasos su libertad. Las cadenas ya serán algo secundario. O eso creen… pues en ese preciso momento, Kilar aparece ante ellos como una saltadora con garrocha.

Kilar: ¿A dónde creen que van?

Capitulo 1024: Un placer perseguirte[]

Kilar: ¿A dónde creen que van?

John: Oh… no…

Odessa: ¡Puta!

La capitán se yergue a ellos, con una mirada tan dura y una pose tan altiva que para los jóvenes criminales, ella es casi monstruosa.

Kilar: Creo que los subestime un poco. Pero es igual. Ahora, pueden regresar a su celda agachaditos y bonitos como Pingüinitos, o pueden hacerlo sin piernas. Ustedes deciden.

Aunque en desventaja grave y llenos de nervios que les recorren desde los cabellos hasta las uñas de los pies, los muchachos alzan su guardia, listos para defenderse y escapar o morir en el intento.

Kilar: …como deseen entonces. ¡Spinning Snake!

La mujer alza su lanza dispuesto a darles un tajo con ella, no obstante, John, con gran agilidad y fuerza, usa su propia cadena para bloquear el ataque al alzar sus manos.  Por desgracia, el hombro perforado que la Marine le dejó antes se le resiente por la tremenda fuerza de la misma enemiga.

John: ¡Agh!

Kilar: ¡Ya eres mío!

Pero antes de que llegue a dominarlo, su ahora ex compañera de celda le defiende al darle con las manos agarradas y cerradas, como si fuera un mazo de su carne, justo en la sien.

Odessa: ¡Doppel Fausten!

Kilar: ¡Aghhh! ¡ Hija de la…!

John: ¡Fubttrit!

Liberado de la opresión enemiga, John aprovecha para darle una patada en la espinilla, lo que la hace resentirse y trastabillar. Está a punto de caerse.

Odessa: ¡Ahora! ¡ Fache!

La chica corre inmediatamente después , dispuesta a darle un palmo en el estómago. Su intención: Sacarle el aire e incapacitarla lo más posible. No obstante, ella no se cae como originalmente pensaba. La marine toma su arma, la planta bien en el suelo y da un giro completo sobre si misma, mandando a volar a la peliazul de una patada a la cara.

Kilar: ¡Raising Boa!

Odessa: ¡Kyaaah!

John: ¡Odessa!

La capitán está completamente dispuesta a rematarla está vez, va a por su cabeza con el filo de su arma.

Kilar: Se acabó, Pantera… ¡Arboreal Thrust!

John: ¡Déjala!

El agarre de unas manos en su cintura la detienen. El muchacho pelirrojo la tiene bien abrazada y la alza con toda sus fuerzas. Dando tiempo así  a Odessa para quitar la cabeza antes de que la atraviesen, y aún así, su frente queda con una muesca.

Odessa: ¡Maldición! Si duele…

Kilar: ¡Suéltame! ¡Reverse Bastard Shot!

La mujer termina usando el lado romo de su arma para golpear a John en el estómago, lo que lo hace rodar para atrás. Kilar vuelve a alzar su guardia, ligeramente jadeante, e igual lo hacen los muchachos que son sus enemigos a vencer y capturar…o matar. La marine está levemente sorprendida por su compenetración actual, en especial porque hace unas horas querían matarse, aunque no es difícil para ella inferir el porque.

Kilar: Ya veo. Un caso clásico de “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Debo decir que pelean bien juntos. Es una lastima que no se les ocurriera antes de que los atrapará. Seguro que ahí si que hubieran dado pelea.

John: Aún podemos darla.

Odessa: Si, mira y llora. ¡Fausten!

John: ¡Fausten!

Los dos se lanzan al mismo tiempo exacto,  con toda la potencia que le permiten sus respectivas piernas. Su intención, un doble uppercut a la cara. Kilar solo sonríe, pensando que puede deshacerse de ambos a la vez con un barrido frontal.

Kilar: ¡Spinning...!

John: ¡Ahora!

Kilar: ¿¡Huh!?

De último segundo, en lugar de golpearla, la que apodan Pantera del Cielo Nocturnal, infla sus mejillas, jala aire con fuerza, y luego escupe con todas sus fuerzas, y una precisión extraordinaria,  el contenido de su boca en el ojo de la Marine.

Odessa: ¡Je, toma eso , golfa!

Kilar: ¡Aghhh, puta asquerosa malpar…!

Su sarta de maldiciones es detenida a la mitad por el puño de John, el cual si llega a su cara, rompiéndole la nariz. Tocada por el impacto, su agarre en su lanza se debilita, lo suficiente para que Odessa se la arrebate de las manos en su dolor y ceguera.

Kilar: ¡…!

La mujer solo logra limpiarse la cara lo suficiente como para ver cómo su arma en manos de su rival mortal apunta justo sobre su nariz. A su lado, John alza su guardia demostrando que no dará piedad.

Odessa:  Manos en alto, perra.

Con una mirada menos furiosa de lo que esperaban, la mujer lentamente sigue con el mandato de la criminal.

Odessa: Se nota que los marines son unos perros obedientes.

Kilar:…

John: Je, buena esa. Ahora, Marine. Dinos dónde están las llaves de las esposas.

La expresión de la marine no cambia. Lo que empieza a desesperar a los muchachos.

Odessa: Dilo o te saco los ojos.

Kilar: Hmmm…nah.

John: ¿Disculpa?

Odessa: ¿Te quieres morir, bastarda?

Pero para su sorpresa, Kilar le sonríe burlonamente.

Kilar: A ver. Podría decirles dónde están. Pero de todos modos van a morir ahora.

Odessa: ¿Huh?

Se oye un trueno,y aparentemente de la nada, Odessa se cae al suelo. Con un charco rojizo bajo de ella y un agujero en su muslo. Una bala obviamente. El causante, uno de los muchos Marines de Kilar que aún resta y que les apuntan con sus armas. Se han confiado.

Odessa: ¡Kyaaaaaah!

John: ¡Odessa!

Incapaz de procesar toda la situación, John solo nota la herida de su compañera e intenta ayudarla. Dejando a Kilar completamente libre de hacer su voluntad. Y esa voluntad es dejarle en el suelo de un rodillazo.

Kilar: ¡Bastardo!

John: ¡Agh!

Sin aire, John acaba a gatas en la cubierta de la nave mientras que la Marine recupera su lanza. Acto seguido, pone la punta sobre su nuca y su tacón sobre la cabeza de ella.

John: ¡Aghhh!

Odessa: ¡Maldición!

Kilar: Debo admitir que los subestime un poco a ambos. En especial a ti muchacho. No esperaba que un criminal sin recompensa me diera pelea. Pero en fin. Son demasiado peligrosos para dejarlos vivir. Lo siento.

Obviamente no lo siente en absoluto, riéndose mientras usa su arma y pie para obligarlos a permanecer  en el suelo aún mientras se retira para permitir que sus hombres les apunten correctamente.

Kilar: Fue un placer perseguirte, Pantera. Y a ti también, muchacho. Pero se acabó el juego.

Es todo. En serio es todo. Van a morir ahí. John solo nota en el suelo la difícil  respiración de la chica que odió y llegó a respetar a su lado. Sus miradas se cruzan por un momento, y en su desesperación ante su inminente final, se toman de la mano sin darse cuenta.

Kilar: ¡Fueg…!

Solo que nunca pasa, pues la orden se ve interrumpida cuando Kilar es enviada a volar hasta la baranda por ¿Uno de sus hombres?

Odessa:¿Huh?

John: ¿Eh?

Kilar: ¡Agh! ¿¡Qué carajos!?

No es que uno de sus hombres la atacase. ¡Es que uno de sus hombres ha sido arrojado cuál monigote contra ella! ¿Qué ha podido hacer eso?

¿???: Grrr …

La criatura grande, verde y babosa que ahora ataca al resto de sus hombres en la cubierta, por supuesto.

Capitulo 1025: ¿Plan B?[]

Confusión. Miedo. Son las reacciones generales de todos los presentes, tanto Marines como Criminales, con respecto a la criatura que ha aparecido frente a ellos y que ataca a Diestra y siniestra a los primeros.

Marine1: ¿¡Qué cojones es esa cosa!?

Marine 2: ¿¡Qué importa!? ¡Dispárale!

Y así lo hacen. O más bien, así lo intentan. La criatura es resbaladiza y así también es el rastro que deja. La criatura se desliza con torpeza sobre los maderos de la cubierta de la nave, lo que le permite escapar y derriba a algunos soldados que le perseguían al darse un buen costalazo contra el suelo.

Odessa: Agh…¿Qué es esa cosa?

John: No lo se…

De color verde y con cola, a primera vista parece una lagartija gigante, pero  la baba que le recubre le delata como alguna clase de anfibio. No obstante, hay otros rasgos más relevantes, como el hecho que tiene ropa. Largos cabellos azabache y lo que más llama la atención a John, dos pupilas verdes en escleróticas negras. Monstruoso, si,  pero el verde es muy familiar, hasta hermoso.

John: Se ve como…

La criatura, habiéndose librado temporalmente de sus enemigos, se acerca al par de muchachos, los cuales observan con temor y asombro, hasta que, está alza algo que cuelga de su cabeza. Una pluma roja.

John: ¡Eri! ¿¡Eri!?

Erica: ¡John!

Odessa: Aghhh... ¿Tu amiga?

Es casi perturbador oír la voz de su mejor amigo de una criatura tan extraña. Es evidente lo que ha pasado. Erica se ha comido la Fruta del Diablo y las tornas se han volteado. Es él ahora quien es salvado por un monstruo.

Erica: ¡¿Estás bien!?

John: ¡Más o menos! ¡Pero Odessa está sangrando!

Erica: ¿Quién?

La chica anfibio. Mira hacia debajo de su camarada, en dónde yace Odessa, aferrando su pierna herida y mirándola fijamente de vuelta.

Odessa: Rayos, se comió la fruta.

Erica: Ah, ella.

Kilar: ¡Fuego!

Erica: ¡Joder…!

A la Capitán, aunque sorprendida por toda la situación,  toma poco reponerse y concluir que esa criatura es su nueva prioridad, así que ordena a sus hombres atacarla. Las balas vuelan raudas. Pero Erica, con sus nuevos poderes, se desliza cuál patinadora, esquivando con gracia y luego usando su recién estrenada masa corporal para estrellarse contra los enemigos.

Marines: ¡Gaaaaaaaaaah!

Erica: ¡Eso es por llevarse a John!

Kilar: Tch… ¡¿Por qué siempre tengo que hacer todo yo aquí!?

La líder marine se dispone a tomar su lanza y acabar con el problema ella misma, pero la cosa es que su lanza ya no está.

Kilar: ¿Qué carajo…?

Alza y gira la mirada para buscarla, pensando que la batalla la ha movido de dónde se cayó. Pero, para su hastío, cuando por fin la encuentra es en la mano de alguien más.

Jo: ¿Buscabas esto?

Odessa, que aún se aferra a sus heridas, sonríe de inmediato al ver a su Jo ahí. Tal como dijo, Jo la salvaría. Aunque a Kilar no le hace mucha gracia ver cómo uno de los criminales faltantes simplemente arroja su arma por la borda.

Kilar: Tsk…El otro…otra está aquí. Pero da igual. Eso me ahorra ir a buscarlos.

La mujer toma un mosquete de un soldado caído y apunta a Jo directo. Pero es detenida por la que es la mayor amenaza, Erica. ¿Cómo? Con un puñetazo en la cara, claro.

Kilar: ¡Ahghh!

Jo: Morpheus Foot.

Acto seguido, Jo le pega un patadón, que la manda unos metros lejos. Odessa se ríe por ello, mientras que John solo piensa que es una cooperación impresionante. No sabía que su amiga y Jo estaban del mismo lado.

Jo: Hmmm… se levanta de nuevo.

Erica: ¡Tu libéralos! ¡Yo la distraigo!

Jo: Vaaale.

John: ¿Liberar? ¿Pero cómo? No tenemos las…

El pelirrojo se ve sorprendido cuando Jo saca de menos unos siete juegos de llaves.

Jo: ¿Por qué crees que niña lagarto estaba sacándoles la mierda a todos hace un rato?

Erica: !Que no soy lagarto!

Jo: Ahora, veamos cuál de todas estas es.

Jo empieza a probar todas las llaves de una en una, primero en Odessa y luego en John. Erica, a su vez, enfrenta a Kilar. Aunque más bien se dedica a escapar de ella y arrojarle cosas, pues al intentar enfrentarla sola y directamente, ya se ha ganado una nariz rota.

Erica: ¡Agh!

Kilar: ¡Muere, babosa!

Kilar está por alcanzarla, tomarla de la cola y azotarla. Pero por instinto, Erica le da un coletazo, haciéndola trastabillar y ultimadamente humillándola al tirarla en la baba que genera.

Erica: Ja.  Parece que sin tu lanza no eres nada, ¿Verdad?

El comentario cala hasta el corazón de Kilar como una púa en llamas cubierta en salsa picante y hormigas bala. ¿Por qué? Porque es cierto que ella es mucho mejor luchando con su lanza. No obstante, no está por completo vencida aún.

Kilar: ¡No la necesito para acabar contigo!

Acto seguido, la marine se queda quieta en su lugar, aunque no por completo, su postura se vuelve desgarbada. Cómo si todo en su cuerpo se aflojara.

Erica: ¿Huh?

Kilar: ¡Mercurial!

En un instante, Kilar está ahí. Al otro , ya no. Está justo al frente de Erica, con su puño incrustado literalmente en su pecho. Le ha golpeado tan fuerte que sus costillas se han roto y salen por varios agujeros que han hecho en la piel de la chica. Su boca mana sangre mientras que su mejor amiga y el par de ladrones con ella observan con el más absoluto horror en los ojos.

Jo: …

Odessa: ¡Kyaaaaaah!

John: ¡Eri! ¡¡NO!

Pero cuando se escucha un grito de dolor, resulta no ser de la chica anfibio sino de su rival.

Kilar: ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Aghhhhh! ¡¿Qué mierda..!?

Erica: Ugh… eso dolió.

La razón. Las costillas de Erica le han atravesado la mano, y está sangrando profusamente. No están rotas, parece que nunca lo estuvieron, y ahora regresan a su lugar lentamente, dejándole a la pelinegra una sensación horrible pero no dolorosa.

Erica: Ughh… eso es muy raro.

John: Wo…

Odessa: ¿Qué carajo …?

Viendo que retrocede, Erica aprovecha para meterle otro golpe. Casi al mismo tiempo, una de las llaves al fin funciona, siendo la que abre las esposas de John.

Jo: Loteria.

John: ¡Al fin!

El muchacho truena sus muñecas, feliz de ser liberado. Aunque su alegría se  acaba pronto cuando ve a Kilar rompiéndole la boca a su adorado mejor amigo

Erica: ¡Ugh!

La chica pelinegra, aunque parezca ahora un monstruo mutante, no sabe cómo pelear en serio, nunca había tenido que hacerlo hasta ahora y Kilar le gana terreno rápido. John, testigo de esto y enfurecido por lo mismo, se transforma en su forma híbrida.

John: ¡Maldita!

Un puñetazo en la cara le regresa el favor a la Marine, que se tambalea. No obstante, lo hace demasiado. ¿El golpe le ha pegado tan fuerte? No. Pero se siente como si estuviera borracha.

Kilar: Ugh… ¿Qué…qué me sucede?

Erica: ¿Eso es normal?

John: Da igual. Es nuestra oportunidad.

Por fin pueden vencerla. O eso piensa al inicio. Pero John nota que sus impromptu compañeros tiene problemas. Muchos Marines noqueado se recuperan y los bordean.  Con Odessa aún herida y encadenada y Jo defendiéndola, ambos están bastante indefensos.

John: ¡Hay que ayudarlos!

Odessa: ¡Jo! ¡La puta llave!

Jo: Tengo problemas ahora.

Erica: Aghhh... ¡De acuerdo!

La verde anormal criatura se lanza a ayudar entonces. Llega justo a tiempo, de hecho, pues ya tienen a los Marines encima y la pelinegra los arrolla.

Marines: ¡Ahhhhhhhhhhhh!

Odessa: Gracias…

Erica: Jo.

Jo:  Tu…

Erica: No me refiero a… como sea. Tal vez sea hora del plan B.

Odessa: ¿Plan B?

John: *a lo lejos*¿¡Plan B!?

Jo: Ah, el plan B.

Peliazul y Pelirrojo no entienden un cojón, pero Erica y Jo sacan algo de sus bolsillos y lo arrojan al suelo, generando una pequeña explosión, y luego, una andanada de humo.

Marine 1: ¡Cof Cof!

Marine 2: ¡Ahhhh! ¡Mis ojos!

Kilar: ¿Qué es esto?

La tambaleante oficial se alza para intentar buscar sus rivales, pero, cuando el humo se disipa…

Marine2: ¡No están!

Marine 1: ¡Escaparon!

Sus enemigos se han ido, y rabiosa al punto que empeora su mareo, grita.

Kilar: ¡ESOS… CRIMINALES!

Y no muy lejos se ahí, la tapa de una coladera se cierra.

Capitulo 1026: Sueño de locos[]

Kilar: ¡Sigan buscando! ¡Ahora!

Marines: ¡Si, señora!

La capitán se vuelve loca con la perdida , una vez más, de su presa, ahora presas. Y manda a sus hombres traerlos de vuelta. ¡No debería ser tan difícil, carajo! O eso es lo que ella piensa. Ya se ha dado la alarma en el puerto, y advierten con el Cartel de Odessa y retratos hablados de John, Eri y Jo.

Civil: ¡¿No son los que destruyeron la plaza ayer!?

Marine: Si, señor. Si los ve, proceda con extrema precaución y alerte a las autoridades.

La gente reacciona horrorizada ante los criminales, y temen que solo empeore con esta naciente era de la Piratería. Pero a todo esto, ¿Dónde están estos criminales?

Erica: ¿No viene nadie?

Jo: No. Al menos por ahora.

Han regresado a la caseta dónde John y Eri se hospedaban. Jo, con su personalidad calma como siempre, se mantiene a la ventana haciendo guardia mientras que Eri atiende las heridas de los demás. Ya ha citado el hombro de su amigo, y con mucho trabajo ha extraído la bala de la pierna de Odessa, y ahora está vendandosela.

Odessa: G…gracias.

Erica: No es nada.

La peliazul debe desviar la mirada mientras recibe la curación. Un poco porque le avergüenza los problemas causados a la chica y la necesidad de pedir ayuda, pero también porque Erica no se ha logrado destransformar y sus dedos están babosos.

John: ¿Cómo estás tú, Eri? Casi me matas del susto con lo de las costillas.

Erica: Estoy bien, ni siquiera me duele. Pienso que tal vez es algo que puedo hacer normalmente.

Odessa: Nunca había visto algo así. Definitivamente te conseguiste una zoan, pero ni idea de que eres.

Erica: Ya. Es raro.

La chica se agarra la panza, notando curiosa que los agujeros de sus costillas están casi curados.

John: En todo caso, lo siento , Odessa. Parece que no podremos compartir el botín después de todo.

Odessa: Meh, no pasa nada, John. Gracias a eso estamos libres y vivos, así que creo que está bien.

John: Ya.

Un silencio corto prevalece. Ligeramente incómodo, principalmente porque Erica no esperaba que John y Odessa se traten con tanta naturalidad. Hace unas horas se odiaban después de todo, aunque supone que está bien. No es la única que tiene esa cuestión, eso si, y esa otra persona pregunta.

Jo: Je. ¿Ahora se llevan bien?

John: Ah si. Larga historia.

Odessa: Resulta que tenemos mucho en común. Cosas de prisión jeje.

John: A mí me sorprende más que ustedes des vinieran juntos a salvarnos. ¿Eso como paso?

Erica: Je. Esa también es una larga historia.

Bastantes horas antes…

Jo había estado a punto de comerse la fruta del Diablo para salvar a su compañera cuando su cuello es amenazado para que no lo haga.

Erica: Ahora alza las manos y date la vuelta lento.

Jo hace lo que le dicen con un cuchillo amenazando con cortarle la garganta, sorprendiéndose de ver a la menuda pelinegra que acompañaba al pelirrojo que les daba problemas.

Jo: ¿Tu?

Erica: Dame la fruta ahora, o no me hago responsable por lo que te pase.

Su voz suena decidida, pero Jo se da cuenta que su cuerpo no le respalda.

Jo: Hmmm. ¿Nunca has tomado una vida, verdad?

Erica: ¿De que demonios hablas?

Jo: Te tiemblan las manos. A un asesino no le temblarían.

La pelinegra se queda pasmada un momento, pero luego responde a gritos.

Erica: ¡Cállate! ¡Dame la fruta o te rajo!

Pero a Jo no le van sus palabras en absoluto, pues, de un simple manotazo, le tira el cuchillo, el cual se cae al agua para no ser visto de nuevo.

Jo: ¿Ves? A un asesino no se le caería el cuchillo y … ¿Oye, estás llorando?

Y en efecto, Eri lagrimear profusamente, tratando y fallando bastante miserablemente de limpiarse con las mangas de su chaqueta, causando que Jo abra los ojos ligeramente en pánico.

Erica: *sniff* Soy un fracaso. ¿Cómo se supone que salve a John así? Lo voy a perder. Voy a perder a la única persona que me queda en este mundo porque soy una inútil.

La chica se queda ahí un momento, convirtiéndose en un mar de lágrimas que conmueven el corazón siempre calmo de Jo.

Jo: Odessa también es lo único que tengo en el mundo. Entiendo porque quieres salvarlo. Yo también quiero salvar a mi mejor amiga.

Erica: *sniff* ¿Huh?

Y de vuelta al presente…

Jo: Resultó que también tenemos un montón de cosas en común. Decidimos hacer las paces por mientras.

Erica: Y ya que no se pelear, y ya que técnicamente era mía, Jo me dejó comerme la fruta. Ya luego armamos el plan con el que los sacamos.

John@ y Odessa se miran el uno al otro riéndose por el paralelismo de lo que les acaban de contar, y luego les sonríen a sus propios camaradas

John: Pues salió genial. Gracias.

Odessa: Si. A los dos.

Ambos, especialmente Eri se sonrojan por el cumplido. En el caso de Jo, para evitar que le vean la cara, se gira hacia la ventana, pero al hacerlo, se le abren ligeramente los ojos con alarma.

Jo: Oh… Chicos.

John: Tenemos que pensar que hacer ahora.

Odessa: Creo que lo ideal sería salir de la isla. Pero va a estar difícil, Jo y yo no tenemos ni dinero ni provisiones.

Jo: Chicos…

John: Tsk… estamos igual.

Jo: Chicooooos…

Odessa: Uy. ¿Decías Jo?

Jo: Ahm, si. * Señala la ventana* Alguien viene.

Todos: ¿¡Qué!?

Todos se alarman de inmediato, Erica incluso corren círculos por la habitación.

Odessa: ¡Carajo, Jo! ¿¡Por qué no lo dijiste antes!?

Jo: …

John: ¿¡Cuántos son!?

Erica: ¿¡Es la Marine!?

Odessa: ¿¡Quien más va a ser!?

Jo: De hecho… parece que solo es uno… y creo que es mujer.

Odessa: ¡Kilar!

Y súbitamente, una patada abre la puerta. En definitiva, una mujer los mira con odio. Pero no es Kilar, ni siquiera es Marine, ¡Ni siquiera es mayor que cualquiera de ellos!. Es solo una chica regordeta, lo que les da algo de alivio. Pero…

Chica: ¡A ver, gorrones! ¡Desalojen!

Odessa: ¿Eh?

Erica: ¿Por qué?

John: ¿Qué te pasa a ti, gorda! ¡No tienes ningún derecho de sacarnos de aquí!

Chica: ¡Soy la hija de tu casero, imbécil! ¡Y dice que hoy no hicieron nada por el hospedaje!

Erica: Oh…

John: Uy…

Con todo lo que pasó, se les olvidó. Y luego la cosa se pone incluso peor. Tenían las luces apagadas en un intento de llamar menos la atención. Pero la chica las enciende para gritarles un poco más y todos quedan perfectamente expuestos a su vista.

Chica:...

Erica: Oh no.

Jo: Ahmmm… hola.

Chica: ¡Criminales! ¡Son los criminales! ¡Marine! ¡Ayuda…!

Raudo pese a sus heridas, John se apresura a jalar la del brazo y cerrarle la boca con la mano mientras sus acompañantes cierran la puerta. No obstante, la chica no piensa dejarse.

Chica: ¡Hmmphhhh! ¡Hmphjmjm!

John: ¡rayos! ¡Cálmate, chica! ¡No voy a hacerte daño!

La chica no se termina de fiar, pero si son tan peligrosos como dicen, podrían haberla matado ya, ¿Por qué no lo han hecho?

John: Ahora. Te soltaré la boca si prometes no gritar.

La chica asiente lento y John la suelta. Ella sigue su parte y no grita, pero no quita su mirada de recelo.

Chica: Hmph…

John: Ya, se lo que debes estar pensando pero no somos criminales… aún. O no esa clase de criminales…

Odessa: Ya deja de hablar, John. Nos estás echando de cabeza.

Erica: El caso es que todo ha sido un… malentendido con la Marine. Pero en serio, no te haremos daño y …

Chica: Criminales o no. Si me ven asociándome con ustedes me meteré en problemas. Así que salgan ya o ahora sí llamaré a la Marine.

La chica se dispone a salir, con calma pero rabia. No obstante, los chicos no pueden arreisgsrse aún a ser vistos, así que John la vuelve a jalar del brazo.

Chica: ¡Coño! ¡¿Quieres que si te delate, carajo!?

John: Ya. Perdón, amiga.

Chica: Carmen. ¡Y no soy tu amiga!

John: Ya. Lo siento, Carmen. Se que te damos problemas pero si nos echas de aquí, nosotros también tendremos problemas.

Carmen: ¿Y eso a mí que?

John: Por favor. Solo necesitamos pasar aquí un rato hasta que se calmen las cosas. Podemos llegar a un trato, si quieres. Aún podemos hacer deberes para tu padre o podemos darte alguna cosa. No tenemos mucho dinero pero algo se puede arreglar. ¿Qué dices?

La chica no cambia su mueca. Sigue sin estar para las mierdas de esos cuatro. No obstante,  su mirada se desvía a John, barriéndolo de arriba abajo, y aflojando un poco su ceño.

Carmen: Supongo que no estás mal. Harás algo para mí.

Hace una mueca para que la siga y John va, el resto se dispone a ir tras ella, pero está los detiene, usando su oronda figura para bloquear la puerta.

Carmen: Solo él. Ustedes esperen aquí.

Odessa: ¿Ok?

Erica: ¿John?

Hay preocupación en su voz, y el pelirrojo lo nota. Pero no tarda en darle calma.

John: Estaré bien, Eri. Solo iré con “ la amiga Carmen” un rato.

Carmen: He…

Y así, Eri y el par de ladrones esperan. Pero su preocupación solo crece. Porque pasa media hora, una hora completa y John no regresa.

Erica: ¿Y si le pasó algo?

Jo: Ya, calma. No sirve de nada preocuparse.

Odessa: ¿Podría haberlo encontrado la marine?

Erica: ¿¡Podría haberlo entregado ella!?

Están ya decidiendo si buscarlo o no es buena idea, pero entonces , dos horas después, se oye un toquido en la puerta.

John: Hola. ¿Me abren?

Erica: ¡John!

Odessa: Ah, ahí está.

Jo: Ya no habrá que buscarlo.

Odessa: ¿Dónde estabas, tu? Ya estabas asustando a la amiga Lagartija.

Erica: No soy lagartija…creo…

Odessa: Como sea, ¿Dónde diablos estabas?

Erica: ¿Y que traes ahí?

La pelinegra señala una caja que el muchacho lleva con él, a lo que este se sonroja y sonríe un poco estúpido.

John: Ah, eso. Carmelita me pidió ayuda con…algo, y quedó satisfecha, muuuy satisfecha. Tan satisfecha que me dio comida para dos días. También nos dejara pasar la noche aquí.

Erica: Ah…

Odessa: Ya veo…

Jo: Que amable de su parte.

Jo es la única persona ahí que piensa eso, pero es probablemente que es porque no ha notado el aspecto de John. Si bien, la ropa desarreglada, el pelo desordenado y la falta de aliento son normales para alguien que ha hecho trabajo manual, las marcas ya tirando a negras en su cuello que ven la pelinegra y la peliazul son indicativo de cosas más…adultas.

Erica: Ok… entonces estamos a salvo de soplones y además tenemos comida para el viaje.

Odessa: Oye, pero ahí no hay comida para dos días. Considerando que ustedes dos coman como persona normal, ahí hay comida para cuatro días.

John: Ah, si, pero divídelo por la mitad y ahora tienes comida para cuatro por dos días.

Todos los presentes miran a John con sorpresa. ¿Está implicando lo que está implicando? El pelirrojo sabe que lo miran, así que procede a explicarse con una sonrisa aún mayor.

John: Se que empezamos mal…

Odessa: Muy mal de hecho, je.

John: Pero mírenos. Trabajamos en equipo y salimos bien librados.

Jo: Casi.

John: El punto es, que para el mundo terrible que nos toca enfrentar, no me molestaría tener a un par como ustedes luchando a mi lado. Aunque, bueno, esa es mi opinión. ¿Qué opinan ustedes tres?

Erica: ¿Tres?

La chica está confundida por toda la situación, pero John le sonríe.

John: Bueno, tampoco voy a tomar una decisión así de grande sin la opinión de mi Co-capitán.

Ante estás palabras, la pelinegra sonríe, aunque también está pensativa. Solo conoce al par de un día y les causaron muchos problemas, pero las cosas al final les salieron bien.

Erica: Je. Sería muy desgraciado de mi parte si me pusiera en contra tuyo ahora, John. En especial si vas a decirme así de bonito.

John se ríe. Ambos piratas están de acuerdo, y extienden sus manos en señal de amistad a los ladrones.

John: Entonces, ¿No quieren seguir sus sueños y tener aventuras junto a nosotros?

Pero el par de ladrones aún están algo pensativos, en especial Odessa, la cual no puede evitar preguntar algo en voz alta.

Odessa: Me contaste en la celda que intentas ser pirata. ¿Qué es lo que quieres lograr al serlo?

John se sorprende por la pregunta, no obstante, contesta decidido mientras Erica le observa orgullosa.

John: Voy a ser el Rey de los Piratas.

Ante estás palabrasz Odessa no puede evitar reir, fuerte. No obstante, no lo hace con malicia. Es una risa genuina.

Odessa: Je. Ya sabía que estabas loco pero no tanto. ¿Tu que dices Jo?

Jo no cambia su estoico mirar, y solo se limita a decir…

Jo: “Jo” quiero si tú quieres.

Con una sonrisa, Odessa choca el puño de su siempre camarada, para luego, aceptar cada uno un apretón de manos de John y Eri.

Odessa: Felicidades. Te acabas de conseguir a una tripulación.

Capitulo 1027: Los Piratas del Ave Rapaz[]

Erica: (susurrando) Vamos. Por aquí

John: (también susurrando) Rápido, antes de que alguien nos vea.

Capitán y Co-capitán guían a sus nuevos camaradas a su pequeña nave antes de que el cielo sea iluminado por los primeros rayos de la mañana, usando la oscuridad para escudarse de miradas indeseadas.

Odessa: Debemos apresurarnos. Kilar suele vigilar los puertos.

Y precisamente, esto es cierto, hay un puñado de Marines en el diminuto puerto. No obstante, están distraídos con un barco pesquero y su tripulación que se disponía a iniciar la faena diaria.

Pescador: ¿Nos van a dejar salir o no? Se supone que estemos en altamar antes de las 7.

Marine: Y yo le digo que no. Que el puerto está cerrado hasta nuevo aviso por presencia criminal.

Pescador: Criminal es que no nos dejen trabajar. ¿¡Cómo se supone que alimente a mis hijos!?

Marine: Llamar criminal a la Marine es algo que diría un criminal.

Odessa: Jejeje. Eso es conveniente.

Los piratas escuchan la discusión divertidos mientras guardan todas sus cosas en el barco. No son muchas en realidad, de por sí John y Erica siempre han tenido poco, pero aún así se sorprenden de ver qué las de Odessa y Jo son aún menos.

Odessa: Ya, no nos vean así. Nos hacen sentir más pobres.

John: Bueno. Tampoco tenemos mucho, pero lo nuestro es suyo.

Odi y Jo sonríen por el comentario mientras terminan de preparar la nave. En minutos, ya están zarpado y la Marine ni cuenta se da.

Odessa: Jaja. Hasta nunca, Kilar.

John: Adiós, desgraciada. Hola, aventura.

Todos: ¡Siiiii!

Y así, comienzan su primer viaje como tripulación. La adrenalina los hace gritar de alegría y un poco de pánico, pero más de alegría. Tras unas horas de viaje, ya están bien seguros de que han escapado de Kilar y su locura, así que se permiten relajarse un poco. Solo un poquito, navegar sigue siendo una tarea complicada. John da algunas órdenes para las velas y cuerdas, pero resulta que Jo no tiene ni que escucharlas. Hace todo tal y como se debe hacer.

John: Wo. ¿Sabes de Náutica?

Jo: Mi madre era cartógrafa y mi padre marino mercante. Así se conocieron, de hecho. Luego me pasaron algo del negocio a mi.

Erica: Cool. Creo que en ese caso serás nuestro navegante. Lo siento, John.

John: Nah, si sabe más que yo, mejor así.


Odessa: Je. Si Jo es navegante, ¿Qué soy yo?

John: ¿Sabes cocinar?

Odessa: No.

Erica: ¿Timonear?

Odessa: Nope.

John: ¿Algo además de “gato gigante”?

Odessa: Nopity nop.

Erica: Entonces… eres… tripulante.

Odessa: Awww, que aburrido.

John: He. Tu culpa por ser tan inútil, jeje

Odessa: Cuidado, “amigo”.

El resto se ríe de Odessa, lo que la deja molesta. No obstante, Erica añade algo más.

Erica: En todo caso, aún eres Primer Oficial.

Los ojos de Odessa se iluminan al oír esto mientras que John se sorprende un poco pese a ser cierto. No obstante, la alegría se le baja rápido a la peliazul.

Odessa: Aww, pero eso no vale de nada. No hay nadie a quien le pueda dar órdenes, porque Jo también sería Primer Oficial.

Jo: Nah, no me interesan ese tipo de puestos. Puedes darme órdenes si quieres.

Odessa: Je. Gracias, siempre puedo contar contigo, Jo.

Erica: Además, aún podrás ordenar a los camaradas que se nos una después, y hablando de …

Todos sonríen ante el pensamiento de más camaradas, y su buen ánimo solo se agranda al ver lo que lleva la Pelinegra en las manos. Algo en lo que la chica ha estado trabajando desde que zarparon. Nada más y nada menos que una bandera negra con una calavera a medio pintar.

John: ¡ Una Jolly Roger!

Erica: Nuestra Jolly Roger, aún no la termino, pero aún no se

Odessa: Wow. Tienes talento, niña.

Erica: Gracias…aunque no soy una niña…

Jo: Entonces somos los piratas de…

Sinceramente, ni John ni Eri lo habían pensado. Así que se ponen a dar nombres.

Erica: Piratas de John… Piratas de Black

John: Me gusta el segundo, pero en ese caso porque no Piratas de Grey.

Odessa: O de White.

John: Tu no eres capitán.

Odessa: Aún no… hahahaha no te creas.

Jo: Piratas del … ¿Águila?

El pelirrojo se queda pensativo. Ese le gusta, pero …

John: No estoy seguro de que mi Zoan sea de Águila.

Jo: En ese caso. ¿Qué tal Piratas del Ave Rapaz? Eres una, no sabemos cuál. Pero así no le erramos. Aunque los capitanes tienen la última decisión después de todo.

Jo: A mí me gusta.

John: ¿Estás segura? No quieres algo mejor como piratas del lagarto…

Erica: Que no soy un lagarto, y…

La chica mira su diadema de Pluma y el pendiente de Pluma de su mejor amiga y sonríe.

Erica: Yo creo que Ave rapaz nos queda bien.

Con una sonrisa, y su aprobación, está decidido. Y tras unos detalles finales, una Jolly Roger con alas rojas ondea en lo alto de su pequeña embarcación.

John: ¡Somos los Piratas del Ave Rapaz!

Todos: ¡SEHHHHHHHHHHHHH!

Capítulo 1028: Piratas buenos y Piratas malos[]

Unos días más tarde…

Jo: ¡Tierra a la Vista!

Erica: ¡Yay!

John: ¡Al fin!

La tercera isla para John y Erica, y la segunda para Odessa y Jo. ¿Qué nuevas aventuras les esperan aquí? En realidad, no muchas. Debido a una nueva regla instaurada por la capitán pelinegra.

Odessa: ¡¿TENEMOS PROHIBIDO ROBAR!?

Erica: Ay, no lo digas tan fuerte.

Jo: Vaya…

Odessa: ¿Pero de que vamos a vivir entonces?

Erica: Podemos seguir trabajando, igual que antes.

Odessa: John, ¿es en serio?

John: En serio. Oye, no me veas así.

Y es que la chica no se lo toma nada bien y tiene un “Te odio inmenso” en su mirada.

Odessa: Es venganza por lo de haberles robado, ¿verdad?

John: ¡¿Qué?! ¡No!

Odessa: Hmphh.

Erica: Sé que es repentino, y si, si dolió que nos robaran. Pero no es por eso. Para empezar, John y yo no tenemos intenciones de ser de esas bandas piratas que saquean y dar terror a la gente.

Odessa: Ya, tampoco nosotros. Pero no es lo mismo. Solo tomaríamos lo que necesitamos.

Erica: Lo entiendo. Pero piénsenlo. Cuando nos robaron, John se enojó, claro, y yo también. Pero no fue por la fruta del diablo, ¿sabes?

La peliazul y Jo reaccionan con sorpresa.

Odessa: Ah, ¿no?

John: No. Fue porque te robaste mi guitarra. Mi posesión más preciada y mi medio de vida por muchos años incluso ahora. ¿Ves el punto?

Ante esta respuesta, Odessa baja la cabeza avergonzada.

Odessa: Supongo…

Erica: Ya que no vamos a causar sufrimiento innecesario a inocentes, por eso no vamos a robar. Además de que es mejor mantener un perfil bajo con Kilar tan cerca ¿Entendido?

Odessa y Jo: Si…

Y así lo evitan, empezando un nuevo ciclo de vida. No obstante…

Hombre: ¡lleva eso!

Odessa: ¡Sí!

Hombre: ¡Tu muévete más rápido!

…Es duro, jodidamente duro, en especial para Odessa que piensa que John y Erica al menos se divierten tocando por monedas. Les toma bastantes días por isla conseguir el dinero y los recursos para zarpar cada vez, y apenas están en su quinta isla. Una tal Isla Woodengate.

Odessa: ¿Cuánto nos falta para poder pagar la comida?

John: Cómo otro día de sueldo, creo.

Odessa: ¿Todavía?

John: Ya sé. Ya sé.

Están conversando de su progreso actual mientras se zampan unos pescaditos fritos, del cual empiezan a estar algo molestos. Para ese punto deberían ir mucho más lejos.

Odessa: A este paso todos nos ganarán en encontrar el One Piece.

John: Que optimista…

Jo: *masticando lentamente*

Odessa: Sabes que es cierto.

John: Lo sé, e igual me molesta, pero aun así, mujer.

Erica: Por favor, no hablen así, chicos. No es que este sea tiempo completamente desperdiciado. Ya estamos muy cerca de Reverse Mountain. Además, has aprovechado para entrenarnos, Odessa.

Y, de hecho, es cierto. Siendo la única Zoan experimentada de los tres, ella les ha estado enseñando todo lo que sabe.

Jo: ¿Cómo van la lagarta y el aguilucho?

John y Eri: Oye…

Odessa: Pues hasta eso que no van nada mal.

Erica: Ya nos podemos transformar y destransformar a voluntad.

Odessa: Seh, aprenden rápido.

John: Eso es porque tenemos una buena maestra.

El comentario inesperado hace que las mejillas de la peliazul se pongan rosas, y también levantan las cejas de Jo y Eri, aunque por razones diferentes cada quien.

Odessa: No… no es nada.

Pero antes de que alguien siquiera pueda decir algo más, se empiezan a escuchar gritos y estruendos, a la vez que gente sale corriendo por las calles.

Jo: ¿Hmm?

Erica: Algo malo pasa.

John: Vamos.

Siguiendo su instinto aventurero, corren en contra del flujo de gente paniqueada y llegan al puerto, en donde hay un gran barco con una Jolly Roger deja salir una andanada de barbaros que atacan sin cuartel a los civiles, casas y negocios de la zona.

Civil 1: ¡PIRATAS!

Civil 2: ¡CORRAN!

El que parece ser el capitán, un regordete hombre de barba púrpura con un alfanje, es quien da la orden.

Capitán: ¡TRAIGAN ORO! ¡TRAIGAN LICOR! ¡TRAIGAN MUJERES!

·       Capitán de los Piratas Tesoreros. Héctor “Barbamorado”

Jo: Uy. Es de los malos.

John: Nooooooo. ¿En seriooo?

No obstante, hay una visión curiosa entre la devastación. Un hombre joven, algo mayor que todos ellos y de enigmáticos ojos con las escleróticas negras, le apunta con una escopeta. ¿Por qué es raro? Porque ambos portan la misma bandera.

Joven: ¡DIJISTE QUE NO ATACARÍAS WOODENGATE, HÉCTOR! ¡LO PROMETISTE!

Pero el tal Héctor sonríe, ya que antes de que pueda disparar, otro de sus camaradas le deja tirado en el suelo tras darle en la nuca con una botella. No está noqueado, pero tampoco está bien.

Héctor: Debiste dejar los sentimentalismos cuando te uniste a mí, Kalos. Ahora morirás junto al resto de tu hogar.

El Barbamorado chasquea los dedos para ordenar su muerte. Y el pobre Kalos, en lágrimas, cierra los ojos con fuerza. “Falle en proteger a mi gente”, piensa. No obstante, el tiro de gracia no llega. En su lugar, se oye el grito de su ejecutor que ha salido volando de una patada.

Joh: ¡Fubtritt!

Kalos: ¡…!

Héctor: ¿¡Qué mierda!?

Ante la horda de piratas, se aparecen los cuatros Piratas del Ave Rapaz, todos en pose de batalla, y al haber enviado a volar ya a uno de sus hombres, están declarando la guerra a los Piratas Tesoreros.

Héctor: ¿Quién mierda se creen, ustedes?

Odessa: Los que te van a patear el culo. Capitán y Capitán, ¿Qué les parece si probamos como va su entrenamiento ahora?

John y Erica: ¡Seguro!

Jo: Que diver.

Capítulo 1029: Crecimiento[]

Héctor: ¡Parece que tenemos algunos remedos de héroe por aquí! ¡Mátenlos! ¡Y a Kalos de paso también!

Piratas Tesoreros: ¡Raaaaaaaaar!

Armados con espadas, pistolas y demás, la pequeña horda de agitadores se abalanza hacia ellos para cumplir con la orden de su capitán, pero resulta que no siquiera logran acercarse, pues, de repente, una corriente de aire les golpea tan fuerte que algunos se caen de bruces.

John: ¡Fache!

¿El causante, John? En su nueva y controlada forma híbrida, bate sus alas tan fuerte que genera el aire. Es entonces cuando los enemigos se dan cuenta, con pánico, del monstruoso hombre ave. Después de todo, las Frutas del Diablo aún se consideran un mito, no obstante, saben que deben acabarlo.

Piratas: ¡A él!

No obstante, sus camaradas hacen de su faena el atacarlos mientras están distraídos o en el suelo.

Odessa: ¡Onca Schlitz!

Erica: ¡Droite!

Jo: Morpheus Foot.

John mismo no tarda en pasar a la ofensiva directa, tajando a sus rivales a base de patadas garrudas.

John: ¡Fubttrit!

Pirata: ¡Kyah!

Pirata 2: ¡Huyan!

John: Ahahaha, míralos correr.

Héctor: ¡¿Qué hacen!? ¡Vuelvan aquí, cobardes! Tsk…

Dándose cuenta que es una situación clásica de “Si quieres que algo se haga bien…”, Barbamorado toma su alfanje y se dispone a acabar con un divertido y distraído John.

Héctor: ¡MUERE!

No obstante, un segundo antes de que pueda golpearle, el segundo en el que John se da cuenta que van a rajarle, su alfanje sale volando gracias a una bala de “desleal” tripulante”.

Kalos: ¡Single!

Héctor: ¡Gaaah!

John: ¡Wo!

Kalos: ¡Se acabó, Héctor!

Héctor: Tsk… ¡Maldito traidor!

John: ¡Schlitz!

Héctor: Ughhh…

Con una gran zarpa marcada permanentemente en su pecho, Barbamorado ha sido finalmente derrotado, y con el resto de sus piratas igual o a la fuga, Woodengate está salvó de la invasión, muy para el júbilo de sus habitantes.

Viejo: ¡Estamos salvados!

Mujer: ¡Esos chicos! ¡Esos chicos los derrotaron!

Pueblo: ¡Tres Hurras por nuestros Héroes! ¡Hip Hip Hurra!

Rica y Odessa se destransforman con sorpresa a la par de los Hurras restantes mientras Jo solo mira con calma. No es usual para ellos ser los que son alabados y no perseguidos. John por su parte, acude directamente hacia Kalos y le ofrece la mano a la vez que se retorna a su forma humana, a lo que Kalos la toma entre intrigado y divertido.

John: Gracias. Me salvaste de que me rebanaran la cabeza.

Kalos: Vaya. Así que hay un humano ahí. Y no fue nada. Ese idiota es bastante manco para las peleas, seguro ganas igual. Pero igual me la debía.

John: Je, ya veo. John Black

Kalos. Damon Kalos. ¿Eres Pirata?

John: Yup.

Por desgracia, ni tiempo les da para celebrar, pues se oye un grito extra entre el pueblo que se regocija.

Hombre: Mejores noticias aún. Ya viene la marine.

Pueblo: ¡Siiiii!

Piratas del Ave Rapaz y Kalos: Uy…

Erica: ¿Creen que sea Kilar?

Odessa: No sé, pero yo que ustedes no me pienso arriesgar.

Kalos: Yo tampoco.

Todos empiezan a correr a sus respectivas naves. Ellos a su pequeño bote, y Kalos a su gran barco, no obstante, hay un insignificantito problema.

Erica: Pero... ¡No tenemos provisiones!

John: Tsk... ni suficiente dinero.

Jo: ¿Entonces?

Kalos: ¡No se preocupen por eso!

Piratas del Ave Rapaz: ¿Eh?

Kalos: Yo me encargo de eso. Pero ayúdenme a sacar el barco del muelle. Solo me tomaría un mes. Puedo remolcarlos si quieren incluso.

Los Piratas se ven confundidos, pero su igual de ojos negros solo sonríe. ¿Qué hacen ellos entonces? Ir tras él, claro. No desconfían de él, ya los ayudo en batalla y ellos a él. Un poco más de ayuda de su parte a cambio de comida no es un mal trato.

Kalos: Ayúdenme con esas cuerdas y…

Con celeridad, los cuatro del Ave Rapaz tienen la nave a punto en minutos, abriendo velas, cortando amarras, levando anclas y rizando gavias. También amarran su nave a la de él y guardan sus cosas. No mucho después ya han zarpado, y muy a la distancia se alcanzan a distinguir buques de la Marine.

Kalos: Wo. Justo a tiempo.

John: Sep. Pero es que son lentos.

Odessa: Mejor así.

Erica: Ahora. No quiero ser molesta, pero, las provisiones…

Kalos: ¡Oh, si! Claro, claro. ¿Quién es el Capitán?

John/Erica: alzando la mano ¡Yo!

Kalos: Wo. Doble. Ok. Los demás, ¿Me harían favor de coger el timón y evitar que nos matemos en lo que llevo a sus capitanes a la bodega?

Odessa: Vas, Jo.

Jo: Voy.

Los ex ladrones hacen lo que les dicen mientras los mejores amigos bajan a la bodega con Kalos, la cual está repleta no solo de comida, sino de dinero.

Erica: Wo…

John: Esos piratas sí que se daban buena vida.

Kalos: Jeje. Pueden tomar lo que deseen de aquí, pero antes…

El joven coge una botella de licor con sonrisa pícara.

Kalos: ¿Qué tal si celebramos nuestra victoria un poco?

A lo que John y Eri también responden con una sonrisa.

John: Je. Me agrada como piensa este sujeto.

No pasa mucho tiempo para que se monten un banquete en la cubierta. Para todos los del Ave Rapaz, es más comida de la que han tenido en años, incluso más que en toda su vida en algunos casos. Las bebidas no se hacen esperar tampoco, aunque hay ciertos efectos indeseados, en especial para cierta señorita que en su vida había probado una gota de alcohol.

John: ¿Estás bie, Eri?

Erica: Jejejejejeje, mi cara se siente muy caliente, jijijiji. Kalos, ¿me das más?

Kalos: Claro.

John: No creo que debas.

Odessa: Déjala. Arrepentirse al día siguiente es parte del día siguiente, hic.

Jo: Ajam.

John: Bueno...

Erica. ¡Wiiiiiiiiiiiiiii!

La chica bebé felizmente, mientras todos sus mayores conversan sin parar de comer.

Odessa: Y entonces, Kalos. Cuenta. Hic. ¿Cómo acabaste trabajando para ese imbécil?

Kalos: ¿Con Héctor? Je. Una historia bastante larga… y trágica.

Jo: Tenemos tiempo…

John: No hace falta que lo cuentes si no quieres.

Kalos: Nah, nah, está bien. Mis padres murieron cuando era niño. Fui criado por mi tío, que era mercader, lo fue toda su vida. Cuando falleció, yo seguí el negocio. Luego, inicio la era de la Piratería y… pues, Héctor y sus piratas atacaron la nave en que viajaba.

La mirada del hombre se pierde un momento, como si recordará algo terrible.

Kalos: Mataron a la mayoría. Se robaron todo. A mí me perdonaron porque… me acobardé y me rendí rápido. Les dije que podía ser útil. Soy bueno con las armas así que me tomaron la palabra. Seguí sus órdenes desde entonces. Los deje saquear. Los deje matar…

Odessa: Vaya…

John: Entonces… ¿Qué cambio hoy?

Él de las escleróticas negras suspira, mientras sus acompañantes le observan con interés y cierta pena.

Kalos: Woodengate es mi pueblo natal. No tengo muchas conexiones ahí desde que mi tío falleció, pero sigue siendo mi hogar, ¿sabes? No iba a dejar que mataran y saquearan. Ya no más.

Erica: Que historia…

Kalos: Sep… no es la mejor, ya lo sé.

Odessa: Ey, no seas tan duro contigo. Salvaste a mucha gente hoy.

John: Además. ¿Quién dice que no puede seguir haciendo cosas buenas?

El de ojos raros sonríe un poco con esto, pero entonces nota que los cuatro le miran intensamente.

Kalos: ¿Qué tanto están mirando?

John: Kalos. ¿Qué tienes pensado hacer ahora que eres libre de ese gordo morado?

Kalos: Pues, en realidad, no tengo ni la más puta idea. Tal vez regresar a los negocios y rogar que no pasa nada otra vez.

John: ¿Y por qué mejor no te unes a nosotros?

Kalos: ¿Qué? ¿Por qué?

John: Para empezar, me salvaste el culo.

Odessa: Eres buen tirador. Nos falta uno de esos

Jo: Sep. Además, nosotros no robamos… ya no.

John: Ni saqueamos ni matamos.

Kalos: Pero… es que...

Erica: ¡Eres buen tipo! ¡CARAJO! ¡¿QUÉ ESPERAS?!

El joven hombre se ve sorprendido por la proposición. No sé cree que su vida este cambiando tanto de nuevo, pero al final, vuelve a sonreír, esta vez, mucho más confiado.

Kalos: Je. Ya que lo dicen así. ¡HAGAMOSLO, MIERDA!

Todos: ¡SIIIIIIIIII!

Y así, el quinto miembro aparece. La Tripulación crece y con ello, su pequeña fiesta. Hay muchas cosas más que festejar. El nuevo miembro. Joder, un nuevo barco. Dinero para varias semanas. Comida también.

John: ¡SOMOS LOS PIRATAS DEL AVE RAPAZ!

Todos: ¡AVE RAPAZ!

Y así, la fiesta continua y eventualmente muere a altas horas de la madrugada. Pero además de todas las cosas que han crecido, hay una más. Y se enteran de ella al día siguiente, mientras se están curando la cruda y Kalos compra un News Coo.

Kalos: Ahmmm, Capitán…es. Chicos. Creo que quieren ver esto.

John: ¿Qué cosa?

Erica: Ay…. No hablen tan fuerte.

Kalos: Esto.

El hombre de escleróticas negras saca dos papeles de entre el periódico con cierta particularidad. Tienen las caras de John y Odessa.

John: ¿Esos son…?

Odessa: Sep. Carteles de recompensa.

Capítulo 1030: Carrera por la ascendente[]

Los dos muchachos observan sus carteles con sentimientos encontrados. Los motivos por los que se los han dado no les gustan del todo.

Kalos: "Se busca. Vivo o Muerto. John Black “Pluma Roja” Por los crímenes de ataque a civiles, daño a propiedad privada y del marine, escapar de la Capitán Tea Kilar de la Marine y… ¿¡Emascular al magnate de negocios Currant Goosberry?!

John: Pshe. De todas esas cosas, la última es la única de la que de verdad estoy orgulloso.

Kalos le mira como si estuviera completamente loco, y más cuando el resto de sus camaradas no reacciona a eso, haciendo que se aferre a sus partes nobles por instinto.

Erica: Se lo merecía, créeme…

Kalos: Ok... el otro es Se busca. Viva o Muerta. ¿Jazmynn White?

Odessa: Mi segundo nombre…

Kalos. Por los crímenes de ataque a civiles, daño y robos a propiedad privada y de la Marine, gran robo de propiedad del Gobierno Mundial, escapar de la Capitana Tea Kilar de la Marine en numerosas ocasiones y el ataque al Gobernador de Isla Louludia, José II…

Odessa: Je. Solo no hice lo último de esas cosas, y ahora me gustaría haberlo emasculado también.

Jo: Igual se lo merecía.

Kalos: Ustedes me dan miedo…

Erica: Esto es malo. Empezarán a cazarnos.

Odessa: ¿Más? Esto es obra de Kilar, seguro.

Jo: Somos piratas, es un gaje del negocio después de todo. No me sorprendería que todos tengamos una en un futuro.

Erica: Hm…

Están pensativos. En teoría es algo muy malo tener una recompensa, o al menos lo sería para el civil común. Para un pirata, es renombre, respeto, temor, fama. Cosas que John jamás ha tenido al haber nacido como un donnadie. Y es al pensar en eso, que la alegría de John le empieza a ganar al resto de sus emociones.

John: Haremos una recompensa muy grande. Después de todo, somos la tripulación del futuro Rey de los Piratas.

Viendo su buena actitud, el resto se empieza a contagiar de su entusiasmo, y ahora, deciden celebrar por las recompensas del Capitán y la Primer Oficial.

John: ¡Las cosas se van a poner locas!

Todos: ¡Siiiiiiiiii!

Y vaya que se volverían locas…

Días más tarde… Reverse Mountain, mar territorial de la ladera sur.

Kalos: ¡Nos está alcanzando!

Un cañonazo revienta una esquina de la cabina de su nave. El recién re-bautizado Crimson Wanderer se ve perseguido por un buque de la Marine, nada más y nada menos que aquel que sirvió de breve prisión para John y Odessa.

Kilar: ¡No dejen que escapen!

Odessa: ¡Maldita vieja!

En su camino a la entrada al Grand Line, la Capitán de la Marine les ha hallado una vez más, llevan horas en persecución y está por darles alcance.

Odessa: ¡¿Cómo sigue encontrándonos!?

Erica: ¡Jo! ¡Más rápido!

Jo: ¡Vamos a tope, Capitán!

John: ¡Agh, Maldita sea! ¡Solo estamos a unos kilómetros!

En efecto, la montaña que ha de llevarlos al océano más grande del mundo ya se ve en la lejanía. Incluso con las balas pitándoles en los oídos, se maravillan por el agua que vence la gravedad. Por desgracia, esto resulta ser una pésima idea, pues el enemigo aprovecha.

Kilar: ¡Fuego!

Kalos: ¡Cuidado!

El casco de su navío es atravesado, pero no es una bala esta vez, es un arpón. Ahora los tienen atorados desde atrás. Con esa tensión extra, su navío pierde velocidad, y empiezan a abordarlos.

Kilar: ¡A ellos!

Odessa: Maldición. ¡Los tenemos ya encima!

John: ¡Jo! ¡Encárgate que el barco no se vaya a la puta! ¡Kalos! ¡Encárgate que Jo no se vaya a la puta!

Jo: Wow, que confianza…

Kalos: ¡A la orden! ¡¿Pero que van a hacer… ustedes!?

El de las escleróticas negras no necesita una respuesta, pues ve de inmediato a su Capitán, su Capitán y su Primer Oficial tomando su forma híbrida para pelear con los Marines.

John: ¡Fubbtrit!

Odessa: ¡Onca Schlitz!

Erica: ¡Aviron Glissant!

Usando patas, garras y cola respectivamente, los tres zoan se enfrentan a la multitud de enemigos que se sube a su nave. Los reclutas de tercera, segunda y primera no son un problema. No obstante, saben que su capitán está ahí.

Kilar: Tch… escoria. ¡Spinning Snake!

Con agilidad, los tres evitan un tajo circular al hacerse cada uno a un lado diferente. Eri se agacha, Odessa salta y John se hace a un lado. Luego, los tres reafirman sus poses de batalla y se abalanzan hacía ella, la cual tiene que usar su lanza para bloquear a todos a la vez.

John: ¡Fausten!

Odessa: ¡Onca Fubtritt!

Erica: ¡Droite Glissant!

Kilar: Aghh… ¡BLOCKADE MAMBA!

Teniendo que usar una gran cantidad de su fuerza, logra repeler a la tríada de Zoans, los cuales, aunque retroceden unos metros por la reyerta, aún mantienen sus poses de batalla.

Kilar: Tsk. Parece que han mejorado con sus habilidades.

Odessa: ¿Qué? ¿Tienes miedo?

Erica: Tal vez le preocupa que pateemos su trasero como la última vez.

John: Pues que lastima, porque es lo que va a pasar. A menos que, decidas rendirte, claro.

Pero ante estas palabras, Kilar solo se ríe por lo bajo.

Kilar: Je. Que este en combate tres a uno contra unos cobardes piratas no significa que no vaya a ganar. Aún tengo la ventaja.

Odessa: Si te refieres a ventaja numérica, tener patatas por soldados no es ventaja.

Kilar: Tal vez mis soldados no sean tan fuertes como ustedes, sí. Pero aún pueden hacer cosas como esta.

La mujer chasquea los dedos y de repente, los tres se hacen a un lado cuando ven que están a punto de dispararles. Si fueran balas lo que les disparan, seguro que lo habrían esquivado. Pero no son balas. Algo se enreda en sus extremidades. De repente, se les va toda la fuerza, y con ella, sus formas híbridas.

John: ¡Pi… Piedra Marina!

Kilar: Ah. La recuerdas. No cometeré los mismos errores de quererme ensuciar las manos con ustedes. Y tal como les dije la vez pasada, son demasiado peligrosos para seguir vivos…

Están completamente indefensos. Al mismo tiempo, Kalos dispara a cada soldado que ve, los cuales están empeñados en quitar a Jo del timón.

Kalos: ¡Scatter Shot!

Un tiro suyo se convierte en seis, despachando a ese número de soldados a la vez. No obstante, los enemigos son demasiados y Jo ya tiene que estar atendiendo sus deberes de navegación a la vez que pega una patada ocasional.

Jo: Morpheus Foot… Ahm, Kalos, ¿Qué no se supone que me…?

Kalos: ¡¿Qué crees que estoy haciendo!?

Pero entonces, se dan cuenta de dos cosas. Uno: Que sus compañeros están en el suelo enredados en redes y sin sus poderes. Dos: El barco de la Marine está maniobrando muy pero muy raro y la entrada a Reverse Mountain ya está a solo unos cientos de metros.

Kalos: ¡Quieren estrellarnos contra la entrada! ¡Van a matarnos!

Jo: Ah no. Ni lo piensen.

Pero, con su gran pericia, Jo les gana la maniobra, girando el timón con tal fuerza que acaba por mover el angulo del buque que los atrapa, y al mismo tiempo, zarandea a todos tan fuerte que medio mundo se cae.

Kilar: ¿Qué demonios?

Jo: Kalos, corta la cuerda.

Kalos: ¡Voy!

De un certero tiro de su escopeta, el barco de los Marines se suelta, y acaba por terminar con el destino que pretendían para sus enemigos. Se estrellan contra la entrada de la Reverse Mountain.

Kilar: ¡NO!

Por suerte para ellos, su barco es mucho más grande que el pirata así que no se hace pedazos, pero ahora Kilar y una veintena de sus soldados están varados en el barco enemigo.

Kilar: Tsk… no importa. Ya veremos que hacemos, por ahora hay que acabar con…

Pero entonces, se da cuenta de una cosa. Una de las redes que restringía los poderes del enemigo yace a sus pies, sin la persona.

Kilar: ¡…!

John: ¡Fache!

Con un gran soplo de aire de sus alas, Kilar sale disparada de la cubierta junto al resto de sus hombres y, aunque intenta mantenerse en la nave con su lanza, falla y cae al agua justo al tiempo que la nave de los piratas empieza a subir la montaña invertida a toda velocidad.

Jo: Agarrense.

Odessa: Agh… no puedo.

Erica: Sin… fuerza… ¡WOAH!

Las dos mujeres usuarias aún están debilitadas por la piedra marina atada a sus cuerpos, y corren el riesgo de salir volando tal como lo hizo Kilar antes.

John: ¡Kalos!

No tiene ni que terminar la oración. Kalos ya ha salido corriendo para ayudar a Erica, evitando que salga disparada aferrándola y aferrándose a el mismo a la baranda. John pretende hacer lo mismo con Odessa, pero es tarde, y ella se cae de la nave.

Odessa: ¡Kyaaaaa!

John: ¡Odessa!

Pero John, súbitamente, vuela. Jamás lo había hecho antes, pero esta vez vuela, solo lo suficiente para tomarla de la mano y regresarla a la seguridad de la nave.

John: ¡Te tengo!

Jo: La cima…

Al otro lado, no más marines. No más caos. Solo el mar más bello que jamás han visto en sus vidas, y, con una carrera rápida, cual tobogán, llegan a la base contraria de la montaña, en donde se detienen un momento para recuperar su aliento.

John: ¿Están… todos bien? Uffff…

Erica: Seh…seh…

Kalos: aja…

Jo: Sep…

La única que no dice nada es Odessa, la cual tiene que tomarse un momento, no puede ni hablar.

John: ¿Estás bien, Odi?

Odessa: Me… Me salvaste.

John: Pues claro que te salve. No iba a dejar que te pasará nada.

Las mejillas de ella están súper rojas tras eso, pero John lo atribuye a la falta de aliento y la adrenalina. Una vez repuestos del impacto, los cinco alzan los puños en júbilo.

Jo: Servidos, señores.

John: ¡Llegamos al Grand Line!

Capítulo 1031: Planes y Atenciones[]

¿Cuál es la primera parada de nuestros piratas en Grand Line? Isla Harley y su grandioso puerto de Triumph, famoso por estar varios metros bajo el mar y haber resistido a hundirse por décadas con su gran muro costero. Agradable, aunque bastante polvoso en esa época del año. Es ahí que los del Ave Rapaz comentan que harán a continuación mientras comen bollos en un puesto callejero.

John: ¿Cuánto dijeron que tardaría en recargarse la brújula mágica esa?

Kalos: ¿La que nos dio el viejo de las flores?

Erica: ¡...Y la Ballena!

Jo: Dijeron que como seis horas. Ósea que nos faltan… como dos.

John: Genial: Podríamos salir mañana si quisiéramos.

Todos se le quedan viendo, a lo que el añade.

John: Ya se, ya se. Descansar primero. Lo de Kilar sigue reciente.

Kalos: ¿Creen que nos siga hasta acá? Digo, es el Grand Line.

Odessa: Nos ha seguido más de un año a Jo y a mí. Espero que no, pero tampoco tengo muchas esperanzas.

John: Qué vida tan aburrida debe de tener.

Todos: Ey…

Al final, todos coinciden en una cosa. Necesitan un plan si eso vuelve a pasar, y si vuelve a pasar deben estar preparados.

John: A ver, señores. Sugerencias.

Kalos: Yo tengo una. Ustedes tres tienen que usar armas.

Señala a ambos capitanes y a la Primera Oficial.

Odessa: Pregunta. ¿Para qué? Somos usuarios de Fruta.

John: Sep, con nuestras Zoan nos apañamos.

Kalos: Precisamente por eso. La última vez les salvamos el culo Jo y yo porque esa cosa de la Piedra Marina los tenía débiles y sin poderes.

Jo: Y no es la primera vez tampoco…

Kalos: La próxima vez, ¿Qué pasa si Jo y yo no estamos? ¿O no llegamos a tiempo?

John: Creo… que ya veo el punto.

Odessa: Ya… yo también

Erica: Pero, aunque tengamos armas, si no sabemos usarlas será el mismo resultado.

Kalos: De eso me encargo yo. ¿No les dije que soy un genio con las armas?

Usando el dinero de la vieja tripulación de Kalos, los tres acaban por comprar las armas que más les llaman la atención. John, por ejemplo, escoge para sí mismo no una sino dos escopetas recortadas.

John: Estas me gustan.

Odessa: ¿Por qué dos?

John: Porque… si pierdo una así tengo la otra.

Erica: Lo hiciste porque te veías más cool con ambas, ¿verdad?

John: No…

Su mejor amigo se ríe de él, avergonzándolo un poco.  Odessa prefiere el combate cercano así que se hace de un mayal inmenso y lleno de púas. Eri, decidiendo equilibrar lo mejor de ambos mundos, se decide por una pistola y un cuchillo.

Kalos: Ok, ya lo tenemos todo listo.

John: Descansemos hoy y mañana empezamos el entrenamiento.

Todos: ¡Sí!

Y así lo hacen. En eso entretienen parte de sus días en el mar.  Erica y John están practicando con sus armas de fuego. John lo capta más rápido, pero ella tiene problemas en su puntería, pues no logra darle a ningún blanco.

Erica: Soy patética…

Kalos: Nah, solo necesitas práctica. No te presiones. Un buen truco es dar un respiro profundo y disparar justo después de exhalar. Inténtalo.

El de los ojos raros resulta ser un mentor muy capaz, pues el consejo ayuda enormemente a Erica y de inmediato logra acertar su primer objetivo. Además de eso, Erica también hace de Sparring de Odessa en armas blancas. La peliazul ya está habituada a ayudar con su zoan a su joven capitán, así que ambas se compenetran bien en sus entrenamientos… más o menos.

Odessa: *levantando su mayal del suelo* Te dije que ya iba a por ti.

Erica: *atravesando una pared*Y yo… te dije que no estaba lista…

Visitan dos o tres islas más. El dinero de Kalos obviamente no iba a durar para siempre, así que vuelven a tener que trabajar, aunque con algunas diferencias.

John: Muchas gracias, querido público. A continuación, tocaremos esta canción llamada Cuando no es como debiera ser. *cantando* Yaaaaa, no volveremos a hablar. No nos volveremos tampoco a veeeer”.

Erica, Odessa y Kalos: *haciendo coros* ¡Fue tu decisión!

El resto de la tripulación, siguiendo el deseo previo de Odessa, ahora también forma parte del espectáculo.

John: *cantando* Quise pedirte perdón por tantas cosas que ni realicé.

Con lo último de dinero, ella ahora tiene un teclado y Kalos, una guitarra con la que acompaña a John. Jo, les da apoyo ocupándose de algunos micrófonos, por lo que su acto callejero ahora son más bien pequeños conciertos en plazas y bares a los que les va mucho mejor. Aunque se requirieron muchas lecciones previas…

Erica: Con más delicadeza. Prueba.

Odessa: ¿Así?

Erica, con su amplio conocimiento musical heredado de su difunto y completamente ÚNICO padre, es quien enseña a Odessa. John, siendo un alumno de ella, misma, se encarga de enseñar los acordes a Kalos en su guitarra, aunque este parece estar atorado, como muchos principiantes, en el Acorde de Fa y produce un hórrido sonido muy diferente a las melodías que toca su capitán.

John: ¿Cuál es el problema más grande que tienes?

Kalos: Uy... pues… Hay una tipa allá por mi isla en Woodengate que dice que su hijo es mío y quiere que le mande dinero. Yo le digo que me lo compruebe y no puede. Entonces, como no le mando dinero, me mandó a sus primos con palos y machetes para que me partan mi mandarina en gajos. El caso es que una vez...

John: No me refiero a eso, idiota. Hablo de la guitarra…

Kalos: Ahhhhhh.

La paga empieza a ser buena, y los actos empiezan a hacer cada vez más y más grandes. Más instrumentos, luces, amplificadores controlados por Jo se unen a sus actos. Se empiezan a hacer de fama como esos Piratas músicos, algo no muy visto desde los Piratas Rumbar, y esto les atrae admiradores

Muchacho: ¿Me firmas tu cartel de recompensa?

Hombre: ¡TOQUEN OTRA CANCIÓN!

Chica: ¡¿Te puedo dar un beso!?

En parte les gusta la atención. Pocas o ninguna vez han tenido tanta atención positiva en su vida. Aunque hay cosas que no les gustan. Para empezar, Erica y Odessa no ven con buenos ojos que Kalos y especialmente, John, empiecen a hacer hábito de “pasar el rato con algunas de sus admiradoras”.

Kalos: Esa última chica con la que fuiste, la de pelo negro, era muy sexy.

John: ¿Amanda? Si, lo era. Y eso que dice que nunca lo había hecho.

Kalos: ¡WOOOOH!

Erica: ¡¿Pueden hablar de otra cosa?!

Segundo, la atención de bandas piratas rivales. Después de todo. Aún tienen recompensas, y sus presentaciones hacen que se presenten varias docenas de pelmazos a quererles patear el culo por semana para conseguir más fama.

Pirata: ¡Mátenlos!

Jo: ¿Y ahora estos quienes son…? Morpheus Foot

Odessa: ¡Que importa! ¡Pégales!

Y tercera, y la peor de todas. La Marine les sigue el paso. Primero algunos oficiales locales. Pero, un buen día, el temor que origino su plan de las armas se manifiesta otra vez.

Kilar: Los vuelvo a encontrar, escorias. ¿O debo llamarlos Piratas del Ave Rapaz ahora?

John: Tch… Kilar

Kilar: Hoy si morirán.

Esta vez, incluso parecen estar en más problemas que la anterior. Kilar tiene más soldados que ha reunido de todo el trecho de Grand Line que han recorrido. Nuestros piratas siguen siendo solo cinco, y pronto se ven rebasados.

Odessa: ¡Onca Style! ¡Blutig Wanderung!

Jo: Eolo Walk.

En su forma híbrida completa, la mujer jaguar salta y avanza corriendo en las cabezas de sus enemigos, dejándoles heridas punzantes en la sesera mientras su camarada le sigue los pasos omitiendo la parte sangrienta. Parece estar desesperada de llegar a alguna parte. No obstante, no lo logra, pues acaban por jalarla de nuevo al suelo de un tirón de tobillos y Jo se ve cayendo varios metros más avanzada por un disparo en una rodilla.

Jo: Ughh…

Odessa: ¡Jo!

Kalos: ¡Skipper!

Con una gran bala que parece rebotar y causar explosiones con cada impacto, Kalos espera abrirse camino entre un grupo de Marines. ¿A dónde? No importa, pues el poder de su disparo se agota pronto y no logra avanzar lo suficiente.

Kalos: ¡Agh!

John: ¡Fliegenklatsche!

De un manotazo, John manda a volar de menos a seis hombres. Ha usado más fuerza de lo usual, se nota por lo heridos que quedan los marines al aterrizar. Pero es que está desesperado de llegar a donde esta aquello que sus camaradas también quieren alcanzar…

Erica: ¡Morsure!

A su camarada y capitán. La más joven de todos ellos se ha visto separada par la jefa de los Marines, y aun con todo su entrenamiento y esfuerzo, Kilar es mil veces más experimentada. Erica intenta usar su cuchillo y su forma híbrida para imprimir más fuerza. Pero la baba de su cuerpo hace que el arma se le escape de las manos en cuanto Kilar la bloquea.

Kilar: Je… casi siento lastima. ¡Suffocating Serpent!

Acto seguido, la capitán de la Marine salta detrás de ella y usa el mango de su lanza para alzarla desde el cuello. Su rostro empieza a perder su contextura verde, y luego pasa a ser más azul.

John: ¡Eri!

Se asfixia, la están haciendo pedazos. Kilar está a punto de ejercer la presión suficiente para romperle el cuello, pero Erica, ya sea por instinto o último recurso, saca una vez más las costillas de su cuerpo.

Kilar: ¡Joder!

Ya habiéndose vista sorprendida por ese raro evento antes, Kilar se quita del camino de las armas óseas de un salto. La Pelinegra se queda entonces ahí, tosiendo severamente, mientras intenta reponer el aire perdido. Se ha librado del agarre, sí. Pero sigue siendo una presa muy fácil.

Kilar: Se acabó. ¡Bastard Shot!

Erica: ¡…!

Jo: No…

Kalos: ¡…!

Odessa: ¡…!

John: ¡ERI!

Con un estoque de su lanza, la vida que ha atravesado empieza a menguar mientras el rojo se le desborda de las tripas. Pero, para sorpresa de todos, y el mismo horror de los Piratas, no es el cuerpecito de la chica el que atraviesa. Sino el de alguien más… cuya mirada permanentemente estoica y cansada se llena de un dolor completamente aterrador.

Odessa: ¡JOOOOOOOOO!

En el último segundo, yendo en contra de su calma, Jo se ha interpuesto en el ataque. La lanza le atraviesa de lado a lado.

Capítulo 1032: Ayuda de las alturas[]

Odessa: ¡JOOOOOOOO!

La peliazul casi se desgarra la garganta al ver a la persona más cercana de su corazón empalada. Erica, por su parte, solo puede observar, en horror, como le han salvado.

Kilar: Vaya…

La lanza sigue en el cuerpo de Jo, y la sangre gotea. Kilar se resiente un poco por haber fallado en matar a Erica, aunque no demasiado. Está acabando con un criminal después de todo, da igual cual sea.

Kilar: Tch… bueno, solo tengo que matar a la otra también.

La cruel mujer se dispone a hacer lo que acaba de decir. No obstante, cuando intenta sacar su lanza, esta no sale. ¿Por qué? Porque Jo, pese a la gravedad de sus heridas, mantiene el estoicismo en su mirada lo mejor que puede y la lanza de su enemiga bien aferrada pese a estar atravesándole.

Kilar: ¡¿Qué dem…?!

Jo: Diablos… esto me va a arruinar el día…

Kilar: ¡SUELTA, BASTARD…!

Odessa: ¡DOPPEL ONCA FUBTRITT!

Superado el impacto inicial, Odessa, que estaba más cerca de Jo, patea tan fuerte a Kilar, en su forma híbrida que le tira una muela y la hace caer sin su lanza. Esta se queda aún en Jo, quien, al ya no tener a Kilar sosteniéndole, se desploma.

Odessa: ¡Jo!

La peliazul se apresura a intentar ayudarle de alguna forma. No sabiendo si sacar la lanza o no, se decide en no presionar la herida aun y tratar de cargarle. Erica solo observa toda la escena, todavía pasmada, pero con unas cuantas lágrimas en los ojos ya formándose.

Odessa: ¡ERI! ¡¿QUE MIERDA HACES!? ¡MUEVETE! ¡AYÚDAME! ¡HAZ ALGO!

Solo hasta ese momento, la pelinegra anfibia reacciona y corre a ayudarle, mientras que su eterna enemiga se levanta. Odessa quisiera destrozarla ahora mismo, pero no es la prioridad. Sabe que tiene que sacar a Jo de ahí y rápido, pero los del Ave Rapaz siguen rodeados y en desventaja. No tienen a donde ir.

Odessa: ¡Mierda…! ¡¡MIERDA!!

John: ¡AGHH! ¡¿Qué hacemos! ¡¿Qué hacemos?! …. ¡…!

Súbitamente, el hombre pájaro mira sus alas, y luego sus armas. Le ha llegado una idea.

John: ¡KALOS!

Kalos: ¡¿QUÉEEEEE!

John: ¡Necesito que me ayudes! ¡Tengo un plan!

Kalos: ¿¡Qué necesitas!?

John: ¡¿Tienes alguna munición que pueda perforar el suelo!?

Kalos: ¡No! ¡Bueno si, pero tiene fallas!  ¡Si le da a algo demasiado duro explota!

John: Perfecto… ¡Dame un par y carga una también!

Damon lo hace veloz como una máquina de guerra. Una máquina de guerra que tiene dudas.

Kalos: ¡Ya está! ¡¿Ahora que!!

John: ¡Dispara a sus pies!

El de los ojos enigmáticos no entiende el para que le pide eso su capitán. Pero no le queda opción en realidad, así que, tras despachar a tres marines que ya estaban demasiado cerca, el tirador hace lo que le piden mientras el que lo pide le hace segunda con sus escopetas.

Kalos: ¡Worm!

John: *besa sus escopetas* Carmen, Amanda. No me fallen ahora. ¡Inner Love!

Los tiros se hunden en la arena, aparentemente no haciendo nada al inicio. Pero entonces, Se siente un temblor, y luego, todo un pedazo de la playa en la que están se va hacia abajo. Todos empiezan a hundirse, incluyendo los Piratas.

Kilar: ¡GAHHH!

Kalos: ¡JOHN! ¿¡QUÉ MIERDA!?

El tirador de escleróticas raras ya se está arrepintiendo del plan cuando es jalando de forma súbita hacía arriba. Volando, John lo saca de la trampa de arena. Luego procede hacer lo mismo con el resto de sus camaradas, llevándolos como una musaraña a sus crías, todos a cuestas y en bola.

Kalos: ¿¡Ese era el plan!?

John: ¡Hay que salir de aquí! ¡Jo necesita ayuda!

Su mortal enemiga Marine solo observa impotente en las impromptu arenas movedizas mientras es ayudada a salir por los pocos hombres que no se están hundiendo. Se le han escapado ¡OTRA VEZ!

Kilar: ¡MALDICIÓN!

Tan pronto han logrado escapar de la batalla, John lleva a todos a vuelo al Crimson Wanderer. Esta exhausto por la faena. Nunca había volado tan lejos y menos con tanta gente a cuestas. No obstante, no tiene tiempo para descansar. De inmediato toma el timón, y da órdenes para las velas y las cuerdas a Kalos.

John: ¡Hay que salir de esta isla! ¡No estamos a salvo con la Marine aquí!

Jo simplemente yace en el suelo de la nave, con su fuerza vital escapándose por su vientre y espalda. Han roto la lanza de ambos lados para hacer más fácil que se acueste. Las mujeres de la tripulación le cubren de vendas, presionan, desinfectan, pero no hay mucho que puedan hacer. Su camarada necesita un médico. Saben que morirá si no le consiguen ayuda de verdad.

Odessa: Con calma, Jo… Vas… vas a estar bien.

Jo: Sabes que… la calma es mi especialidad… jeje…

Odessa en ningún momento suelta su mano. Pobre Jo. Pese a todo no ha perdido el conocimiento, pero se le va lento. Con cada palabra, cada movimiento.

Jo: Que raro…  siento la panza caliente…  pero todo lo demás esta frio…

Finalmente, unos minutos más tarde Jo cae como si durmiera.

Odessa: ¿Jo…? ¡Jo!

Y no despierta. No ha muerto aun, pero agoniza, y con solo ese pensamiento a su peliazul amiga se le agolpan las lágrimas en los ojos. Kalos solo ayuda en lo que puede. Erica no puede hacer nada más que mirar sin hablar.

Kalos: ¿Qué…  qué vamos a hacer? ¿Capitán? ¿Capitán?

Voltea a ver a los dos que llevan ese título. La más joven de estos ni siquiera alcanza a mirarle, pero el mayor ya tiene un plan bien formado en su cabeza.

John: Esta Isla es parte de un archipiélago. La siguiente isla no está lejos. Busquemos ayuda ahí. Mientras tanto, Odessa, por favor lleva a Jo a la enfermería. Kalos, ayúdame con las cuerdas.

Diciendo el “Si, Capitán” más silente de sus vidas, ambos cumplen con las órdenes. Erica no recibe ninguna, es capitán también después de todo, pero se mueve como autómata para hacer lo mismo que Kalos. Aún sin hablar, aun sin mirar a nadie a los ojos. Y así, se pasa una hora.

John: ¡Ya estamos cerca! ¡Prepárense para desembarcar!

No tardan nada en hacer las dos cosas. Están en un pequeño pueblo y esperan que, con suerte, la Marine no los encuentre en al menos unas horas y más importante aún, que haya un médico para ayudarles. John decide que es mejor dividirse para buscar, así que sus camaradas marchan. Bueno, todos menos Odessa, que se queda para cuidar a su persona.

John: Con suerte no habrá más problemas. Volveremos lo más rápido posible, Odi.

La peliazul no voltea a verle cuando le hablan, aún está fuertemente aferrada a la mano de Jo.

Odessa: Jo va a morir… ¿Verdad?

Los hombros le tiemblan. Solo entonces se da cuenta el pelirrojo que su primer oficial está llorando.

Odessa: No… ¡No puedo perder a Jo! ¡No quiero que Jo se vaya…! ¡No quiero que se vaya…!

“No quiero volver a estar sola” dice. Con el corazón estrujado por esta escena, John ni siquiera lo piensa. Corre de inmediato a abrazarla, dejándola impactada por unos segundos.

John: No estás sola. Nunca más. Y no vas a perder a Jo tampoco. Jamás dejaré que se nadie se lleve a ninguno de mis camaradas, ni siquiera la muerte. Traeremos a ese médico, y luego Jo podrá volver a hablar con su tono aburrido de siempre.

Odessa solo puede reanudar su llanto mientras le devuelve el abrazo con fuerza y John deja que se desahogue unos momentos más. En la puerta, Erica observa esto en silencio, con el rostro aun desolado.

John: Disculpe, lamento mucho la interrupción, pero quería preguntarle si conoce algún médico… ¿No? ¡Ninguno?

Kalos: Si pudiera decirme donde hay un médico o… hey, hey… ¿me oye?

Erica: ¡Disculpe señorita! Quería preguntarle si conoce algún… Médico.

Por un buen rato buscan con desesperación por todo el pueblo. Un médico, una enfermera, sanador, chaman, partera. ¡LO QUE SEA! Alguien que pueda ayudar a Jo, pero…

Kalos: ¡Hay algún médico por aquí! ¡Es muy urgente!... ¡¿Hola!?

Pero se encuentran con el total desinterés o peor, el directo desdén de los locales. Para empezar, sus apariencias magulladas y terrosas por la batalla previa no les ayudan en nada a dar confianza. Segundo, la cara de John pegada a los carteles de se busca en muchas paredes de la ciudad no invita a la interacción. Incluso encontrando el consultorio de un médico, este se niega a siquiera escuchar sus suplicas y les cierra la puerta en la cara.

John: ¡Por favor, se lo ruego! ¡Mi camarada se muere, necesitamos… ayuda!

La devastación en las miradas de los tres se hace más y más evidente. John no sabe qué hacer. Le ha fallado a Odessa, le ha fallado a Jo y ahora va a perder a su navegante, su camarada. Eso es lo que piensa y ya siente las lágrimas formándose en sus ojos cuando, de repente, se ve sobresaltado por una mano que le toma del hombro.

John: ¡AH!

¿???: Oh, lo siento. No quise asustarte.

No es solo la mano lo que le da sorpresa ahora, sino a quien le pertenece. Una mujer que, para empezar, es mucho más alta que cualquier otra que haya visto jamás, más alta aun que todos los hombres que ha conocido, y segundo, sus larguísimas piernas parecen haber salido directamente de la alambrada de una trinchera, sangrantes incluso en ese momento, y, aun así, la titánica mujer no se inmuta por estas heridas.

Mujer: ¿Oí que necesitas un médico? Yo puedo ayudarte.

Capítulo 1033: Cansancio por ignorar[]

Kalos: ¿Nada?

Pregunta a su pelinegra capitán, pero esta niega lento con la cabeza. La desesperanza se hace patente en el rostro de ambos, pero es entonces que ambos oyen primero lo que parece ser un grito de águila, y luego ven a la gente señalando asombrada hacía el cielo. Al mirar a donde apuntan, notan a la gigantesca ave humana que es su capitán llevando a alguien entre sus garras.

Kalos: ¿Es…? ¿¡Un médico!?

Sin decir nada más, ambos corren de regreso a su nave. Mientras, John aterriza en el Crimson Wanderer con la enorme mujer de antes y el la lleva rápido a la enfermería.

John: Por aquí.

Al abrir la puerta, pueden ver a Odessa aun arrodillada junto a Jo, sin soltarle la mano, pero nada más oír el chasquido de la puerta, su atención se desvía hacía ellos. John casi podría jurar que sus ojos se han llenado de esperanza en ese momento.

Odessa: ¿Ella es…?

Baz: Médico, sí.  Mi nombre es Baz, vengo a ayudar.

Odessa hace espacio para que revise a su persona, Baz se acerca. Su mueca es severa, dando seña de la gravedad de las heridas, no obstante, hay una determinación que ambos pocas veces han visto en una persona. Rápidamente, prepara su instrumental sobre una mesa, confundiendo a los jóvenes.

Odessa: ¿Qué hace?

Baz: Ok. Esto va a ser difícil y muy duro de ver. Voy a necesitar operar y necesitaré las manos de uno de ustedes. El que tenga más estómago. Cualquier otra persona se va afuera.

Odessa: Ok, voy entonces a…

A Ayudar, quiere decir. Quiere estar ahí para Jo. Pero su Capitán le detiene de inmediato.

John: Odi, se te doblan las rodillas. También te tiemblan las manos.

Odessa: Pero… yo…

John: No abandonaré a Jo y ayudaré en lo que pueda. Estoy seguro de que estará todo bien.

Odessa solo puede asentir, y procede a salir de la habitación. Justo van llegando el resto de sus camaradas, que aún no saben cuál es la situación a detalle.

Kalos: ¿John encontró médico?

Erica: … ¿Va a estar bien Jo?...

Odessa: Si. Encontró una médico y Jo…va a…

No puede terminar su frase, las lágrimas le vuelven y cae de rodillas al piso. Sus camaradas tratan de confortarle, pero es difícil cuando tienen el mismo miedo ellos mismos.

Kalos: ¿Creen que Kilar aún nos siga?

El tirador intenta hacer conversación ante el silencio abrumador. No obstante, ha elegido un tema terrible. No hay respuesta, pues todos temen no solo a lo que esa persona ha causado, sino a las posibles consecuencias y a que este por atraparlos. Pasa una hora, dos horas, hasta que, al fin, algo pasa. John sale de la habitación, con semblante tembloroso.

Odessa: John… ¿Qué paso? ¿Jo está…?

El muchacho no responde nada, pues tras de él sale la inmensa médico que había traído, la cual se seca las manos con un paño, recién lavadas tras estar ensangrentadas.

Baz: Ustedes deben ser el resto de compañeros…

Sabe que todos tienen una pregunta en la garganta que nadie hace, así que la responde sin que se la pidan.

Baz: Todo salió bien. La lanza perforo una arteria, pero por suerte el palo y la sangre coagulada evitaron que se siguiera desangrando así que solo tuve que coser. Su capitán aquí presente donó sangre. Que coma algo y luego descanse, no queremos que se desmaye.

Odessa: Entonces… ¿Jo va a estar bien?

Baz: Así es.

Ante estas palabras, Odessa vuelve a caer llorando, pero de alivio, y finalmente, Erica se permite una expresión que no sea la nada, pues comienza a llorar en silencio por su cuenta. Kalos solo suspira agradecido y John sonríe levemente. Baz les permite ver a su camarada después. El color de sus mejillas, que había desaparecido, está volviendo, y su respiración se normaliza.

Odessa: ¡Gracias! *sniff* ¡Gracias!

Baz: No es necesario, es mi trabajo. Solo sigan las instrucciones que les deje escritas y estará bien.

Solo entonces notan que la mujer ya ha guardado su instrumental, y está lista para ir a cualquier otra parte

Odessa: Espera, ¿ya te vas? ¿Tan pronto?

Kalos: Déjanos recompensarte al menos. Tenemos buenos belis, o suministros o…

Baz: No hace falta, en serio. Lo hice porque deseaba ayudar.

John: Al menos, déjanos invitarte algo de comer. Como médico, tienes que asegurarte que siga tus instrucciones y no me desmaye, ¿no?

La mujer de las largas piernas alza una ceja ante esta propuesta, pero sonríe al mismo tiempo.

Baz: Bueno, no voy a negarme a un café…

Y pues un café bebe un rato más tarde, en la mesa del comedor. El resto bebe té para sus pobres nervios, y comen unos sándwiches de pura carne que todos disfrutan. Aunque la médico hace un comentario.

Baz: Delicioso. Aunque espero que no coman así de carne todos los días.

Kalos: Pues…si lo hacemos. ¿Tiene algo de malo?

Baz: Pues no a menos que no quieran morir por exceso de urea en la sangre, o por escorbuto. Coman verduras, vitamina C.

Todos se quedan algo sorprendidos, a lo que la mujer termina añadiendo algo al ver que los ha puesto incomodos.

Baz: Lo siento. También soy Nutrióloga de carrera, jeje…je.

Odessa: Okay… dinos… ¿Baz era? Como es que una médico y… nutrióloga como tú llego hasta aquí.

John: ¿Y porque nos ayudaste? Todas las otras personas en el puerto nos rechazaron por ser piratas.

Ante estas palabras, la sonrisa leve de Baz se apaga, dejando algo así como un rescoldo de rabia.

Baz: ¿Necesito razones para salvar una vida?

El resto del grupo se queda en silencio un momento, sorprendidos por la respuesta y el repentino cambio de actitud. La médico se da cuenta entonces de su propio ceño, y agacha la cabeza con cierta vergüenza.

Baz: Lo lamento.

Odessa: No pasa nada…

John: ¿Presiento que hay una historia detrás de eso?

Odessa le da un manazo leve a su capitán. No debería andar metiendo su nariz en las vidas privadas de otras gentes. No obstante, para su sorpresa, Baz habla un poco al respecto.

Baz: No una que valga la pena contarse. Solo otro médico militar en una guerra de mil años en la que nadie siquiera recuerda ya porque pelea. Solo otro médico militar que se hartó de que sus superiores le hagan ignorar niños muriendo y madres desesperadas en pos de atender a perros del ejército. Un médico que escapó y va por el mundo ayudando a quien lo necesite.  Todos merecen salud, todos merecen un médico. Incluso los piratas como ustedes.

John: Entiendo… Pues, gracias de nuevo por ayudarnos.

Baz: Y yo te lo digo de nuevo. No es nada.

Terminan el resto de su refrigerio en silencio, y Baz va a dar un vistazo a su paciente antes de marchar. No obstante, se sorprende de inmediato al ver que…

Odessa: ¡Jo despertó!

Todos corren a ver a su camarada al oír esas palabras. Llenándose la habitación de sonrisas y algunas lágrimas.

Jo: Hey… ¿qué me perdí?

Odessa: No me vuelvas a meter esos sustos, idiota *sniff*

Dice su mejor amiga mientras le abraza, teniendo cuidado de no lastimarle. El joven capitán pelirrojo señala luego hacia donde está Baz.

John: Ella es el médico que te curo.

Jo: Muchas gracias… salvaste mi vida.

Baz: D…de nada.

Todo el cuarto está lleno de atenciones, de cariño. Baz se ve visiblemente sorprendida, no solo por la recuperación de su paciente, sino por la efusividad de los camaradas. Usualmente se va antes de que esto suceda así que jamás lo había presenciado.

Baz: Es… es mejor que le dejen descansar un rato. Ayudará a que se reponga antes.

Jo: Seh, quiero dormir.

John: Lo que diga, doc.

Todos salen de la habitación. Conversan un poco más y se ponen a planear su próximo movimiento. Saben que Kilar aún les busca y tienen a un miembro menos por el momento.

Kalos: Deberíamos salir del archipiélago lo antes posible.

John: Estoy de acuerdo.

Erica: …

Mientras, Baz se dispone a marcharse ahora sí. No obstante, John le hace una pregunta antes de que pueda irse.

John: ¿Tu que harás, querida médico?

Baz: Je.  ¿John era? Llámame Baz, y pues, también planeo salir del Archipiélago. Esta era la última isla que me faltaba visitar. Fuera de su camarada, en realidad no hice mucha falta.

John: Ya veo.

Una idea ya se forma en la cabeza de John, y la mujer de piernas largas se da cuenta pues este empieza a sonreír un tanto confiado.

Baz: ¿Y te estas riendo por…?

John: Se que dijiste que no querías dinero o paga. ¿Pero qué opinas de transporte?

Y de nuevo, Baz alza una ceja a la vez que sonríe levemente.

Capítulo 1034: La fortaleza del Capitán[]

Días más tarde…

Kalos: ¡Tierra a la vista!

Tal y como lo planearon, los Piratas del Ave Rapaz llegan con Baz a la siguiente isla. Por una vez, sin ningún contratiempo. Aprovechando su tiempo ahí, la médico ha cuidado personalmente de Jo y sus heridas hasta que tiene la fuerza de levantarse de la cama. No mucho después de eso, es que arriban a su siguiente destino.

Baz: Muchas gracias por traerme. Espero que tengan suerte en su viaje. Y cuida esas heridas, Jo.

Jo: Usted es la doc, doc.

Odessa: Gracias por todo.

Si bien, la intención de Baz es dejar la tripulación apenas tocan puerto…

John: Oh, vamos. ¿Te vas a ir solo así? Al menos déjanos invitarte una cerveza de despedida.

… La convivencia con el Ave Rapaz hace que acepte su invitación de transporte una segunda y tercera vez. Estar con ellos es vivificante después de tantos años de guerra sin sentido. Al llegar a la tercera isla, es muy evidente que no hay planes para dejarla ir. Y a ella, en realidad, le agrada la idea de quedarse.

John: Vamos. Admítelo ya y hagámoslo oficial.

Baz: sonriente Je. Pero solo porque lo pediste amablemente.

Con un fuerte apretón de manos, la piernas largas y el pelirrojo sellan el pacto. El resto de la tripulación celebra. Un camarada más para reír y tener aventuras.

Kalos: ¡Ya somos seis!

Festejan y celebran con alcohol y comida. Como nutrióloga, Baz es también una excelente cocinera y esa es otra cosa más que celebrar. Pero aun con Jo que ha sanado y la nueva camarada, hay alguien que parece no haberse recuperado del todo: Erica. Toda su alegría parece haberse perdido, y pasa los días entrenando sin parar, sin importar la hora o las condiciones.

Odessa: Eri… ¿no vas a venir a dormir?

Erica: En un rato más…

Baz: ¡La comida está lista!

Erica: No tengo hambre…

John: Eri, ¿no quieres hacer un dueto? Solo tú y yo, bajo y guitarra, como en los viejos tiempos.

Esto, por supuesto, preocupa a sus camaradas. La dejan ir a su bola al inicio, creyendo que necesita algo de tiempo para sí misma. Pero cuando da señales de no parar, es que al fin deciden intervenir. Asi que van a hablar con ella mientras ella le pega sin parar a un saco de boxeo.

Odessa: Eri, ¿Qué te sucede? Llevas así días

Erica: Nada.

Jo:n¿Nada?

Kalos: No mientas, sabemos que algo sucede.

Erica: No sucede nada. Ocúpense de sus asuntos.

Odessa: No puedes obligarnos.

Erica: Claro que puedo, soy su capitán.

La peliazul y el de escleróticas negras se quedan sin palabras por un momento, abrumados y ofendidos por ese intento de abuso de autoridad, mientras que Jo solo guarda silencio. No obstante, hay otra figura de autoridad ahí también.

John: Pues a mí no me puedes ordenar nada. Soy Capitán igual que tú. Así que ahora dime qué demonios pasa contigo. No comes nada, apenas duermes, te rehúsas a interactuar con todos.

Erica: ¡Con un demonio! ¡Que no me pasa nada!

La chica se dispone a coger su saco de boxeo y entrenar en cualquier otro lugar, no obstante, siente como si el piso se moviera bajo sus pies. Las caras de preocupación de sus camaradas solo se acrecientan cuando la ven casi colapsar al suelo. Es solo por la intervención de John que no se golpea la cabeza.

John: ¡Ves! ¿¡Esto es nada?!

Erica: Suéltame…

John: No te voy a soltar, ¿estás loca? Vamos a la enfermería.

Erica: No quiero ayuda. ¡No merezco ayuda, ¿si?!

Todos se quedan pasmados, mientras que Erica se queda cabizbaja, aun de nalgas en el suelo.

Erica: Se supone que soy Capitán. ¡Su Capitán! Pero todo el mundo siempre tiene que salvarme. Siempre tienen que defenderme.

Gruesas lagrimas salen de sus ojos sin que pueda pararlas, haciéndola sentir aún más patética. Sus compañeros no dicen nada, solo observan, en silencio.

Erica: ¿¡Cómo puedo ser Capitán sabiendo que Jo casi muere protegiéndome!? ¿¡Sabiendo que llene de Dolor a Odessa!? ¿¡Qué los llene de dolor a todos? Soy débil. ¡Soy un Capitán demasiado débil! No puedo seguir siendo débil.

Sus palabras se ahogan, ya no puede decir más. Pero no hace falta, pues incluso aunque hubiera podido seguir hablando, Jo pausa todo su accionar con un fuerte abrazo.

Jo: De esto se trata todo entonces, ¿eh?

Erica: Jo…

Jo: Lo que me paso fue culpa de esa demente de Kilar y mía. De nadie más. Yo salte sin pensar y volvería a hacerlo. ¿Cómo crees que me sentiría yo si algo te hubiera pasado, Capitán? ¿Si te hería …o algo peor? ¿Qué clase de camarada sería yo?

La pelinegra no puede responder, solo llora sin parar y Jo la sostiene hasta que se desahogue. Sus compañeros solo le dan palmaditas en la espalda, ofreciéndole palabras de aliento.

Odessa: Jo tiene razón. Lo que paso no fue tu culpa.

John: Y además, somos camaradas. Debemos hacer esto juntos. Pero si aún quieres ser más fuerte, está bien. Solo no te mates en el intento.

Baz: Exacto. No te harás más fuerte sin comer ni dormir. Solo vas a enfermarte y créeme, como tu médico no me agrada eso. Pero si quieres, puedo crearte un plan de ejercicios y comidas especial solo para ti.

Odessa: Y puedes seguir entrenando conmigo. No tienes que hacerlo sola

Kalos: Y conmigo también. Aún hay unos trucos que este rostro apuesto y guapo puede enseñarte con la pistola. *Finge disparar con sus dedos*

Erica no puede evitar reír entre lágrimas ante estas declaraciones, y más cuando todos se unen a Jo en un abrazo grupal.

Erica: Gracias, chicos.

Tras algo de descanso y unas buenas y saludables comidas, Erica reanuda su entrenamiento unos días más tarde. Solo que esta vez lo hace como es debido, y con el apoyo de sus compañeros no solo se hace más fuerte, también le ha vuelto la sonrisa.

Erica: ¿Así?

Odessa:  Sube tu guardia más arriba.

Además de su entrenamiento, Erica decide que también le ayudaría culturizarse, así que suele pedir decenas de libros a Baz, la cual ha ido acumulando una biblioteca completa en sus viajes.

Erica: Ey, chicos. Miren lo que encontré.

John: ¿Qué cosa Eri?

Erica: Esto.

La chica lleva un libro titulado “Animales y sus muchas maneras de defenderse” y señala a una especie de anfibio.

John: Preulo… Pleuroledes…

Odessa: Pleurodeles waltl… ¿Qué es eso?

Erica: *carraspea* “El Pleurodeles waltl también conocido como gallipato o tritón de costillas afiladas es un anfibio urodelo de la familia Salamandridae.” Climas fríos, blablabla. ¿Dónde estaba? ¡Aquí!  El gallipato, al sentirse amenazado, puede extender sus costillas fuera de su cuerpo y usarlas para inocular veneno.

Odessa: ¡Wo! ¿Encontraste el modelo de tu fruta?

Baz: Oh, ese es uno de mis libros favoritos. Quién iba a decir que tendrías una habilidad tan inusual.

Kalos: Aunque al final no resulto ser una mitológica como pensabas.

John: ¿¡A quién le importa eso!? ¡Es genial! Me pregunto si podremos encontrar mi fruta también.

Erica: Ya me adelanté.

La chica le pasa otro libro con un marca-páginas ya puesto. Ahí, la imagen de una gran ave parecida a un águila, pero con patas de garza se aparece.

John: ¿Pájaro secretario? Que nombre más aburrido.

Erica: Es mejor que Gallipato.

Baz: El nombre científico es bastante más épico, si me permites opinar, Capitán.

John: Opina pues.

Baz: Sagittarius serpentarius. Mayormente terrestre. Mata a sus presas a pisotones.

John: Ok, si es mucho más épico.

No pasa mucho tiempo antes de que tengan que usar sus habilidades una vez más, y de que la pelinegra Capitán pueda probarse a sí misma. Otros osan reclamar el título de Rey de los Piratas. Con intenciones mucho menos nobles que los del Ave Rapaz.

Capitán Pirata: ¡Matenlos! ¡Demuestren lo que pasa si te metes con “El Ahumador”

·       Capitán de los Piratas Humeantes. Ogeron   “ El Ahumador”. Recompensa de 20 millones de belies.

La batalla es dura, estos piratas parecen ser algo más fuertes que los que se encontrarían normalmente. Pero los del Ave Rapaz son más que duros.

Erica: ¡Aviron Glissant!

Odessa: ¡Onca Schlitz!

Kalos: ¡Spider!

Baz: ¡Bloody Bullet!

Jo: Hermes Walk…

John: ¡Sagittarius Fubtritt! (jejeje, si se oye genial el nombre)

Pronto, la batalla se dobla a su favor. Solo quedan unos cuantos hombres y su capitán.

Odessa: ¡Ya casi los tenemos!

John: ¡Ríndete, Ahumado! ¡Están acabados!

Ogeron: Tsk…

El capitán observa a su tripulación ser superada. Están a punto de ser vencidos

Erica: ¡No lo dejes rendirse! ¡No lo merece! ¡Ese desgraciado destruyo un pueblo entero!

Pero, para impacto del Ave Rapaz, el tal Ogeron sonríe.

Ogeron: Más de una en realidad…

Erica: ¿Huh?

El hombre lanza varios objetos hacia los piratas, los cuales esquivan o bloquean. No obstante, al impactar, estos liberan un líquido, cuyo aroma les da una alarmante pista de que es.

Kalos: ¡QUEROSENE!

Y están bañados en él, de cabeza a pies en algunos casos. Toda la cubierta del barco enemigo. Y lo que es peor, Ogeron está sosteniendo un mechero.

John: ¡Estás loco! ¡Vas a prenderte en llamas y a toda tu maldita tripulación con nosotros!

Ogeron: Nah, solo a ustedes. ¿Por qué crees que me llaman el Ahumador, Pluma Roja?

John: ¿Pluma Roja…?

Ogeron: Porque yo siempre salgo sin nada más que el olor del humo de los pueblos que he quemado hasta los cimientos. Comí la Fruta Taika Taika que me vuelve un hombre Ignifugo. ¡El fuego nunca me hace daño! ¡AHAHAHAHHA! ¡Así que, lo siento chicos! ¡Fue un buen intento, pero ahora, todos serán leña para…!

Erica: ¡No! ¡No lo harás!

Mientras estaba en su monologo, Erica, que estaba más lejos que todos en su línea de visión, se ha escabullido hasta estar detrás de su espalda y le da un abrazo. El capitán enemigo intenta quitársela de encima y está apunto de encender el mechero hacía ella, pero ella piensa más rápido.

Ogeron: ¡Se acabó, pequeña put..!

Erica: Couteau Intérieur…

Y, en dos segundos, el tipo colapsa en el suelo, sin haber prendido nunca el mechero y con unos 6 agujeros en su abdomen. Todos miran sorprendidos, aunque también, emocionados.

John: ¡Wo! ¡¿Aprendiste a hacerlo a voluntad?!

Odessa: ¡Eso fue genial!

Erica: Sep… pero todavía dolió mucho…

Baz: Hmmm… déjame revisar eso.

Tras unos minutos, la molestia se le pasa a la pelinegra capitán, mientras que Jo coge el mechero que tenía el enemigo y se lo guarda hasta que salen de su nave, tras lo cual, procede a prenderle fuego ante la mirada atónita de sus compañeros.

Jo: ¿Qué? Él dijo que no se quemaba…

Ogeron el Ahumado y sus hombres han sido efectivamente vencidos. Y parece que su ahumado trasero tenía algo de renombre y el Gobierno Mundial se ha enterado de algún modo, porque unos días después, esto aparece en los periódicos junto la noticia de su derrota.

John: ¡SI! ¡Al fin subió!

Odessa: ¡La mía también!

Kalos: ¡¿Todos tenemos una ahora?! No sé si esto me pone feliz o preocupado…Nah, ¡Es feliz!

Jo: Cool.

Baz: Hmmm… Pero si casi no he hecho nada.  ¿Será algo “racial”?

Erica no puede parar de sonreír. Siente que se ha probado a si misma finalmente. Su co-capitán, sabiendo que es lo que tiene en mente, la toma de la mano y también sonríe.

John: ¡Felicidades, Capitán!

Erica se pone roja como tomate y solo sigue sonriendo, aunque de forma más estúpida. Solo Odessa lo nota, y aunque se alegra por la chica, hay un sentimiento raro en su corazón.

Odessa: Enhorabuena…

John: Ahora, ¡¿Qué dicen de una fiesta!?

Y así, comienza una racha de buena fortuna para ellos. Victorias a diestra y siniestra con la Marine y Piratas de mayor calibre. Sus recompensas no hacen más que aumentar. Hasta que pasa una cosa con el log pose.

Odessa: ¿Esa cosa funciona?

Jo: Si, va para abajo.

Lo que los lleva a arribar a un lugar muy extraño en busca de guía. Inmensos mangles que llenan el aire con burbujas forman un archipiélago completo.

Kalos: ¿Cómo dices que se llama este lugar?

Baz: Sabaody.

Han llegado a la mitad del camino, y no solo eso, porque para entonces, las recompensas de tres de ellos han crecido más que las de nadie.

Y eso atrae atención. Atención muy indeseada.

Marine: Creemos que, al momento, hay al menos cuatro que superan los 100 millones de belies. Y esperamos que lleguen más en los próximos días.

Un soldado de bajo rango es el que menciona esto a varios oficiales apostados en la misma base…

???: Hay que acabar con ellos ahora. Esta supuesta “Nueva Era de la Piratería” no puede seguir. Tenemos que…

Quién dice esto, es un oficial de pelo castaño que empieza a encanecer y ojos muy muy amarillos. Un capitán de la Marine de nombre…

Kilar: Ey, Scal. Puedes parar ya con las palabras. Todos sabemos lo que debe hacerse.

El Capitán de nombre Mez Scal observa a la peliplateada sin nada más que animosidad en su mirada.

Scal: ¿Ahora que pretendes, Kilar?

Kilar: Solo hazte a un lado y déjame a esos tres.

Capítulo 1035: Amos del puto mundo[]

Kalos: ¿¡200 mil belies y tres días?! Debes estar jugando. ¡100 mil y mañana!

Hombre: El precio y el tiempo no son negociables. O lo pagas y esperas o te largas, pedazo de burro.

Kalos: Hijo de la…

El tirador de la escopeta ya está evaluándose si es justo o no sacar su arma insignia, pero antes de que siquiera pueda escalar un poco la situación, su compañera médico le detiene con la mano, agachada hasta su altura.

Baz: Por favor, Kalos.  Págale al hombre.

Kalos busca a sus capitanes con la mirada para pedir apoyo, pero ellos están con Baz.

John: Ya usarás tus increíbles dotes mercantiles para otra cosa, pero por ahora hagamos caso a Baz.

Kalos: Tsk… vale.

¿Qué están pagando por esa cantidad tan masiva en aquel muelle del Groove 53? La respuesta es simple.

Baz: Necesitamos el Coating para llegar a Isla Gyojin, Kalos. Y no puedes escatimar en eso. Si pagas poco lo harán mal, si lo hacen mal terminaremos todos con cinco litros de agua en los pulmones.

Kalos: Iish…

Odessa: ¿Tanto así?

Baz: Peor. El 70% de todos los barcos jamás llegan y la mitad de ellos mínimo son por un Coating defectuoso.

Los números les estremecen. Ya han tenido viajes turbulentos y este no parece ser mucho mejor. Aunque Odessa se ríe sola un poco, con el pensamiento de que no hay posibilidades de una Kilar subacuática.

Kalos: Ok, ok, ya entendí. Pago.

Erica: Dejemos al hombre trabajar pues.

Jo: ¿Pero, que vamos a hacer tres días?

Erica: ¿Además de conseguir provisiones para el viaje?

John: Pues fácil. Montamos un par de conciertos para pasar el rato. Ganamos unos millones y luego Kalos puede usar ahora si sus habilidades de regateo.

Kalos: ¡Sí!

Baz: Temo que no es buena idea, capitán.

Kalos: Aww…

John: ¿Por?

Baz: En primera, hay una base de la Marine aquí. Podríamos llamar demasiado la atención.

Todos: ¡¿BASE DE LA MARINE!?

Con todas sus experiencias previas, obviamente se alertan, no obstante, Baz procede a tranquilizarles.

Baz: Esto está lleno de Piratas, asi que generalmente tienen las manos demasiado ocupadas. Estaremos bien mientras mantengamos un perfil bajo… hmm, tal vez deban disfrazarse un poco ustedes tres.

John: ¿Huh?

La mujer señala a los tres con más recompensa, y aunque parecen confundidos al principio, lo comprenden rápido.

Erica: Ahmmm… deje mis lentes y mi sombrero en el barco.

Odessa: Tal vez podamos comprar algo.

John: ¿Y la otra razón?

Baz: Ah, que nadie nos vería. El Archipiélago tiene su propia sala de conciertos en Sabaody Park y pues es más probable que la gente vaya a ver eso.

John: Ah…

Erica: Espera, ¿Sabaody Park?

Baz: Es un gran parque de diversiones. Tiene atracciones, comida, juegos de feria.

Jo: Eso suena divertido…

Erica: ¡Siii! ¡Vamos, John! Nunca he ido a un parque de diversiones

John: Je, ni yo.

Kalos: Nadie, creo.

John: ¡Vamos pues! ¡Divirtámonos un rato!

Todos. ¡SEEEEEEEH!

Y así lo hacen, asombrándose nada más ver el grandioso parque de diversiones hecho entre las maravillosas burbujas que brotan del suelo. La montaña rusa, la rueda de la fortuna, carruseles, atracciones para niños. Se suben a absolutamente todos los juegos… que les permite su altura.

Odessa: Aww, lamento que no te dejaran pasar a las mejores atracciones, Baz.

Kalos: A veces se me olvida que mides como tres metros.

Baz: Dos y medio y nah, está bien. Las sillas voladoras fueron divertidas.

Comen todo lo que se les pone enfrente, takoyaki, perros calientes, pizza, papitas, dulces y refrescos, hamburguesas con delicioso, delicioso…

John/Erica: ¡Tocino!

…Tacos, Sushi y demás bocadillos. Habiendo visitado cada atracción, deciden ir de compras y empezar a juntar provisiones…y chacharas y cosas inservibles que quieren .

Jo: Wo. Una bici burbuja.

Baz: Ah, bon charis creo se llaman. ¿Quieren rentar una?

Kalos: Mejor compro una. Señor, ¿Cuánto por…?

Baz: ¡NO COMPRES ESO!

Kalos: ¡No eres nada divertida!

El atardecer llega. Ha sido un asombroso día lleno de pura diversión y alegría. Puede que nunca hayan tenido uno así antes.

Odessa: *bostezo* Estoy cansada.

Jo: *contagiándose del bostezo* “Jo” igual…

Todos: *Se aguantan la risa*

John: ¿Buscamos ya un lugar donde pasar la noche?

Erica. Por mi vale.

Kalos: A ver, señores. ¿Posada normie u hotel de lujo?

Todos: ¡Hotel! ¡Hotel!

Baz: Jejeje…je … ¡…!

Se ríen mientras dicen esto, pero súbitamente, Baz se da cuenta de algo. Todos en la calle, Turistas, Piratas, Nativos del lugar. Todos se arrodillan sin falta.

Baz: ¡Abajo todos!

Odessa: ¿Eh?

Erica: ¿Qué?

John: ¿Por qué?

Baz: Shh… Solo hagan lo que les diga. No importa lo que pase, no importa lo que vean. No deben levantarse. No deben intervenir.

Los del Ave Rapaz están muy confundidos, pero, aun así, hacen lo que la médico les pide. Todos lo hacen, además. Nadie dice nada, todos se quedan agachados, arrodillados. Baz baja su cabeza tanto como le es posible para no llamar la atención por su altura. Es como si algo terrible estuviera a punto de pasar, no saben qué, pero lo sienten. Y entonces se oye un grito. No es de terror, ni de dolor. Es rabia, pero no una rabia normal, pareciera la pataleta de un niño pequeño.

¿???: ¡¿DONDE ESTÁ!? ¡¿CÓMO QUE NO LA HAN ENCONTRADO!?

La cosa es, que sale de un adulto. Una mujer, apenas en sus veintes tal vez menos. Pero hay tantas cosas raras en ella. El cabello peinado en moño hacia arriba, el traje blanco, la burbuja que cubre su cabeza, el hecho de que va siendo cargada por cuatro hombres encadenados y custodiada por otra veintena de hombres armados.

Mujer: ¡SOLO ES UN PUTO PEZ BEBE! ¡NO DEBERÍA SER DIFICIL DE ENCONTRAR!

Los Piratas del Ave Rapaz observan confundidos. ¿Quién es esa mujer? ¿Por qué parece que todos le temen?

John: ¿Quién es esa?

Baz: *Susurrando* Una noble mundial…

Erica: ¿Eh?

Baz: Shhhh.

Deciden guardar silencio y solo observar. Parece que uno de sus hombres armados intenta calmarle.

Guardia: Le aseguro que estamos haciendo todo lo posible para encontrarle, su Santidad y si se tranquiliza, le garantizo que…

Mujer: ¿¡Me estás dando órdenes?!

·       Noble Mundial de la Familia Markgraf: Santa Juventa

De la nada, la mujer saca una pistola hecha de oro y dispara a su subordinado en el estómago. El horror en los presentes se hace patente, se oyen gritos que rápidamente son ahogados. Viendo tal injusticia, John, Erica y Kalos de inmediato de disponen a sacar sus propias armas.

Baz: *susurrando* ¡No hagan nada! Solo harán que nos maten a todos.

John: ¿¡Qué no haga nada?! ¿¡Cómo puedes decir algo…asi?!

El muchacho pelirrojo se detiene en seco al ver la cara que tiene Baz. Ni siquiera atendiendo sus peores heridas, han visto en los ojos de la antigua doctora de combate un miedo tan grande.

Baz: Por favor…

Los Piratas regresan a su posición de sumisión. En la calle, el hombre herido yace, sin que nadie mueva un dedo para ayudarlo.

Juventa: Maldito inútil. ¿Cómo se atreve a darme ordenes?

¿???: ¿Podrías no hacer tanto alboroto?

Otra mujer, con el mismo atavío y peinado, pero unos años mayor, aparece siendo también cargada, pero por un solo hombre de color azul, también encadenado. Además de llevar a unos cinco jóvenes de aspecto desnudo caminando tras ella casi desnudos y con cadenas en el cuello que van a su mano. Su cara está llena de hastío.

Mujer mayor: Tus estúpidos lloriqueos me hacen doler los oídos.

·       Noble Mundial de la Familia Markgraf: Santa Demetra.

Juventa: ¡Es culpa de estos imbéciles! ¡Perdieron a mi pez bebe!

Demetra: ¿Ya lo perdiste tan rápido? Te lo acabo de comprar.

Juventa: ¡Da igual! ¡Quiero a mi pez bebe!

Demetra: Tienes que aprender algo de responsabilidad con tus esclavos, Juventa. Mira. Yo tengo a mi hombre pez desde que tengo tu edad y esta como nuevo.

Lo dice mientras patea al hombre azul que la carga, el cual está sucio, sangrante y en harapos para que vaya más rápido, pasando, sin inmutarse siquiera, sobre el agonizante hombre que baleó su igual más joven. Además de que, al hacerlo, jalonea los cuellos de los otros hombres encadenados a su espalda.

Demetra: Padre dijo que, si no cuidas a tus esclavos, te los quitara.

Odessa: *susurrando*¿Esclavos…?

Los piratas están absolutamente horrorizados. Pero Baz está casi aferrándose a ellos para que no hagan nada.

Juventa: ¡Entonces dile a tus hombres a que busquen mi pez bebe!

Demetra: ¡Ok, ok! Pero deja de berrear. *suspiro* Eso me pasa por comprar el estúpido pez y no el hombre vaca.

Juventa: ¡Qué asco! ¡Las vacas apestan a mierda!

Las nobles hermanas siguen con su cháchara como si no hubieran provocado una escena del crimen y se van del lugar con todo su sequito. Solo entonces, la gente se atreve a levantarse y continuar con sus vidas. Alguien se lleva al guardia en una camilla, cubierto por una sabana. Es tarde para él.

Odessa: ¿¡Qué demonios fue eso!?

Baz: Nobles mundiales. Descendientes de los 20 reyes fundadores del Gobierno mundial.

John: ¡Me vale un coño quienes sean! ¡¿Porque no nos dejaste movernos?!

Kalos: ¡Si! ¡Podíamos con ellos!

Erica: ¡Pudimos haber ayudado!

Baz: ¡TAL VEZ! Si… Tal vez. Pero si te atraviesas en el camino de un Noble Mundial, solo hay tres destinos para ti. Esclavo, muerto o presa de la Marine. No un comodoro como Kilar. Un almirante.  Los nobles mundiales son intocables. Pueden hacer lo que les plazca.

La Piernas Largas sigue contándoles todos los detalles turbios. Tanto de esas mujeres y sus iguales las personas que llevaban encadenadas. Sus rostros no hacen que llenarse de horror, rabia y asco.

Erica: Pensé que la esclavitud era ilegal…

Baz: Lo es. Pero a su conveniencia, el gobierno mundial puede hacer excepciones. Sabaody y Mary Geoise, donde viven esos locos, están llenos de esclavos. Llevan las burbujas en la cabeza porque no quieren respirar el aire de la plebe. Pueden matarte porque si, pueden hacerte esclavo porque sí. Son los putos amos del mundo.

Erica: Ya veo…

Los ánimos están completamente por los suelos tras presenciar tan brutal escena y ser completamente impotentes al respecto, así que vuelven, callados, a su búsqueda de un lugar para pasar la noche. Deciden entrar a la primera posada que ven, no tienen la energía para buscar otra cosa ni hacer nada más. Pero además del mal ánimo. Odessa se da cuenta de algo antes de entrar. Algo que solo la pone más de nervios.

Jo: ¿Qué pasa, Odi?

John: ¿Si, que esperas?

Odessa: Alguien nos observa…

Esto pone a todos de inmediato a la defensiva. ¿Quién vigila? La Marine. ¿La guardia de esas locas? Se sacan armas y garras, se alzan guardias. Odessa misma se torna a su forma híbrida. Y entonces, lo oye con sus sentidos mejorados. Un movimiento saliendo de unos botes de basura.

Odessa: ¡Ahí!

La mujer pega una patada, y los botes salen volando, con todo y alguien que pega un grito. Odessa se dispone a abalanzarse sobre quien sea que este ahí, y sus compañeros igual. Pero entonces, nota que no se trata que más que de…

Odessa: ¿Una… niña?

Una pequeña que no pasa de los 6 años siquiera. No con ese tamaño. Esta sucia, se ve hambrienta y está muy asustada, apunto de llorar. Pero lo más relevante de todo, es que no tiene piernas...

Jo: Una niña… ¿pez?

Todos saben a qué se parece, pero creían que era un mito.

John: Esa es…

Baz: Si… una sirena.

Capítulo 1036: Crónicas de hombres desesperanzados[]

Baz: Una sirena…

Kalos: ¿¡Son de verdad!? Pensé que solo eran puros cuentos.

Odessa: Bueno, también las Frutas del Diablo, y míranos.

Kalos: Ya...

Nadie mueve un músculo. La niña solo permanece ahí, paralizada de terror mientras los Piratas solo observan curiosos ¿Cómo es posible que estén mirando eso? No lo saben. Pero, cuando al fin se decide su Capitán a hacer el primer movimiento, se oye un fuerte grito...

????: ¡Carissa!

...Y luego otro.

????: ¡Dejénla en paz, bastardos!

John: ¿Eh?

Del mismo callejón en el que parecía estar escondida la sirenita, llegan dos figuras encapuchadas corriendo. Por sus voces deben ser hombres, pero eso no es lo que destaca de ellos, sino todo lo demás. Las ropas rotas, las caras sucias, sus cuerpos delgados y claramente no humanos.

????: Les juro que si se atrevieron a tocarla...

Quién dice esto es un hombre con dos codos en cada brazo, el cual carga a la pequeña aterrorizada. El otro, que parece usuario de algún tipo de Zoan del Toro , se pone entre estos y los Piratas mientras empieza a chispear electricidad desde sus manos.

Zoan eléctrico: Seguro que buscan venderla igual que los otros. ¡Deberíamos acabar con ellos!

John: Wowowo, ¿Venderla?

Odessa: Es solo un mal entendido.

Jo: Tranquilo, amigo...

Los extraños hombres no parecen tener intenciones de cesar sus hostilidades, así que los Piratas se preparan para defenderse. No obstante, justo antes de que las cosas puedan caldearse más, se oyen más gritos.

????: ¡Creo que la vi irse por aquí!

Al oír los gritos, las miradas de ambos no humanos pasan de la rabia al terror. Son los mismos hombres trajeados y armados que formaban el séquito de las nobles mundiales. Y entonces, los Piratas lo entienden.


Santa Juventa: ¡¿Dónde está mi pez bebe!?


Baz: La quieren a ella. Las Nobles Mundiales la quieren a ella.

Ante esta confirmación, los del Ave Rapaz sienten horror y asco. ¿Una niña tan pequeña siendo una esclava? Ya sabían por experiencia que el mundo era retorcido, pero... Los dos protectores de la sirenita se llenan de una urgencia aún mayor. Los trajeados han bloqueado todos los caminos y van hacia donde están ellos.

Zoan eléctrico: ¿¡Amigo!?

Dos codos: Ya se. ¡Ya se!

Debatiéndose entre correr y pelear y con los trajeados cada vez más cerca, una tercera opción se les presenta a la fuerza. De la nada, Erica les arrebata a la niña ...

Zoan eléctrico: ¡Cari!

..Y usa su chaqueta para cubrir su cola. Luego, toma algo de basura de los botes que tiro Odessa, se embadurna con esta y camina con decisión hacía los hombres de las Nobles.

Codos dobles: ¿¡Qué haces!?

John: Shh...

Sabiendo que su co-capitán tiene una idea, detiene a los hombres valiéndose de la inmersa fuerza de sus garras y el resto de sus camaradas les ocultan con sus cuerpos.

Erica: Señor, por favor... Unas monedas... Mi niña muere de hambre...

Nada más acercarse, el olor de su ser vuelve nauseabundos a los trajeados, los cuales la evitan cómo la plaga.

Trajeado: No te me acerques, mugrosa. Mejor lárgate antes de que te arrepientas.

La capitán pirata tiembla mientras se retira rauda, pero no de miedo, se ríe. Los protectores de la niña observan asombrados. Los trajeados deciden buscar en otra parte, claramente la "bebe pez" no está en las cercanías.

Odessa: ¡Eso fue brillante, Eri!

Erica: Je, uno aprende cosas de ser una vagabunda literal.

La pelinegra entrega a la niña a los dos impactados hombres los cuales solo alcanzan a balbucear un...

Zoan Eléctrico: G... gracias.

Erica: *sonríe*

Codos dobles: Tenemos que salir de aquí.

Zoan Eléctrico: ¿Cómo? ¿Nos colamos en un barco a Isla Gyojin?

Codos dobles: Sabes que si nos atrapan podrían intentar venderla de nuevo.

Zoan Eléctrico: ¿Tenemos opción?

No saben qué hacer. Su situación es pésima. Pero antes de que puedan tener una mejor idea o discutir más al respecto, John se pone entre los dos.

John: ¿Y si van con nosotros?

Zoan/Codos: ¿Eh?

Un par de horas más tarde...

Después de un baño y algo de ropa limpia que les han prestado, ambos hombres y la pequeña sirena (y también Eri) se ven mucho más presentables. Los ojos de los tres se iluminan cuando además los piratas les traen algo de comida.

Carissa: ¡G... gracias!

Codos dobles: En serio se los agradecemos.

Erica: No es nada. ¿Chaps era? Parece que han tenido un muy mal día.

Sin querer, el comentario de la joven capitana los caba poniendo de mucho peor humor.

Chaps: Créeme, en realidad ha sido el mejor día que hemos tenido en años.

Erica: Lo siento, no era mi intención.

Chaps: Descuida... Yo soy esclavo desde hace dos años. Ushimaru desde hace tres. Nos conocimos hace un mes en la misma casa de subasta de humanos.

Odessa: ¿Casa de subastas de humanos?

Esa es una frase que la mayoría de los presentes jamás creyó y desearía jamás haber escuchado y solo se pone peor.

Chaps: Las... Razas raras valen mucho.

Baz: Ya... También esclavizan a mi gente por la misma razón.

Ushimaru: Ya hace tiempo que no teníamos muchas esperanzas. Vemos gente morir casi a diario por golpes, hambre, sed... Lo más probable era que un día nos pasara lo mismo. Pero ver qué le hagan eso a una niña, a una niña pequeña... Y en especial con un monstruo como una Noble Mundial...

Baz: Tengo entendido que, las sirenas son los esclavos más valiosos de todos, ¿No?

Ushimaru: Si... Creo que pagaron unos 450 millones de belis por ella.

Con casi 100 millones por encima que la recompensa de la tripulación entera, esto les dejo pasmados. La pequeña aludida solo se está llenando las mejillas de pan, demasiado feliz de poder comer algo e ignorante de sus propios horrores, mientras que sus guardianes continúan con su historia.

Chaps: Escapamos solo por ella. Noqueamos al tipo que nos daba de comer, le robamos las llaves de los collares, y la sacamos justo antes de que la entregaran a la noble. Luego nos encontramos con ustedes y pues... el resto ya lo saben.

El ánimo queda sombrío en la habitación, ¿Por qué para variar no pueden conocer a alguien que haya tenido una vida bonita?

John: Dijeron que planeaban ir a Isla Gyojin, ¿No?

Ushimaru: Así es.

Kalos: ¿Para qué?

Chaps: Cari nació ahí.

Carissa: ¡Casa, casa! *alza sus manitas*

Ushimaru: Solo queremos devolverla a su familia.

Erica: Pues... Será un placer llevarlos hasta allá, si gustan.

Ambos hombres están sorprendidos, ya sabían que les habían mencionado esto, pero aun así...

Chaps: ¿Hablan en serio?

John: Claro. El capitán ya lo decidió *se señala a si mismo*

Erica: Y la capitán también. *Se señala a si misma* Estarán seguros con nosotros.

Chaps: ¿Capitán?

Jo: Somos Piratas...

Esto de inmediato alarma a los dos ex esclavos, no obstante, los del Ave Rapaz solo les dedican sonrisas calmadas y gentiles.

Odessa: Pero no de esa clase de Piratas, tranquilos.

Erica: Estarán a salvo con nosotros, lo juro.

No perciben amenaza en ellos, además,

Ushimaru: Wo. Gracias... En serio no tienen ni idea.

Chaps: No sé cómo vamos a pagárselos.

Ushimaru: Ahmmm, podemos ayudar con algunas cosas si quieren. Soy carpintero de oficio.

Chaps: Y yo... bailarín profesional. Sé que no es tan útil, pero...

John: No se preocupen. No hace falta que ayuden en nada. Saldremos en dos días más, cuando el coating de nuestro barco esté listo. ¿Entendido?

Chaps: ¿Entendido...?

Baz: Hmm... Tal vez sea mejor que mantengamos un perfil aún más bajo.

Odessa: ¿Hace falta?

Erica: Mientras ellos no salgan del hostal no debería haber problema.

O eso es lo que creen.

Groove 53…

¿???: ¿Son ellos los que solicitaron el servicio?

Carpintero: Si, son ellos.

Dice el hombre al que los del Ave Rapaz habían pagado por el coating mientras mira carteles de recompensa de ellos entregados por un hombre.

Carpintero: ¿Debería detener el trabajo o…hacer algo?

¿???: No. Continúe normalmente. ¿Cuándo se supone que este terminado?

Carpintero: Poco más de dos días.

¿???: Excelente. No se preocupe si algunos hombres se presentan ahí ese día.

Carpintero: ok…

El confundido técnico solo observa al enigmático hombre irse, un hombre de ojos amarillos y capa de oficial.

Scal: Haré lo que tu no has podido, Kilar.

Capítulo 1037: No te confíes[]

Dos días más tarde...

Chaps: ¿¡Qué es esto!?

Los dos ex-esclavos se ven rodeados de hombres desconocidos en el barco del Ave Rapaz justo cuando llegaban al muelle donde está atrancada su nave. Su conclusión al respecto es rápida.

Ushimaru: ¡Nos pusieron una trampa!

Erica: ¡Claro que no!

John: No...

Pero pronto se hace evidente que es lo que ocurre realmente, cuando notan que muchos de estos hombres tienen uniforme.

John: La trampa no es para ustedes...

Jo:La Marine...

Odessa: Tsk..

Los hombres les apuntan a todos con armas, y los Piratas de inmediato alzan sus guardias. Los Zoan se transforman, los pistoleros se arman y los físicos alzan puños y piernas.

Odessa: ¡¿Dónde estás, Kilar!? ¡Esto huele a ti por todas partes!

????: Me ofendes, criminal...

Con miradas confundidas al oír que quién les contesta no es una mujer sino un hombre, los Piratas observan a su alrededor, buscando su origen. No tardan en encontrarlo en realidad, también porta capa de oficial como su archinémesis.

Oficial: Yo no soy como Kilar. Soy más inteligente, mucho más capaz, más fuerte...

Elegantemente vestido, gallardo en porte, hasta algo apuesto. O lo sería, de no ser por algo en sus penetrantes ojos amarillos, algo sumamente perturbador, algo que Kilar, a quien se presume mejor, también tiene.

Scal: ... y yo sí voy a acabarlos a todos. ¡Apunten!

John: ¡Muévanse! ¡Ahora!

Scal: ¡Fuego!

El plomo vuela en andanadas masivas hacia cada uno de los Piratas y sus acompañantes. ¿Qué hacen estos? Seguir la orden de John y salir por piernas, por supuesto. Al suelo, a un lado, saltando, de milagro logran esquivar todas las balas.

Scal: Hmm... Resbaladizos.

John: ¡Acaben con ellos!

Erica: ¡Defiendan a nuestros invitados!

Piratas: ¡SI!

Y así lo hacen, pese a estar ampliamente superados en número, pelean con gran fiereza.

Kalos: ¡Tomen esto!

El escopetero dispara una bola de tamaño regular que se mueve rodando por el suelo, como una pelotita. Los reclutas que vienen con el tal Scal solo miran cuando ven que se alenta al llegar a sus pies y comienzan a reírse.

Recluta: Ha, patético.

Kalos: ¡Cruiser!

Pero cuando la bola al fin se detiene al chocar con un zapato, manda al grupito burlón a volar con una gran explosión.

Reclutas: ¡Waaaah!

Kalos: Hehehe, patéticos.

Baz por su parte se dedica a usar sus poderosas piernas para hacer lo mejor que estás hacen.

Baz: ¡Bloody Bullet!

Marine: ¡Waaaaaaaaaah

Patear traseros hasta la luna.

Marines: ¡ACABEN CON ESE CRIMINAL!

Jo: Hmph… aquí vamos de nuevo.

Todo un escuadrón va tras Jo, blandiendo alfanjes y espadas como salvajes. Jo, con su calma perpetua, solo se dedica a esquivarlos un rato.

Marines: ¡Deja de moverte, con una puta!

Jo: Vale. Morpheus Hand.

Y así lo hace. Jo deja de moverse... justo en el momento en el que lanzaba un puñetazo al más grande de los hombres. El tipo acaba volando, arrollando sin querer al resto de sus compañeros.

Marines: ¡WOAAAAH!

Jo: Ustedes me dijeron que no me moviera.

Odessa: ¡Abendstern!

La Primer Oficial hace un barrido curvo con su mayal. Su grandiosa fuerza manda a volar a numerosos marines a la vez.

Odessa: Jejejeje, es como jugar al boliche… si la bola tuviera cuerda.

Erica: ¡Grignoter! ¡Piquer!

Marine: ¡Mi pierna!

Otro marine: ¡Mi brazo! ¡Me dio en el maldito brazo!

La joven capitán, valiéndose de su cuchillo y su pistola, rebana y agujerea las extremidades de los reclutas que se atreven siquiera a compartir los próximos 20 metros. Los Soldados caen al suelo, llorosos como bebes.

John: ¡Shower of Lovers!

Haciendo algo similar con sus “Carmen y Amanda”, el capitán de más edad dispara a las espinillas de todos los soldados que ve, llenándoles las piernas de metralla y dejándolos severamente incapacitados.

Marine: ¡Pierdo sangre!

John: Uy, tal vez me pase un poquito… *alzando los hombros* Bueno.

Todos los marines han sido derrotados salvo por un puñado y su oficial al mando, el cual observa serio, aunque no tanto como uno esperaría. Los ex esclavos que acompañan a los piratas, solo miran a su alrededor, entre asombrados y aterrados.

Chaps: ¿Qué son… qué son esos tipos?

Ushimaru: ¡Dan miedo!

Carissa: ¡…!

John: Jaja, ni siquiera nos tuvimos que transformar.

Erica: ¡Oye, es cierto!

Odessa: ¡SIIII!

Pelinegra, peliazul y pelirrojo chocan manos en anticipación a su inminente victoria. Parece que este es solo un bonche de marines del montón. Pero su celebración no dura mucho, cuando que de cabellos encendidos como fuego sale volando hasta la mierda. ¿Qué lo ha mandado volando? Un charco metálico gigante.

John: ¡GAHHH!

Odessa: ¡John!

Erica: ¿¡Qué demonios…!?

La masa de metal liquido tiene un puño en su parte más alta, y de ese puño se va formando un cuerpo que pasa del plateado a la carne.

Scal: Debo admitirlo, son algo más fuertes de lo que esperaba. Pero, no mucho.

John: Aghh… Desgraciado. Pagarás por eso.

Odessa: Tsk… Un usuario.

Erica: Da igual. Ya hemos vencido usuarios antes. Además, solo queda él, y como dos hombres.

Scal: ¿Segura?

Carissa, Chaps y Ushimaru son esclavos que rescatan en Sabaody. Deben llegar a nuevo mundo para devolverlos a sus hogares.

Kilar es finalmente derrotada por John y Odessa. Kilar intenta debatir a sus superiores, pero es obligada a volver. Mez Scal se encargará de ellos ahora.

Es solo entonces, que los piratas se dan cuenta del sonido rítmico que se oye. Cientos de pasos yendo, valga la redundancia, al mismo paso. Muchos más soldados de la Marine van a su encuentro desde los Grooves aledaños.

Kalos: ¡Nos están rodeando!

Scal: ¿De verdad esperaban que sería tan estúpido que para traer a un puñado de marinos de tercera a por una tripulación de tres Supernovas?

Odessa: Tch…

Jo: Yo si lo esperaba.

Scal: Además, si vencieron a otros usuarios de la Fruta del Diablo, les aseguro que no eran como yo.

El altivo oficial alza sus puños, demostrando ser de nuevo ese extraño metal con el que golpeo a John. No obstante, su confianza se desvanece en un segundo y es reemplazada por…

Kilar: ¿Quién dice que estás son tus tropas?

…el más absoluto fastidio.

Odessa: *apretando los dientes* Kilar…

Kalos: ¿¡ESTA GOLFA OTRA VEZ!?

Scal: ¿¡Qué te crees que haces, Kilar!?

Kilar: ¿¡Tú qué te crees que haces?! ¡Robándome a mi presa! ¡Te dije que ellos son míos!

Scal: Eso si eres más veloz…

Los Piratas afianzan sus armas y puños altos de nuevo mientras los antiguos esclavos se aferran los unos a los otros, sin saber qué hacer. La batalla aún no ha terminado ni de lejos y ahora no tienen a uno sino a dos oficiales locos en su contra.

John: *transformándose a su forma híbrida completa* Con un demonio, pongámonos serios pues.

Batiendo sus alas, el pelirrojo levanta el polvo hacia el campo de batalla, a la vez que su co-capitán y su más fiera combatiente le hacen segunda con sus formas bestiales.

Odessa: Acabemos…

Erica: … con los Marines de mierda.

Capítulo 1038: Y entonces se detuvo el mundo[]

Baz: ¡Claw Assault!

Marine: ¡GAHHHH!

La médico salta sobre las cabezas de varios soldados, con sus sangrantes pies engarfiándose en sus molleras y haciéndoles sangrar, como un ave de presa. Si bien, puede parecer brutal, no es la única peleando así

Jo: Ares Step

Kalos: ¡Pinneapple!

Aferrándose al uso de sus siempre confiables patadas, Jo imprime cada vez más fuerza en estas, enviando a numerosos marines a volar de un solo golpe.

Otro Marine: ¡Mis costillas! ¡Aghh, me rompió las costillas!

Mientras, el tirador de la tripulación lanza un tipo de bala con efectos similares al escaldado de una piña… sobre la piel.

Otro “otro” Marine: Aghhhhh, ¡ARDE!

Pero, ¿Por qué estas cantidades de agresión? Es simple en realidad.

Baz: ¡NO DEJEN QUE LLEGUEN AL BARCO!

Porque son una gravísima amenaza a su barco recién recubierto. No solo porque sea su hogar, su transporte, su pase a Isla Gyojin, sino porque es su única oportunidad de escape. Los marines son demasiados, no pueden permitirse no ser brutales.

Chaps: ¡Ushimaru! ¡Hay que salir de aquí!

Ushimaru: ¡Voy detrás de ti!

El hombre toro carga a su pequeña protegida con una manta para cubrir su cola y va tras del brazos largos, buscando una salida del fuego cruzado. No pueden quedarse con los piratas, es demasiado peligroso. No obstante, tampoco pueden pretender que son civiles inocentes, pese a que lo son. No con Cari.

Ushimaru: ¡Por ahí!

Parece que van a lograrlo, hay una salida del Groove lejos de todos los marines y el caos de la batalla. Pero, justo antes de que lleguen a ella…

Scal: Quicksilversand Strike

Salen disparados por el mismo charco metálico que saco volando a John hace un rato. La fuerza es tal que la pequeña Carissa se escapa de los brazos de Ushimaru, lo que la hace caer estrepitosamente.

Carissa: ¡BUAAAAAAAAAAH! ¡BUAAAAAAAAHHH!

Ushimaru: ¡Cari!

Chaps: ¿¡Qué demonios fue eso!?

Pero eso no es lo peor de todo. Su mantita ha salido volando, dejando al aire su hermosa cola escarlata.

Scal: Vaya, vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí?

Chaps y Ushimaru: ¡…!

Recomponiéndose del metal fundido a su forma humana una vez más, el hombre solo dirige su vista a ella. Mirando con unos ojos que solo incrementan las lágrimas de la niña.

Scal: Escuche los informes de una sirena esclava de Santa Juventa desaparecida. Un robo claramente. ¿Quién diría que aquí tenemos a nuestros culpables?

Chaps: Tsk… Y lo haría de nuevo, maldito.

Ushimaru: ¡Déjala!

Scal: Acaben con estos criminales también. Y apresen a la niña. Santa Juventa estará complacida de recuperar su propiedad.

Carissa: ¡Ah!

Él se dispone a darse la vuelta mientras sus hombres ya van por ellos, no obstante, son detenidos por un golpe resbaladizo.

Erica: ¡Aviron Glissant!

Marines: ¡Woaaahhh!

Erica: Y se jactan de ser protectores de la Justicia. ¿¡Cómo pueden defender esto!? ¡Es solo una niña! ¡¿Cómo pueden excusar la esclavitud de una niña?!

Scal: Es la ley, criminal. Algo que obviamente no conoces. Además, es una sirena. A nadie le importa.

La chica no puede apretar más los dientes de la rabia que siente e intenta lanzar un puñetazo a Scal. No obstante, este le atraviesa el pecho de lado a lado, para su horror y los de los ex esclavos que defiende.

Erica: ¿Qué demonios…?

Scal: Patético. Esperaba algo mejor. ¡Silvery Upward!

La chica gallipato es enviada con fuerza hacía atrás de un uppercut, cayendo con fuerza al suelo con la boca sangrante. Aturdida, la chica apenas y reacciona cuando ve que el oficial de los ojos amarillos está apunto de atacarla de nuevo, esta vez, con una espada que parece haber salido de la nada.

Scal: ¡Se acabó!


Erica: ¡…!

¿Es el fin? Las últimas palabras de Erica son para los ex esclavos. Les dice que corran con sus amigos. Que huyan.

John: ¡Sagittarius Fliegenklatsche!

Por fortuna, con un potente aletazo, John acaba despedazando la espada de Scal en cientos de pequeñas gotas de metal, muy para el tedio del oficial el cual se echa para atrás unos pasos. A su vez, el Zoan aviar ayuda a su igual anfibia a levantarse.

Scal: Tch.

John: ¿Estás bien, Eri?

Erica: Si. *se limpia la sangre de la boca* Pero sus golpes son pesados.

Ambos alzan la guardia, al igual que su enemigo, el cual parece confiado pese a ser superado en número. La escena es vista por Odessa, la cual decide ir también a por el oficial, no obstante, alguien le corta el paso.

Kilar: Al fin te tengo, “Pantera”.

Odessa: Tsk… ni debería sorprenderme.

Enfrentando una vez más a su más grande enemiga, la peliazul simplemente enseña los dientes y saca las garras.

Erica: ¡Morsure!

John: ¡Sagittarius Krallen!

Usando Erica su cuchillo y John sus garras, ambos intentan un ataque cruzado para alcanzar a Scal, pero este simplemente les esquiva al saltar, propulsándose extraordinariamente en el aire y manteniéndose arriba a base de patadas.

Erica: ¿Qué mierda…?

Scal: Parece que no saben lo que es el Rokushiki.

John: ¡Parece que a ti se te olvida algo!

Pero John, como Pájaro Secretario, obviamente puede volar y se abalanza hacia el dispuesto a taclearlo en el aire.

John: ¡Sagittarius Luftfalle!

Por desgracia, al abrazarlo, Scal se le resbala de entre las manos como si fuera agua, básicamente lo atraviesa. Acto seguido, el de ojos amarillos se recompone tras su enemigo, creando una bola del mismo metal y lanzándola directamente hacía su cabeza.

Scal: ¡Argentus Cannonball!

Cual bala de cañón, la bola le da de lleno al muchacho en la cara, haciéndolo precipitarse a toda velcidad al suelo. Erica, que estaba justo debajo, no alcanza a moverse por la impresión y acaba recibiendo el impacto de su amigo.

Erica: ¡Ughhh!

John:  Aghhh! ¡Carajo!... Lo siento, Eri.

Erica: No hay pasón…

Odessa: ¡Onca Schlitz!

La Pantera del Cielo Nocturnal intenta rajarle la cara a la Capitán a la que enfrenta, pero Kilar simplemente lo bloquea con su lanza, para luego, lanzar un estoque que, de no hacerse a un lado, seguro le atraviesa la cabeza, e incluso esquivando, su frente sangra.

Odessa:  Tsss…Agh…

Kilar: Ja, seguro que eso te dolio, gat… ¡UGHH!

Odessa: ¡Onca Fubtritt!

Aunque logra asestarle una patada en la tripa. Kilar escupe sangre, pero luego, se ríe. Se ríe como posesa.

Odessa: ¿Qué te da tanta risa, bastarda?

Es solo al ver que la mirada de su enemiga no se dirige a ella que Odessa lo nota. Llegan aún más marines, y estos tienen armas grandes.

Kilar: ¡Ya era hora! ¡Cañoneros!¡Destruyan su barco! ¡No quiero que escapen otra vez!

Marines: ¡Si, señora!

Odessa. ¡No!

Kilar: Se te acabo la suerte al fin, criminal.

Con los cañoneros también hay armas de cadencia de tiro extremadamente alta, y estos apuntan a los piratas.

Scal: ¡No me hagan repetir las ordenes, marinos! ¡Maten a los piratas! ¡Capturen a la esclava!

Marines: ¡Señor, si señor!

La situación literalmente no se puede poner peor, su nave ya está rodeada, y sus camaradas están cada vez más acorralados.

Kalos: ¡Scatter!

Baz: ¡Gory Barrage!

Jo: Ares Step. Ares Step. Ares Step. Step. Step.

Incluso sus invitados tienen que pelear. El hombre toro invoca choques eléctricos de sus palmas mientras que el brazos largos trata de patear a los que puede.

Chaps: ¡Maldición!

Carissa: ¡Kyaaaaah! ¡Buaaaaaaaah!

Ushimaru: ¡Nos alcanzan!

John: ¡Eri! ¡Ve con ellos! ¡Que no lleguen a ellos! ¡Que no dañen el barco!

La chica va a replicar por un momento. No quiere dejarle solo contra la bestia que ha resultado ser Scal. Pero sabe que si no va ahora todo se ira al demonio. Asintiendo con fingida seguridad, la chica se desliza gracias a sus habilidades Zoan, dejando a John solo.

Scal: Awww, mandas a la pequeña criminal a salvar a los otros delincuentes. De nada les servirá.

John: ¡Sagittarius Kreuzklauen!

Cruzando sus garras, John intenta acallar a su rival, no obstante, una vez más, sus ataques son como si golpeara agua. Sabe que no ha fallado, puede ver como sus manos se hunden en su enemigo, pero no hay sangre, no hay heridas, no hay daño.

John: Tsk… ¿Qué eres…?

Ante su duda, el Capitán Marine no hace más que sonreír con malicia.

Scal: El pajarito no sabe lo que es una logia, ¿eh? No te culpo. Son sumamente raras. Probablemente solo has visto Paramecias inútiles y Zoans estúpidas.

John: ¿Logia?

Scal: Comí la Fruta Gari Gari, que me permite crear y convertirme en galio. ¡Déjame mostrarte una vez más más de cerca! ¡Silvery Slam!

Creando un martillo de guerra con su habilidad, John tiene que usar toda su fuerza para que sus piernas no se venzan tras el impacto de este. Sabe que tiene huesos rotos, sabe que sus ataques no hacen nada, pero no se va a dejar derrotar sin dar pelea.

John: ¡Sagittarius Luft!

Usando sus alas para generar pequeños torrentes de aire de gran potencia, John intenta deshacer los constructos de Galio que genera Scal apenas se forman. No obstante, Scal es demasiado veloz en esto y John se agota rápido.

Scal: ¡Silvery Phalanx!

John: ¡GAAAAAAHAHGH!

Finalmente, Scal logra causarle una herida grave al muchacho, causándole una gravísima rajada en el costado. Su sangre se filtra al caer en el suelo, le cuesta caminar, le cuesta respirar, mantener su forma híbrida ya es tan sobrehumano que podría considerarse tortura.

Scal: Lo admito, eres fuerte, muchacho. Pero yo estoy más allá de la fuerza…

El mundo parece detenerse mientras Scal se prepara a dar su golpe final contra el muchacho. John ni siquiera intenta moverse, pues hay cosas peores pasando justo ahora. Erica y compañía, intentan fieramente defender la nave, pero ya no queda mucho que puedan hacer, los cañoneros están prácticamente disparando ya.

Marines: ¡Aaaabraaaaan fueeeeeegooooo!

Solo puede ver impune como sus camaradas, su familia, intenta vanamente defenderse de un ataque brutal.

John: No…

Y al otro lado del campo de batalla, Odessa es enviada al suelo por un ataque de Kilar. Aun tiene fuerzas ¡Aun puede pelear! Pero Kilar la tiene sometida de forma que no puede hacer nada.  

Kilar: Adiós, Pantera…

¿Por qué siempre es así? ¿Por qué siempre tienen que estar huyendo de la Marine? ¿Por qué siempre luchan por sus vidas? ¿Por qué siempre es todo tan injusto? John no lo sabe, seguramente nunca lo sepa. Pero está seguro de una cosa….

Está harto de ello.

Scal: …Todo termino.

John: ¡YA BASTA!

Y porque está harto, grita. Pero hay algo raro en ese grito. Es tan ruidoso, tan potente que todos en el campo de batalla pueden oírlo. Y al hacerlo se paralizan, como si les hubiera golpeado una fuerte ola. Sus amigos, sus enemigos, todos sienten temblores. Y luego, los soldados de la marine, uno tras otro, empiezan a caer al suelo.

Kalos: *temblando*

Erica: ¿Qué ..qué fue eso?

John mismo está sorprendido. El mundo se detuvo cuando él lo dijo. ¿Por qué?

Scal: Haki del Rey…

Capítulo 1039: Brutal y Total[]

Los que han caído por el extraño grito de John están espumando por la boca incluso. La horda de marines que los asediaba ya no está. Los que no están en el suelo jugando al breakdance o siendo piedras, se reparten en dos reacciones. La primera, confusión, que es en la que recae también Tea Kilar.

Kilar: ¿Eso...Eso fue...?

Parece que en el fondo sabe lo que ha sucedido, pero, por la razón que sea, no quiere aceptarlo.

Kilar: No... No puede haber sido eso. Es... ¡Es imposible! ¡Ese pelmazo no puede...!

Odessa: ¡Ya cállate!

Su negación la hace "negarse" a sus alrededores y lo que estaba haciendo. Rematar a la Pantera del Cielo Nocturnal. Esta, aprovechando la completa distracción de su archinemesis, logra salir de su agarre y le da una poderosa patada con todo y garras, lo que le raja su brazo dominante.

Kilar: ¡Aghhhhh! ¡Maldita...!

No la deja ni hablar, ni reaccionar, ni nada más. Sabe que puede que no tenga otra oportunidad, así que decide lanzar lo más fuerte que pueda y tenga.

Odessa: ¡Onca Beissen!

En su forma animal completa, haciendo más honor a su nombre que nunca, Odessa clava su temible dentadura animal directo en el cuello de Kilar.

Kilar: ¡GAH! Agh…

La sangre empieza a chorrear sin control, el aire se le escapa. Después de todo, para eso fueron diseñadas por la naturaleza las mandíbulas de los félidos, desgarrar gargantas de sus presas. Odessa no tiene que mantener su atroz ataque por mucho tiempo. Al terminar, simplemente se torna a su forma humana y escupe la roja y caliente sangre mezclada con su saliva.

Odessa: Que asco. Sabe a mierda.

Por fortuna para Kilar, su cuello es un poco más delgado que una presa regular, así que no rompen su columna ni cortan su yugular, pero el aire sí que se le sale por la tráquea. No puede respirar como debería, mucho menos levantarse.

Kilar: Tú…Tú…

La chica ni siquiera la mira, solo se da media vuelta, dispuesta a marcharse y ayudar a sus camaradas.

Odessa: Si vuelves a acercarte a mí o a mis amigos una vez más, te morderé de verdad…

Por el otro lado…

Scal: Haki del Rey…

El otro oficial de la Marine no parece haber reaccionado de la misma manera que su igual. No está noqueado, ni parece confundido…

Scal: No… ¡No! ¡NO ES POSIBLE!

No deja de repetir la misma frase.

Scal: ¡No es posible…! ¡No es posible! No es posible… No es…

Sudores gélidos recorren su frente, su espalda. Sus hombros, sus piernas, el agarre en su arma, todo él está temblando… John solo lo mira extrañado, preguntándose que demonios le pasa. Y entonces, se da cuenta.

Está aterrado.

Scal: ¡No es posible! ¡¿Cómo es que tú lo tienes!?

El tremor de su cuerpo no se detiene. Es tan fuerte que acaba soltando su espada de galio con una mano para golpear sus piernas en un intento inútil para hacer que no se muevan más.

Scal: ¡Maldición! ¡¿Cómo es que tú lo tienes!?

John: ¿Él que? ¿De qué demonios hablas?

Scal: ¡Haki del Rey! ¿¡Cómo es que una basura como tu tiene Haki del rey!? ¡¿Cómo es posi…!?

De la nada, Scal cae al suelo, sangrando profusamente del pecho, producto de cortes de las garras de John.

Scal: ¡Aghh!

El propio pelirrojo se ve confundido por ello y por el escarlata que mancha sus manos. Ninguno de sus ataques había tenido efecto hasta ahora, solo lo golpeó porque sus despotricadas ya lo estaban poniendo nervioso.

Scal: Agh… maldito, ¿Cómo te atreves a…?

John: Ahora lo entiendo.

Scal: ¿Qué…?

John: Necesitas concentrarte para hacerte invulnerable, ¿no es asi?

Mez solo abre los ojos impactado. Han descubierto su única debilidad. No lleva el tiempo suficiente con su fruta como para hacerse intangible inconscientemente. No es tan bueno.

Scal: ¡¿Y que si es así?! Puedo… concentrarme fácilmente.

John: Puede que eso sea cierto normalmente. Pero si estás temblando como una nenita…

Scal trata de recomponerse. De juntar sus pensamientos. De no seguir hablando de más, de no tener miedo. Pero su cuerpo simplemente no le responde. Es más, acaba cayendo de nalgas.

John: Patético… ¡Saggitarius Messerflug!

Volando hacia él a toda velocidad, John le atrapa, le alza en el aire y luego le corta decenas de veces con sus garras. El dolor, sumado al miedo que ya sentía, hacen que Scal nunca pueda volverse intagible.

Scal: ¡GAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Tras unos segundos, Scal cae al suelo, completamente cubierto de cortes. Tiene los ojos en blanco pero aun es visible su terror en ellos. John solo exhala sonoramente mientras se destransforma, agotado por el esfuerzo, y mira a su alrededor. Los pocos marines que quedaban han sido derrotados o…

Marines: ¡Retiradaaaaa!

…Huyen despavoridos. John aún no está seguro de que ha pasado, que cosa salió de él. Pero hay algo de lo que sí está seguro.

John: ¡VENCIMOS!

Los Piratas mismos apenas se lo creen. Se ríen nerviosamente al inicio, y luego, con completo júbilo.

Erica: ¡Jaja, ganamos!

Odessa: ¡Tomen esa!

Por vez primera en su carrera de piratería, los Piratas del Ave Rapaz han vencido total, brutal y absolutamente a la Marine.

Capítulo 1040: Al abismo y del abismo[]

Erica: ¡Rápido! ¡Preparen todo!

Todos: ¡Si!

Si bien, su victoria es un gran motivo para celebrar, los piratas saben que eso tendrá que ser después. Aún están en una isla con una base de la Marine y más enemigos podrían venir. Además de que la victoria no ha significado que salgan indemnes.

John: ¡Agh! Eso duele

Baz: Lo sé, pero si no coso esto, te infectaras y no quieres perder el brazo, ¿verdad?

John: No…

El muchacho está pensativo sobre lo que ha sucedido. Definitivamente lo ha hecho él. ¿Pero qué es? ¿Cómo lo hizo?

John: Baz. ¿No sabes lo que…?

Baz: Lo siento, John. Esta vez no tengo ni idea.

John: Hmph…

Todos en la nave tienen el mismo pensamiento. Pero no vale la pena hablarlo si no tienen una respuesta clara. Además, ha sido algo positivo. Tal vez sea mejor aceptarlo y seguir con sus vidas.

Odessa: Ahmm… ¿Cómo bajamos a Isla Gyojin?

Baz: Hay que activar la burbuja del coating. Pero debemos salir del muelle primero.

John: Jo ¿Podrías?

Jo: En eso.

Y así lo hacen. Mientras, los ex esclavos que son sus invitados solo miran desde su distancia, callados, silentes cómo tumbas. Aún impactados, no solo por la batalla, sino por la feroz defensa de los Piratas para con ellos. ¿Es posible? ¿En serio queda gente así de buena en el mundo? Carissa no sabe mucho de eso en realidad, solo sabe que le gustan los Piratas. ¡Son geniales! Pero, ahora también tiene razones para temer a los Marines. Y por eso, no puede evitar gritar de terror cuando nota el barco que dice Marine en sus velas.

Carissa: ¡KYAAAAAAAAAH!

Kalos: ¡Maldición! ¡¿Tan rápido?!

Odessa: ¡Maldita! ¡ES EL BARCO DE KILAR!

En efecto, la mujer marine, pese a estar gravemente herida y aun en el suelo del Groove 51, ya había tomado precauciones por si los piratas lograban escapar.

Odessa: ¡Juro que haré un cojín con la piel de tu puta cara, Kilar!

John: ¡Jo, despliega el recubrimiento ahora!

Jo: No puedo. El agua aun no es lo suficientemente profunda.

Los piratas están en crisis una vez más. Si bien el barco podría resistir tal vez una andanada, la burbuja que les permitirá viajar como mucho podría tomar un par. No pueden permitirse no ir hacia abajo ahora, no tienen a donde más ir. Y es seguro que les perseguirán aún más por tomar a la preciada esclava de esa noble maldita.

Erica: ¡A sus puestos todos!

Con una sonrisa pese a estar medio asfixiándose, la Capitán Marine observa desde el suelo y se prepara para el momento que su última orden la haga cumplir la que ha sido su misión por el último año.

Kilar: Je…jeje… *cof cof* ¡Se acabó!

Marines: ¡Abran fuego!

Los Piratas se preparan para detener el impacto como puedan, pero este nunca llega. A ellos no, al menos. El barco de la Marine aparentemente de la nada se hace pedazos y comienza a hundirse lentamente.

Odessa: ¿Eh?

Kilar: ¡..!

¿Qué le paso? ¿Implotó espontáneamente? Ahmmm, no en realidad. Lo que ha pasado es que una piedra, si, una piedra del tamaño de un barco pequeño se ha estrellado contra el navío marine. ¿De dónde salió la piedra? Del muchacho en el barco pirata justo detrás del Marine y que no habían visto por intentar mandar al infierno al Ave Rapaz.

Hombre: Con eso tendrán.

Kilar:¡ Esa… bandera…!

Le toma un momento, pero la reconoce. Se encontraba en los antecedentes de misión que estaba dando aquel marine raso a ella, Scal y otros oficiales. Antecedentes que deliberadamente ignoró por estar demasiado ocupada en pelear con Scal sobre quien capturaría al Ave Rapaz. La bandera de otra banda de Supernova. Los Piratas de la Luna de Sangre Azul.

Mujer: ¿Por qué les ayudo, Señor?

Una mujer delgada de cabellos naranjas pregunta esto al muchacho que de algún modo envió la piedra. Su cartel de recompensa también estaba en la explicación de antecedentes.

Mujer: Pensé que dijo que era mejor mantener un perfil bajo y no intervenir.

Hombre: ¿Cómo iba a no intervenir, Celaine?

·       Capitán de los Piratas de la Luna de Sangre Azul. Mondhuter Maximilian  “Hombre Montaña” Recompensa: 149 millones de belies.

Maximilian: Tienen una niña pequeña…

El supernova tiene el mismo a una niña de la misma edad de Carissa tomándole de la mano, y entonces la tal Celaine lo comprende. Su capitán tiene una inmensa debilidad por los niños. Desde la cubierta del Crimson Wanderer, Erica le observa con un catalejo.

Erica: Creo que fue él el que nos salvó.

Kalos: Tipazo.

John: ¡Ey, tú! ¡GRACIAS!

El Hombre Montaña solo hace un gesto con la mano para decir “de nada”, luego toma a la niña de su nave en brazos y entra en la cabina de su nave.

Maximilian: Nos vamos.

Celaine: ¡Señor!

Dicho y hecho, la nave de Maximilian avanza unos cientos de metros para luego desplegar una burbuja y hundirse en el océano. Los del Ave Rapaz observan asombrados, sabiendo que pronto harán lo mismo.

Jo: Ya estamos en aguas profundas. Cuando digan, Capitán.

Y con una sonrisa en el rostro, ambos con este título gritan la orden.

Erica/John: ¡Vamos a Isla Gyojin!

Y tras desplegar la maravillosa burbuja que recubre su nave, ellos también desaparecen rumbo al abismo.

Días más tarde…

¿???: ¡¡Esto es inconcebible!!

Con vendas aún visibles por estar tremendamente magullados, Kilar y Scal reciben una reprimenda de uno de sus superiores directos, el Vicealmirante Sakazuki, el cuál tiene el ceño tan fruncido que parece que se le van a exprimir los ojos.

Sakazuki: ¡¿No pudieron atrapar a tres novatos entre los dos!?

Scal: Eran supernovas, señor...

Sakazuki: ¡Lo que hayan sido! ¡No solo fallaron en derrotarlos, sino que permitieron el robo de la propiedad de Santa Juventa! ¡En la Sagrada Familia Markgraff están coléricos con su incompetencia! El mismo Almirante de Flota Kong ha tenido que intervenir para que no rueden sus cabezas.

Ambos tragan saliva ante las duras palabras, pero el regaño aún no acaba.

Sakazuki: La peor es usted, Kilar. Según todos estos reportes de misión, ha fracasado en capturar a esos piratas por un año entero. ¡Un año!

La mujer aprieta la mandíbula y el puño, humillada en extremo. No está dispuesta a aceptarlo.

Sakazuki: Ni siquiera con ayuda es capaz de hacer algo productivo.

Kilar: Lamento el resultado de la misión, señor. Pero otro de los supernovas intervino al final. Si me da otra oportunidad de atraparlos, le aseguro qué...

Sakazuki: ¿Otra oportunidad? ¿Sabe cuántos recursos ha costado a la Marine con sus fracasos?

El hombre no puede oscurecer más su mirada al verla, lo que la intimida, una vista bastante inusual.

Sakazuki:  Se le han dado demasiadas oportunidades, Capitán...

Kilar: ¡Pero...!

Sakazuki: ¡Cállese! ¡Tiene terminantemente prohibido ir tras los Piratas del Ave Rapaz! ¡La Marine no aceptará más de sus estupideces! ¿¡Ha quedado claro!?

La mujer solo alcanza a emitir un "si, señor" que apenas es audible, completamente humillada.

Sakazuki: Más le vale. Será reubicada en el servicio del Vicealmirante Borsalino. Usted, Scal, continuará bajo mi mando, pero…

No alcanza a terminar sus palabras. De la nada, un estruendo abre la puerta de su oficina y un hombre cae directamente sobre su escritorio, inerte, lanzado por una figura alta y altiva, con una mirada tan temible que parece haber salido del propio abismo Infernal. Lo más raro, es que parece que todos ahí le reconocen.

Kilar/Scal: ¿¡Maestr…!?

Sakazuki: Tsk… ¿Qué haces aquí, Mors?

Capítulo 1041: No soy Marine[]

Sakazuki: Tsk… ¿Qué haces aquí, Mors?

El aludido no contesta inmediatamente, sino que se acerca hasta el Vicealmirante. Al salir de la contraluz se le puede ver mejor. Cabello oscuro como un alma podrida, maquillaje negro alrededor de sus ojos anaranjados cruzados por cicatrices, una capa de oficial de la marine… o que alguna vez lo fue de color gris y con flamas amarillas pintadas en sus rebordes, una guadaña de dos hojas en una mano y un tridente en la otra, una figura…

Mors: Veo que has perdido la poca educación que te quedaba, Sakazuki.

…curvilínea.

·       Antigua Vicealmirante de la Marine. “El Demonio Radiante” Persefone Mors.

Sakazuki: No mucho más que tú.

Un Marine de bajo rango llega corriendo tras de ella, deteniéndose para saludar, firme como el soldadito que es, pero tremendamente sudado y nervioso.

Marine: ¡Señor! ¡Lo lamento, señor! ¡Le dije que no podría pasar, pero ella insistió!

Sakazuki: Ya me di cuenta. Retírese.

Marine: ¡Señor!

Tal como llegó, el recluta se va corriendo en pánico. Mientras que Sakazuki mira a la mujer frente a él con severidad. Los dos a los que regañaba solo permanecen inmóviles, incomodos tanto por el sermón previo, como la mala vibra de los superiores y el cadáver que está escurriendo fluidos de podredumbre en el escritorio.

Sakazuki: ¿¡Qué demonios es tan importante como para interrumpirme, “vicealmirante”?!

Persefone: Tu trabajo, “vicealmirante”. Él que tengo que hacer por ti y por todos los imbéciles de la Marine.

La mujer arroja algo sobre el cadáver. Un cartel de recompensa con la cara de éste.  Su número está emborronado con sangre, pero tiene una cifra de al menos 7 ceros.

Persefone: Por supuesto, sé que hay algunos buenos por ahí.

La mujer lo dice mientras mira a los dos capitanes en la sala, lo que los pone aún más nerviosos.

Persefone: Pero la podrida organización no los deja progresar. Y al final, acaban siendo los patéticos monigotes que son ahora.

Kilar: Hm…

Scal: Tsk…

Sakazuki: Ya te dije que no tuve que ver con tu “descenso”.

Persefone: Si… claaaro. Lo que tú digas.

Las miradas de odio vuelan de un lado al otro, la tensión no podría ser más palpable. Pero finalmente, la mujer se hace para atrás.

Persefone: Solo vine a cobrar la recompensa de éste como siempre. Pero los idiotas de allá dijeron que tú tenías que autorizarlo.

Sakazuki: Ya… necesitas los fondos para tu “cruzada personal”.

Persefone: ¿Celoso?

Sakazuki: Ni en cien putos años.

El hombre llena unos papeles y pone un sello de aprobado en ellos junto a su firma, que luego ofrece a la mujer, la cual se lo arranca de la mano.

Sakazuki: ¡Llévate el cadáver, con un carajo!

Persefone: No soy una Marine, no puedes darme órdenes.

Y asi como apareció, la mujer desaparece. Si ya estaba furioso, el Vicealmirante ahora lo está más, y se dispone a seguir descargando su ira en ambos capitanes. No obstante, hay algo más que parece estar molestando a Scal. Apenas recibe sus nuevas órdenes y termina el sermón, éste sale a buscar a Mors. No le es difícil encontrarla en realidad, la encuentra en la tesorería de la base, llevándose dos grandes maletines de la recompensa de antes.

Scal: Maestra. Necesito decirle algo.

La mujer arruga la nariz nada más oír ese título, como si la asqueara un olor en el aire.

Persefone: Te dije que nunca volvieras a utilizar esa palabra conmigo.

El usualmente brutal Marine parece encogerse incluso más que con el regaño de Sakazuki, pero traga saliva y continua, pese a que la mujer ya está dándole la espalda y caminando hacia el lado opuesto.

Scal: En serio, tiene que oír esto.

La mujer lo mira de reojo, y al ver que está tan determinado, se detiene.

Persefone: Será mejor que no pierdas mi tiempo. Habla.

Scal: ¿Recuerda ese día…? ¿Hace 19 años?

La mujer se pone súbitamente aún más seria con estas palabras. Parece la mismísima muerte de tan oscura que es su mirada.

Persefone: Como olvidarlo.

Scal: Enfrente a un Supernova que tenía Haki del Rey, pero no solo eso. Era idéntico al de “él”. La misma… sensación que aquel día. Y tras pensarlo un momento, me di cuenta de que también… se parecen físicamente… creo que podría ser su… su…

Ya tiene toda la atención de la mujer, y es por eso que se detiene en seco en su hablar, porque ella le mira fijamente. Con el odio más inconcebible en su mirada anaranjada.

Persefone: Dime. Su. Nombre.

Capítulo 1042: Niños[]

Mientras tanto… Isla Gyojin…

Erica: John…

John: Ya sé…

El Ave Rapaz llegó a la Isla Gyojin hace varios días y, hasta el momento han dedicado su estancia ahí para tres cosas. Curar heridas, admirar el maravilloso lugar y sus habitantes… buscar a los padres de Carissa.

Odessa: Ay, Dios mío…

Lo último les ha tomado una cantidad impresionante de tiempo. Para empezar, es sospechoso que un grupo de Piratas lleven a una pequeña sirena. Segundo, seguir direcciones de una niña pequeña es complicado, incluso pese a que ella puede moverse por su cuenta ahora, gracias a una de esas maravillosas burbujas mágicas de los corales.

Kalos: ¿Seguros… que es aquí?

Jo: Ella dijo que la casa azul con la estatua de pez frente al parque… y está es la única que coincide con eso.

Pero lo que debiera ser esperanza y júbilo por encontrar la dirección, se convierte de inmediato en horror. La casa está ahí, y la pequeña Cari la reconoce, pero sus ventanas están rotas, la puerta destrozada, hay manchas tirando de rojo a oxido en el suelo…y una cinta de escena del crimen alrededor.

Chaps: Eso significa que…

Ushimaru: Cari…

Para un niño normal, es común no comprender que significa esa situación, es normal no saber que significa la muerte. Pero Carissa, como ex esclava, es todo menos normal y, sabiendo lo que ha sucedido, llora un mar dentro del propio mar.

Carissa: ¡Buahhhhhhhhhhh! ¡Mamiiiiiiiiií! ¡PapiiiiiiiiiÍ!

Ve y escuchar una escena así… No hay palabras, es simplemente desgarrador. Los piratas se quedan completamente inmóviles, llenos de pesar. Chaps y Ushimaru solo atinan a abrazar a la pequeñita, sabiendo que no pueden hacer más porqué ¿Cómo se consuela una perdida así?

Carissa: ¡No quiero! ¡No quiero vivir en el Distrito Gyojin con los demás huérfanos! ¡No quiero estar sola! ¡BUAAAAAAAAAH!

Chaps: Shh... no vas a estar sola. No te dejaremos sola.

Ushimaru: Jamás te abandonaremos. Lo prometemos.

Pero con esto, los planes de los ex esclavos se vienen completamente abajo. “¿Qué hacer ahora?” es su pregunta en la mente. No obstante, una mano amiga es tendida a ellos, muy literalmente, de parte del Capitán varón de sus protectores.

John: Hasta que decidan que hacer, pueden quedarse con nosotros todo el tiempo que deseen.

Chaps: Gracias.

Deciden que lo mejor es sacar a la niña de ahí, y regresan a su barco a pasar la noche. Es una noche sombría para un día tan agotador y desolador. Las chicas de la nave se dan a la tarea de dar una merienda a la pequeña, darle un baño y prepararla para que se vaya a dormir.

Erica: Ya está… será mejor que duermas, pequeña.

Odessa: Si necesitas algo, puedes despertarnos, ¿Si, nena?

La pequeña solo asiente, pero ni siquiera alza la cabeza para mirarlas. Erica y Odessa sienten tanto pesar por la pequeña, siendo ellas mismas huérfanas también. Tras eso, simplemente apagan la luz. Las horas pasan en la oscuridad, y a bordo del Crimson Wanderer, no hay ni un sonido, ni un alma despierta… excepto que no es cierto.

Odessa: Hmmph…

La pelíazul, con el sueño de por sí leve por lo sucedido, despierta con un presentimiento a mitad de la madrugada. Alza la cabeza para observar a sus compañeras. Ellas sí que están en el quinto sueño, voltea entonces para ver a Carissa, pero ella no está en ninguna parte.

Odessa: ¿Carissa?

Inicialmente, piensa que la pequeña seguramente fue al baño… ¿Las sirenas van al baño? Pero cuando cinco minutos pasan y no regresa, ahí sí que empieza a preocuparse, por lo que se levanta.

Odessa: *susurrando* ¡Ey, Erica…!

Erica: Hmph…

Odessa: *aun susurrando* ¡Erica, despierta!

Pero la pelinegra solo se acurruca más en su cama. Derrotada, la joven coge un abrigo y sale a buscarla ella sola.

Odessa: Tsk… espero que sea una estupidez y algo serio.

La busca inicialmente en el baño, como había pensado, pero no hay nadie. Va a la cocina entonces, Quizá quería un vaso con agua. Pero tampoco está. Sigue buscando en las áreas comunes del barco. Nada. Ya está empezando a asustarse, cuando oye la vocecilla de la sirenita, lamentándose quedito, y luego, una voz de hombre.

Odessa: (¡Viene de la cubierta!)

La chica ya se teme algo horrible, y sacando sus garras, sale al exterior de la nave, pero en lugar de encontrar a su amiguita en peligro, la encuentra en…

¿???: Ya. Shhh… shhh…

…los brazos de John.

John: Puedes llorar si quieres. Está bien, Cari.

Carissa: *sniff* Buah… *sniff*

La chica se relaja de inmediato al ver a su capitán con la niña, y retrae sus garras. Este parece que ya se ha percatado de la presencia de su primer oficial, voltea a verla un segundo de reojo, y sonríe.

John: Dice que no quería despertarlas si lloraba. Pero le digo que no hay ningún problema, ¿verdad?

Odessa: Claro que no. Tranquila.

La niña se desahoga un rato en los brazos del joven pelirrojo, que la arrulla y le asegura que todo estará bien. Odessa solo se queda en la baranda sentada, viendo con ojos grandes la escena.

John: ¿Crees poder dormir ya, Cari? Las niñas grandes necesitan dormir para tener energía.

La pequeña solo hace un pequeño gesto de significado ambiguo, tallándose los ojos, tal vez por sueño, tal vez por el ardor de llorar.

John:  Ya sé. ¿Quieres que te cante hasta que te duermas?

La niña no le responde, pero a él le da igual. Ya está entonando su melodiosa voz en una tierna canción.

John: Muñequita, le dijo el ratón. Ya no llores tontita, no tienes razón. Tus amigos no son los del mundo, porque te olvidaron en este rincón. Nosotros no somos así…

La dulce voz y tonada hacen que la pequeña empiece a cerrar sus ojos y su poco peso se vence más y más en los brazos protectores del pirata.

John: Te quiere la escoba y el recogedor. Te quiere el plumero y el sacudidor. Te quiere la araña y el viejo veliz. También yo te quiero y te quiero feliz.

La pequeña al fin está dormida, y John sonríe por lograr darle un poquito de paz. La misma sonrisa la tiene Odessa por la misma razón… y otras tantas.

Odessa: *en voz baja* Eres bueno con los niños.

John: ¿En serio? Je. La verdad siempre me han gustado. Los niños no te mienten, no te apuñalan por la espalda, no te lastiman. Je, al menos cuando son pequeños y tiernos. Cuando no estaba castigado en el orfanato, a veces jugaba con los más chicos.

Odessa: Una faceta de ti que no conocía. Es lindo.

Ella le vuelve a sonreír, y él de nuevo le devuelve la sonrisa. Pero luego voltean a ver a la sirenita que tiene en los brazos, y ambos suspiran solo de pensar en las causas de porque ella está ahí ahora y no con sus padres.

Odessa: Jo estuvo preguntando a los vecinos. Parece que los mismos tipos que se llevaron a Carissa para venderla también mataron a sus padres. Desde la muerte de Gold Roger, y con tantos piratas que solo pueden pasar por aquí, secuestran a los habitantes de la isla sin ton ni son.

John: Qué horrible.

Odessa: Si…

Un silencio incomodo se yergue entre ellos un momento, y la pregunta que la pelíazul elije para romperlo es igual de fastidiosa.

Odessa: ¿Qué vamos a hacer con ella, John? Un barco pirata no es lugar para una niña.

John: Lo sé. Lo estuve pensando y sé que es peligroso. Pero también pienso que es mucho mejor que estar como tú o yo estuvimos de niños. Aquí al menos tiene comida, techo y alguien que la cuide.

Odessa: Hmph... Cierto.

John: Dependerá de que decidan Ushimaru y Chaps, son sus cuidadores después de todo.

Lo dice muy serio, pero de un momento para otro, se ríe, lo que deja confundida a su camarada.

Odessa: ¿Y a ti que te pasa ahora?

John: Nada. Pensé algo estúpido.

Odessa: ¿El qué?

John: Qué si deciden quedarse, me servirá de práctica si algún día tengo hijos.

A Odessa por poco se le cae la mandíbula al oír estas palabras. ¿Ha escuchado bien?

Odessa: ¿Q…quieres hijos?

John: ¿Tú no?

Odessa: Pues, cuando era niña si quería, pero era pequeña y… ¡ese no es el punto! ¿Qué acabamos de decir de ser un peligro meter a un niño a un barco pirata?

John: Ya. Pero… siempre quise una familia, ¿Sabes? Nunca conocí a mis padres ni fui adoptado, pero eso no significa que no pueda formar una yo. Además, ya los tengo a ustedes. Y para entonces seré más fuerte. Es más, podría ya ser Rey de los Piratas y vivir libre y en paz al fin. La mujer de mis sueños a mi lado. Un par de niños… tal vez tres, no sé…

La declaración de su Capitán la deja pasmada. Es tan… inocente y dulce, algo ingenua tal vez, pero tan sincera que la hace reír, la hace sentir algo cálido en su interior.

Odessa: Jejejejejeje, eres un soñador, John Black.

John: Jeje, sí. Eso creo.

Ya es bastante tarde y ambos están bostezando. Deberían ir a soñar como la pequeña Carissa, a la cual Odessa toma de los brazos de John para llevarla de nuevo a la cama.

Odessa: *bostezo* Será mejor dormir. Mañana será otro día.

John: Seh… ¿Puedes con ella o quieres que te ayude?

Odessa: Nah, yo puedo.

John: Vale. Hasta mañana, Odi.

Él le sonríe una vez más, y ella, con las mejillas rojas bajo la luz azul de la noche, se retira.

Odessa: Descansa.

Y en el presente…otra vez…

En el bohemio campamento en las playas de Eiyuu, ya está bien entrada la noche y algunos de los Piratas del Ave Azul empiezan a caer rendidos. Katrina, que no ha parado en todo el día, Bert, al que le pesa un poquito la edad, y sorprendentemente, Mia no. Ella sigue ebria pero despierta, e Isabel tiene que esconderle el alcohol.

Mia: ¡DAMELO!

Isabel: ¡Qué no!

Mia: ¡Estilo de Flauta Larga!

La pelinaranja se les abalanza a golpes, y su gran amiga tiene que correr para evitarla.

Isabel: ¡AHHHH! ¡James, ayúdame!

James: Ahahahah, no la dejaré olvidar esto mañana.

James así la ayuda, los demás disfrutan. Y el capitán, él sigue con su amada, frente a la fogata que ya es más brasas que llamas, la cual sonríe mientras escucha atenta como Jean termina su historia.

Jean: …Y así fue como mis padres se conocieron.

Angélique: Que historia tan fascinante. Tus padres vivieron toda clase de aventuras. ¡Igual que nosotros!

Jean: Jeje, algo así.

No obstante, el muchacho aun así suspira, lo que alarma a su novia. ¿Toco una fibra sensible al hacerlo hablar de su madre?

Angélique: ¿Todo bien? Te quedaste callado.

Jean: Sí, es sólo que… pienso a menudo como hubiera sido mi vida si mamá…*suspiro* ya sabes. Me hubiera gustado conocerla. ¿Sería más o menos protectora que mi padre? ¿Le hubiera gustado que fuera Pirata?

Angélique: Entiendo.

La chica aferra a su novio entre sus brazos, y él le corresponde con el mismo gesto.

Jean: Gracias, Angie.

Angélique: De nada. También me pregunto a veces como hubiera sido mi vida con mis padres aquí todavía. O con Umibaba. Tal vez hubiera podido presentartelos… o tal vez no nos hubiéramos conocido en absoluto.

Jean: Awwww.

Angélique: Pero estamos juntos, Jean. Y es lo único que importa ahora.

Jean: Tienes razón.

Acurrucados, ambos jóvenes solo se quedan en silencio, disfrutando de su compañía hasta que también les vence el sueño. La noche de historias del Ave Rapaz ha terminado para ellos. No obstante, la historia de sus padres no termina ahí…

TO BE CONTINUED
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