One Piece Fanon
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Capítulo 920: La batalla ya está aquí[]

Unos minutos antes… 

Piratas: ¡Los refuerzos! ¡Los refuerzos estan aquí! 

En el Puerto de Muralla, el escuadrón enviado por Rosolynde ha llegado a auxiliar. Pero por lo que ven, no necesitan tanto su ayuda. Solo con una decena de personas ya estan arrasando con todo. 

Marcel: ¡Warship Leviathan! 

Beatrix: (¡Siren Warsong!) 

Los tritones por ejemplo, derrotan ellos solos a medio centenar. El los arranca de los barcos con sus tentáculos para arrojarlos al agua, mientras que ella les dispara balas con su propia boca. 

Soldado 1: ¿Qué hacemos entonces? 

Soldados 2: En el frente no nos necesitan, ayudemos a los civiles. 

Al mismo tiempo, Jane esta en el barco del Ave Azul, lleva un rato ya muy adentro de hecho, buscando algo en especifico. En la cubierta , Maximilian la espera, enfrentando al enemigo ocasional que se atreve a subir a la nave. 

Soldado del Triunvirato: ¡Muere! 

Maximilian: *suspiro*… Entrance to Liliput… 

El soldado se vuelve prácticamente de juguete en su nueva talla, y al ver a un Maximilian disgustado de20 veces su talla, simplemente corre aterrorizado. 

Soldado del Triunvirato: ¡Wahhh! 

Maximilian: Je, clásico. ¡Ey, chica! ¡¿Todavía te vas a tardar!? ¡Ya me canse de jugar a las figuras de acción! 

Pero Jane no le contesta, sigue afanada buscando lo que sea que desea en el taller de la nave.

Jane: ¿Dónde?  ¿Dónde?  Estoy segura de que Evangeline lo puso aquí cuando  me lo mos… ¡Lo tengo!

La chica regresa entonces a cubierta con Maximilian, él cual se ve decepcionado por el objeto. 

Maximilian: ¿Un palo? ¿En serio? 

Jane: No es un palo, es un… 

En ese preciso momento, otro soldado enemigo intenta atacarlos. Maximilian ya esta poniéndose listo para despacharlo, pero, para su sorpresa, la chica que acompaña se pone frente a el, con su “palo” el cual súbitamente duplica su talla cuando ella aprieta un botón. 

Maximilian: ¿Huh? 

Acto seguido, el soldado literalmente sale volando al demonio con un movimiento simple, y aunque esto parece doler tambien a la chica, se recompone rápido. 

Jane:… es un bastón tremor. 

Maximilian: Joder, el mejor palo que vi jamás. ¿Quieres usarlo para partir mas caras? 

Jane: Si, ¿porque no?

Usando el geppo para propulsarse y ella su nueva arma, ambos salen volando a la batalla. Sin ser siquiera conscientes de un cierto vehículo acuático que se acerca a varios kilómetros. 

Más tarde… mucho más tarde… 

El autentico ejército real marcha sin pausa ni descanso rumbo a Ciudad Ciudadela. Ya han sido unas horas de que partieron, y hace poco los contingentes salidos de Baluarte y Espadaña los han alcanzado. 

Shiny: General.

Rosolynde: Confió en que esta preparado, capitán. 

Shiny: Por supuesto. 

El discurso de Betula eliminó la mayoría de titubeos en los corazones de los soldados. No obstante, hay algunos que  aun se ven turbados, aunque por razones en su mayoría ajenas a la guerra. La Princesa, por ejemplo , nota que Lord Emeric la mira mucho, así que al final, termina cuestionándolo. 

Nadine: ¿Duda de mi, Lord Emeric? 

Emeric: Tal vez al principio… pero con lo que ha pasado junto a nosotros, seria muy poco racional hacerlo ahora. 

Nadine: Entonces, ¿Qué le ocurre? 

El hombre guarda silencio, sonrojado, pero finalmente habla. 

Emeric: Quería preguntarle en donde está Lord Adrien. Finalmente seré capaz de liberarlo. 

Nadine se siente un poco avergonzada, después de todo, ella fue quien le privó de su libertad. Pero ella le responde con un… 

Nadine: Yo misma lo llevaré a donde está. 

Pero ellos no son los únicos con pensamientos revolviendo sus cabezas, la Primer Oficial del Ave Azul y el Representante de Wind Jester, por ejemplo, no dejan de pensar en los eventos anteriores a su partida de Fortaleza. 

Fitz: *suspiro* Cielos… 

Angélique: *susurrando* No…. Se suponía que no… que él no… 

Pero más disperso que nadie esta el capitán de ella, por la misma razón y por muchas otras. Su sentimiento de inferioridad como capitán, la perdida aun reciente de su mejor amigo, la relación torcida entre él y su maestra. Ella última,  precisamente, nota todo este pesar en su alumno, no sabe porque lo tiene, pero le preocupa. 

Betula: Jean… todo estará… 

Pero las palabras de aliento que ella intenta darle no llegan a él, pues se oyen varios gritos que anuncian lo mismo. 

Soldados: ¡Ciudadela a la vista! ¡La capital está a la vista! 

Salvo Jean, todos los extranjeros alzan la vista en asombro al vislumbrar la inmensa muralla que se yergue ante ellos conforme se acercan. Ya estan a solo unos pocos kilómetros. La batalla esta cerca y Rosolynde da las ordenes pertinentes. 

Rosolynde: ¡Muy bien, gente! ¡Como lo planeamos! ¡Rodearemos…

Pero resulta que la batalla no está cerca, ya está ahí… 

Evangeline:¡…! ¡No, cuidado! 

Soldados del Triunvirato: ¡Fuego!

Y se dan cuenta, por desgracia, por una explosión justo en medio de los soldados. 

Capitulo 921: Deep Blue[]

De vuelta a hace unas horas… Puerto de Muralla…

Jane: ¡Toma!

Otro enemigo sale volando gracias a la nueva arma de la castaña. Una vez más, el fuerte retroceso la hace resentirse, especialmente de los hombros.

Jane: Agh…

Maximilian: ¿Estás bien, chica?

Jane: Si… hay que seguir.

Y a eso van, cuando son distraídos por el grito de uno de los hombres del ex Guerrero.

Lead: ¡Señor!

Maximilian: ¿¡Que ocurre!

Lead: ¡Ya casi acabamos con la evacuación! ¡Y reestablecimos las comunicaciones! ¡Nos avisan del campamento que todas las fuerzas restantes se marchan a la capital para un último ataque!

Maximilian: Vaya… hay que ir entonces. ¡Tú , Celaine y Pann adelántense! ¡Yo los alcanzaré después!

Lead: ¡Si, señor!

Jane: Iré con ellos, si no te molesta. Mis amigos tambien deben de ir hacía la capital. 

Maximilian: ¿Segura?

La castaña solo asiente con fuerza, a lo que el sonríe satisfecho.

Maximilian: Vale. Cuídate, amiga.

Jane: *le sonríe de vuelta* Igual tú. 

Acto seguido, la chica usa sus antes tan odiadas habilidades con el tubo para saltar cual garrocha con el bastón tremor e irse corriendo. Maximilian, por su parte se mantiene en el aire, pateando constantemente para flotar, lo que llama la atención de muchos enemigos. 

Soldados del Triunvirato: ¡Ahí! ¡Ataquen!

Pero cuando le disparan con fusiles y cañones, Maximilian súbitamente desaparece…

Soldado del Triunvirato: ¡¿Donde está!?

… y aparece a lado de ellos.

Maximilian: Hola.

Soldados del Triunvirato: ¡…!

Maximilian: Es hora de hacer algunos prisioneros… ¡Ship in Brodingnag!

Un toque de su mano basta para convertir la nave enemiga en un precioso modelo a escala donde todos sus tripulantes no dejan de gritar de horror, pues entre el movimiento de las mínimas olas en el puerto, los barcos y las balas de cañón, están en una tormentas en miniatura, de la que solo salen cuando Maximilian los levanta  y los deja en la cubierta de su propia nave de talla normal, para su mayor temor. 

Soldados del Triunvirato: ¡Ahhhhh! 

Maximilian: Hehehe, vayamos por otro. 

Y eso se dispone a hacer, y lo hace varias veces, pero justo cuando va a tocar la siguiente nave, se detiene en seco por lo que ve en esta. 

Jacobus: ¡Wardog Scythe!

Shane: ¡Samehada Shotei!

A Shane y Jacobus chocando ataques con las palmas de su mano.

Maximilian: Maldición… ¿¡Siguen peleando!?

Y si, si que siguen peleando. Durante ya un largo rato, el Capitán/criminal y el contramaestre pirata han estado batiéndose en un duelo muy agresivo tanto, que hace mucho que todos los tripulantes han salido de ahí. Ya sea por voluntad propia o impacto ajeno. Al chocar manos esta vez, lo hacen con tanta fuerza que ambos se van para atrás varios metros por el retroceso.

Jacobus: ¡Aghh, desgraciado!

Pero Shane se recompone primero, y de un golpe al aire, mueve la humedad del aire tan rapido que Jacobus siente como si le golpearan en el estomago.

Shane: ¡Doraikurina no Tsume!

Jacobus: ¡Ughh!

No obstante, Jacobus es resistente, y  toma su arna, logrando acertar directamente dos tiros a los brazos de Shane, dejándolos “inservibles”. 

Jacobus: ¡Watchdog Divided Army! 

Luego, con un talonazo, se lanza hacia el gyojin tintorera con los dientes de frente.

Jacobus: ¡Wardog Executioner!

El hombro de Shane empieza a manar sangre sin control, mientras este es derribado en el suelo. Satisfecho, el hombre perro se relame la sangre con una sonrisa en su odiado hocico.

Jacobus: ¡Alégrate, pececito! ¡Vas a ir con tu perrita al infierno!

Shane tiembla, lo que satisface al oficial, no obstante, su sonrisa se borra cuando se da cuenta de que no es un temblor de miedo o de dolor. Es risa. Shane se esta riendo.

Shane: ¡Huhuhuhuhhuhahahahahehajaaaa! *cof cof*

La visión asusta genuinamente al antiguo esclavista, Shane no para de reírse mientras tose su propia sangre, sus doblemente enrojecidos  le miran fijamente. ¿Por qué? Porque la mordida que le hizo le ha llenado las agallas con aun más sangre, incrementando su deseo de frenesí.

Shane: *moviendo la cabeza de un lado a otro* Tu eres quien se va a ir al infierno, jejejejjajajajhahahe. 

Jacobus, sintiéndose genuinamente intimidado, se echa para atrás e intenta dispararle de nuevo, pero Shane, alza sus “inservibles brazos”, y entonces, un chorro de agua salido desde debajo del barco atraviesa el casco, todas las cubiertas y parte el arma del hombre en dos.

Shane: ¡Umi Inpara!

Jacobus: ¡…!

Acto seguido, el mismo torrente de agua, mezclado con la sangre derramada en la cubierta, empieza a rodearlo cual pecera gigante sin cristal, y luego a asfixiarlo, mientras que la sonrisa torcida de Shane se torna en ira absoluta. 

Shane: ¡Esta es por mi cara! ¡Mizuroya: Iron Bound! 

Jacobus: *suelta burbujas*¡Gaaaaaah!

Luego, Shane hace sus sangrantes brazos para atrás, haciendo que toda el agua de la bahía del puerto se mueva con él.

Shane:… y esta por mi familia ¡Shisui: Deep Blue!

Y al lanzar sus brazos hacia adelante, dispara un torrente tan fuerte que parte la nave por la mitad. Incluso Maximilian, que habia decidido mantenerse al margen, debe cubrirse en el aire. Cuando todas las salpicaduras se disipan , solo quedan maderos rotos y un Jacobus sobre una tabla, de nuevo humano, con sus ojos aguamarina tornados blancos. ¿Muerto? Talvez. ¿Derrotado? Definitivamente. ¿El ejército enemigo en caos? Ah, ese es un bonus.

Maximilian: Ay, dulce señora de la piedad…

Shane, victorioso,  nada sobre lo poco que quedo de la nave. Pero tras soltar una risita parpadea unas veces y sus ojos vuelven a tornarse blancos, para luego, desplomarse con la cara en el agua

Maximilian: ¡Carajo!

El Hombre Montaña corre a auxiliarlo, más por que teme que se desangre y no que se ahogue, es un gyojin después de todo. Levantándolo en brazos a pesar de ser mas grande que el mismo,  Maximilian decide llevarlo al lugar estable más cercano que encuentra, que resulta ser la cubierta de la Ocean Spirit. 

Maximilian: ¡Ey! ¡Hombre Tiburón! ¡Reacciona! 

Shane: Hmmm… ¿Qué paso?

Maximilian: ¿No te acuerdas?

Shane parece confundido en inicio, pero luego, sus ojos abren grandes, parece que ha recordado por lo menos una parte, la peor parte. 

Shane: ¡Wendy! ¡Ella está …!

Maximilian: Con mi médico. No te preocupes…

Maximilian recuerda para si aquel día en que Malve murió, y como culpó a Kunststuff muchos años por su promesa de que estaría bien. No obstante, finalmente ha dejado ir eso.

Maximilian: Kunststuff es medico de primera. Tu esposa y tu bebe estarán bien.

Con mucha dificultad, ayuda al gyojin a levantarse y lo carga a su hombro.

Maximilian: Pero me imagino que va a estar muy ocupado un rato, así  que… ughh.. Si pesas… Vamos a buscarte otro médico.

Pero Shane se retuerce.

Shane: No necesito un médico, necesito ir con Wendy …

¿??? : A mi parecer, si necesitas un médico.

A los dos casi se les sale el alma cuando escuchan una tercera voz detrás suyo. Al voltearse, ven varias figuras, dos de estas vuelan y las  dos más frontales definitivamente no son humanas. Son las mismas que llegaron a la isla hace horas. 

Maximilian: Ah, más gyojin. ¿Amigos tuyos?

Shane: No… jamás los había visto en mi vida.

Gyojin 1: Uff, su cara esta rejodida. Definitivamente necesita un médico.

Gyojin 2: Oye tu, ¿son estos los que buscamos?

La última silueta, la silueta humana fuertemente armada y con rostro cicatrizado, sale detrás de los gyojin desconocidos y a Maximilian y Shane se les trastorna la cara por completo al verlo. El primero por confusión, el segundo directamente esta tan pálido que parece que ha visto a la misma muerte. 

Maximilian: ¿Qué tu no eres…? 

Shane: Imposible… 

Gyojin 2: Contesta, hombre. ¿Son estos los Piratas del Ave Azul o no? 

Pero el humano lo ignora, y por su parte, se acerca directamente a Shane, sonriéndole de tal forma que Shane entra en absoluto pánico, para mayor confusión de Maximilian. 

Humano: Tiempo sin verte…  

Capítulo 922: Asedio inverso[]

Mas adelante en el tiempo pero no en el presente aún…  Palacio Real de Brusian… 

Maximus continua en la soledad de su pseudo-trono. Está vez, limpiando su espada con un cuidado y fineza tan extremos que causarían estrés a quien observara. Su ceño es oscuro, como siempre. Esta por terminar, cuando súbitamente, alguien entra corriendo al trono. 

Soldado: *haciendo reverencia* ¡Señor! 

Lo repentino de la acción hace que Maximus se sobresalte lo suficiente como para cortarse un dedo, haciendo que su hoja recién pulida se cubra con un hilillo de su sangre, y a su vez, causando que su ceñuda mirada se dirija al soldado que le asusto.

Maximus: *limpiando la sangre con un paño* Tch… ¿Ahora que? ¿Qué es tan importante como para interrumpirme así soldado? 

Soldado: ¡Tenemos noticias de la muralla! ¡Unos diez mil hombres enemigos vienen marchando hacía aquí! 

Maximus: ¿¡Que!? 

El Príncipe se levanta de su asiento de inmediato, al mismo tiempo que Albertanus, Cristian y otros miembros de la corte aparecen corriendo en el lugar. 

Albertanus: ¡Mi lord, el enemigo…! 

Maximus: ¡Ya me enteré! Rotilius: No creo que debamos preocuparnos tanto. Ciudadela es impenetrable. 

Albertanus: Para quién no la conoce. La  ex General la defendió desde dentro antes de demostrar ser la arpía que es. No atacaría sin tener un plan. Y además parece que trajo a todo su ejército. 

Rotilius: ¿Entonces el ataque a sus barcos valió para nada? 

Albertanus : No sabemos. El capitán Jacobus no ha respondido. 

Maximus: ¡Esa maldita de Rosolynde! ¿¡Como es que siempre se nos adelanta un paso!? 

Albertanus: ¿Que hacemos entonces? 

El Príncipe se alza hacia su Ministro de Ciencias tan rápido que lo asusta. 

Maximus: El arma…. 

Pero Cristian agita la cabeza de un lado a otro muy rápido. 

Cristian: No está lista aun. Se lo dije ya varias veces, no puedo acelerar más el proceso. Estará antes del alba de mañana. 

Maximus: Tsk… 

El Púrpura, agitando sus ropas de ese mismo color al dar vueltas  en círculos, piensa con los dedos sobre el mentón, viendo al suelo. Hasta que, súbitamente, sonríe con todos los dientes. 

Maximus: Simplemente hay que resistir hasta entonces. Cuando el arma este lista…

Albertanus:… Aprovechando que todos los enemigos ya estan aquí, la usará para acabar con todos. ¡Es… brillante, alteza! 

Maximus: Suficiente, Lord Albertanus. No hay tiempo para halagos. 

Albertanus: Siempre hay tiempo para halagar a quien lo merece, señor. 

Maximus: Como sea. ¡Necesito al General Agamenon aquí! ¡Debemos preparar un asedio! 

Albertanus: Yo le transmitiré sus ordenes vía Den Den Mushi. Sera más rápido.

Cristian: Seguiré con el arma. 

Todos salen corriendo a cumplir con lo que les toca hacer en esa situación. Todos menos Maximus que se queda de nuevo solo en el salón de trono, frente al vitral de su tío, aun manando sangre de la pequeña herida de su dedo, sangre que extiende hacía el vitral con el puño cerrado. 

Maximus: ¡La guerra termina hoy! 

Finalmente en el presente… 

La explosión se disipa, dejando ver varios heridos en las filas del Auténticos ejército real. Les ha caído un cañonazo, que no solo dispara esa bala, dispara el pánico entre sus objetivos. 

Soldados: ¡Nos atacan! 

Fernand: ¡¿El enemigo sabia de éste ataque tambien!? 

Rosolynde: No, probablemente nos detecto alguno de los centinelas. ¡No rompan filas! ¡Es lo que el enemigo quiere! ¡Rodeen la muralla! 

Más cañonazos llegan desde la muralla precisamente. Cañones bien escondidos en sus torretas son los que disparan. Pero esta vez, solo pocas balas llegan a su destino. Gracias a las habilidades de los aliados del Auténtico Ejército Real. 

Evangeline: ¡Twelve Apostles!

Katrina: ¡Replicant One Hundreth! ¡Great Wall! 

Doce flechas del “Querubín” revientan las balas que se acercan a los enemigos, mientras que los clones de Katrina cubren a los aliados lo suficiente como para permitirles preparar sus propios cañones. 

Rosolynde: ¡Las torretas! ¡Deshaganse de las torretas! 

Shade: ¡Apunten y…! ¡FUEEEGOOO! 

Ahora son las balas aliadas las que impactan en la muralla de Ciudad Ciudadela. Su objetivo, darle a los cañones enemigos. No obstante, estas impactan apenas generando daños

Rosolynde: Tsk… parece que han reforzado las han reforzado. ¡Necesitamos más potencia de fuego! 

Y así lo intentan, todo aquel que tiene una forma de atacar a larga distancia lanza su mejor golpe. 

Samir: ¡Shingetsu Kogeki! 

Isabel: ¡Sage Blow! 

Revenant: ¡Bandido de Rio Frío! 

Evangeline: ¡Sky Judgement! 

Mark: ¡Godspeed Bullet! 

Pero los fuertes de muros de granito hacen que los cañones solo sean dañados, mas no destruidos. En el mejor caso.  Logran derribar al artillero detrás del muro, pero es rápidamente sustituido por otro. 

Soldados del Triunvirato: jajaja, nunca entraran. ¡Fuego! 

Y esos artilleros siguen disparando a la alianza Pirata/Brusiana. Katrina solo puede defender a los que tiene cerca, pero habiendo muchos mas soldados que sus clones, la cantidad de heridos es importante. Y algunos de los lideres de la alianza se reúnen bajo el fuego para comentarlo. 

Betula: ¡Lady Rosolynde!  ¡Esto no esta funcionando!. 

Rosolynde: Lo se, pero no esperaba esto. Lady Nadine. ¿Sabe algo? 

Nadine: No. Esto no es algo de lo que estuviera enterada. Obra de Maximus seguro. 

Fernand: ¿Qué tal si atacamos una parte que no sea la torreta entonces?  Abrir un agujero para entrar por ahí y deshabilitar las torretas del oteo lado. 

Jean: Podría funcionar. Yo escape haciéndole un agujero al muro. Aunque requirió de que hiciera contacto directo. 

Betula: No funcionaria. Si hicieran un agujero pequeño para entrar quien entrara seria aplastado por el enemigo en el mejor de los casos o muerto de inmediato en el peor. 

Rosolynde: cierto, el interior esta plagado de enemigos. Seria imposible. 

Ink: Si, seria imposible... Con una entrada pequeña.  

Todos miran a Ink, la cual parece tener una idea. 

Ink: Necesito una distracción y un transporte…  

Capitulo 923: Obra de la tierra[]

Los cañonazos del enemigo continúan, y ya que sus ataques han probado ser poco efectivos, los aliados se dedican a mejor defenderse  y defender a otros de las balas. 

Katrina: (¡¿Ya se cargaron a todos mis clones otra vez!?). ¡Replicant One Hundred! ¡Great Wall! 

Isabel: ¡Leaf Palm Wall! 

Samir: ¡Uzumaki Ginga! 

Taylor: ¡Ophidia Net! 

Y aunque los tiros no cesan, tampoco lo hacen sus esfuerzos. Redes, clones, hojas, patadas, tela, disparos, cortes de sable. Puñetazos limpios, golpes puros y duros. 

Phantom: ¡Carmine Trebuchet! 

Fitz: ¡Reverse Propeller! 

Devon: ¡Olivino Wall! 

No obstante, los enemigos son implacables y aun hay heridos, a lo que los médicos deben movilizarse rápido. 

Gareth: ¡Muy bien! ¡Montaremos una trinchera aquí!  

Revenant: *montando a Soul* ¡Aquí traigo dos! 

Soul: ¡Ñiiiiihhhhh! 

Los soldados del Triunvirato observan desde sus impenetrables defensas, algunos con risas burlonas en la cara. 

Soldado del Triunvirato 1: Es casi triste, ¿no? 

Soldado del Triunvirato 2: Uno creería que la traidora esa sabría que Ciudadela es infranqueable por haber sido General. 

Pero súbitamente, se ven sobresaltados por un sonido seco que choca contra su torreta. Algo la ha golpeado. 

Soldado 1: ¿una bala? 

Soldado 2: *Examinando el cañón* No… Es una… ¿pluma?  

Es entonces cuando lo ven. A un hombre ave que dispara sin parar extrañas plumas negras a su torreta y a todas las torretas cercanas. Jean, por supuesto. 

Soldado 1: ¿¡Que es eso!? 

Soldado 2: ¡Yo que se! ¡Dispárale! 

Y así lo hacen, y lo hacen todos los soldados que alcanzan a verlo en su rango de ataque. El peliazul, por fortuna es veloz, ágil y predice los ataques gracias a su haki de observación. No obstante, no se le ve nada feliz. 

Jean: Tsk… con cuidado, Ink. 

Solo él porque lo sabe, alguien extremadamente observador, u otro usuario de haki notaria aquel extraño montón de nieve con piernas. Nada más y nada menos que la ex trilliza camuflándose a si misma y a su aun recién camarada Zachary con el entorno gracias a su fruta. Por eso Jean revolotea como colibrí frente a los enemigos. Él es la distracción que ella había pedido. 

Ink: Yeeiii…todo va bien por ahora. 

Zachary: Seh… Oye, Ink, una pregunta. 

Ink: Pues que inoportuno, jeje *señala a su alrededor y el pandemonio que hay* pero pregunta. 

Zachary: ¿Por qué a Pluma Azul-Dorada no le gusta el plan? 

Ink: Oh, no es que no le guste… 

Zachary: Literalmente dijo “Detesto este plan”

Ink: Bueno si, pero no es que deteste el plan, detesta lo que va a pasarme. 

Zachary: ¿Lo que va a pasarte?... 

Exactamente en ese momento, llegan justo a pie de la gran muralla. Por encima hay de menos tres torretas, aunque estas no les han detectado, y ni aunque lo hicieran podrían dispararles ahí. 

Zachary: ... ¿Es eso que… me contaste cuándo me convertí en tu grumete/primero de abordo? 

Ink: Sep. Y ahora, en serio voy a necesitar que me cuides un rato... 

La mujer cierra los ojos y vuelve a abrirlos, sorprendiendo a su camarada al verlos brillar en una esclerótica negra, signo evidente de rampancia. 

Ink:… porque seré completamente inútil después de esto. 

Acto seguido, la chica de la mancha en la mejilla toca la muralla con la palma, la cual se empieza a colorear con sus poderes en espirales de un naranja rosado fluorescente, por dentro, por fuera, y a lo largo  y ancho de toda esta. Causando un cese al fuego por la confusión generalizada de ambos bandos. 

Soldado del Triunvirato: ¿¡Pero qué…!?

Zachary:… hermoso. 

Ink: ¡Earthwork! 

Luego, Ink aporrea la muralla con sus dos puños, y donde estaban las espirales crecen grietas y más grietas hasta que al menos 50 metros de muralla se colapsan por completo. 

Jean: Lo logró…

Soldados del Triunvirato:¡ La muralla esta destruida! 

Zachary tiene que salir corriendo de ahí,  con Ink a cuestas sangrando por toda la cara del esfuerzo, aunque ella aun se ve complacida. 

Zachary: Ahora… ¿con Taylor? 

Ink:… o con Revenant. Rexuerdad bien... Grumete, hehe.  

Nadine: ¡Ahí! ¡Entren! ¡Entren! ¡Entren! 

El autentico ejercito real a eso se dirige. Tal como habían dicho antes, muchos enemigos salen de la ahora fortaleza rota, pero por el daño, la confusión y los heridos causados, no pueden organizarse bien para repelerlos y muchos de los hombres al mando de Rosolynde empiezan a entrar a los túneles de la ciudad. 

Rosolynde:  ¡Ya saben que hacer a partir de este punto! ¡Destruyan los barracones! ¡Vuelen el polvorín…! 

Entre los que entran está obviamente Rosolynde, Nadine, Lord Emeric. Además, el Poltergeist en una armadura particularmente grande, el capitán del Ave Azul, y su maestra capitana de los del Zafiro, aun preocupada por el estado mental de su alumno. Son parte de una misión especifica, la cual es… 

Nadine: ¡Hay que ir a por Maximus!

Rosolynde: ¡A asaltar el castillo real!   

Capítulo 924: Que no se repita[]

Las fuerzas del Triunvirato se empiezan a ver superadas por este poderoso movimiento hecho por una sola persona. Ciudadela ha sido, por primera vez en su historia, invadida. Y algunos tienen problemas solo para procesar el hecho.

Soldado del Triunvirato 1: ¡Es imposible!

Soldado del Triunvirato 2: ¡¿Es aquí donde va a caer el reino!?

Lo que hace aun mas sencillo derrotar tanto a los soldados que salen para defender…

Oficial del Triunvirato: ¡Ataquen! 

Mia: ¡Estilo de la Flauta Larga!

Oficial del Triunvirato:  ¡GAAAH!

Mia: *Echándose el licor a la boca* ¡Ha! Yo creo que no… 

… como a los de las torretas que tantos problemas les estaban dando.

Banshee: ¡Crazy Slap!

Fleur: ¡Salamander Sepals!

Por obvias razones, la noticia no tarda en llegar a los altos estratos del Triunvirato. Maximus solo ve todo desde su castillo. Con ira en los ojos, pero tambien, temor.

Maximus: ¿Cómo… que la muralla ha caído?

Nemo: Pues… ¡Eso señor! ¡Una porción fue completamente demolida! ¡No tenemos ni idea de como! ¡El ejército enemigo esta entrando a la Ciudad! 

Esto casi hace saltar una vena en Maximus, pero solo habla con voz gruesa.

Maximus: ¿Y qué demonios estaba haciendo el General Agamenon como para permitir esto…?

Nemo:… Como dije… no sabemos que lo ocasionó. Pero el General ya está haciendo algo al respecto. 

Y justamente al mismo tiempo… 

Andando  los túneles de la ciudad, iluminando la oscuridad con su inmensa antorcha gigante. Agamenon se dirige junto a un contingente a la ahora “zona cero” de la muralla, con una mirada asesina en la cara. 

Agamenon: Ya te deje campar a tus anchas mucho tiempo, Rosolynde. 

De regreso al palacio real… 

Maximus: Tsk… más le vale. 

Justo en ese momento, Albertanus llega corriendo. 

Albertanus: ¡Alteza, Lord Cristian…! 

Maximus: ¿Ha terminado el arma? 

Albertanus: No….de hecho dice que deje de preguntar. Lleva días diciéndole cuando estará lista, pero ese no es el punto. 

El Príncipe se molesta bastante por ese comentario pero no dice nada además de…

Maximus: ¿Entonces?

Albertanus: Lord Cristian sugirió una idea para ayudar a retener a los disidentes. Al menos hasta que el arma este lista. Su cañón prototipo aun esta disponible.

Maximus: Hmm… excelente. Envíenlo al…

Albertanus: Lord Rotilius y un contingente ya se dirigen al campo de batalla con este.

Ante estas palabras, el último miembro del Triunvirato se pone muy serio.

Maximus:¿ Sin mi consentimiento?

Albertanus:  Ahm… yo lo di, mi señor. Dada la situación, considere necesario no perder más tiempo. 

Ante esto Maximus queda en silencio, pero luego mira a Albertanus fijamente, lo que pone al otro noble nervioso. 

Maximus: Bien. Pero que no se repita, Consultor.  

Y sin más, vuelve a sentarse en su silla, mientras todos miran incomodos.

Maximus: ¿¡Y que se quedan parados!? ¡Estamos en guerra, con un demonio!

Y con esas palabras todos se van de nuevo, dejando al jerarca solo.

Maximus: Solo unas horas más.

Mientras tanto… al exterior de la Muralla…

Fernand: ¡Jemer!

Angélique: ¡Swing Heel Strike! 

Soldados del Triunvirato: ¡Gahhh! 

Isabel: ¡Adelante! ¡Sigan avanzando! 

Las fuerzas de la Alianza hacen frente a los soldados que intentan detenerlos de seguir avanzando en la ciudad. No obstante, a pesar de su superioridad numérica, siguen teniendo poco  o nulo éxito debido a la sacudida de antes.

Devon: ¡Les ganamos terreno! ¡Hay que seguir avanzando!

Pero súbitamente, un estallido mucho mas potente que el de cualquier cañón se hace presente. Los aliados vuelan, algunos cayendo gravemente heridos, otros, cayendo en pedazos.

Devon: ¿Qué demonios?

Aquellos que estuvieron en Espadaña en el ataque reconocen de inmediato, y sienten escalofríos.

Angélique: Es el arma de aquella vez…

En la parte superior de la muralla no derribada, Lord Rotilius y un recuperado capitán Luteus observan los estragos del disparo con satisfacción.

Draco: Excelente. Ojala me hubieran dado una de estas antes.

Rotilius: Y pensar que es un prototipo solamente. Toda la destrucción que puede causar. ¡Traigan las otras!

Y con su llamado, dos disparos más desde otros lados de la muralla vuelven a diezmar a los aliados.

Mientras tanto…

Rosolynde: ¡sin detenerse!

El escuadrón de asalto al castillo sigue avanzando por su parte, con Rosolynde a la cabeza, el resto de altos mandos tras ella y los soldados restantes en la retaguardia. Los soldados que les enfrentan no han sido ni resistencia ara ellos. Dado cierto punto llegan a un gran túnel, el cual, por su aspecto, debe ser la plazuela de la ciudad.

Nadine: ¡Ya estamos a medio camino! ¡Sigamos!

Pero súbitamente, la general del grupo se detiene en seco, casi haciendo chocar a los que van detrás.

Nadine: ¿Dame?

Emeric: ¿Mi Lady? 

Betula: General, ¿Qué sucede?

Rosolynde: Agamenon.

Solo entonces se dan cuenta del potente resplandor que mana de el túnel  al que  se dirigen y la silueta que la carga.

Agamenon: Hasta aquí llegaste, “general “.    

Capítulo 925: No hay tiempo para explicar[]

La luz de la antorcha de Agamenon hace ver su rostro especialmente lúgubre y siniestro. Su rabia es incontenible. Al verle, la General, el Lord de Baluarte y la Princesa retroceden un poco. En especial, el varón noble se ve algo sacudido, pensando en la fatídica noche en que la ayuda de la marina llegó y murió. 

Betula: ¿Qué pasa? 

Hollow: ¿Quién es ese? 

Rosolynde: Mi reemplazo.

Agamenon: ¿Reemplazo dice? 

El General del Triunvirato deja ir una amarga risotada de su garganta al oír estas palabras. 

Agamenon: Si. Un reemplazo debe ser mejor, superior a su predecesor.

Rosolynde: Tch… 

Agamenon: Aunque realmente no es difícil de superar lo que hubo antes de mi. Yo no traidor ni mentiroso. 

Emeric: ¡Cállese! ¡Mi lady no es esas cosas! 

Agamenon: Estoy hablando con la mula, no con sus garrapatas. 

Ante estas palabras,  Emeric no puede evitar apretar los dientes. 

Agamenon: Y además, infecta a todos con los que entre en contacto. ¡Hasta a la Princesa! ¡Con quien días atrás aun pelee lado con lado!¡Y luego el Príncipe también! ¡Les ha  lavado el cerebro y los ha unido a su vil causa! 

Esto parece poner nervios a la Princesa. Pero Rosolynde solo alza lentamente su espada y su escudo. 

Rosolynde: Por como habla, puedo decir, que usted tampoco sabe todo lo que sucede. 

Agamenon: ¿Huh? 

Rosolynde: Por desgracia, ya no queda tiempo para explicárselo, no en esta situación. 

Agamenon: ¡Deja de escupir mentiras! 

Acto seguido, el General descubre el mecanismo de gas de su manga y lo abre a máxima potencia hacia su antorcha. 

Agamenon: ¡Militum Draco Fulgo! 

Jean: ¡Cuidado! 

Una andanada de fuego la engulle a ella y a sus hombres por varios segundos, los que Agamenon mantiene la flama. No obstante, cuando esta se extingue, el genera frunce el ceño al no ver lo que esperaba. 

Agamenon: Tch… 

Usando su capa y escudo, Rosolynde se ha cubierto lo suficiente para no ser reducida a cenizas, aunque si tiene quemaduras en las manos. Hollow al ser una armadura en ese momento, no ha tenido que hacer nada pero ve sorprendido que las uniones de esta estan al rojo vivo. 

Hollow: Que calor, vaya… 

El resto, por su parte, ja sido cubierto por las alas ennegrecidas de Jean o la formas espinosa de Emeric. Betula(aunque ella hubiera podido cubrirse), la princesa y los otros soldados estan tras ellos, ilesos. 

Emeric: *humeando un poco* ¿Están bien? 

Nadine: Si… gracias. 

Agamenon: ¡Bellator Ignis! 

Viendo su fracaso, Agamenon se lanza contra ellos, con su antorcha lista para vapulear. Rosolynde, no obstante, detiene el arma de su rival con su escudo. 

Rosolynde: ¡Aghhh! 

Emeric: ¡Mi lady! 

Nadine: ¡Dame Rosolynde! 

Rosolynde: ¡Sigan hasta el palacio! ¡Yo lo detendré! 

Emeric : ¡Pero…! 

El noble de Baluarte y la princesa no quieren dejarla atrás,  ella es la “Reina legítima”. El lo ha pensado siempre y ella empieza a pensarlo. No obstante, ella habla con la voz mas fuerte que se le ha oído. 

Rosolynde:¡ La misión es llegar al palacio!  ¡Yo no soy necesaria para eso! ¡Lo importante es que caiga Maximus!  ¡Corran! ¡Vayan! 

Esto sorprende a Agamenon en cierta medida, mientras que los allegados de ella, con cierto recelo, deciden seguir avanzando. No obstante, Agamenon reacciona y sigue pugnando con Rosolynde, mientras grita. 

Agamenon: ¡¡No iran a ningún lado! 

Es entonces que Jean lo siente. Muchos soldados a su alrededor saliendo de diversos edificios de la plazoleta. Agamenon lo planeo desde el inicio. 

Hollow: Tch… 

Betula: No importa. Podemos con ellos. 

Jean: Si… 

Agamenon: ¡Ataquen! 

Hollow: ¡A ellos! 

Y así la nueva batalla inicia. 

Mientras tanto… Puerto de Muralla… 

Pese a su intención inicial de seguir la batalla una vez terminado el combate en el puerto, Maximilian ha decidido no marchar a Ciudad Ciudadela. Se ha quedado con Shane junto a Marcel y Beatrix , los cuales , ya atendidos de sus muy numerosas heridas, incluyendo la cara de Cruz Marina, esperan en el Moon Guardian. Shane, en especial, se ve increíblemente trastornado. No solo por su esposa y bebe, de los que aun no sabe nada, sino por lo sucedido al final de la batalla. 

Maximilian: ¿Estás bien?

Shane: Si…. Es que en serio no puedo creerlo..

El hombre se aferra la cabeza, parece estar al borde de las lágrimas.

Shane: Él no debería estar aquí… no debería estar…

Vivo.     

Capítulo 926:Asi se ve el dolor[]

Los enemigos los rodean, cual enjambre de avispas furiosas, no obstante, el grupo se defiende con fiereza. 

Jean: ¡Ara Schlag! ¡Ara Pfeilspitze! 

Jesn, como toda la vida, se deshace de ellos rápido, con golpes de sus potentes alas, y disparos de sus plumas convertidas en dardos. 

Betula: ¡Medusa Emerald Storm! 

La capitana del Zafiro, por su parte, despacha al menos a veinte de los enemigos en un parpadeo. Un parpadeo literal. Gracias a sus poderes de la Toi Toi, se teletransporta detrás de todos los enemigos que se cruzan en su vista y los noquea con golpes o patadas.

Emeric: ¡Bola de Demolició! 

En su espinosa forma hibrida, el noble corre a toda marcha hacia los enemigos, derrotándolos casi inmediatamente en la mayoría de los casos. 

Soldado del Triunvirato: ¡Muere! 

Aunque las tropas enemigas aun se defienden. Este soldado en particular, dispara justo a Hollow en la cabeza mientras esta de espaldas. Su casco sale volando, para placer del guerrero enemigo. Al menos hasta que se da cuenta que no hay nada debajo. 

Soldado del Triunvirato: ¡Pero que rayos… 

Hollow: Tsk… ¡porque siempre la cabeza! 

Horrorizado, el soldado enemigo observa como la armadura vacía  vuelve a ponerse su yelmo, y luego, le da un golpe tan fuerte que lo saca volando. 

Hollow: ¡Black Knight Out! 

Nadine: ¡Scourge of Revolution! 

Mientras, la Princesa Brusiana despacha a los enemigos que ve con efectivos  golpes de látigo a la sien de sus enemigos. Rápido y eficaz. Los soldados del autentico ejército que los acompañan tambien pelean fieramente y superan a sus enemigos. Ojala se pudiera decir lo mismo de su general. 

Rosolynde: ¡Karmic Slash! 

La Dame lanza su gladio directo al general enemigo, no obstante este se cubre con su antorcha como si fuera un bastón de combate. 

Agamenon: ¡Miles Scintilla! 

Normalmente, un simple pedazo de madera como ese se partiría ante un ataque tan potente. Pero no la antorcha no es un objeto normal, y tampoco su amo. Con su madera ennegrecida de haki, Agamenon no solo detiene la espada, la manda a volar de tal forma, que los poderes de Rosolynde la hacen volver a su mano con el filo de frente. 

Rosolynde: ¡Gaah! Tsk… 

El daño a su muñeca es severo, y sangra profusamente, pero Rosolynde, con decisión, lanza su escudo… contra una pared, Agamenon lo esquiva. 

Agamenon: Ja. ¿ Tan inútil eres? 

Rosolynde: ¡Chain Reaction of the Universe! 

Agamenon: ¿Huh? 

Lo que Agamenon no había notado es que el escudo va tan negro de haki que emite un aura negra. Este rebota muchísimas veces en la plazoleta, eliminando enemigos y pasando por completo de los aliados de la Dame, para luego impactar ahora si a Agamenon en la tripa a una velocidad ineludible. Le dobla la armadura. Le saca por completo el aire. Le hace escupir sangre. 

Agamenon: ¡Ughh! 

El hombre de la melena marrón se queda en el suelo de rodillas, sorbiendo y escupiendo el aire mientras Rosolynde recupera su escudo con algo de dolor por el retroceso, y lo mira con algo de compasión. 

Rosolynde: Esto no tiene que terminar así, Agamenon. Combatimos antes codo a codo, fuiste mi mejor Brigadier. ¿De verdad crees que soy la mala aquí? 

Agamenon: *Sarcasmo* No lo se. ¿Tu dime?¿ Si no eres la mala porque huiste siendo inocente de regicidio? ¿Porque te llevaste la corona si no quieres el trono? ¿¡Porque te enfrentaste en una guerra contra tu propio pueblo!? 

Ese último punto le pega duro a Rosolynde. Si bien ella no lo comenzó, en un conflicto se requieren dos y si lo continuo. Y miles o decenas de miles de vidas se perdieron para siempre. Agamenon por su parte, se ve fúrico, especialmente, porque ha notado a la mayoría de sus hombres ya caídos en batalla. 

Agamenon: ¡No eres la mala aquí mis bolas! ¡Acabare con tu influencia maligna de una vez!  

Agamenon revela otro mecanismo de gas en su otro brazo y lo combina con el que ya tenia en uso para propulsar un chorro la sustancia inflamable hacia su antorcha que sostiene con los dientes mientras salta en el aire. La flama se vuelve azul del calor x pero eso no es lo peor del caso apunta a Rosolynde. ¡Apunta a sus aliados! 

Agamenon: ¡Flamma Imperatoris! 

Nadine: ¡…! 

Pero, en el último segundo, Rosolynde desvía la flama hacia arriba al lanzar su espada llena de haki a la antorcha de Agamenon. El túnel parece un horno segundos. 

Agamenon:…. 

Rosolynde: *suspiro* ¡¿Estan todos bi…?! 

Emeric: ¡mi lady, cuidado! 

Rosolynde: ¡…! 

El general cae sobre de ella con su antorcha de frente. Lo ha planeado desde el inicio. Lo único que ella alcanza a ver es la sonrisa de Agamenon, luego un resplandor, luego nada y luego… no sabe. Si el dolor puede verse, de seguro que se ve así. 

Agamenon: ¡Estuans Belli! 

Rosolynde: ¡Gaaaaaaaaaaaaahhh! 

Y lo que sus aliados ven tambien duele. Su melena en llamas, su rostro chamuscado de todo el lado derecho, pero lo peor de todo… 

Emeric: ¡MI LADY!

… su ojo ya no está..      

Capítulo 927: Mano gigante en las hojas[]

Mientras tanto… Muralla exterior de Ciudad Ciudadela… 

La negrura de la noche y la tormenta se ven iluminadas por los temibles disparos de los cañones laser del Triunvirato, y los responsables directos de esto, Lord Rotilius y el Capitán Luteus, se regocijan de los resultados

Draco: Jajaja. ¡Podría verlo todo el día! 

Rotilius: Si, es una vista preciosa. 

Aunque toma un tiempo para cada uno disparar, aun sus escasos disparos generan un pandemonio porque literalmente reducen a nada a las pobres victimas más cercanas, y a los que tienen la fortuna o el infortunio de no estar tan cerca resultan severamente heridos. 

Katrina: ¡Replicant One Hundred! ¡Charity Donation! 

Katrina se ve obligada a usar la totalidad de sus clones solo para cubrir la trinchera médica, reemplazándolos una y mil veces mientras que los que defiende se debaten entre la vida y la muerte. 

Revenant: ¡Traigo cuatro más!

Gareth: ¡¿Más!?

Taylor: *sangrando y produciendo vendas sin control* ¡Ya no nos damos abasto! ¿¡Que demonios sucede afuera!?

Para colmo, los soldados del Triunvirato recuperan terreno gracias a esto. Dificultando aun mas la situación. Los altos mandos intentan controlarlo ya sea dando ordenes o peleando como pueden.

Angélique: ¡Charcoal Heel Strike! 

Soldado del Triunvirato: ¡Gaaah!

La pelirroja se deshace de varios enemigos con sus patadas cubiertas de sangre y de haki. No obstante, un halo de esa terrible luz ya va hacía ella.

Angélique: ¿Huh?

Evangeline: ¡Primer Oficial!

Prevenida de esto, y con un movimiento extraordinario en celeridad, Evangeline la jala del brazo y la sube a su Jet Board, dejando detrás suyo solo una explosión.

Angélique: ¡…! ¡Gracias, Evangeline !

Evangeline: ¡Ni lo mencione! 

Luego, se ponen a cubierto, se ponen a cubierto cerca de un agujero hecho por otra explosión previa, en donde están también refugiándose Fernand, Bert con Big Bird calentándose en su abrigo, el Capitán Shiny Wine y Devon, que trata cubrir a sus hombres con sus hojas, solo para que estas sean quemadas.

Bert: ¡Nos están haciendo pedazos!

Big Bird: ¡Pedazos, pedazos! 

Evangeline: ¿¡Que hacemos!? 

Todos hacen una expresión de dolor y se tapan los oídos al sentir otra explosión cercana.

Devon: ¡Creo que debemos retirarnos!

Shiny: ¡No! ¡No podemos retirarnos! ¡Esta es la última oportunidad! ¡Si caemos caerá Brusian! ¡Además, mi general está adentro!

Evangeline: ¡Y mi capitán! ¡Y la suya!

Angélique: Jean…

Buscan entonces un plan alterno. Fernand y Evangeline, los más cercanos al borde del agujero observan. Uno, el daño masivo que sigue ocurriendo, los heridos que su hija defiende y la grieta por la que ahora no pasa nadie. La otra, los cañones que disparan.

Fernand: Necesitamos destruir esos cañones.

Evangeline: Opino igual.

Angélique: ¿Puedes destruirlos desde aquí?

Evangeline: Tal vez, pero…

Fernand: ¡Abajo!

Una vez más, todos se cubren, luego vuelven a alzar la cabeza.

Evangeline:… voy a necesitar una apertura.

Aunque todos piensan la misma idea, no les gusta.

Devon: Distracción, ¿eh?

Evangeline: No lo pediría si no lo necesitará.

Devon: Está bien. Puedo ayudar con eso.

Big Bird: Yo igual, yo igual.

Shiny: Y yo…

Evangeline: Bien. En ese caso esto es lo que haremos…

En la cima de la muralla un cañón ha terminado de cargarse para el próximo tiro,

Draco: ¿Este a donde?

Rotilius, con un pequeño catalejo, observa por todas partes, siendo atraído por la muralla de Katrina.

Rotilius: Ahí.

Draco: ¡Bien!  ¡Preparen!... ¡Apunten! ¡Y…!

Pero súbitamente, un estallido de hojas de árbol inunda el centro del campo de batalla.

Rotilius: ¡Pero…!

Y luego, una gigantesca mano emerge de entre ellas.

Draco: ¡¿Qué rayos!?       

Capítulo 928: Ileso[]

Unos minutos antes… 

Tal como había dicho, Jane ha seguido al Auténtico Ejército Real por horas y horas, hasta llegar a la batalla donde pretende participar. Pero, no ve una batalla al llegar, ve un infierno.

Jane: Dios mío… 

Los cañones de láser disparando y destrozando a sus objetivos, los heridos, los gritos. Se siente como… como aquel día que perdió su hogar, su libertad… su hermano. 

Jane: *Jadeando* No… no… 

Y parece que se ha quedado atrapada en ese día por un momento, dejándola inerme ante un ataque inminente. Al menos hasta que una mano la jala de vuelta a la realidad, o mas bien, una garra. 

Jane: ¡…! 

Polly: ¡No te quedes ahí! 

La chica coatí la lleva a otro escondrijo entre las piedras de una grieta en la tierra. Ahí, tambien se ocultan el Capitán Brimstone, y las dos mujeres de los Piratas de la Luna de Sangre Azul. 

Jane: Gracias, señorita… ¿mapache? 

Polly: Coatí, pero es igual.

Shade: ¿Qué estaba haciendo ahí parada? 

Jane: Yo… acababa de llegar. No creí que la situación fuera tan grave… 

Shade: ¿Eres refuerzo del puerto? ¿Cómo esta todo por allá? 

Jane: ¿Más o menos? Cuando me fui estaban controlando todo en su mayoría. 

Pann: Oye, ya me acorde de ti. Estabas con el capitán, ¿Dónde está? 

Jane: ¿El tipo de los ojos raros? No sé, dijo que vendría cuando controlaran todo. 

Algunos logran dar vistazos hacia afuera, solo para ver un haz de destrucción volar al lado. 

Celaine: Tch…  espeto que No se tarde. Ayudaría a mejorar las cosas aquí. 

Polly: ¿Qué hacemos? 

Shade: No estoy seguro, pero primero… 

No obstante, resulta que no tienen que pensar en nada. Pues a unas decenas de metros de ellos, una mano gigantesca se aparece entre cientos de hojas.

Draco: ¿¡Que rayos es eso!? 

Shiny: ¡Sasquatch Hand! 

La gigantesca extremidad envía a volar de una palmada a varios de los enemigos mientras hace cimbrar la tierra. A la mano le sigue el resto del cuerpo de un gigante misterioso, Shiny en su forma yeti completa. 

Shiny: ¡Chuti Footprint! 

El caos genera el capitán colosal es suficiente para girar un poquito su balanza hacia ellos, pero solo hasta superado el impacto inicial. 

Rotilius: ¡¿Por que no le estás disparando!? 

Draco: ¡…! Si. 

Con el cañón ya previamente calentado y listo, no es difícil apuntar y disparar a su gigantesco oponente. Por fortuna, para Wine, logra moverse lo suficiente para que este no le perfore el cráneo. 

Draco: ¡Maldita sea, no lo mate! 

Por desgracia, le da de lleno en un brazo. El rugido de dolor es estremecedor. Lo ha atravesado por completo. Y la sangre que escurre, si fuera humano ya le habría desangrado

Soldados del Triunvirato: ¡El gigante esta débil! ¡Mátenlo! 

Un escuadrón enemigo cercano se dispone a fusilarlo con sus rifles, pero mientras apuntas, sus ojos son, súbitamente, picoteados. 

Soldados del Triunvirato: ¡Aghhh!  ¿¡Que pasa!? 

Miles de frailecillos atacan a los soldados de armaduras rojas, dirigidos, por un muy tembloroso y congelado Big Bird. Esto da a  Shiny la posibilidad de seguir atacando a pesar de su grave herida, mandando a volar soldados con la parte externa del brazo…

Shiny: Agh…. ¡Arges Thunder!

…y ambas a su vez, dan a Evangeline la oportunidad perfecta para deshacerse de la ventaja enemiga. Carga en su arco una flecha de punta extraña y grandísima, tanto que para tensarla tiene que sostener el arco con los brazos y un pie, y sostenerla con los dientes. 

Evangeline: (Funciona por favor…  ¡Deadly Sin: Greed! 

La flecha vuela tan rápido hacia su objetivo que la estela que deja detrás derriba a algunos soldados. Esta es vista a través de la distancia por su objetivo, justo antes de estrellarse….

Rotilius: ¡…! 

Y estallar en una flama doradatan grande que se ve a millas, consumiendo todo. Incluso siendo vista por aquel misterioso humano, y sus acompañantes gyojin y voladores. 

Humano:… Ese brillo… 

El impacto deja grietas en la muralla inclusive. Y un humo que no para durante varios segundos. Pero, cuando por fin se disipa, la arquera mira con horror. 

Evangeline: Imposible… 

Rotilius y Draco se han defendido con el Faraday Shield del segundo, están ilesos. Mientras que a los cañones… 

Evangeline: No… 

No les ha pasado absolutamente nada.        

Capitulo 929: Un precio muy pequeño[]

Minutos antes… 

Emeric:  ¡Mi lady! 

Nadine: ¡Dame Rosolynde! 

La General solo sigue apretándose las heridas en su cara. Llena de dolor, de ardor y tambien de medio. Después de todo, la mitad de su visión ya no esta, solo queda sufrimiento.  Retorciéndose en el suelo, Agamenon prepara el golpe final. 

Agamenon: ¡Se acabo, “general”! 

Emeric: ¡Aléjate de ella!

No obstante, su fiel mano derecha, se arroja directo hacia él, listo para defenderla. Usando su técnica “Codol”, rueda en su forma híbrida a toda velocidad. No obstante, aunque con gran esfuerzo de su parte, el general de la melena marrón lo bloquea con su antorcha imbuida de haki, para luego, mandarlo a volar como si fuera pelota de baseball y, quemándole además la espalda en el proceso. 

Emeric: ¡Gahhh! 

Nadine: ¡Lord Emeric! 

Habiéndose desecho de la molestia, Agamenon se dispone a terminar su trabajo. Pero… 

Jean: ¡Alto! 

Es interrumpido de nuevo. Esta vez, por aquel peliazul que le dispara plumas negras tan afiladas como cuchillos. El dirigente del Ejercito del Triunvirato intenta cubrirse con su antorcha ennegrecida, pero pasa algo que él no espera para nada. 

Jean: ¡Regen Von Messern!  

Agamenon: ¡…! 

Una de esas plumas parte su arma en dos por el mango. 

Agamenon: ¡No! 

El hombre intenta recoger los pedazos pero, de forma repentina, un destello azul aparece y desaparece frente a sus ojos. Para cuando se da cuenta, las mitades se han ido. 

Agamenon: ¿¡Pero que…! 

Betula: ¿Buscas esto? 

Agamenon voltea al oír hablar al Zafiro del Mar, la cual tiene en sus manos los pedazos de sus armas. Tornando sus guantes negros aun más negros, la mujer destroza lo que quedaba de la antorcha gigante solo con apretar los puños, para ofuscación del general. 

Betula: El fuego quema, ¿sabes?... Se ve que eres fuerte, no deberías confiar tanto en armas y artimañas como está. 

Agamenon: Tsk… ¡Malditos! 

Completamente fuera de sus cabales, Agamenon imbuye lo único que le queda en haki, sus puños, y se lanza hacia los dos causantes de la pérdida de su arma. Pero para su sorpresa, se le atraviesa un rostro conocido. La Princesa Plateada y sus bellos ojos marrones. 

Agamenon: ¿huh? 

Nadine: Eros Arrow… 

Ojos marrones que se convierten en ojos blancos, la Princesa ha usado su habilidad en él, y con ello, el general ha perdido toda intención combativa. Está en su mundo de fantasía, sonriéndole a lo que el cree es una bonita castaña de ojos grandes y con gafas. 

Agamenon: Belleza pura… 

Nadine: Por favor les pido que ayuden a la Dame y a él lo restrinjan de alguna forma. En cuanto parpadee, escapará de la ilusión ...*lagrimea*... y hay muchas cenizas aquí. 

Con esas instrucciones, el médico que viene con el escuadrón de inmediato  va a atenderla y a Emeric. Consideran por un momento el látigo de la propia princesa para atarlo pero esa idea es desechada cuando ven una inmensa cadena, tan gruesa como el torso de un niño, moviéndose con una aura púrpura. 

Betula: Hollow, ¿eres tú? 

Jean: ¿De donde sacaste eso? 

Hollow cadena: La vi en una de esas puertas de castillo que tienen los túneles.

Rodeándolo muchas veces y luego dejando la cadena elevada en el aire en un poste de luz, Nadine finalmente puede parpadear, y Agamenon deja el mundo ilusorio donde era tan feliz. 

Agamenon: ¿Dónde esta mi perfecta…?  ¡Ustedes! ¡Me engañaron! ¡Bájenme de aquí y peleen como caballeros! 

Hollow: Nope. Yo creo que no. 

Jean: Somos piratas, ¿sabes? No tenemos ni honor, ni valor, ni justicia ni ningún rasgo redimible. Somos escoria. 

El tono de voz de Jean y su expresión al decirlo hacen difícil discernir si lo dice en serio o no, lo que preocupa a su maestra. Mientras, Agamenon intenta liberarse, sin éxito. 

Agamenon: ¡Aghh, bastardos malditos!  ¡Tan baja eres Rosolynde! ¡No puedes ni ganar una batalla por tu cuenta así que recurres a criminales! ¡Vil y maldita bruja! ¡Desgraciada malparida…! 

El sigue con su sarta de insultos…  pero, ella aun con su grave herida, mira hacia arriba fijo.

Agamenon: ¿¡Y!? ¿¡Que estás esperando!? ¡Mátame! ¡Mátame como mataste a su majestad! ¡¿O es que no puedes mirarme a los ojos!? ¡Usa tus poderes  mágicos y mátame! ¡Mátame! 

Pero ella, se levanta y se pone lo más cerca que puede de él. 

Medico: ¡General! ¡No, no se mueva! ¡Si no la atiendo ahora, podría perder…! 

Rosolynde: Ya es muy tarde para eso y lo sabe, doctor. Pero gracias por la preocupación… 

Hay silencio de parte de todos por un momento, luego, habla ella de nuevo. 

Rosolynde: No soy la mala aquí. Ni ellos. Ni tu. Pregúntate entonces quien si.

Agamenon se queda sin palabras, mientras que Rosolynde solo deja que el medico ponga una curación leve sobre su ojo destrozado.

Rosolynde: Tus hombres te bajaran cuando te encuentren…  ¡Sigamos avanzando! ¡Hay trabajo que hacer! 

Soldados: ¡Si, General! 

Agamenon solo observa como se van por el túnel por el que el mismo llegó mientras se agita tratando de liberarse, sin éxito.  El túnel es tremendamente complicado y no hay mucha luz, pero incluso ahora tuerta, Rosolynde guía a través de el como si anduviera por campo abierto. Todos están en silencio, con una pregunta en sus mentes que solo uno de ellos hace. 

Emeric: Mi lady…. ¿Segura que puede seguir?... Su ojo… 

Rosolynde:… es un precio muy pequeño si nos lleva a la victoria. Sigamos. 

Todos se sorprende por la contestación, y simplemente hacen lo que les dice. Tras un rato, salen del túnel. Ya están cerca del palacio. Pero pronto, alguien nota que algo anda mal. 

Jean: ¿Dónde esta Lady Nadine?         

Capitulo 930: Un rayo de luz[]

Oh, ese viejo dicho de “Salir de la sartén solo para caer en el fuego” cada vez aplica más a la situación actual.  Lady Nadine parece que simplemente se ha desvanecido en el aire. 

Rosolynde: ¿¡Como que no aparece!? 

Soldados: ¡Ya buscamos varias veces en los túneles! No se desvío , simplemente no esta aquí. ¡No está en ninguna parte! 

Betula: Jean… 

El peliazul, con los ojos cerrados, usa su habilidad del haki de observación para intentar localizarla. Buscando su voz interior recorre lugares cercanos, los túneles por donde pasaron, hasta el lugar donde Agamenon sigue debatiéndose en un intento de liberarse. Pero… 

Jean: No… tienen razón. ¡La princesa no está! ¡Es como si hubiera desaparecido! 

Esto pone aun más nervioso al grupo, en cuyas mentes empiezan a filtrarse los peores escenarios. 

Hollow: Si no pueden sentirla ni con haki… ¿Y si ella está? 

Muerta. Por desgracia, en medio de una guerra sin cuartel es una posibilidad. Pero luego, alguien dice una probabilidad aun peor. 

Emeric: O tal vez nos traicionó… tal vez era su plan desde inicio…. Tal vez por eso han fallado todos nuestros planes…  porque ella lo sabia, lo sabia desde el principio y nos ha guiado a una trampa.

Silencio tras estas palabras. La desolación de los rostros de los soldados es evidente, y la preocupación de los altos mandos igual. No obstante, el silencio es irónicamente, silenciado con palabras de la general.

Rosolynde: Pelotón Echo siete. Sigan buscando a la Princesa. El resto debemos seguir. Muerta, traidora o capturada, da igual. Cualquiera significa que nuestra misión esta en peligro . Debemos seguir al castillo y acabar con esto de una vez. 

Nadie replica. Y así, todos siguen con su respectivo camino. La mayoría de los soldados siguen buscando a la princesa, solo unos pocos van hacia el castillo. No obstante, las palabras de Rosolynde no didipan las dudas. ¿Ella murió? ¿Escapó? ¿Los traiciono? 

… ¿es una trampa? 

Antes… muralla exterior… 

Shiny: ¡Chuti Footprint! 

El gigante sigue batallando contra los que para soldaditos enemigos cuando se oye un grito furioso de mujer y un potente estallido. 

Evangeline: ¡Deadly Sin: Greed! 

Shiny: ¡Si! ¡Ese ángel lo logró! 

Pero grande es su decepción y hasta su miedo, cuando ve ilesos a los artilleros, e impolutas a las armas. 

Shiny: No… 

Eso es lo mismo que dice ella “No”. Y, para mayor horror suyo, alcanza a sentir que los dos hombres encargados de las armas la miran. 

Draco: Creo que es esa. 

Rotilius: ¿Pues que esperas? ¡Dispárale! 

Evangeline intenta escapar en su Jet Board, pero, ¿Qué puede ser más rápido que un láser? 

Draco: Fuego… 

Evangeline siente el ataque venir hacia ella y solo cierra los ojos de forma automática, en un intento vano de protegerse, pero luego, siente algo más. La explosión impacta pero no a ella. 

Evangeline: ¡…! 

La mujer alada abre los ojos , llenos de horror por lo que ve.  El capitán Wine se ha interpuesto en el ataque, y ajora tiene un agujero de la espalda a la tripa. El gigante misterioso escupe sangre, mientras pronuncia una sola palabra… o mas bien, intenta pronunciarla. 

Shiny: Co… corre… 

Luego, se encoge lentamente hasta du forma humana para caer de cara en la nieve en un charco sangre más grande que si mismo. 

Evangeline: ¡No! 

Draco: Tch… se atravesó… 

Rotilius: Dale con el que se cargue primero. 

Y eso pretende pero esta tardando. Mientras, Evangeline intenta desesperadamente llegar al hombre que se sacrifico por ella, pero no puede ni acercarse a él. 

Evangeline: ¡Maldición! 

Big Bird, desde los helados cielos, ha atestiguado todo. Su compañera, todos están en peligro, así que comanda aun mas aves, causando que el ejército enemigo tenga problemas. 

Big Bird: ¡Caw! 

Soldados del Triunvirato: ¡Mis ojos! 

Mientras, el Ave Azul misma intenta atacar al militar y al noble causantes de tanto daño. Los cañones no han terminado de cargar, no tienen forma de defenderse… 

Big Bird: ¡Malditos!  ¡Malditos! 

… ¿o si? 

Rotilius: ¡Ahhh, una rata con alas! 

Draco: Tch… ¡Tesla Bolt! 

Pero antes de que el Ave Azul pueda acercarse, un relámpago del arma de Luteus. Big Bird, teniendo tanto frio, es mas lento, más vulnerable, y el rayo le da de lleno, para terror de sus camaradas, que observan de lejos. 

Angélique: ¡Big Bird!.

Bert: ¡No!

El ave cae, herida seriamente. Mia e Isabel, que estaban cubriéndose cerca, intentan alcanzarla, pero se ven vueltas en escaramuzas múltiples. Los frailecillos que controlaba Big Bird han huido aterrados al verle herido y los soldados a los que estos atacaban vuelven al ruedo. 

Mia: ¡Estilo de Flauta Larga!

Isabel: ¡Leaf Palm Ram!

Las cosas no podrían estar peor… excepto que si. Otro cañón se ha cargado.

Draco: He. Acabemos con esto.

Y lo apuntan a la trinchera médica, donde Katrina que defiende y Taylor, que trata de salvar vidas, solo pueden ver el resplandor formándose.

Katrina: ¡…! 

Taylor: ¡Muevan a los heridos! ¡Muévanse! ¡Muévanse!

Pero no hay forma de poder salir de eso. Todo esta perdido.

Rotilius: ¡Ya!

Draco: ¡Fuego!

Y entonces…. Un asombroso resplandor ilumina la noche, pero... ¡viene del lado opuesto! Un torrente blanco tan potente que la noche resplandece cual día impacta a los cañones… ¡Y los hace pedazos!

Rotilius: ¡Ahhhhh!

Luteus se ha salvado a si mismo igual que antes pero aun esta herido con serias quemaduras, mientras que Rotilius ha salido volando, no muriendo solo porque su abrigo se ha atorado de una viga.

Samir: Pero eso no es…

Enemigos horrorizados, y aliados embelesados por la extraña y hermosa luz. ¿Qué ha sido eso? Es…

Jane: Increíble…

Y luego del resplandor, las aves regresan, y en mayor cantidad, deteniendo de nueva cuenta al Triunvirato ¿Cómo es posible? Big Bird esta derribado. ¿quien es el autor de este glorioso contraataque? . La respuesta. Aquel hombre de las cicatrices en la cara, y sus acompañantes que vuelan, dos aves.

Gyojin 1: Ufff, creo que llegamos justo a tiempo.

Gyojin 2: ¿A tiempo? ¡Están jodidos!

Humano: *con una sonrisa* Ayudemos entonces.

Evangeline: Imposible… 

Capitulo 931: “Que tiene existencia verdadera y efectiva”[]

Rotilius: Si… llegas

El noble, atorado del abrigo en la parte baja de la muralla tras el ataque , intenta bajarse de ahí de forma segura, pero no alcanza la viga de la que está atorado. 

Rotilius: ¡Aghhh! ¡Maldita sea! ¡…! 

Pero su movimiento hace que su abrigo termine por rasgarse, y se precipita a tierra muy rápido. 

Rotilius: Aghhhh… 

Por fortuna, la nieve le amortigua la caída. Para su infortunio, alguien lo espera ya en pose de batalla. 

Fernand: ¿Es “usted” quien disparaba los cañones? 

Rotilius: Tch… 

Arriba, un chamuscado Capitán Luteus lanza rayos a lo loco.

Draco: ¡Muere, muere, muere! 

¿A que intenta disparar?  A los nuevos frailecillos atacan sin piedad a los soldados. Les picotean el cráneo, les cagan en los ojos, aletean en su cara para desviar sus tiros, incluso logrando hacer que se disparen entre ellos. 

Soldados: ¡Gaaaah! ¡Auxilio! 

¿Quién controla esas aves? Es lo que se preguntan Angélique y Bert pues ellos han salido en busca del herido Big Bird, quien por fortuna, no parece estar tan grave. Solo tienen un ala quemada. 

Angélique: Big Bird, ¿tu no estás haciendo esto? 

Big Bird: No, no… 

Pero se oyen gritos similares a los de Big Bird, y luego, dos aves casi idénticas a él se pueden ver volar, asombrando a los Piratas del Ave Azul, y sorprendiendo al propio Big Bird. 

Katrina: ¿Big Birds?... 

Samir: ¿Un Big Bird Verde? 

Y no solo esas aves ayudan, tambien aquellos misteriosos gyojins, el hombre y la chica, que usan grandiosas habilidades de Jujutsu Gyojin con la nieve. 

Hombre gyojin: ¡Hiegokoro! 

El genera un torrente de nieve que manda a los enemigos a volar. Y aunque uno intenta dispararle por la espalda…

Soldado del Triunvirato: ¡Muere! 

Chica Gyojin: ¡Yukinami! 

Soldado del Triunvirato: ¡Waaaaaah! 

Ella lo entierra literalmente con una ola de nieve. 

Chica Gyojin: Hehehe, te salve el trasero, tío. 

Hombre Gyojin: Eso quisieras. ¿Y nuestro “paciente”? 

La chica señala hacia el horizonte, en donde se ve al humano corriendo por el campo de batalla nevado. 

Hombre Gyojin: Siempre con prisa, ¿eh? Aunque bueno, no es para menos. Si yo buscará lo que él…

Dicho humano, va avanzando entre soldados del Triunvirato y el Auténtico Ejército, como dijo el Gyojin, buscando algo, aunque no parece que vaya sin rumbo, parece que sabe exactamente donde esta. Y cuando finalmente lo divisa, sonríe… 

Humano: Ahí estás… 

¿Qué es lo que divisa? Nada más y nada menos que a Evangeline, la cual sigue anonadada por la luz blanca que destruyó los cañones, que ahora se incendian en un gran resplandor amarillo. 

Evangeline: Solo… solo hay una cosa que podría hacer eso en el mundo… 

Y está segura de ello. ¿Por qué? Porque ella misma la hizo con sus propias manos, el arma que ahora descansa en una vitrina de la Ocean Spirit… o eso se supone. 

Evangeline: Es imposible… Imposible. 

Pero entonces, una voz la saca de su asombro… y la mete en uno mayor.

“Eve… “ le dice. 

El corazón casi se le para al oírlo, y luego, se voltea lentamente para observar su procedencia, que resulta ser… un hombre alto, y apuesto aunque con la cara cicatrizada. De contextura delgada pero fornida, cargando una cierta arma de fuego. Mentón cuadrado, cabello rubio, un ojo de pupila ligeramente rasgada, y aunque el otro está apagado y sin vida, en ambos se nota una misma expresión, cálida y pura. Esta persona, esta persona no es otra que…

“James”: Eve… Hola. 

La mujer alada se queda blanca por un momento, completamente pálida, inmóvil. Pero luego, se pone convulsa, tiembla, enrojece y sus dientes se aprietan, llenos de ira. 

Evangeline: Ah… ya entendí… ¡Maldita Princesa! ¡Nos ha traicionado! ¡¿Verdad!? ¡Es una de sus malditas ilusiones! 

“James”: ¿Princesa? ¿De que estás hablando, Eve?

“James” se acerca a ella lento y con una sonrisa. Pero ella no se va a dejar engañar por ese poder, nunca jamás, nunca otra vez. Rápidamente, coge una flecha de su carcaj, la tensa en Providence y la dispara, directamente a la cabeza de lo que ve.

Evangeline: ¡Eros Sting!

Pero, en lugar de atravesar una ilusión de lleno, o de matar a la traidora princesa con ese disparo, su objetivo se mueve. Se mueve para evitar la flecha, aunque no lo logra por completo. Esta le raja la mejilla, y unas pequeñas gotas de rojo manan. 

Evangeline: ¡…! 

Es sangre… 

“James”: ¿E… Eve? ¿Qué sucede?

Las ilusiones no sangran…

“James”: Soy yo. Soy James. 

… eso solo significa una cosa, y al comprenderlo, Evangeline deja caer su arco al suelo y se le acerca lentamente, con las manos de frente. Toca su cara. ¡Puede tocar su cara! Enrojecida por el frio pero aun así tibia y suave, salvo por un par de cicatrices rugosas, en especial la que atraviesa su cara por el ojo. Siente su aliento, puede ver su mirada, llena de amor, amor que le quiebra la voz a ella. 

Evangeline: Eres real… 

James: Si. ¡Si! ¡Soy real! ¡Estoy vivo, Eve!

¡Es él! ¡Es él! ¡Esta vivo! ¡No sabe porque pero esta vivo! Y entonces, lágrimas que brillan con el resplandor del fuego se le escapan. James, entonces la aferra entre sus brazos, aunque suavemente porque quiere verla a la cara.

James: Yo… lo siento, Eve. Lo siento tanto. Debiste pasar un infierno. Debiste sentir tanto dolor. Vi… vi la tumba. Sé lo que pensaste. Lo que debieron pensar todos. Pero, te aseguro que estoy vivo, estoy bien y…

Pero él no logra terminar, sus palabras se quedan atoradas tras sus labios pues Evangeline hace aquello que nunca pudo hacer antes…

…atraparlo con un beso.

Efectivo y verdadero

Aunque en inicio completamente desprevenido y hasta sobresaltado, James cierra automáticamente sus ojos y la aferra más fuerte, mientras que ella no suelta su rostro jamás . Sus tibias lágrimas siguen corriendo y le mojan la cara a él tambien, mezclándose con la poca de sangre del rasguño en su mejilla y , enfriándose de inmediato por el aire helado.

Chica Gyojin: ¡Tío, mira! 

La chica da un codazo al hombre gyojin para que mire, siendo estos no otros que Evolette y Ramkar, los gyojin /medio gyojin que la pareja a la que ven besarse ahora salvaron de la esclavitud. Miran con una sonrisa, satisfechos y felices. 

Ramkar: Así que la encontró. 

Evolette: ¡Qué bonito! 

A pesar de la guerra que continua, la sangre en la nieve, la pólvora quemada, el humo de las explosiones, el incendio de los cañones , los gritos de los soldados que siguen matando y muriendo a su alrededor, para ellos el mundo se detiene. Ese momento es un milagro, porqué están juntos. A pesar de todo están juntos, están vivos, y eso…

Eso es Real.  

Capitulo 932: Cadáver[]

Finalmente, tras los segundos más mágicos de sus vidas, los temblorosos labios de Evangeline se separan de los dulces y carnosos labios de James. Él se ve feliz y sonrojado, mientras que ella le sonríe, sin dejar de llorar y aun sin soltar su rostro, a lo que el se acerca para secarle las lágrimas. 

James: Ya. Tranquila. Todo esta bien. Yo estoy bien. Estoy aquí. Estoy contigo. 

Evangeline: No puedo creerlo… 

Pero su precioso momento se ve interrumpido cuando ambos sienten venir soldados a punto de atacarlos. Sinceramente, debió suceder antes. 

Soldados del Triunvirato: ¡Mueran! 

Estos blanden espadas que ambos esquivan con facilidad. Por desgracia, ella se ha dejado el arco en el suelo, pero el aún tiene su arma. 

James: Hora de volver al ruedo.  ¡Red Star! ¡Coyote Waltz! 

Una vez más, la Star Blaster resplandece en las manos de su único amo y señor, a lo que Evangeline parece maravillada mientras recoge su arco. El impacto rojo que genera el arma de fuego noquea fácilmente a los soldados. 

James: Seh, aun tengo el toque. *mira a su alrededor* Pero parece que estamos en la mierda como siempre. 

Evangeline : Pues algo así…

No obstante, la vista de ella se desvía al ver al Capitán Wine, herido, arrastrándose en el suelo. 

Evangeline: Madre santa, lo olvide por completo. 

La chica toma de la mano al Cazador y lo guía hasta el enorme hombre herido, él cual alcanza a hablar al verla. 

Shiny: S.. Señorita… 

Evangeline: ¡Capitán Wine! ¡Resista un poco! 

James: ¿Amigo tuyo? 

Evangeline: Aliado. De toda la Alianza de hecho, estamos en… 

James:… una guerra civil. Lo sé. Me encontré con Shane camino a aquí. Me contó a grandes rasgos. 

Evangeline: Genial… ahmm… la trinchera médica esta por allá. Ayúdame a llevarlo. 

James: Si. 

Y cargándolo por los brazos y piernas, logran transportarlo hasta ahí.  Atravesando primero la barrera de Katrinas.

Evangeline: ¡Médico! 

Gareth: ¡Voy! 

El peliverde corre al llamado, prestando atención al paciente y la herida solamente. Solo tras un momento, se da cuenta de quien es el hombre que lo ha cargado hasta ahí. 

Gareth: ¡…! 

James: Hey, Gareth. 

El médico, pálido como yeso, se voltea de nuevo para atender al herido, muy apresurado, casi en pánico. James se ríe un poco de esto, pero es entonces que nota que Evangeline no esta ya por ahí. 

James: ¿Eve? 

La chica aun no puede creerlo, y en su incredulidad se ha ido caminando, siguiendo sus pies mientras mira el suelo hasta el muro de Katrinas ¿Está soñando? ¿Debe estar soñando? 

Evangeline: No lo creo… 

La Katrina Real y Taylor , que andan cerca, logran verla y se preocupan por su extraño andar. A la par, Mia, Samir e Isabel , que han derrotado enemigos cerca, y Bert y Angélique, que llevaban a Big Bird a la enfermería improvisada, lo han notado tambien. 

Evangeline: Es… real. 

Y súbitamente, se desploma de rodillas, mientras de aferra el rostro, cosa que todos sus camaradas ven con horror y preocupación. De inmediato todos corren hacia ella, y gentilmente, la ayudan a ponerse de pies, temiendo algo serio por su mirada perdida en sus pensamientos. 

Bert: ¡Evangeline! 

Taylor: ¿Evangeline? ¿Dónde te duele? ¿Qué pasó? 

Isabel: ¿¡Estás bien!?

Entonces, la cara de la mujer alada pasa de la incredulidad a quebrarse en llanto, lo que preocupa a sus camaradas aun más. No obstante, mientras llora, también sonríe con ganas, y se limpia las lagrimas, asintiendo a la pregunta de si está bien.

Katrina: ¿¡Qué tienes!?

Es solo entonces que sus camaradas notan a alguien llegar corriendo tras ella, y es al verlo que se les caen los calzones. La mirada de todos se hunde, la de algunos en incredulidad, la de otros en lágrimas.

James: ¡Ah, ahí estás! ¿¡Porque te fuiste!? 

James se da cuenta de con quien esta y como lo miran. Deben sentirse igual que ella en un inicio. 

Samir: I… imposible…

Y tiene razón. No pueden creerlo, y no es para menos. Mia, que estaba dando un trago a su botella, termina por escupirlo para luego mirar al tirador, mirar a la etiqueta de su botella, de nuevo al tirador y otra vez a la botella para luego tirarla al suelo con pánico.

Taylor: ¿James?

Big Bird: *ruido ininteligible de Ave*

Mia: ¿Qué mierda tenia esa cosa?

La pelinaranja incluso intenta hacerse vomitar, creyéndose drogada o envenenada. Pero James rápido va hacia ella, pasando al lado de todos sus compañeros, que lo evitan como la plaga, igual que como se evita tocar un cadáver. 

Mia: *Metiéndose el dedo en la garganta* Sal, maldita sea. Sal.

Luego, toma a Mia por la muñeca y  a ella casi le da un paro ahí mismo. La está tocando, y puede sentirlo, y por lo que nota a su alrededor, todos pueden verlo y oírlo . 

James: Estúpida, si soy yo. Soy de verdad.

Mia: ¿James…?

Los ojos se le llenan de lagrimas, igual que Eve que aun llora de felicidad. Todos lloran de felicidad. 

Mia: ¡James! 

Y entonces ella se le va encima, y luego la totalidad de sus camaradas. No saben como, apenas y pueden creerlo, pero su amigo esta vivo. ¡VIVO!

Capitulo 933: La estrella vs el relámpago[]

El abrazo conjunto dura varios segundos, o muchos. No quieren soltarlo, no quieren dejarlo ir. Como si creyeran que al soltarlo, este se desvanecerá en el aire. Sus lágrimas tambien son muchas, hoy todos y no solo Katrina, hacen honor al nombre de “Llorona”. 

Angélique: ¡James! 

Bert: ¡Hahahahaha, está vivo! ¡Nuestro James está vivo!

Big Bird: ¡Vivo! ¡Vivo!

Katrina: *sorbiéndose los mocos* 

Samir: No puedo creerlo… 

James: Pues créelo… porque si estoy vivo… ahora … ¿podrían… apretarme… menos fuerte… por favor?

Solo entonces, los del Ave Azul se dan cuenta de que James esta siendo apretado con tal fuerza que ya no puede moverse… o respirar bien. 

Taylor: Demonios, suéltenlo. ¿Quieren matarlo otra vez? 

Se sueltan entonces, aunque se quedan serios con el chiste del médico. Llegan más enemigos pronto, así que se  ven obligados a pelear un momento, mientras  Taylor atiende el ala herida de  Big Bird y algunos clones de Katrina les dan cobertura. Mientras combaten, se quedan en silencio un momento, con la misma pregunta en la mente hasta que alguien se atreve a hacerla. 

Isabel: ¿Pero entonces…? No me malentiendas, James. Que alegría me da verte pero, ¿cómo es que estás vivo?

Evangeline: Si…No podía sentirte ni con mi mantra, y Jean sintió como mor… como se desvanecía tu presencia. ¿Qué fue lo que sucedió? 

James: Créanme, yo tambien creí de verdad que iba a morir en ese momento.

Samir: ¿Qué paso entonces?

James: Bueno…

En ese momento, tío y sobrina que acompañaban a James, aparecen, con aspecto muy apurado.

Ramkar: Ya te reuniste con tu novia, que bien…

Evangeline: *se sonroja * Novia… 

Ramkar: ¡¿Ahora podrías mover el trasero y hacer algo con tu rifle mágico!? 

Evolette: Un loco que dispara rayos les esta poniendo las cosas feas a Viridia y Skyline.

Katrina: ¿Viridia? 

Isabel: ¿Skyline? 

La chica medio tiburón limón señala hacia dónde estaban antes los cañones laser, en donde Draco Luteus continua usando su bobina bastón para lanzar rayosa los frailecillos y sus comandantes, que no son otras que los cacatúas que tambien ayudaron James y Eve a escapar en el pasado. 

Draco: ¡Tesla Bolt! ¡Tesla Bolt! 

James: Ah, ya vi…

El tirador entonces carga su arma a la estrella blanca, y le dota además, de una bala pequeñísima. Luego, apunta.

Draco: Malditas aves, y luego esa explosión de la nada que destruyó los cañones. No se quien lo hizo pero juro que lo…

James: ¡White Star! ¡Nova finale! 

Y un torrente blanco extremadamente fino sale disparado hacia Luteus. Este alcanza a  verlo debido a la exagerada distancia, y se mofa.

Draco: Como si eso fuera a dañarme. ¡Faraday Sh…!

Pero mientras se regodea tras de su escudo,  diminuta bala blanca  atraviesa por completo el escudo de electricidad, y explota dentro. Lo que queda tras eso es un humeante Luteus derrotado, esta vez definitivamente pues además, su bobina ha sido destruida por completo.

James: Bien. ¿En que estábamos?

Mia: No sé, déjame pensar. ¿¡ Como es que estás vivo!?

James: Cierto, cierto. Lo siento.  Es gracias a ellos dos.

El tirador tuerto señala a Evolette y Ramkar, mientras que Evangeline al fin les reconoce.

Evangeline: ¡Señorita Evolette! ¡Señor Ramkar!

Ramkar: Hmph. Veo que ya te acordaste de nosotros.

Evolette: ¡Hola!

Mia: ¿Y ellos son…?

Evangeline: Unos de los muchos esclavos de Bela. Los ayudamos y nos ayudaron a escapar esa noche… entonces, ¿ustedes…?

El muchacho rubio es quien termina de hablar con ella, con una sonrisa y una mirada agradecida hacia los Gyojin.

James: Si, ellos salvaron mi vida.

Ramkar: Podría decirse… je.

Evolette: Awww, para. Es lo menos que podíamos hacer después de ayudarnos a ser libres… y por ponerte en peligro mortal en primer lugar…

Evangeline: ¿Eh?

James: *con cara no tan feliz ahora* Es… una larga historia.

Aquella noche… Buque de Bela Luxuries…

Capitulo 934: Una perspectiva distinta[]

Evolette: Gracias, chicos. De verdad que se las debemos. 

Ramkar: Seh. Para ser humanos, no son tan malos… les agradezco… 

El gyojin ofrece su mano y James la estrecha. Un segundo después, la capsula de escape y sus integrantes desaparecen. Han sido lanzado al mar. Por un momento, todo esta muy ajetreado en el pequeño mini submarino, pero luego, todo se mueve suavemente. Las luces exteriores se encienden, alumbrando la belleza del bajo mar nocturno.  A lo lejos, pueden ver otras capsulas de sus compañeros ex esclavos alejarse. No pueden creerlo… por fin estan fuera, por fin son…

Evolette: ¡Libres, tío! ¡Somos libres!

Viridia y Skyline: ¡Libres! ¡Libres, ahhh!

Ramkar: Es… es como un sueño… jajajaja… ¡JAJAJAJAJA! 

Todos ríen en celebración y Evolette incluso da un abrazo a su querido tío. No obstante, este se queja fuerte. En el calor del momento, se había olvidado de que este había sido previamente disparado en un hombro, y aun sangra. 

Evolette: Cielos… creo que debemos ocuparnos que eso antes que nada. 

Ramkar: Cierto… ayúdame a quitarme la camisa. Te enseñaré como hacer un torniquete. 

Viridia: No hace falta, no hace falta, ahhh. 

Ramkar y Evolette: ¿Huh? 

Es entonces que el ave, que tiene la cabeza metida bajo los asientos de la cápsula,  saca una cajita con una cruz roja de ahí. Un botiquín de primeros auxilios.

Ramkar:… o podemos usar eso.

Evolette: Bien.

Al mismo tiempo, arriba...

James: Ustedes sigan adelante. Yo me quedaré

Evangeline: ¿Quedarte? ¿Por qué? 

Big Bird: ¿Por qué? ¿Porqué? 

James: Bela… 

… abajo…

Ramkar: *pálido y apretando los dientes * Haz presión…

Evolette:  Si.

James: Por favor, chicos. Tengo que hacer esto.  

Evangeline: ¡Eso ya lo se!  ¡Se que necesitas saberlo! ¡Pero no por eso te voy a dejar solo! ¡Si te quedas, me quedaré también!

Y no está a discusión, no solo ella se quedará, tambien lo hará Big Bird. 

Ramkar: *jadeando* Ahora desinféctala.

Skyline: Va a doler, a doler.

Evolette: Ok, aquí voy.

Con una gasa mojada en alcohol, la chica limpia la herida en el hombro de su tío, el cual se aguanta para no gritar.

Unos minutos después… estando en rajatablas…

Bela:… ¿Qué demonios quieres? 

James: Eso tambien ya lo sabes…

Evolette: Ya quedo. ¿Cómo te sientes? 

Aunque con los problemas propios de su inexperiencia, la me dio gyojin se las ha arreglado para poner vendajes en la herida limpia y ya sin bala de Ramkar, cuyo brazo ahora reposa en un cabestrillo hecho de vendas.

Ramkar: Je… te las arreglaste para no desangrarme… estoy orgulloso.

La chica se sonroja, o tiene su equivalente de color verde ante el cumplido. Con eso solucionado, están listos para partir. Hay un manual de uso la capsula, que la chica ahora tiene en la mano.

Evolette: A ver… aquí dice que hay que jalar la palanca para activar el motor.

Ramkar: A ver… ¿será esta?

Pero en lugar de acelerar, el pequeño vehículo dispara lo que parece ser una bengala, nada grave. Excepto que esta se estrella… contra el buque de Bela, y con tan mala suerte que da a un deposito de combustible, causando una explosión.

Evolette: Ese no era… 

 

Luke: ¿Qué diablos? 

Chris: ¿¡Que sucede!? 

Inmediatamente después a la explosión viene un temblor terrible, todo el barco se mueve de arriba abajo,  las luces parpadean. Todos en el pasillo se tambalean y entre la confusión y el caos, se oye una detonación seca y cercana, a alguien se le ha disparado el arma. 

James: ¡Eve!

Los de sangre gyojin y las aves observan con gran sorpresa como la nave donde antes estaban recluidos se empieza a hundir, y muy rápido, se oye mucho estruendo a pesar de estar bajo el agua.

Evolette: ¡Mira lo que hiciste, tío! ¡Dame los controles! ¡Ahora manejo yo!

Ramkar: Lo dices como si fuera algo malo. Si sabes de quien es ese barco, ¿no?

Evolette: ¡Si sabes quien seguía adentro de esas nave, ¿no?! ¿O acaso has visto salir otra capsula?

Ramkar: ¡…! ¿Qué  hice!?

Pero para su alivio, unos minutos más tarde otra capsula, una última, sale disparada del barco, aunque está es mucho más grande que las otras. 

Viridia: Deben ser ellos, deben ser ellos.

Ramkar: *suspiro* menos mal…

Pero, para su sorpresa, esa capsula no se retira lejos como hicieron las otras que les precedieron, esta solo se aleja un poco y luego va a al superficie.

Evolette: ¿Qué hacen?

Ramkar: Supongo que esperaran a sus compañeros que habían dicho.

Pero, solo unos segundos después, ven un resplandor rojizo que viene por encima del agua, superando incluso al fulgor de la luna, y luego, sienten como si un maremoto azotará a la pequeña cápsula en la que están.

Evolette: ¡Kyaaah!

Skyline: ¿¡Qué pasa, qué pasa!? 

Ramkar: ¡Agárrense fuerte!

Para cuando las ondas pasan, hay otro resplandor, esta vez proveniente del barco de Bela, o lo que queda de él.

Ramkar: El barco…

Evolette: ¿... Explotó?

Capítulo 935: Respira[]

Evangeline: Entonces… ¿ustedes causaron la primera explosión?

Ante la interrogante, tío y sobrina bajan la cabeza, avergonzados. 

Ramkar:… pues si.

Los tripulantes de la capsula de escape continúan viendo el resplandor causada por la explosión final del barco, mientras que escombros empiezan a hundirse lentamente. La capsula de escape más grande se ha retirado junto a otras mas pequeñas que salieron después, mientras que una sombra grande se acerca desde otro lado.

Skyline: ¿Un barco? ¿Un barco?

Evolette: ¿Qué hacemos? ¿Tio Ram? 

Ramkar:… hay que irnos. 

Evolette: ¿No serán los amigos de los tipos rubios?

Y efectivamente lo son… 

Bert: ¡James!

Katrina: ¡James!

Samir: ¡¿Dónde estas, amigo!? 

Pero… 

Ramkar:… Podrían ser aliados de Bela, o algo peor. Vámonos. 

Evolette:… ok.

La chica es quien toma los controles esta vez, resultándole muy fácil manejarlos, pero justo al dar la vuelta, se quedan paralizados por lo que ven. 

James: (Eve… lamento que terminara antes de empezar… Jane… habría dado todo por verte…  una… vez… y ya. )

Al mismo chico que les ayudo a escapar, herido grave, hundiéndose en las aguas. 

Ramkar: Dios mío… 

Viridia y Skyline: ¡…! 

Evolette: No puede ser…

James: (La buscarán… ¿verdad, chicos?...) 

Iluminado por las luces de la capsula, James cree que ha llegado su fin, y sin más energías, sus ojos se cierran. Cosa que no solo los de la capsula miran con horror, alguien lo siente, arriba… 

 

Jean:  Se fue…

Evangeline: ¿Qué?

Jean: Se fue… escuche su voz por un segundo y luego…nada…

 

James morirá. Morirá si alguien no hace algo justo en ese momento. Pero no hay nadie que pueda ayudarlo… ¿o si?

Evolette: *en voz baja* No, no, no, no, no, no, no, no, no…

La chica medio gyojin busca como salir de la pequeña nave en la que están. Intenta abrir la escotilla, pero esta esta sellada, están bajo el agua después de todo.

Ramkar: ¡Hay que subir a la superficie primero!

Pero el muchacho se sigue hundiendo.

Evolette: No hay tiempo para eso… 

Mirando por el panel de cristal del mini submarino, sin advertencia previa, la chica arma un puño con su mano y le da con tal fuerza que se quiebra. Las gotas de agua del exterior empiezan a colarse. Todo cruje. Hasta su mano, ahora llena de sangre por un corte. 

Ramkar: ¡¡Evolette!! ¡¿Qué estás haciendo!? 

Skyline: ¡Loca! ¡Loca! ¡Ahh! 

Viridia: ¡Nos ahogaremos! ¡Ahogaremos!

Pero ella ni siquiera les mira, solo mete la otra mano adentro de sus pantalones, muy adentro de hecho, tanto que es incomodo ver, y saca algo que arroja a su tío, el cual lo atrapa instintivamente.

Ramkar: ¡Esto es…! ¿¡Donde lo tenias guardado!? 

Evolette: ¡No quieres saber! ¡Úsalo en cuanto se rompa el cristal!

Y no pasa ni un segundo para eso, pues con otro puñetazo, todo el panel de la capsula cede. El agua inunda la cabina de inmediato, arrastrándolos para atrás a todos. Ramkar y Evolette usan sus agallas para respirar, pero las cacatúas deben aguantar la respiración, al menos hasta que el gyojin tiburón gato usa aquello que le dio su sobrina… un coral burbuja.

Ramkar: ¡Niña loca!

La burbuja rellena de aire otra vez a la cápsula y la sella, permitiendo que las aves puedan volver a respirar y Ramkar pueda usar sus pulmones. Evolette no obstante, ya no está ahí, ha salido de la nave y nada a toda velocidad a aquel muchacho que la ayudo a escapar. 

Evolette: ¡Resiste!

No tarda nada en llegar a él. Con cuidado, pone uno de sus brazos alrededor de su cuello, lo toma de la cintura y nada con el de regreso a la capsula. No es difícil entrar, esta vez, gracias a la burbuja, pero el espacio de por si apretado se ve más apretado y la situación de crisis aun no ha terminado para colmo. James no se mueve y su piel tiene un aterrador color purpureo. 

Evolette: *con su oreja en su pecho* ¡No respira! ¡Y creo que no tiene pulso!

Ramkar: ¡Hay que darle reanimación! ¡Ya!

Ramkar no puede hacerlo por su hombro herido, así que es Evolette quien debe hacerlo. Con las manos una sobre otra, da compresiones a James, cuyo pecho se hunde rítmicamente, y a intervalos, le da respiración boca a boca. Pero tras unos minutos Evolette empieza a cansarse, y, además ya sea porque la posición no es la adecuada por falta de espacio, la inexperiencia de ella o simplemente crueldad del destino, James no reacciona en lo absoluto.

Evolette: ¡Respira!... ¡Vamos! ¡RESPIRA! 

La desesperanza empieza a aparecer en los rostros de todos, pero especialmente en el de la chica medio gyojin. Su tío la mira con desesperación, pues reconoce esa mirada de antes, la misma que tenía el día que quedo a cargo de ella, cuando sus padres fueron asesinados.

Evolette: *con lágrimas en los ojos * ¡Por favor…! ¡No te mueras!

Ramkar cierra los ojos impulsivamente  para no tener que ver nada, pero súbitamente los abre. Sin nada de delicadeza empuja a su sobrina con su brazo bueno, luego, se pone frente a James.

Evolette: ¡No! ¡¿que haces?!

Luego pone su mano sobre su pecho, cierra los ojos de nuevo por un momento, y empieza a hacer un movimiento extraño con la misma mano. Como si halara algo.

Viridia: ¿¡Que hace!? ¡¿Qué hace!?

Y súbitamente, un chorro de agua sale de la boca y nariz de James, toda el agua que había tragado y respirado. Inmediatamente después, él empieza a toser. ¡Está respirando!

Evolette: ¡Ay, gracias! Gracias…

Skyline: ¡¿Cómo lo hizo!? ¿¡Cómo lo hizo!?

Ramkar: Lo leí en un libro… de ficción.

Viridia: Pues que buen libro, que buen libro.

Evolette:  ¡Lo salvaste, tío!

La chica abraza a Ramkar, al cual ni siquiera le importa el dolor de su hombro esta vez. Pero cuando el abrazo termina, él vuelve a ponerse serio.

Ramkar: Aun no está fuera de peligro. Sus heridas son severas. Hay que atenderlas, pero no creo que sea suficiente con lo que queda en el botiquín.

Evolette: ¿Qué hacemos entonces, tío?

El hombre nota en el panel del submarino un log pose. Por fortuna los controles no se han dañado por el agua, así que deciden buscar una isla para poder atender sus heridas como se debe. Sin darse cuenta siquiera que la sombra del barco ese sigue ahí, y que por encima del agua solo hay llantos y gritos lastimeros con un nombre que pronuncian...  

... James.

Capítulo 936: Diez[]

Mucho más tarde… en una tal isla Redson…

Días. Días han pasado desde aquella fatídica noche. El grupo de la capsula si logró llegar a una isla. No obstante, eso no ha equivalido a una solución mágica. Las medicinas cuestan, donde dormir cuesta, la comida cuesta, y Evolette y Ramkar, esclavos recientemente liberados no tienen ni un centavo.

Evolette: ¿Pescado para cenar? 

Ramkar: *con cinco mojarras atravesadas en una lanza* Sep. 

Así que duermen en la caseta abandonada de un muelle, sobreviven de pescar y de las raciones de emergencia que venían con la capsula de escape. Sinceramente, no está tan mal comparada con su situación previa. El mayor problema está tendido en la única cama del lugar: James, que desde su rescate ha pasado el tiempo, todos esos días, inconsciente.

Ramkar: ¿Algún cambio? 

Evolette: Ninguno. 

Ramkar: Pues… su cuerpo parece estar sanando. Ya veremos lo demás si despier… cuando despierte. 

Ramkar, con sus dotes de médico,  le ha mantenido estable lo mejor que ha podido. Ha limpiado sus heridas todos los días y estas se hacen más pequeñas. Entre todos le han cuidado. Conseguir las medicinas y materiales para eso es lo difícil, y han tenido que recurrir a la única y mas detestable opción para ello…

Evolette:  ¡Tío, ya llegaron!

… Robar. Viridia y Skyline aparecen volando por la ventana con cosas en el pico. Vendas, material de curación y un frasco de antibióticos

Ramkar: ¿Las vieron? ¿Trajeron todo? 

Viridia: No.

Skyline: Si.

Evolette: Tch… detesto tener que recurrir a eso.

Ramkar: ¿y crees que yo no? Es la única opción que tenemos porque “alguien” no quiso vender sus pendientes *señala a James* para poder tener dinero.

Evolette: Eso seria robarle a él.

Viridia: No si compras cosas para él, para él, ahh.

Pero no obstante, las pequeñas discusiones y dilemas morales, no dejan de cuidar a James, es su prioridad número uno, a pesar de que no es su deber y de que podrían dejarlo atrás perfectamente, pero no lo hacen. Así otro día entero pasa, Ramkar regresa a la caseta de otra pesca exitosa ya de noche, y es entonces cuando encuentra a su sobrina con la oreja medio pegada a la cara de James, lo que lo hace preocuparse. 

Ramkar: ¿Pasa algo?

Skyline: Lleva un rato balbuceando, balbuceando. 

Ramkar: ¿Balbuceando?

Evolette: Si. Dice nombres. “Eve”, “Jean”, “Chicos”, “Jane”… “Bela”.

Solo de oír el nombre de su anterior captor se les eriza la piel. Los balbuceos se vuelven intermitentes después de eso pero duran varias horas más, hasta que…

Viridia: ¡Miren, miren!

Ambos gyojin ya estaban dormitando y abren los ojos, somnolientos. No obstante, despiertan completamente por lo que oyen.

James:¿Dónde estoy…?

El muchacho rubio ha despertado, y todo el grupo celebra por ello, suspirando de alivio y riéndose. No obstante, James esta muy confundido. 

James: Son.. Los tipos del barco de Bela… ¿Ustedes… me salvaron?

Evolette: *Sonrojada* No fue nada.

Skyline: Nada, nada.

Ramkar: Te arriesgaste por nosotros y casi mueres por ello. Es lo menos que podíamos hacer.

Pero hay algo que no entiende y se encarga de externarlo mientras Ramkar le hace una revisión y los demás le ofrecen agua y comida. 

James: Entiendo… y muchas gracias *cof cof*, pero… ¿no están mis compañeros aquí?

Todos se miran los unos a los otros. La respuesta es obviamente no, pero todos recuerdan que James esperaba a alguien, y que no estaba solo. La otra cacatúa y la chica rubia iban con él, y por el mal estado en el que le rescataron, han concluido lo peor.

Evolette: Solo pudimos salvarte a ti. Lo siento.

Pero para su sorpresa, el muchacho se sienta en la cama, aunque con suma dificultad, para preocupación de todos. Luego, dice algo, muy seguro.

James: No. Ellos están bien. Big Bird voló al barco de mis camaradas y a Eve… la saque del camino de la explosión. Mis amigos los encontraron, estaban bien.

Evolette: Ah… que bien.

James: Pero entonces… agh… mis amigos no me encontraron. ¿Verdad? 

Ramkar: Tus amigos… en un barco… entonces si eran ellos. Lo siento. Temíamos que fueran aliados de Bela y nos alejamos.

James: Entiendo… no pasa nada…pero debo encontrarlos…

Evolette: Cielos… deben estar preocupados a muerte buscándote…

James: Si…

Súbitamente, James se hace consciente de algo que no sabe, y con semblante pálido no solo por sus heridas.

James: ¿Cuánto tiempo… estuve inconsciente?

Tío y sobrina se miran uno al otro antes de contestar.

Evolette: Diez días.

James: ¡¿Diez Días?!

El muchacho intenta salir de la cama, pero siente dolor insoportable solo de mover las mantas que le cubrían.

Ramkar: Que ni se te ocurra, chico. Estás vivo de milagro. Quédate en esa cama.

James: Pero… tengo que encontrarlos.

Evolette: Y te ayudaremos. Cuando te mejores.

James, derrotado, solo se queda en la cama con la cabeza gacha, pero luego, piensa algo, algo que no sabe como no se le había ocurrido antes.

James: ¿Tienen un Den Den Mushi?

Capitulo 937: Servicio completo[]

Unos minutos después…

Ramkar ha salido y vuelto a la caseta mientras Evolette y las aves siguen atendiendo a James. Trae algo en la mano que ofrece al muchacho rubio, uno de esos caracolitos de la comunicación.

Ramkar: Este estaba en la capsula de escape.

James marca a un numero que se sabe de memoria, el Den Den Mushi de la Ocean Spirit. Pero tras varios minutos intentando llamar, nadie, absolutamente nadie le responde. ¿Porque no le responden?

Angélique: Veo a la marine a lo lejos. Hay que ir más rápido. 

Jean: ¿¡como está!?

Taylor: Evangeline estará bien con mucho reposo y tiempo. Ya te lo dije. Ahora déjame atenderte a ti. 

Jean: Tsk…desgraciado Bela…

Mia: *hic* Menos mal *hic* que esta muerto *hic*

Ni siquiera oyen el aparato. Estan demasiado ocupados atendiendo heridas y huyendo de la base del ahora difunto Bela. 

James: Algo no está bien… en serio tengo que encontrarlos. ¡Aghh!

Ramkar: Lo haremos después, ahora vuelve a poner tu trasero en esa cama. No los encontraras si ahora si te mueres.

Sin fuerzas ni siquiera para protestar, Janes termina aceptando. Con los días, empieza a mejorar. También, intenta llamar a cada rato que puede de nueva cuenta. Pero nunca le responden.

James: Tsk… ¿Por qué no responden?

Angélique: El Den Den Mushi esta sonando otra vez… 

Pero nadie lo responde, por orden del capitán. Solo pocas personas podrían querer b hablar con ese momento, pero Jean no está listo para hablar con ellas. 

Jean: Si es Betula o alguien de la Alianza, prefiero hablar con ellos en persona. Mejor desconéctalo…

Y así las llamadas dejan de entrar siquiera, lo que le preocupa aún más. Tras unos días más,  y unas cicatrices recién formadas, James esta lo suficientemente recuperado para moverse y para viajar. Y tras reunir provisiones recolectando fruta, pescando y gracias a algunos hurtos más de las aves, lo tienen todo listo para zarpar en la capsulita de escape. Solo falta una cosa… 

Ramkar: Las pajarracas lo trajeron esta mañana.

Viridia y Skyline: ¡Oye! ¡Oye! 

Ramkar: ¿Es este el que buscas?

James: Si. Es ese.

En las manos, el gyojin lleva un Eternal Pose con la palabra Eiyuu pintada en la parte de arriba.

Evolette: ¿No seria mejor buscarlos en Night Howler? Es la ultima isla en la que estuviste después de todo.

James: No tengo la certeza de que hayan vuelto ahí. Pero en Eiyuu tenemos una base y muchos amigos. Incluso sino están ahí, es probable que vuelvan o que alguien de ahí sepan cómo localizarlos.

Evolette: ¡Ahhhhhhh!

Ramkar: Suena a mierda del Bajo Mundo…

James: Es… más bien al revés.

Finalmente zarpan, poniendo una nueva burbuja al submarino. El viaje es largo y un tanto tortuoso, y no solo lo por lo apretado del vehículo. La isla en la que estaban, Redson, ha resultado ser la isla más malditamente lejana en la que podrían haber estado, además de sus muy básicos conocimientos náuticos que los han hecho perderse más de una vez. Les toma solo otros 13 llegar a Eiyuu y medio más para llegar a Kettei.

Evolette: ¿Es aquí?

Ramkar: Creo que tu cabeza no quedo bien después de todo. No se ve que haya habido nadie en siglos.

James: Es debajo de aquí en realidad. Pero…

Pero hay algo mal, desde el incidente del Gold Plate y los Piratas Golden Doubloon, la alianza había establecido puestos de avanzada alrededor, pero estos están vacíos.

James: Algo no esta bien...

Deciden ir hasta la entrada directamente, con mucho cuidado, para no se arrastrados por la cascada. Ahí, si hay alguien, pero no es Marcel, como James esperaría. Es un gyojin, uno que no había visto antes. 

Evolette: Mira, tío. Un conciudadano. 

Pero el gyojin se pone frente a ellos en actitud de guardia 

Gyojin: ¡Alto! ¡Esta área es peligrosa para ustedes! Los civiles no deben acercarse.

James: Lo sería si fuéramos “civiles”. ¿Dónde esta Marcel?

Ante la mención de ese nombre, el gyojin se ponen nervioso y a la defensiva.

Gyojin: ¿Cómo lo conoces?

James: Soy parte de la Alianza, igual que el y tú.

Gyojin: ¿Ah si? *Alza la mano*” Todos somos Esclavos, significa que…

James:… somos hermanos. A este mundo venimos a luchar.”

Ante esto, el gyojin pierde su hostilidad.

Gyojin: Ah, perdón. Es que no esperaba que apareciera nadie. Pero, ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué no fueron a Brusian con los demás?

Ante esto, los del grupo se miran entre ellos.

James: ¿Brusian?

Gyojin: Si. Para la operación de gran escala. Todos están allá menos los viejos y los niños, y bueno, yo. ¿No sabían nada?

James: Nos… separamos de nuestro grupo hace un tiempo. Entonces, ¿todos han ido para allá? ¿El Ave Azul tambien?

Gyojin: Si. Te daría mas informes pero cortaron comunicaciones hace un rato por seguridad. 

Esto da un poco de alivio a James al oír una noticia de sus compañeros al fin. Pero todavía lo preocupa…y lo lastima ¿han dejado acaso de buscarlo? 

James: Debo partir para Brusian entonces.

Evolette: ¿No sería mejor esperar aquí?

James: Si. Pero si van a una operación con todos es por algo serio, serio y peligroso. Necesitaran toda la ayuda posible. 

El muchacho da un suspiro…

James: Pueden quedarse aquí si quieren, o reabastecerse para ir a casa. Es seguro y no tienen que robar más. En cuanto me reabastezca yo, iré a… 

Ramkar: Iremos.

Ante esto, James mira sorprendido, pero sus compañeros durante todo este tiempo le sonríen.

Evolette: Prometimos que te ayudaríamos a buscar a tus amigos, y eso haremos.

Ramkar: seh, ya que te salvamos, es mejor hacer el servicio completo, ¿no?

Viridia y Skyline: Completo, completo, ah.

James no puede evitar sonreír por ello. Con ayuda del gyojin portero, y el tío y sobrina, bajan el submarinillo. Y, tras coger provisiones, ropa nueva para suplantar sus harapos de la explosión y armas, parten rumbo a Brusian.

Capitulo 938: Todo esta bien ahora y así se quedará…[]

Mia: Entonces, eso fue lo que paso…

Evolette: Sip. 

James: No teníamos un Eternal Pose de Brusian ni una Vivre Card, así que teníamos que seguir el camino largo. Ir primero a Night Howler, a Beni Beni y luego a Brusian. Llegamos a la primera, y ahí fue cuando lo vi… mi tumba. 

Todos se quedan en silencio con esa parte, sus nuevos amigos incomodos y sus camaradas muy avergonzados, mientras que James aun tiene en su mente lo que encontró ahí. Las fotografías, sus cosas, todo el aprecio de sus camaradas. 

James: Entonces supe que de verdad tenia que encontrarlos rápido. No estaban preocupados… 

El muchacho toma la mano de Eve, quien aun tiene dificultades para contener sus lagrimas.

James:… estaban sufriendo. Lloraban por mi.

De nuevo, silencio y rostros pesarosos de arrepentimiento. 

Taylor: Es como si la vida hubiera confabulado para que no pudiéramos encontrarnos. 

Angélique: Cielos, James. De haber sabido que eras tu él que llamaba… que seguías con vida en primer lugar, nosotros nunca… 

James: No pasa nada, chicos. ¿Los encontré, no? 

Todos sonríen por esas palabras, pero James se pone serio poco después. 

Ramkar: ¿Qué te pasa? Pensé que estabas feliz por reencontrarte con todos tus amigos. 

James: Todos no… 

Los Gyojin/medio gyojin y las cacatúas cerúleas se ven confundidos, mientras que su tripulación entiende de que habla. 

James: ¿Dónde está Jean? 

Y le señalan al interior de la muralla de la que aun salen soldados enemigos. 

Katrina: Fue a un palacio a ayudar a una legítima reina a derrotar al tipo que quiere el trono para él. 

James: Suena a Jean clásico…. ¿Ya acabamos aquí? 

La respuesta es no. Pero gracias a James expresamente, han conseguido regresar la situación a su control. El único gran cabo suelto es Lord Rotilius, y Lord Winchester se encarga de él, en un combate  mano a mano que ha resultado igualado. Ambos chocan puños a lo lejos, causando ondas de choque que hacen que se repelan a si mismos. 

Rotilius: ¡Breaker Berserker! 

Fernand: ¡Jab!

James: Si tienen todo bajo control aquí,  creo que iré a buscar al idiota emplumado. Se que no necesita que le echen una mano pero creo que iré a saludar.

Acto seguido, vuelve a encender su Star Blaster, y sale corriendo hacia la grieta, ante la mirada atónita de todos sus nuevos y viejos amigos.

Samir:.. ¿Esta bien que lo dejemos ir así?

Evangeline: *sonriendo para si misma* Si, él estará bien. Incluso si no sabe a donde ir. El encontrará a Jean, como nos encontró a nosotros.

Y eso lo saben. Pero con todo el impacto de verle vivo y el jaleo de la batalla, a los del Ave Azul se les ha olvidado algo muy importante.

Bert: ¡Con un demonio! ¿¡Como se nos pudo olvidar decirle!?

Taylor: ¿El qué?

Bert: *lo agita tomándolo de los hombros* ¡Jane, chicos! ¡Jane!

Los ojos de todos se abren bien grandes, se quedan en silencio un momento, y acto seguido, Angélique y Evangeline salen corriendo tras él.

Bert: Bien, eso funciona creo.

La sonrisa se les queda en la cara a todos. Parece que todo está bien ahora y se quedara así… la cosa es, que no todo esta bien.

… 

Tres niños con atuendos ostentosos estan en un jardín, congelado no solo por la nieve, sino tambien el tiempo. Llevan flores en sus manos y hay estatúas frente a ellos. Viéndolas con detalle se pueden notar fechas grabadas, y nombres. Aquellas estatuas son tumbas. La más pequeña de los tres, una niñita de cabellos plateados se ve especialmente triste, mientras deja sus flores frente a dos de las estatuas. 

Niña: Casi no me acuerdo de sus caras. 

Pero otro de los niños, algo mayor que ella y de cabello castaño, la conforta. 

Niño castaño: No te preocupes, Nadey. Recuerda lo que dice el Tío Lauritz. No importa si no recuerdas sus caras mientras aun recuerdes su amor. ¿Verdad, Maxie? 

El otro niño, el mayor y de cabello negro asiente. Pero la luz se desvanece, y la imagen de los tres niños tambien. 

Nadine: Hmph… 

Nadine despierta. Aghhh, el dolor de cabeza es impresionante, pero, ¿porqué esta tan oscuro? ¿¡Y porque no puede mover los brazos ni las piernas?! ¡No puede ni gritar! ¡¿Qué es eso que tiene en la boca!? Entonces todo se vuelve más luminoso, apenas y puede distinguir algo por el dolor de ojos de la luz repentina. Para cuando su visión se aclara, al fin lo ve. Un traidor la observa de frente, el otro se ríe en su sien.

Maximus: Bien hecho, Lord Niel.

Niel: Solo hago mi servicio al verdadero regente de este reino. 

El noble de cabello liliáceo le quita la mordaza, tan prieta que le ha dejado marcas en las mejillas. ¿Cómo ha pasado? ¿Cómo la han hecho prisionera? Entonces, recuerda el dolor, y los túneles.

Nadine: * con la voz ronca* Una trampa…

Maximus: Eso debería decir yo de ti, Nadine.

Ella solo le mira con una rabia inconmensurable. 

Nadine:¿¡Que pretendes ahora!? 

Capítulo 939: No tengo el mando[]

Maximus responde de inmediato, paseándose primero alrededor del trono donde tiene encadenada a su “querida” prima, como un pavo que alardea de sus plumas.

Maximus: ¿Qué que pretendo? Podría hacerte la misma pregunta, Nadine, pero ambos sabemos la respuesta, ¿no?

Nadine: Tsk…

La Plateada lo mira con rabia y fijamente, pero solo eso, lo que curiosamente causa su propia sorpresa y la burla de Maximus.

Maximus: Verdaderamente me crees un imbécil, ¿verdad? Las cadenas son de Kairoseki. No quiero que tus ilusiones anden rondando por las cabezas de la gente, que bueno, no te hace falta para ser falsa, ¿no?

Nadine: Tch… ¿Qué esperas entonces? ¡Acaba conmigo de una vez! ¿O acaso quieres disfrutarlo? ¿Saborearlo?

Pero Maximus solo aprieta los dientes, molesto. 

Maximus: Sabes bien que yo no hago eso.

Nadine:*mascullando* Si, hay tantas cosas que creía saber de ti, Maximus… 

Una vez más silencio, mientras que Niel, todavía en el salón y Albertanus, que lleva todo el tiempo ahí pero en las sombras, miran fascinados y burlones. Finalmente, es el príncipe mayor quien vuelve a hablar.

Maximus: Preguntaste hace un momento que pretendo, ¿no? Quiero que ordenes al enemigo que se deje las armas. Que dejen las armas, y así tal vez, sea suave contigo.

La petición deja sin palabras a Nadine, que observa como Maximus deja de verla para ponerse a ver el vitral de su tío con un rostro mortalmente serio , como suele hacer. Nadine entonces empieza a pensar sobre como llegaron ahí, los sucesos de las ultimas horas y días, y concluye algo. 

Nadine: Están perdiendo…

Maximus: ¿Cómo dices…?

Nadine: Están perdiendo. Los ataques a Castro y Baluarte los dejaron sin armas y redujeron sus defensas. El muro de Ciudad Ciudadela, la Ciudad Inexpugnable ya cayo y por primera vez en su historia esta siendo invadida. Los señores se te van en tu contra. ¡El Segundo Príncipe y la Princesa han abandonado tu causa!

Ella sigue diciendo más y más hechos, causando que a su primo se le salten las venas de las sienes, sus dientes y puños prietos, su postura más recta de lo que ya es. Niel solo mira de lejos, sorprendido, Y Albertanus sale de la oscuridad con un semblante serio. 

Nadine: ¡Y lo mereces! ¡Sabes que lo mereces! El General Agamenon ya fue derrotado, el palacio pronto será asediado y caerá. ¡Tú caerás! ¡Y la guerra por fin termina…!

Pero no la dejan terminar, Maximus calla de una bofetada a la Plateada, la cual solo se queda ahí, con los ojos abiertos, pues sus manos encadenadas ni siquiera la dejan aliviar el dolor sobándose la mejilla.

Maximus: *espetando las palabras* ¡Cállate…! Solo cállate…

Albertanus: Calma, mi señor…

Luego vuelve a pavonearse alrededor de ella, o su equivalente pasivo/agresivo.

Maximus: No estoy perdiendo ni voy a perder. Solo quería ver si tal vez había una esperanza para ti, una pequeña señal de que pudieras ser “salvada” pero veo que es imposible para ti…

Nuevamente el se aleja, mirando ahora hacia una puerta que da hacia un pasillo, lo que llena de un mal presentimiento a la princesa.

Maximus: Pero tal vez no lo sea para ellos.

Chasquea los dedos y Albertanus abre la puerta del pasillo con placer, mientras que Niel gira el trono de Nadine para que esta pueda ver en todo su esplendor. Y así pasa. Y ella queda horrorizada por lo que ve. Dos soldados que llevan encadenados y básicamente a rastras a los dos prisioneros que había en el palacio, poniéndolos de rodillas ante Maximus. 

Nadine: ¡Konstantine! ¡Lord Adrien!

Konstantine: Nadine… 

Adrien: ¿Alteza? 

Sus ojos se llenan de lágrimas. Ha tenido razón, Konstantine nunca le traicionaría pero esta tan herido que apenas esta consciente, mientras que Adrien se ve aterrorizado y confundido, y es su culpa que este ahí. Ambos son amenazados con martillos sobre sus cuerpos, una señal, un movimiento y los usarán. 

Maximus: Ahora. Ordenarás a tu ejercito que baje las armas y me dirás donde han escondido la corona, o ellos lo pagarán.

Nadine: *con voz temblorosa* No puedo…

El ceño de Maximus se frunce, mientras que el resto de los enemigos se ve hastiado. 

Albertanus :  Tsk… Pensé que su primo y su “prometido”  te importarían más… ¡Martillos…!

Los soldados estan a punto de usar las armas pero se detienen al oír gritar a Nadine…

Nadine: ¡No lo entienden! ¡No puedo! ¡No esta a mi cargo! ¡No tengo ese poder!

Maximus hace un gesto entonces para que bajen las armas mientras escucha atento, igual que el resto del cuarto.

Nadine: El mando del ejército no lo tengo yo. Es de Dame Rosolynde y la alianza pirata que nos apoya. La corona… tambien la tiene Rosolynde.

Maximus se quita los lentes para sobarse el puente de la nariz tras esta noticia, pero su mano tiembla y sus ojos están enrojecidos. Está furioso, era su oportunidad de acabar todo rápido y sin más contratiempos, pero se calma a si mismo.

Maximus:  Solo unas horas más entonces. Unas horas más y podre usar el arma.

Nadine y Konstantine, este ultimo de por si ya pálido, se ponen blancos como la cal, y para colmo, en ese momento aparece el capitán Nemo con noticias.

Nemo: Alteza, refuerzos al mando de Lady Helga se aproximan a la Ciudad.

Maximus: Excelente. 

Capítulo 940: Guerrero Audaz[]

Un muchacho sale volando de un golpe directo. Esta vapuleado. Su rostro esta hecho una pena. Los labios reventados, uno de sus ojos negro por fuera y derramado por dentro y la nariz rota y sangrante. El muchacho se queda ahí,  escupiendo sangre por un momento, tratando de recuperar el aliento mientras que su oponente, un hombre casi idéntico a el, pero mucho más alto, más fuerte y con un dejo de bigote, le mira sin una pizca de compasión. 

Hombre: ¿¡Llamas a eso pelear!? ¡De nuevo! 

El muchacho se levanta con dificultad extrema y se pone en guardia, pero cae de inmediato por otro golpe. 

Hombre: ¡Vamos, levantate! 

Muchacho: No puedo.

Hombre: Si puedes. Ahora, levántate. 

Muchacho: No puedo ¡No puedo! ¡¿No puedes entenderlo!? 

Lagrimas brotan del rostro del muchacho, que llora desesperado.

Muchacho: ¡No soy como tu! ¡No soy un peleador y lo sabes! ¡No puedo convertirme en campeón de clase mundial! ¡¿Vas a seguirme castigando por eso? ! 

El otro hombre no deja para nada su reacción estoica. Pero se le acerca lento y ofrece su mano al muchacho para levantarse. Este, aunque reacio al principio, se limpia las lágrimas con el hombro y se deja ayudar. Luego, el hombre le toma de los hombros para que lo mire a los ojos.

Hombre: No te estoy castigando, hijo. Es una lección. 

Muchacho: ¿Cuál? ¿Golpear al afeminado que quiere hacer ropa? 

Hombre: No… admito que me sorprendí un poco cuando dijiste que querías ser diseñador, pero no creas que siento vergüenza por ti o algo por el estilo. Decírmelo en primer lugar requirió mucho valor de tu parte y lo se bien. Lo que quiero enseñarte es que la vida te dará golpes, golpes muy fuertes. Y no puedes quedarte tirado llorando, debes levantarte, siempre más fuerte que antes y prepararte para defender aquello que haces, aquello que te importa y aquello que amas. 

El muchacho, sorprendido, se limpia las lágrimas, mientras su padre sigue hablando. 

Hombre: Se que te duele, pero se que lograras cumplir la condición que te puse. Así como lo logre yo, y mi padre y su padre antes que él, y como lo harán tus hijos algún día. Lo llevas en la sangre, lo llevas en el nombre. 

Muchacho: ¿El… él nombre? 

Hombre: Guerrero Audaz, mi Fernand. Guerrero Audaz. 

... 

En eso es lo que está pensando el Bufón de los Vientos cuando un golpe lo manda a volar unos 20 metros, rodando por la nieve y la tierra. Lo que antes fue una batalla igualada se ha tornado en su contra, gracias a algo que lleva Rotilius puesto en las manos. Unos extraños guanteletes.

Rotilius: Vaya, vaya. Creo que ese si le ha dolido. ¿No le parece? 

Fernand: *limpiándose sangre de la boca mientras se levanta* Ah, me habla de usted. Que fino. 

Rotilius: Un noble siempre habla con propiedad. 

Fernand: Ah si, perdón. Que ahora es un noble. Rotilius “Energo” con recompensa de 237 millones 400 mil belies. 

El “noble” se pone extremadamente serio al oír eso, pero logra tranquilizarse rápido. 

Rotilius: Vaya. Qué honor que un criminal como usted me conozca, Bufón de los vientos. Y ya que me conoce, debe saber porque me llaman “Energo”, ¿no? 

Fernand: No me ponga en el mismo barco que usted. Yo no soy un criminal.  ¡Jemer! 

El hombre se lanza hacia su enemigo listo para patearlo en la espinilla con la propia, pero Rotilius le detiene la pierna en el aire con sus guanteletes. 

Rotilius: Je… 

Fernand: Tsk… 

La cosa es, que Fernand si sabe el porqué del apodo de Rotilius. “Energo”. Y no solo eso, lo empieza a experimentar. Han estado luchando por cerca de media hora ya. Y Fernand empieza a cansarse, bastante. Rotilius,  por su parte, está integro. Los golpes no le afectan nada y ni siquiera respira agitado. No va más lento, no pega menos, parece que simplemente es incansable. 

Fernand: ¡Perseus sword punch! 

El Bufón intenta ahora un golpe directo a la cara, pero una vez más es detenido. Esta vez, el noble le toma por la muñeca justo antes del impacto, deteniendo el golpe, pero no solo eso. Su guantelete brilla al rojo vivo. 

Rotilius: ¡Heater Pincer! 

Fernand: ¡Gaaaaah! 

La quemadura resultante es muy dolorosa, y lo peor es que Rotilius no lo suelta, por mucho que intente liberarse. 

Rotilius: ¡jajaja! ¡Burning Piledriver! 

Solo se libera cuando Rotilius lo choca al arrojarlo contra una roca. Fernand logra levantarse, pero su frente sangra, corriendo su maquillaje. Sumado a su quemadura de tercer grado en el brazo, la cosa no esta bien para él. Esta seguro de que puede ver sus tendones. 

Fernand: ¡Aghhh! ¡Pancratium! 

Pero a pesar de todo, no pierde determinación. Moviéndose erráticamente por la nieve, logra distraer a Energo lo suficiente como para poder asestarle un uppercut en la barbilla. Pero Rotilius ni siquiera se mueve, solo sonríe con su mentón medio aplastado, para luego, extender su puño hacia él. 

Fernand: ¡…! 

Rotilius: ¡Counteract Impact! 

Una vez más, Fernand sale volando. Con la boca llena de sangre y la nariz tambien, le cuesta respirar, le duele todo. Con mayor dificultad que antes, se levanta, y vuelve a ponerse en pose de combate. Pero Rotilius ya se esta aburriendo y considera su persistencia molesta. 

Rotilius: ¿en serio otra vez? Esto deja de ser divertido. 

Fernand: Pues ven y acaba conmigo si puedes. 

Motivado por su frustración, Rotilius corre hacia él. Pero sorprendentemente, a pesar de las heridas de su rival, este todavía logra esquivar su ataque, para luego hacerle una llave que le tira al suelo. 

Rotilius : ¡…! 

Fernand: ¡Ippon! 

Y Luego, asestarle un golpe tremendamente fuerte en el cuello. 

Fernand: ¡Limamlama! 

Rotilius se pone pálido y escupe sangre, para luego empezar a toser sin control. Finalmente un golpe contundente, Fernand al fin tiene la ventaja… 

Fernand: Se acabo. 

...excepto que no la tiene. 

Rotilius: *cof cof* ¡Shocker Blocker! 

Una potentísima descarga eléctrica proveniente de los guanteletes paraliza por completo a Fernand. Y luego, una vez más es enviado a volar de un puñetazo en el abdomen, vomitando sangre en el aire. 

Rotilius: ¡Toyer Destroyer! 

Tendido en la nieve, Fernand parece que no se volverá a levantar, lo que complace a Energo. 

Rotilius: Ya era hora. ¿Ahora, con que sigo? 

El rubio criminal mira hacia el campo de batalla. Sus soldados están en problemas pero no es lo que le importa más, le molesta que hasta el momento, nadie haya podido alcanzar la trinchera médica, defendida por los clones de Katrina. 

Rotilius: Hmph… hay que acabar con esa niña. *cof cof*

Tose un poco, lo que le molesta de nuevo. Parece que Fernand le ha jodido la tráquea. Pero no importa. Ya está muerto o eso es lo que se va diciendo cuando lo distingue en el rabillo de su ojo, levantándose una vez, para su gran hastío. 

Rotilius: Con un demonio. ¿No puedes morirte ya? 

Fernand: No…. Un hombre… siempre se levanta. 

Rotilius: Tener huevos no te hace hombrecito. Solo mírate con ese maquillaje. 

Fernand: Si tanto te molesta que siga vivo… ven y acaba conmigo. 

Acto seguido, Fernand toma una pose de combate diferente, se queda quieto, o tanto como puede, pues su cuerpo tiembla. Luego cierra los ojos, no hace nada. 

Fernand: Mukyu… 

Rotilius, encantado con la idea de una ejecución, le pega tan fuerte como puede en el estomago  nuevo. Mas sangre vomitada, la nieve detrás ya no está, ha volado. Pero esta vez Fernand no se mueve ni un centímetro. 

Rotilius: ¿Huh? 

Fernand: ¡Jukkyu!

Y súbitamente, Fernand le pega en la sien...y en la frente… y la nariz, la boca, la tripa, el cuello, el riñón… 

Fernand: ¡Kyukyu! ¡Hakkyu! 

Los primeros golpes no le duelen nada, pero son veloces como para esquivar. 

Fernand: ¡Nanakyu! ¡Rokkyu!

Los que siguen si empiezan a doler, un dolor en crescendo. 

Fernand: ¡Gokyu! ¡Yonkyu! ¡Sankyu! 

Y los que siguen a esos empiezan a ser insoportables, Rotilius se dobla, se tuerce y retuerce en su sufrimiento. Intenta defenderse pero los golpes han tenido un efecto extra. Sus guanteletes se agrietan, se rompen. 

Rotilius: ¡Gaaaah! 

Fernand: ¡Junikyu! ¡Nikyu! ¡JunIkkyu!

Los últimos son tan poderosos que es un milagro que no se caiga, está de pie por pura inercia. 

Fernand: ¡Ikkyu!

Y con un último golpe, justo en la tráquea de nuevo, Rotilius se va para atrás…y Fernand también, exhausto.

Fernand: Ughh…

Pero a diferencia de Energo, el bufón con todo el dolor del mundo, se levanta de nuevo, porque un hombre siempre se levanta. 

Capítulo 941: Sana y Salva. Vivo y bien.[]

Katrina: ¡Wall Defender! 

Las Katrinas lanzan decenas de cuchillos para contener a los cada vez más escasos enemigos. Van mejorando, empiezan a ganar. Mientras que sus aliados inundan más y más los interiores de Ciudad Ciudadela. 

Shade: ¡Sigan avanzando! 

Varios médicos se retiran de la trinchera para ayudar adentro si hace falta, entre ellos, Gareth. Katrina ya no tiene que presionarse tanto entonces, puede tomarse un descanso, o eso es lo que cree hasta que ve a la secretaria y guardaespaldas de su padre ayudándolo para no desplomarse en el suelo. 

Polly: ¿¡Que demonios hacia, señor!? 

Grant: *gruñido preocupado*

Fernand: No tienen que hacer esto… puedo llegar yo solo… 

La llorona de inmediato hace un hueco para que puedan pasar por su muralla, y acto seguido, su yo de verdad corre a ver a su malherido padre. 

Katrina: ¡Papá! ¿¡Que pasó!? ¡…. Taylor! 

Fernand: Estoy bien, estoy bien, solo… defendía lo importante… 

Taylor: ¡Aquí estoy! No se preocupe, señor. Todo estará… 

Pero no termina su frase. ¿Por qué? Es interrumpido. ¿Por qué cosa? Nadie esta muy seguro. Solo que es un ruido terriblemente fuerte, largo y horrido.

Katrina: *cubriéndose los oídos* Aghhhh…. ¿Trompetas?

Pero los soldados del ejército aliado si reconocen el sonido, y se llenan de temor al oírlo.

Soldado: ¡Cuernos de guerra! ¡Cuernos del Triunvirato!

Es entonces cuando notan otro sonido, mas calmado, más rítmico, que se fortalece a cada instante. Los sonidos de cientos de pasos marchando.

Soldado: ¡Refuerzos enemigos! 

Y llegan en pésimo momento. Muchos de los soldados del Auténtico Ejército han entrado al interior de Ciudad Ciudadela. Los que quedan afuera no son suficientes para contener al nuevo ejercito, y además  ahora empiezan a flanqueados por dentro y por fuera. La señora interina de Barbacana, Helga, ahora señora definitiva tras la traición de Lord Konstantine, es quien comanda a los refuerzos, y su primer acto como titular del cargo es uno nada piadoso. 

Helga: ¡Acábenlos a todos! 

Los  aliados se defienden como pueden una vez más, como siempre. 

Banshee: ¡Mad with Grief! 

Belen: ¡Razor Talons! 

La primer oficial de los Piratas de Hollow por ejemplo, enceguece soldados con sus uñas, mientras que la contramaestre del Pure Platinum ataca volando von sus espadas en los pies. 

Lead: ¡Body Drill! 

Pann: ¡Airborne Doll Stings!

Fitz: ¡Lock Step! 

El resto pelea sin descanso.

Samir: ¡Shachi Shurashu! 

Bert: ¡Marinade Hog Trotters! 

Isabel: ¡Sage Blow!

Mia: ¡Estilo de Fuerza Profunda! 

Los del Ave Azul hacen lo mismo, y ven a otros hacer lo mismo, siendo particularmente persistentes ese momento a pesar de su desventaja clara. Tienen un gran subidón de moral, y no es para menos con su compañero “revivido”. 

Mia:  Lo siento como… irreal, y no estoy borracha esta vez, jejeje. 

Isabel: Pues créelo , amiga Mia

Bert: Y no solo eso. James esta bien.  ¡Su hermana está bien y a salvo! Es casi mágico. Espero que encuentren a Jean pronto. De verdad que ha estado mal desde entonces. 

Samir: Si… Ojala hubiéramos podido decirle a Jane antes de enviarla a Eiyuu. 

Jane: ¿¡Decirme qué!? 

Grande es su sorpresa cuando ven a Jane a solo unos metros de ellos, sobrepasando a los soldados con el bastón tremor que tomo prestado. Aun le duele bastante el retroceso, pero cada vez lo domina más. 

Jane:  Al fin los encuentro, chicos. 

Isabel: ¿J… jane? ¿No ibas en un barco a Eiyuu? 

Jane: Cambie de idea y… momento…

La chica tiene que retroceder un momento al darse cuenta de que todos la miran fijamente, casi de una forma aterradora. 

Jane: Ahm…. ¿Por qué todos me estan sonriendo? 

Mientras tanto…

El grupo de Rosolynde sigue abriéndose paso lenta pero seguramente hacia el palacio real. El camino aun no es sencillo. Hay una muralla interna que tienen que sortear, pero los tiradores no los dejan acercarse del todo. 

Soldados del Triunvirato: ¡Disparen! 

Rosolynde: Aghhh, mi ojo afecta mi puntería. No le doy con mis poderes. 

Jean: Tch… 

Pero, sin que tengan que decirle nada. Jean se cubre de haki y hace aquello que hizo cuando escapo de la Ciudad a la que ahora quiere entrar. Taclear el muro y hacerlo pedazos. Ante la mirada anonadada de todos. 

Jean: Sigamos… 

Y sin hacer preguntas ni comentarios, avanzan. Sin que el peliazul siga sin notar la preocupación creciente de su maestra, y sin que ninguno sea consciente de que a cientos de metros atrás, en un laberinto enredado, alguien busca seguirle los pasos. Nada menos que James, Angie y Eve. El primero de ello con una mirada de incredulidad mientras corre.

James: Estás jugando… 

Evangeline: Sabes que no jugaríamos con esto. 

Angélique: Además, ¿Qué estés vivo es posible y eso no? Es en serio, James. 

Ante esta respuesta, James no sabe si reír o llorar, así que hace ambos… no puede creerlo. 

James: *limpiándose la nariz* Entonces… Está viva, y está bien… 

Evangeline: Si, ella está bien y a salvo. Iba rumbo a Eiyuu en un barco. Cuando todo esto acabe, podrás verla al fin. 

James: Mi hermana… Jane está bien… está… 

… 

Jane:… bien *snifff* Mi hermano está vivo.

A ella tambien le han dado la noticia, y llora de felicidad a mares. Ambos lo creían imposible pero pronto podrán verse, escucharse, tendrán al oteo de frente. Solo falta lidiar con lo que queda. Ahí en el lado de Jane, es el ejercito enemigo que sigue molestando y lady Helga.

Helga: ¡Mátenlos a todos!

Pero hay alguien que ya tiene un plan para eso.

Zachary: ¡Ey, ey, ey, ey! ¿No deberías quedarte recostada?

Ink: *limpiándose sangre de la nariz* Después… todavía me queda más trabajo por hacer…  

Capítulo 942: Autodestructivo[]

Zachary  solo observa como su “compañera/superior” se queda de pie con cierta dificultad.  Viendo hacia un lugar en específico, o mas bien, a una persona en específico. A Helga, que sigue comandando a sus hombres, espada en mano pero sin hacer nada ella misma.

Zachary: Momento… conozco a esa mujer. ¡Era clienta y proveedora de Konztanze Uberlegen! ¡Igual que Pandora! ¡Le llevaba niños! 

Ink: Si…. La conozco… escoria humana… si es que se le puede llamar humana. 

Comprendiendo rápido que es lo que quiere hacer Ink, Zachary se truena el cuello y los nudillos. 

Ink: ¿tu que haces?

Zachary: Te ayudaré a despejar camino. Así no gastas de más tus fuerzas.

Ink no puede evitar sonreír ante el gesto, de verdad que se ha encontrado un buen compañero. No obstante no hace falta que ninguno haga nada de inicio, pues alguien más aparece para ayudar. O mas bien los pasa corriendo, no sin antes arrojarles algo.

Ink: ¿Tapones para los oídos ? 

Sonya: ¡Yo los aflojo!

Dice refiriéndose a los enemigos, yendo, armada solo con dos espadas, sola y de frente contra el escuadrón que protege a la “noble”, quien le mira con mofa en la mirada.

Helga: Je… Estúpida… ¡acábenla!

Soldados: ¡Roaaaar! 

Y así lo pretenden los soldados, sacando hachas, espadas, lanzas, armas de fuego y cargando contra ella. No obstante, demostrando una agilidad impropia de una mujer de su edad, físico y calzado de sandalias en la nieve, ella esquiva todos los ataques con relativa poca dificultad.

Soldados: ¿¡Huh!? 

Sonya: Jojojo…

Luego, alza sus espadas al aire. Lista para atacar. Pero contrario a lo que los enemigos creerían, no utiliza sus espadas pata apuñalar, estocar, picar, cortar o nada por el estilo, ni siquiera golpear al enemigo. En lugar de eso, las alza sobre su cabeza y hace que el metal choque entre ellas.

Sonya: ¡Eco Metálico!

Lo que debería ser un sonido normal se ve amplificado cientos de veces, generando una onda sónica tan horrida que todos aquellos que la oyen se encogen de dolor. 

Soldados: ¡Gaahhhh! 

Soldado: No oigo…. ¡No oigo!

A los que están más cerca les sangran los oídos, otros solo simplemente se tiran al suelo, demasiado aturdidos, incluyendo Lady Helga y los dos de la “Tríada”, incluso teniendo estos últimos los tapones que les dieron. 

Zachary: Aghhh. Es lo peor que oí en mi vida. 

Ink: Concuerdo… 

Helga: *aferrándose los oídos* ¿Qué demonios fue eso… ?

Por desgracia, Sonya no es inmune a su propio poder, incluso con sus propios tapones en los oídos. Su interior se siente como si se hicieran líquido, le duelen hasta los dientes y los ojos. 

Sonya: Tsk…  

Pero sin importar lo que sienta, vuelve a imbuir las espadas en los poderes de la Rauda Rauda. Esta vez, clavándolas en el suelo y destrozando el suelo que pisan los enemigos con el sonido resultante. 

Sonya: ¡Diapasón! 

De por si diezmados por el primer ataque, peor quedan cuando todos acaban en el suelo. Sonya ya no puede levantarse tampoco después de eso. Pero no se preocupa. Sabe que está cubierta.

Zachary: ¡Brainsmack! ¡Feetcrush!

Aprovechando su debilidad, Zachary incapacita o directamente noquea a los enemigos. Pero estos aun son muchos y tras unos minutos, empiezan a levantarse los menos afectados. 

Soldados: ¡A él! 

Zachary: Tchh…

Pero para su sorpresa, salen volando decenas de metros, completamente derrotados.

Mark: Reject… 

El motivo. Una poderosísima onda de choque salida de uno de los guantes del contramaestre del Rough Diamond, que había visto todo y decidido hacer algo. Ninguno de esos soldados se vuelve s levantar, pero Mark se tira al suelo tambien, seriamente lastimado. Zachary se queda debatiéndose sobre si ayudarle primero a él o a Sonya, un poco frustrado. Al final, la mujer empieza a levantarse por su cuenta, así que ayuda al ensombrerado. 

Zachary: ¿Por que me toca ir con los que se autodestruyen al pelear.

Mark: Je… en este mundo, o le metes agallas o te callas, niño.

Zachary: Tengo 32, por favor.

Al final, el resto de soldados queda disperso o herido, blancos perfectos para el resto del Ejército aliado. Lady Helga, que se ha quedado sola, se desespera por esto e intenta dar ordenes pero no las escucha nadie.

Helga: ¡Reagrúpense! ¡Reagrúpense, maldita sea!

Pero entonces, siente un leve toque en su hombro, como cuando alguien te pica para pedir algo. Es entonces que voltea, solo para encontrarse con un único puño contra su estomago el de Ink. La “noble“ vomita sangre, aunque a diferencia de muchos otros oponentes a lo largo de la vida de Ink, esta alcanza a decir algo… o a susurrarlo. 

Helga: ¿Por qué…….?

Ink: Tu sabes porqué.

Y sin más, la comandante de los refuerzos enemigos cae al suelo. Noticia que no tarda en llegar al palacio real y a su actual y único regente restante.

Soldado: Mi señor, las fuerzas de Lady Helga han caído.

Y con este conocimiento, Maximus se queda en silencio. Pues es la segunda mala noticia que ha recibido en un lapso de cinco minutos. La otra es…

Rosolynde: ¡Sin detenerse!

… Que el escuadrón de la Dame ya está a las puertas de su hogar.   

Capitulo 943: Asientos llenos[]

El pequeño grupo del Ave Azul sigue adentrándose a la ciudad como puede, pero es un lugar demasiado complejo. No es inexpugnable solo por sus grandes murallas, los túneles estan diseñados específicamente para que los extranjeros, potenciales enemigos, se pierdan

Angélique: ¿Seguros que es por aquí?

James: Se que es hacia allá…

El muchacho señala hacia donde dice pero al avanzar por ahí se encuentran con un punto muerto.

Angélique: Tsk…

James: En mi defensa, el haki de observación no es una ciencia exacta. Solo siento la presencia de la persona, no me enseña el camino mágicamente.

Evangeline: Cierto.

Siguiendo por muchos caminos, eventualmente llegan a un lugar con una cantidad impresionante de soldados derrotados. Sangre en el suelo, tizne en las paredes y cosas aun quemándose.

Angélique: Esto huele a batalla por todas partes.

James: Huele a Jean por todas partes. Mira.

El rubio recoge plumas tatemadas del suelo. Seguramente dardos que ya perdieron el haki de armadura. Prueba definitiva de que es el camino que ha tomado su capitán.

Evangeline: ¡James! ¡Señorita Primer Oficial!

La mujer alada señala súbitamente a la parte más alta de ese gran túnel, en donde hay un hombre encadenado para que no pueda moverse, y los mira, sin decir ni una sola palabra. Nada menos que el general Agamenon, del cual no tienen idea de quien es o como es que a llegado ahí. . 

James: Cielos. ¿Lo ayudamos?

Pero si saben una cosa… 

Angélique: Ah ah.  Ese es enemigo, tiene el uniforme rojo.

James: Ah, de los malos. Entiendo.

Evangeline: Hay que seguir entonces.

Y entonces siguen corriendo a donde sienten la presencia de Jean, dejando a Agamenon atrás, el cual sigue en silencio, pensando.

Agamenon: “De los malos… “

Y ya que se habla de los malos, ¿Dónde están los buenos

Hollow: ¡Black Knight out! 

Betula: ¡Red Mousaieff Breaker! 

Jean: ¡Ara Fausten!

Emeric: ¡Codol!

Rosolynde: ¡Karmic Cycle! 

A las puertas del Palacio Real al fin peleando para entrar. . Tal vez se creería que por ser el lugar mas importante de la capital inexpugnable sería mas defendido e impenetrable, pero la realidad es otra.

Betula: me da la impresión de que hay muy pocos guardias por aquí, ¿no? 

Betula: Si, se supone que este es el palacio real. ¿No debería estar mejor defendido?

Rosolynde: Nunca hubo necesidad de. Ningún invasor había penetrado la ciudad antes, mucho menos se habían acercado al castillo.

Jean: Suena creíble…

Los guardias de afuera no tardan en ser derrotados, y la puerta cae con un solo puñetazo ennegrecido de haki de Betula.

Rosolynde: Que gran calidad de haki.

Jean: Si… nadie la supera.

Y tras derrotar a un par de guardias en el interior, se adentran en los terrenos del palacio y luego, del palacio mismo, cuyas puertas de madera don más difíciles de tirar. ¿Su objetivo? Maximus, al que quieren obligar que se rinda. Dada la situación, no debería ser difícil. Pero aun hay un par de cuestiones. ¿Qué fue de Konstantine? ¿Qué fue de Nadine? ¿La súper arma esta o no desactivada? Entre otras cosas.

Emeric: Me pregunto si Lord Adrien estará aquí…

Pero hay algo que les molesta más que eso, algo que aunque en principio parecía normal ahora ya no lo hace.

Hollow: Ok, entiendo que no haya mucha seguridad, pero no debería haber… ¿algo de seguridad? ¿Un guardia al menos?

Rosolynde: Si… Si debería.

Betula: Jean…

Ni siquiera tienen que pedírselo pues Jean ya esta usando su haki de observación, pero esto le revela que…

Jean: ¿el camino esta despejado?... Todos están arriba.

La conclusión a esto es sencilla.

Rosolynde: Una trampa, ¿eh?

Pero con toda la situación, y ya estando ahí, aun tienen todas las de ganar. Así que siguen avanzando, sin dilaciones ni titubeos. Finalmente llegan al pasillo que lleva a la sala del trono.

Rosolynde: Acabemos con esto…

Y yendo la general al frente, rompe la puerta de la sala de un espadazo. Una vez más no hay resistencia, no hay pelea. Solo hay unos cincuenta soldados, apostados en los muros pero que no salen a pelear. Nobles y sirvientes restantes del palacio, incluyendo a Lord Albertanus.

Albertanus: Ya están aquí…

Y así i, pasan centro de la sala con su trono vacío, motivo de dolor para Rosolynde. Pero frente a este estan los tres asientos del Triunvirato, llenos. En el del centro, Maximus, altivo como siempre, y en los otros dos, para sorpresa y horror de todos, Nadine y Konstantine. El segundo herido grave. La primera, bañada en lagrimas ambos, encadenados. 

Betula: Dios mio…

Con el enemigo de frente, el Príncipe Mayor se levanta, quedando a solo unos metros de Rosolynde, quien le mira fijo con el único ojo que le queda.

Maximus: General Dame Rosolynde… 

Rosolynde: Príncipe Mayor Maximus… 

Y una milésima de segundo después, chocan sus aceros.    

Capítulo 944: Batalla en el salón del Trono[]

Maximus: ¡Kizoku Giri!

Rosolynde: ¡Capital Warrior!

El choque metálico de las espadas negras de haki, cual tañido de campana, resuena en la sala. El que quiere el trono y la que solo quiere defenderlo pugnan por un momento, sin que nadie ceda.

Maximus: Tch… arpía.

Rosolynde: ¡Hmph!

Soldados de ambos observan, un poco abrumados por el poder que despliegan, casi se ve y se siente como si dispararan chispas negras en todas direcciones. No obstante, hay una perdona que reacciona antes… por desgracia.

Albertanus: ¡¿qué están esperando!? ¡Ataquen! ¡ATAQUEN!

Y con los gritos, los soldados enemigos hacen exactamente lo que les dicen, atacan. Siendo la primera reacción de muchos disparar. Jean y Betula se cubren con su haki, Lord Emeric con sus espinas de la forma híbrida y Hollow, siendo solo un pedazo de metal móvil, no se inmuta. Por desgracia, no a todos sus soldados les va igual de bien.

Soldado: ¡Gaaaaahhh! 

Otro Soldado: ¡Médico!

Otro otro soldado: ¡El médico esta muerto!

Pero a pesar del ataque, los que no acaban heridos o muertos en el embate inicial comienzan el contrataque contra los soldados enemigos mientras sus lideres siguen enfrentándose. Esto incluye, obviamente, a los piratas.

Soldados del Triunvirato: ¡Ataquen!

Pero al alzar sus armas, son inmediatamente desarmados por una fuerza invisible. O eso parece en inicio.

Hollow: ¡Peace Spirit!

Es el Poltergeist quien las roba, permitiendo a sus aliados atacar con mucho más facilidad.

Betula: ¡Peregrina Pearl!

Betula ni siquiera tienen que hacer mucho daño, teletransportándose entre enemigos de un lado a otro, picándoles los ojos y dejándolos en el suelo, llorosos. Su alumno, no obstante, toma un enfoque mucho más agresivo mandando enemigos a volar con el vórtice que genera el puro poder de sus alas y luego clavando dardos disparados por la misma acción hacia ellos.

Jean: ¡Ara Style! ¡Winde Sense! 

Al menos es lo que hace hasta que ve a Lord Emeric, el cual se enfrenta a varios soldados defendiendo algo específico… los Príncipes encadenados.

Emeric: ¡Fuet d’espines! ¡Mall’de espines! 

Con brutales patadas y golpes, despacha a los guardias, y luego, se dispone a liberarlos. Jean no obstante nota que tiene problemas con las cadenas.

Emeric:¡Maldita sea!

Jean: ¿Qué pasa?

Emeric: No puedo romper esto.

Jean: Déjame intentar.

Emeric: ¡No, espera!

El muchacho intenta usar su garra para partir las cadenas de un tajo, pero al hacerlo, se siente muy débil y siente mucho dolor. Se ha revertido a su forma humana y de no ser por el haki que uso para reforzarse se habría roto la mano.

Jean: Aghhh… Kairoseki

Emeric: Solo podemos abrirlas con las llaves.

Nadine: Las tiene el carcelero…

Jean: ¿Es uno de estos?

Nadine: No. Él esta abajo, en los calabozos…

La princesa hace una pausa en su discurso y continua, viendo fijamente al hombre erizo mientras lo hace. 

Nadine: Lord Adrien tambien esta ahí… está bien.

Los ojos de el se abren de impacto y ella solo le asiente, como respondiendo a una pregunta que él no ha hecho. Con esto, Emeric azota el suelo, hecho de duela en esa parte del castillo, con puñetazos de su forma híbrida hasta hacer un hueco lo suficientemente para que pueda pasar en forma humana.

Emeric: ¿Puede mantenerlos a salvo hasta que vuelva?

Jean asiente, comprendiendo rápido la situación y su plan. Emeric entonces salta por el agujero que ha hecho, llegando un piso más abajo y pretendiendo seguir bajando a los calabozos desde ahí, aprovechando que todos los enemigos restantes deben estar arriba.

Emeric: A ver, si mal no recuerdo, debe ser por aquí. 

Pero para su sorpresa, se encuentra un escuadrón entero yendo hacia él al cruzar una esquina, comandado por el Capitán Nemo.

Nemo: ¿Cree que somos tan tontos para no darnos cuenta del agujero que hacia en el suelo?

Emeric: Tch…

Mientras arriba, Jean, aunque no puede destruir las cadenas, si destruye los asientos a los que los han encadenado, permitiéndoles al menos movilidad, aunque no libertad completa. Jean sostiene entonces al herido Konstantine sobre su hombro mientras que Nadine mira preocupada.

Konstantine: Gracias, Joven Black…

Jean: Ni lo mencione. Los llevaré a un lugar seguro por mientras. Lady Nadine, ¿alguna lugar cerca?

Nadine: Los aposentos de mi primo están por…

Pero ella no acaba sus palabras, pues súbitamente, las alas de Pluma Azul Dorada la cubren de un cuchillo que iba justo a su cara. Jean lo ha sentido venir lo suficiente para protegerla, pero no alcanza a imbuirse de haki y el cuchillo se le clava de lleno.

Jean: ¡Agggh!

Nadine: ¡Joven Black!

Jean se lo arranca rápidamente del ala, para luego tirarlo sin ceremonias y mirar a su fuente, un Lord Niel que mira molesto el fallo de su intento homicida.

Niel:  ¡¿tu otra vez!?

Jean: Tsk… Lady Nadine, sostenga a Lord Konstantine, por favor.

Ella sigue la instrucción con cuidado, levantando su brazo sobre su hombro, mientras que Jean se pone en pose de batalla.     

Capítulo 945: Paralizar[]

Jean: ¡Ara Pfeilspitze!

El muchacho de cabellos azules dispara sus ya distintivos dardos negros hacia Niel. No obstante, a diferencia de su encuentro anterior, este resulta ser bastante ágil, esquivándolos con una serie de mortales hacia atrás para luego, lanzar otro cuchillo.

Niel: ¡Minor Offense!

Pero Jean, ahora atento a su enemigo, presiente el ataque con facilidad y se cubre con sus muñecas cubiertas en haki.

Niel: Tsk…

Jean: No eres tan bueno si no atacas por sorpresa, ¿o si?

Niel entonces da un salto hacia atrás para mantener mejor su distancia y saca una pistola, que procede a cargar rápidamente. Luego apunta a Jean…

Niel: ¡Deceiftful!

Pero inmediatamente después corrige su curso. Su objetivo, de nuevo Nadine y Konstantine.

Konstantine: ¡…!

Nadine: ¡Cuidado! 

Pero Jean una vez más, se interpone, cubierto de haki esta ocasión. 

Jean: ¡Corran, altezas!

Niel: ¡Jajajajaja!

Venial sigue disparando mientras Jean sigue cubriendo en lo que los Príncipes logran salir de ahí. Cosa el tarda al encontrarse encadenados y con Konstantine herido. Afortunadamente, ellos logran irse por un pasillo, pero la cosa no se ve tan bien para Jean, que súbitamente empieza a sentirse inusualmente pesado.

Jean: Agh…. ¿Qué esta pasando?

Niel: Je… para ser un criminal como yo, no pareces estar familiarizado con los métodos “bajos” de ganar.

El “noble” mira hacia algo en el suelo haciendo que Jean mire también. Es el cuchillo con el que apuñalaron antes, y por lo que ha dicho Niel, el peliazul no tarda en descubrir lo que sucede.

Jean: Veneno. 

Niel: Ah. Si eres algo listo entonces. No tienes que preocuparte mucho por eso. No es letal, solo paraliza. Me gusta rematarlos yo.

Niel no puede evitar reírse por ello mientras que Jean, habiendo su enemigo cesado el fuego se palpa la puñalada con la mano.

Niel: La mejor parte es ver sus ojos moviéndose de terror mientras no pueden moverse, no pueden hablar, solo te acercas a ellos con…

Pero a Venial casi se le va el alma cuando una flecha negra casi le atraviesa. Por poco y no la esquiva.

Jean: Deja los monólogos para cuando este paralizado en serio, ¿no? O mejor si esto fuera a paralizarme de verdad. 

Niel tarda un segundo en recomponerse pero permanece altivo cuando lo hace.

Niel: Lo hará. Así que deja de hablar como si no fuera un problema.

Jean: No lo es.

Acto seguido, Jean se apuñala a si mismo en la herida con su propia garra, ante la mirada incrédula y hasta horrorizada de Niel. La sangre escurre de su ala, manchando el piso y corriendo hasta su espalda.

Niel: Es… Está loco…

Jean: ¿Crees que eres el primer tipo con veneno al que me enfrento? Los otros dos eran mucho mas peligrosos además.

Con la mano llena de sangre, Jean se pone una vez mas en pose de combate, a lo que Niel reacciona aterrado.

Jean: Acabemos con esto.

Pero a pesar de todo, la herida que se ha auto infringido Jean es seria y su maestra, que mira a lo lejos lo sabe.

Betula: Será mejor que vaya para estar segura.

Pero justo cuando va a teletransportarse, es atacada… ¡por un soldado del autentico ejercito!

Betula: ¡… !

Usa sus poderes de la Toi Toi entonces para moverse a otro lado. El enemigo ha fallado por micras y milisegundos. 

Betula: Que demonios…

“Soldado”: Preocúpate más por ti, pequeña Betula.

La mujer se paraliza pues reconoce la voz… y el arma que lleva el soldado que la ha atacado. El Katar.

Betula: Gelacius…

Mano Diabólica sonríe al verse reconocido.

Gelacius: ¡Hola, maldita Bruja!

Luego, el intenta atacar de nuevo, pero ella bloquea con su haki está vez.

Betula: ¿¡Como es que…!?

Gelacius: ¿… que logré escapar? Siempre haces la misma pregunta, puta castrosa. Pero soy buen tipo y te diré. Tranquila, esta vez no soborne a nadie, no pongas esa cara. Solo maté al guardia que me cuidaba, robe sus llaves, su ropa y seguí al ejercito de la puta de Rosolynde hasta aquí. ¿¡Feliz!? 

Betula: ¡Steinmetz Rift! 

Furiosa, ella intenta teletransportarse detrás suyo y patearle los cuartos traseros, pero este gira de forma repentina con su katar bien extendido. 

Gelacius: ¡Hellish Tornado! 

Por fortuna, ella vuelve a alejarse de el con su poder. Recuerda bien lo que paso la ultima vez que esa cosa siquiera la rozó, cosa de la que él se burla, consciente del cuidado extra de su enemiga. 

Gelacius: Creo que ya te acordaste que ese baboso de Niel no es el único que puede paralizar.

Betula: Tch…      

Capítulo 946: Invulnerable y no tan invulnerable[]

Emeric: ¡Codol!

Convirtiéndose de nuevo a su forma híbrida, Emeric carga hacia sus enemigos, rodando como la gigantesca piedra de una trampa de una ruina antigua.

Soldados: ¡Cuidado!

Usando una velocidad sorprendente, el noble termina aplastando a varios soldados, dejándolos cual calcomanía. Esto logra reducir algo su inferioridad numérica. Aunque no del todo.

Nemo: ¡Abran fuego!

Numerosas balas vuelan hacía el Señor de Baluarte, ante lo cual el solo se hace una bola de si mismo. Nemo, por un momento, piensa que ha aceptado su inminente final, y se regodea por ello.

Nemo: Je.  No fue nada difícil. 

Pero para su sorpresa, tras la andanada de disparos que superarían a los de un fusilamiento, Emeric se alza, para pánico del capitán al servicio del Triunvirato. 

Nemo:…Imposible.

Emeric: Aghh… Muralla Punxant.

Para sorpresa de todos, Emeric ha resistido las balas perfectamente, gracias a su gruesa y espinosa piel. Si bien siente dolor y tendrá feos moretones cuando al fin vuelva a su forma humana, en definitiva no es un ataque letal, como tampoco son los que el hace a continuación, pero si noquea a mucha gente.

Emeric: ¡Mall d’espines! ¡Fuet d'espines!

A base de puñetazos y patadas llenas de pinchos,  Emeric va descontando a los soldados del escuadrón, uno tras otro, uno tras otro. Varios intentan defenderse con armas cuerpo a cuerpo debido a la inherente inutilidad de las de fuego, pero…

Soldado: ¡Toma eso!

… Resultan ser tan o menos efectivas que estas. Al final, solo queda un hombre en pie. El propio capitán Nemo.

Nemo: Desgraciado.

Emeric: Hable por usted. Si se rinde, tal vez decida dejarlo lleno de espinas.

Pero el capitán toma su arma, una spatha, y se pone en posición de guardia.

Nemo: Típico de los Nobles corruptos, amenazando al vulgo. 

Emeric: Tch… otro cerebro lavado.

Nemo: ¡Cállese!  ¡Militar Slash! 

Emeric: ¡Escut Punxant!

El soldado se lanza con su espada de frente contra el noble, el cual solo se cubre con sus antebrazos acorazados. Pero, a diferencia de los ataques anteriores, este es mucho más doloroso.

Emeric: ¡Aghh!

Un hilo escarlata, primero fino y luego mucho mas grueso empieza a escurrir de los brazos del erizo noble. Es entonces que mira al arma de su rival, completamente tornada de color negro.

Emeric: Tch… Haki…

Nemo: Je. Y yo que pensaba que solo los usuarios de logias eran así de confiados.

Mientras tanto arriba…

Nadine: ¡Hay que irnos! 

Konstantine: Espera… Debo hacer algo primero.

Nadine y Konstantine, pese a los esfuerzos y deseos de Jean y sus otros aliados, apenas y han abandonado la sala del trono pero no han ido mucho más lejos, de hecho, están en una puerta ¿Por qué? El segundo Príncipe se resiste a hacerlo por alguna razón.

Konstantine: ¡Que esperes!

Nadine: ¡Basta, Konstantine! ¡Se que quieres pelear y es justo, pero estás encadenado y malherido! Solo les estorbaras a nuestros aliados, o peor, harás que los maten, ¡o que te maten a ti!

Konstantine: ¡No… no lo  entiendes…!

La urgencia en los ojos de su primo le indica que hay algo grave, así que se queda callada como indicativo para dejarlo hablar.

Konstantine: El... Arma…. No pude destruirla… Creí que lo había hecho… pero no… lo siento… 

A Nadine se le abren los ojos enormes, pues comprende de pronto el origen de las heridas de su querido familiar. 

Nadine: Eso… esa cosa te hizo… 

Konstantine:.. si la ponen en funcionamiento todo estará perdido… tenemos que detenerla…

Cristian: Pensé ya se lo había dicho antes…

Súbitamente, descubren que no son los únicos que están ahí,  justo detrás de ellos esta Lord Cristian, extendiendo una de sus manos robóticas, la cual se convierte en algo similar a un pequeño cañón de plasma que emite una luz y sonido aterradores. 

Cristian:… ¡Es imposible de detener! 

Incapaces de escapar por las cadenas y las heridas, lo único que Nadine alcanza a hacer es abrazar a Konstantine, en un vano intento de protegerlo y cerrar los ojos.

Cristian: ¡Hi-sci light!

Tras eso, hay un estallido, una luz muy fuerte, un calor insoportable, un pitido ensordecedor. Pero al finalmente aclararse la vista de todo, Cristian pone una mueca desagradada. 

Cristian: Tch… 

Nadine y Konstantine, sorprendidos por no estar muertos, abren los ojos, descubriendo a la armadura de Hollow, totalmente fundida de un lado. Un hueco es visible entre el metal sobrecalentado, dejando ver la nada que hay hacia adentro, para terror de los tres que observan. 

Konstantine: ¡Pero…!

Cristian: ¡¿…Qué demonios!?

Hollow: Tch… está armadura era nueva.       

Capitulo 947: Señal de rendición[]

En la parte más central de la sala del Trono… 

La batalla continua, sin descansos, sin clemencia, sin cuartel. La Dame General y el Príncipe Mayor llevan un buen rato chocando sus espadas. Una y otra vez una y otra vez. Esta táctica, no obstante, no deja ni ventaja ni nada bueno a ninguna de las partes, así que Rosolynde opta por retroceder y atacar a distancia. 

Maximus:¿¡Que pasa!? ¡¿Es tan cobarde que no puede atacar de frente! 

Pero ella no se deja intimidar ni provocar, ni siquiera responde a sus palabras. Solo continua con su plan. 

Rosolynde: ¡Personal Karma! 

La mujer lanza su escudo con cierto ángulo. Su intención: darle en la sien. Maximus, no obstante, se previene y alza su espada regia cubierta en haki de armadura. 

Maximus: ¡Ozoku Tsume! 

Tal como hizo Konstantine cuando aun era su enemigo, Maximus parte su escudo a la mitad de un tajo, cuyos pedazos cercenados vuelan de regreso a la mano de su ama.

Rosolynde: (¡No de nuevo…!)

Pero no dispuesta a acabar herida de la misma boba manera que antes, Rosolynde salta hacia atrás para darse tiempo, y luego, lanza varios tajos a su ahora amenazante defensa.

Rosolynde: ¡Capital Army! 

Y así, su escudo queda reducido en pequeños pedazos que si bien duelen algo al impactar, no la dejan ni por asomo tan herida como aquella vez. 

Rosolynde: Ufff… estuvo cerca… ¡…! 

Pero, para su desgracia, su ahora inexistente ojo le dota de un gran punto ciego, y se ve sorprendida cuando Maximus llega corriendo a atacarla desde su flanco cegado. 

Maximus: ¡Oji Sasu! 

El Príncipe mayor arremete en un intento de puñalada, pero Rosolynde logra moverse a tiempo para bloquear. 

Rosolynde: Aghh. 

Maximus: Ugh.

El choque del metal es ensordecedor. Chispas de negro haki se alzan y revolotean por doquier, llenando el aire del lugar de una espesa y poderosa aura negra. Chocan tan fuerte que generan pequeñas ondas de choque, causando destrucción alrededor. Los vitrales de los reyes y reinas de antaño se quiebran, se estrellan, muy para el descontento de Maximus.

Maximus: ¡Maldita Bastarda! ¡Mira lo que has hecho!

Rosolynde: ¡Comparado con lo que ha hecho usted, unos cristales son nada!

Maximus: ¡Cállate! ¡Omo Kiri!

Rosolynde: ¡Foray! 

En su ira, Maximus retrocede y arremete de nuevo sin pensar claramente, lo que le deja una apertura que Rosolynde, que con un movimiento rápido logra herirle la mano y desarmarlo momentáneamente. Y aunque recupera su espada con su otra mano, la herida en sus dedos es bastante fea. 

Maximus: ¡…!  Tsk… 

Rosolynde: No me subestime, “alteza”. He servido al ejercito por quince años y entrenó desde hace veintitrés. Mi titulo de general no es para oírse bonito, lo he ganado con sangre sudor y lágrimas. Sé de estrategia, sé como pelear… 

Pero Maximus, pese a su herida, se ríe amargamente al escuchar esas palabras, para luego, hablar con un dejo de burla en la voz.

Maximus: Ya. Entiendo, entiendo. Crees que por todas esas “cualidades”, eres superior a mí…

Rosolynde: Yo no dije eso…

Maximus: Crees que por saber algo de pelea y estrategia, puedes manejar un  reino, crees que es suficiente para el trono, que lo mereces. Pues déjeme decirle algo, “Dame”. No lo es.

Acto seguido, hace una suerte con su espada con su mano no herida que termina por cortar el suelo solo por presión de aire, una clara amenaza.

Maximus: Hace tiempo tenia pensado dejar que te rindieras…pero ahora no solo conseguiré de ti la corona,  ¡conseguiré tu cabeza!

Y sin más charla, Maximus desaparece súbitamente. Rosolynde, medio ciega, tiene dificultades de nuevo para encontrarlo con la mirada, y cuando lo hace, ya es tarde… 

Maximus: ¡Oritsu Tsukiageru! 

Rosolynde: ¡Gaaaaahhh! 

Un estoque suyo acierta justo en su axila, donde no hay una pizca de armadura.

Al mismo tiempo…

Emeric: ¡Fuet d’espines! 

Nemo: ¡Martial Thrust!

Emeric: ¡Gaaah!

Abajo, el Señor de Baluarte tiene muchos problemas enfrentando al Capitán Nemo. Si bien, Emeric es muy rápido, y muy fuerte, Nemo ha demostrado ser estúpidamente ágil y hasta más veloz que él. Eso y que tiene la ventaja de tener haki, cosa que Emeric no, y que supera su gean armadura de espinas.

Emeric: ¡Codol!

Intenta de todo, patadas, golpes, manotazos, pisotones, rodarle encima. Pero no logra tocarle ni un pelo, que de todos modos no tiene pero aun así. Emeric empieza a cansarse mucho, en especial porque Nemo si lo ha tocado, y le ha causado feas heridas sangrantes.

Emeric: (maldición… se que si logrará darle podría ganar en un solo movimiento)

Y eso es un hecho. Con los golpes que ha dado a los pisos , techos y paredes de ese pasillo, el lugar casi ha colapsado y los soldados de antes solo añaden pruebas. Pero da igual si no puede golpearle, no puede ganarle. La gota que derrama el vaso viene cuando, Nemo da un tajo al aire, que viaja en un proyectil aéreo hasta el noble.

Nemo: ¡War Wind!

Y le pega con fuerza en el pecho, su área más débil, obligando a Emeric a acabar con una rodilla al suelo. Esta lastimado, esta exhausto, y aunque no quiere admitirlo tiene miedo, aunque no necesariamente por si mismo.

Nemo: ¡Se acabó!

Solo queda una opción…

Emeric: Tch… (Es hora de despedirme de mi honor…)

Nemo: ¡Martial…!

Pero cuando Nemo va a alzar su espada una última vez, Emeric regresa a su forma humana y apoya sus brazos y frente en el suelo…. Una señal de rendición.        

Capitulo 948: Deshonor. Todo vale en la guerra[]

Emeric permanece así. Quieto aunque no totalmente inmóvil. Se ve tembloroso, aunque la razón es ambigua. ¿Dolor de las heridas? ¿El frio incesante que hace? ¿Vergüenza? ¿Miedo…? Nemo lo sabe y la verdad es que tampoco le interesa. Lo único que sabe y que le interesa es que ha vencido. Así que de pone frente a él, con su espada alzada.

Nemo: Así que se rinde… ya era hora. Al menos “usted” si tiene algo de sentido común. No como “su señora”.

Nemo dice esto a propósito con un tono muy burlón, esperando humillar más a Emeric. Y parece que lo consigue, porque este comienza a temblar con más violencia.

Emeric: Mis ancestros… mi señora… perdónenme…este es el día… en que pierdo mi honor.

El capitán disfruta esta visión y palabras, mientras da algunas ordenes a su rival rendido.

Nemo: *agitando su espada* Ahora, arriba lento. Te llevaré a los calabozos para que dejes de ser un estorbo.

El señor de Baluarte hace lo que le dicen, se pone de pie muy muy lento. Pero justo cuando Nemo se dispone a obligarlo a que se de la vuelta y caminar a punta de espada, está sale volando.

Nemo: ¡¿Pero qué…!?

Es solo entonces que nota qué el rostro de Emeric, hasta hace un segundo apagado, ha recuperado y hasta incrementado su rabia previa. El es quien le ha volado la espada de un manotazo.

Nemo: ¡Desgraciado!

Ahora desarmado, Nemo intenta golpearle en su lugar con su puño imbuido en haki, pero de forma súbita. Emeric le abraza. 

Nemo: ¡¿Huh?! 

Pero le abraza tan fuerte que no puede moverse o zafar los brazos.

Nemo: ¡Libérame, maldito…!

Emeric: Nadie se burla de mi señora… 

Nemo: ¡…! 

Y acto seguido, regresa a su forma híbrida, clavando las espinas de sus brazos en la espalda de su enemigo, para luego rodar con él aferrado por varios metros, aplastándolo con su peso y por el ángulo de los giros.

Emeric: Donzella de Ferro… 

Pars cuando finalmente lo suelta y regresa a su forma humana, Nemo no parece más que un estropajo mojado. Está totalmente noqueado, lleno de púas y sangre.

Emeric: Mis ancestros… mi señora… perdónenme… he perdido mi honor… 

El noble pasa haciendo a un lado a su enemigo vencido. Siguiendo por el pasillo y las escaleras que bajan sin mirar atrás.

Emeric:… Por vencer a mi enemigo con trampas. 

Lo detesta, si. Pero el Triunvirato ha sido más tramposo e injusto y necesita continuar con su misión y seguir con vida si quiere continuar contribuyendo a la causa de su señora…y sus propios intereses. Tras unos minutos, no tarda en llegar hasta abajo. En donde efectivamente encuentra al carcelero, cumpliendo su función en la entrada de los calabozos.

Carcelero: ¡Alto!

Con una pica, el guardián intenta atacarlo también. Pero Emeric ni siquiera tiene problemas para despacharlo, dándole un golpe seco.

Emeric: Tsk…

El hombre cae noqueado así de fácil, y así Emeric puede inspeccionarlo para buscar sus llaves. No tarda en encontrarlas, con un par de ellas siendo mucho mas pequeñas que las otras.

Emeric: Estas deben ser las de las esposas de los Príncipes… 

Pero en lugar de ir directamente hacia arriba para liberarlos, entra en la pequeña prisión del castillo. Vs en busca de algo y lo encuentra de inmediato en la primera celda que ve de frente.

Emeric: Lord Adrien… 

El señor de Emeric, que había sido devuelto a su celdas después de su aterradora cadi ejecución, solo se encuentra sentado ahí, pensando en todo lo sucedido con los Príncipes, y en una posibilidad que empieza a creer. 

Adrien Tal vez todo esto fue un error… tal vez mis días ya estan contados.

Emeric: ¡Lord Adrien!

Pero entonces escucha a Emeric…y sus miedos se desvanecen.

Adrien: ¿Lord Emeric?

Adrien se aferra de los barrotes de su celda mientras observa, con un cierto recelo lo que sucede. ¿Y si no es real? ¿Y si es otra ilusión? Pero luego nota el cansancio de su compañero noble, la sangre que lleva encima, y la preocupación que tiene al verle.

Emeric: ¡Lord Adrien! ¡¿Está bien!? ¡¿Está herido?!

Adrien: No… no… estoy bien.

Emeric, con celeridad va hasta la puerta y empieza a probar llaves de las celdas una tras otra, tratando de abrir la de Adrien, mientras habla atropelladamente.

Emeric: Todo esto es nuestra culpa… mi culpa. Si no le hubiéramos presionado para unírsenos nunca le habrían capturado. Nunca hubiera tenido que pasar por esto.

Adrien solo mira con algo parecido al pesar el rostro de Emeric, que parece estar al borde de las lágrimas. Justo en ese momento, la puerta de la celda se abre. Emeric ha encontrado la llave correcta. Pero Adrien no sale. Solo desvía la mirada al suelo. 

Emeric: Yo… lo siento tanto… no se como voy a compensárselo, pero le doy mi palabra que… 

Pero se ve interrumpido. Adrien literalmente salta para abrazarlo. Emeric, a pesar del dolor que eso le provoca,  solo se queda,  sorprendido e inmóvil. 

Emeric: ¿Lord… lord Adrien? 

Adrien: Solo Adrien. 

Lentamente, aun anonadado por la muestra el señor de Baluarte le devuelve el abrazo al de Espadaña. Muestra de algo más adentro, un sentimiento que ha estado rondando en ellos desde hace años, pero que habían negado por el miedo al que dirán y sus obligaciones de la nobleza. Pero ahora no hay nadie que pueda verlos, y en la guerra todo se vale.

Emeric: Adrien…

Adrien: Sabia que vendrías, Emeric…         

Capítulo 949: Destruccionista[]

Después de su muy largo abrazo, los lores de Baluarte y Espadaña corren de regreso a la sala del trono, tomados de la mano. Emeric aun debe llevar las llaves, aunque Adrien está preocupado por el estado de su compañero y confundido porque no entiende nada de lo que está pasando, así que Emeric tiene que irle explicando. 

Adrien: ¿¡Entonces los Príncipes… no son los malos! ?

Emeric: ¡Lord Konstantine y Lady Nadine no! ¡No tenían ni idea del ataque a tu hogar o de los campos de esclavos en el mío ! ¡Todo fue idea de Maximus! ¡Ha estado manipulando a todos desde las sombras! 

Adrien: Tsk… ese desgraciado.

Emeric:¡Lady Rosolynde y nuestros aliados han hecho posible tomar Ciudad Ciudadela! ¡Estamos cerca de la victoria! 

Adrien: Eso me sigue resultando casi imposible… es increíble. 

Emeric: Pero Maximus y sus fieles capturaron a los otros Príncipes e hirieron a Lord Konstantine, por eso las llaves. 

Adrien: Entiendo. Hay que apurarnos entonces.

Emeric: Si.

Y en serio que tiene que, porque los que las necesitan estan en problemas, incluso con su caballero de negra armadura para defenderlos.

Hollow: ¡Beheader!

El Poltergeist, a pesar de tener un hueco en todo su lado derecho, toma la espada que du yo metálico cargaba en su espalda y la usa para intentar arremeter contra Cristian. Este, no obstante, detiene el ataque con sus brazos de metal.

Cristian: ¡Compressor Agressor!

Luego, torna uno de ellos en una prensa y aprieta el filo de su espada por los lados hasta que esta cede y se destroza en mil pedazos.

Hollow: ¡Woaaaah!

Esto causa que Hollow pierda su equilibrio, dejándolo abierto para un ataque, para horror de aquellos a los que defiende, incapaces de escapar por las circunstancias. 

Cristian: ¡Hi Sci-Light!

Konstantine: ¡No…! 

Nadine: ¡Cuidado! 

De nuevo, el cañón de plasma y de nuevo, Hollow es impactado de lleno. Ahora tiene un inmenso hueco del otro lado tambien, que hace más evidente lo vacío que está por dentro.

Hollow: No se preocupen, altezas. Estoy bien. 

Cristian: Tsk… ¿Qué eres? No pareces un autómata? Y mucho menos un humano. 

Hollow: Soy mucho más humano que tu. Cristian “El Destruccionista” Recompensa de 368 millones por el uso de civiles como objetivo en la experimentación de armas.

El Ministro de Ciencias y Tecnologías, a diferencia de otros al verse descubiertos, sonríe con esa amplia boca suya.

Cristian: Ah, un conocedor de lo bueno. Me halagas. Tu sepa quien seas, pero ya que dices que eres humano, me decanto a una fruta del diablo. ¿No?

Hollow no dice nada, pero Cristian vuelve a reír.

Cristian: ¿Tu silencio me lo confirma?  Como sea. ¡Aunque seas solo una armadura parlante, puedo destruirte de algún modo!

Hollow: ¡Inténtalo! ¡Black Knight Out!

Cristian: ¡Piston Kick!

El Poltergeist intenta darle un puñetazo aprovechando su mano metálica, pero Cristian resulta ser más rápido, y, con una de sus piernas reforzadas, patea lo que queda del torso del caballero, el cuál , esta tan debilitado que literalmente se parte en dos. Su torso literalmente volando,  casi aplastando a quien intenta proteger.

Konstantine: ¡abajo… ! ¡Aghhh!

Por fortuna, Konstantine, y su dolor saca a su prima del camino. Mientras que Cristian admira fascinado como las piernas de Hollow han dejado de moverse.

Cristian: Ja, solo es metal. ¿Qué clase de fruta tienes amigo?

Mientras, lo que queda de su torso  y su casco queda totalmente torcido, estrellado contra una pared y el suelo. Justo al lado de los Príncipes que miran demasiado impactados.

Nadine: ¿Es… esta bien, señor?

Hollow: Si, pero esto no es bueno.

No hay mas objetos cerca. Al menos nada útil, estan en un pasillo. Solo hay cortinas y adornos inservibles. Mientras, el Destruccionista se acerca con una sonrisa y su ojo electrónico brillando con fuerza.          

Capítulo 950: Hombre de ciencia[]

Cristian: Ja. ¿Dime armadurita? ¿Te duele no tener piernas o tampoco puedes sentir nada?

Los ojos etéreos de Hollow se fruncen en el interior de su yelmo, llenos de rabia. No obstante, esta se disipa cuando la sonrisa maligna del Destruccionista se dirige hacia los Príncipes.

Cristian: Hmm… ahora que lo pienso. ¿Mi señor los quería muertos ya o todavía no….? *gira la cabeza y alza los brazos* Mph.. . ¿Quién sabe? Si los quería vivos…  ¡ya le pediré disculpas!

Su brazo, de nuevo cañón de plasma, empieza a brillar. Konstantine, instruido desde su más tierna infancia para no ser solo un príncipe sino tambien un caballero, es está vez quien se pone frente a Nadine para protegerla, a pesar de sus heridas, a pesar de las suplicas de ella.

Konstantine: ¡Atrás de mi…!

Nadine: ¡No! ¿¡Qué estas haciendo!

Cristian: ¡Sci Fi Light!

El proyectil se dispara. Cristian se ríe, Konstantine solo logra cerrar los ojos y Nadine, emite un grito sin poder evitarlo. Pero un segundo después la potente luz que emite se disipa y, de nuevo, alguien se ha interpuesto.

Nadine/Konstantine: ¡…!

Cristian: Tsk…

¿Quién? Hollow por supuesto, impulsándose solo con sus brazos ha lanzado lo que queda de su cuerpo como escudo para defender a sus altezas. Aunque el precio de nuevo es alto. Hollow pierde todo su cuerpo esta vez, salvo por su cabeza. Su yelmo intenta avanzar a saltitos, sin mucho éxito pues pronto acaba volteado mirando hacia arriba. 

Hollow: Maldición…

Su vista se ve oscurecida entonces por la presencia de Cristian, cuyo ojo brillante se hace más visible en su ceño molesto.

Cristian: Veo que te subestime un poco, seas lo que seas. Pero no te preocupes, te pondré la atención que falta… ¡Para acabar contigo! ¡Piston Smash!

De un pisotón con sus piernas reforzadas, el Destruccionista termina de hacer honor al nombre. Completamente aplastado y hasta con pedazos tirados aquí y allá, es como ha quedado el yelmo de la armadura. Sus brillantes ojos etéreos de color púrpura se han desvanecido por completo, ante la mirada horrorizada de Konstantine y Nadine.

Cristian: ¡Al fin! Ahora, ¿en que estaba…? ¡Oh, si! ¡Probando cuanto queda de un cuerpo humano si es enfrentado a mi cañón de plasma! ¡Hi Sci…!

Pero pierde toda su concentración e intención de ataque al oír algo. Una voz. ¡La voz de Hollow!

Hollow: ¡No que me ibas a dar tu plena atención! 

Cristian: ¡imposible!

Ignorando por completo a los Príncipes, Cristian se voltea hacia el casco y lo levanta. Pero no se mueve, no brilla, no habla ¡No nada! ¡¡¿De donde viene la voz!!? ¿Es un fantasma? ¿Se está volviendo loco? Cristian agita la cabeza. Es un hombre de ciencia, ambas son imposibles. 

Cristian: ¡Muéstrate! 

Vuelve a buscar la voz, pero esta no le habla. Solo escucha un pequeño rechinido, viniendo de arriba, y es al voltear que al fin lo nota. Un candelabro…  ¡lo está mirando! 

Cristian: ¡Que dia…! 

Hollow: Tsk... Si que tardaste en darte cuenta.

Cristian no sabe que pasa pero lo apunta. No obstante , algo cae a sus pies. Un par de tornillos.

Cristian: ¿huh?... ¡…!

Y luego, el candelabro entero le cae encima. Lanzando pedazos de metal y vidrio a todas partes. Una perdona normal seguro habría muerto con eso, pero Cristian, como cyborg, sobrevive, tremendamente magullado y con las piernas prensadas pero sobrevive.

Cristian: Agh…. ¡Maldito! ¡¿Qué demonios hiciste!?

El científico intenta apuntar con su cañón a los fierros que lo tienen capturado, peto una vez más, solo hay un objeto inerte ante él.

Cristian: tchh… Cobarde. ¡¿No se que hagas pero…!?

Pero… si, ahí esta la cuestión. Pero los brazos de Cristian se empiezan a mover por su cuenta. Cristian no sabe porque, peto no puede detenerlos, lo que le causa primero desesperación, y luego miedo al ver que sus armas se activan y apuntan… a su cara.

Cristian: ¿¡Pero qué…!?

Y finalmente, un terror arrollador cuando ve que los ojos de antes, esos etéreos ojos purpuras lo miran desde sus propias manos.

Cristian: ¿¡Fa… fa… fantasma!?

Hollow: Creo que el termino que buscas es…. Poltergeist.

Incapaz de controlar el arma que el mismo hizo para él y qué uso antes para hacer pedazos a Hollow, un grito corto deja escapar. Corto porque es abruptamente apagado cuando Hollow… le da un puñetazo con su propia mano. 

Hollow: Pshe… como si yo fuera capaz de algo tan horrible. Pero bueno, el ladrón cree que todos son de su condición… o creo que eso dicen.

Cristian cae noqueado, totalmente ido. Hollow ha vencido, pero ahora tiene un problema, así que dirige sus ojos brillantes a los Príncipes, que siguen ahí y miran sin palabras.

Hollow: ¿No tienen alguna cosa que pueda usar?                     

Capítulo 951: Aun queda batalla[]

Konstantine: ¿Esto servirá…? 

Hollow: Si, es perfecto. 

El Poltergeist, en este momento una vela del candelabro que antes poseyó, esta en las manos de Lady Nadine. Finalmente, han logrado llegar a las habitaciones de Konstantine, en donde, para gran fortuna del pirata, hay una armadura que el príncipe tiene como decoración. 

Hollow: *ya en la nueva armadura* Mucho mejor. Gracias, alteza. 

Konstantine: Gracias  a usted, señor. Por salvar nuestras vidas. 

Nadine: Le agradecemos. 

También, logran atender un poco de las heridas del Segundo Príncipe, gracias a material medico dejado ahí para sus heridas anteriores. Sigue malherido, pero ya puede moverse un poco más. 

Nadine: ¿Cómo estás? 

Konstantine: Mejor… y lo estaré aun más cuando me quite estas malditas cadenas. *las agita*

Nadine: Lord Emeric debería ya estar de vuelta. Espero que no le haya pasado… 

Pero ni termina de decir eso, pues alguien abre la puerta en ese instante. Hollow ya se está poniendo a la defensiva de nuevo, pero se relajan al ver entrar a los Señores de Baluarte y Espadaña. 

Emeric: Uff, aquí están. Los busque por todas partes. Me tenían preocupado. 

El hombre de inmediato corre a quitarles las esposas, lo que le cuesta un poco al ser de Kairoseki y no poder tocarlas. Nadine observa que Emeric esta herido y Adrien detrás suyo aun se ve receloso, a lo que no puede evitar decir algo. 

Nadine: Lo lamento, Lord Emeric, Lord Adrien. Por todo. 

Adrien: No se preocupe, alteza. Emer… ehem… Lord Emeric me explico todo. 

Emeric: Además, estamos bien ahora.

Nadine nota las leves sonrisas cómplices entre los dos lores, y si bien antes le molestaba y se sentía asqueada incluso, ahora, se siente incluso un poco feliz por ellos. Más feliz es después Lord Konstantine, al finalmente ser liberado él y su prima de sus cadenas, que caen estrepitosamente al suelo. 

Konstantine: Ah, mucho mejor… 

Resuelto ese asunto, ahora solo quedan los más importantes. Ya que estan en su habitación, Konstantine abre lo que parece ser un pequeño armario, y saca varias armas, incluyendo un látigo para Nadine, y una nueva espada para si mismo, para Hollow y para Adrien, que no tiene ni idea de que hacer con ella. 

Konstantine: Hay que volver a la sala del trono. 

Nadine: Estoy de acuerdo. 

Y es que la batalla aun está lejos de terminar, incluso si la victoria se inclina más y más en favor del Auténtico Ejército. Jean sigue combatiendo a Niel, o podría decirse, pues más bien, casi parece que lo acosa. Niel intenta lanzarle más cuchillos para alejarlo, sin éxito. 

Niel: ¡Mayor Offense! 

Su último intento es un despliegue masivo de punzo cortantes, que lanza como poseso hacia el hombre ave. No obstante, es fácilmente bloqueado. 

Jean: ¡Ara Style- Regen von Messern! 

Con sus propias plumas imbuidas de negro, Jean detiene todos los ataques con facilidad. Niel, desesperado, intenta sacar otro cuchillo de su abrigo, pero se da cuenta, con gran horror, que no le queda ninguno. 

Niel: ¡…! 

Jean: ¡Ara Ram! 

Y de un cabezazo cubierto de haki, Niel sale volando, con todos los agujeros de la cabeza sangrándole, y luego, se queda tirado en el suelo. Pareciera que está muerto y lo único que delata lo contrario son sus dedos, que se mueven por los espasmos que causa su muy seguramente dañado cerebro. 

Jean: Al fin, maldito cansino. 

Jean se destransforma momentáneamente tras eso. Se siente algo debil por la herida que se causo así mismo para evitar la parálisis, la cual está en su espalda ahora que no tiene sus alas. Solo se permite un respiro, pues la batalla sigue. 

Jean: *suspiro* A trabajar. 

No obstante, nota que ningunos de sus aliados esta cerca, al menos no ninguno que conozca. Todo lo que ve son soldados aliados que siguen atacando a los enemigos, enemigos en el suelo, rastros de sangre y los mismo en todas partes. 

Jean: ¿Dónde estan…? 

Pero entonces, ve algo que le llena de angustia. A su maestra, colapsada sobre sus rodillas totalmente cubierta de sangre. 

Jean: Betula… ¡Betula! 

El muchacho intenta correr a donde esta ella. Pero se ve detenido por… 

Albertanus: Tu… 

Jean: Tsk… tu. 

El mismo noble que trato de comprar a Jane y trato de asesinarlos a ambos. 

Albertanus: Jean Black “Pluma Azul Dorada” Capitán de los Piratas del Ave Azul. Recompensa de 314 millones de belies. 

La mirada de Jean solo se oscurece al oír eso.

Jean: Ah, ¿ahora si sabes quien soy? 

Albertanus: Cometí un grave error al subestimarte antes. Pero nunca más 

El noble lleva una espada en la mano, y refundiéndola en haki, se lanza contra el peliazul. Jean se cubre de igual manera con sus alas, evitando cualquier daño, pero siendo alejado de su mentora. 

Albertanus: ¡Kokyoken! 

Y empieza así otra batalla, mientras que su maestra sigue ahí, sola, de rodillas, cubierta de sangre, y con la mirada vacía. 

Betula:… 

¿Qué ha sucedido?                      

Capítulo 952: Una casita[]

Gelacius: ¡Devil Claw! 

Mano diabólica intenta una vez más cortar a Betula con sus garras, pero ella lo evita teletransportandose justo al lado con su visión periférica. 

Betula: ¡Allnat Destruct! 

Luego desaparece y aparece detrás de el con la intención de voltearle la rodilla de una patada, tal como hizo antes. No obstante, pasa algo inesperado. El se arquea por completo hacia atrás, sonriendo. 

Gelacius: ¡Imp Trap! 

Luego, intenta golpearla con su katar desde esa incomoda posición, y de hecho, logra darle, haciendo que el Zafiro del Mar termine rodando para atrás. 

Gelacius: ¡Ja! ¡Estas perdida! ¡Maldita bruja! 

Pero muy pronto se para, revelando que se cubrió de haki a tiempo, aunque solo de la piel, sus guantes están rasgados. 

Betula: Tsk… 

Gelacius: Puta castrosa. 

Acto seguido, ella intenta, está vez un ataque directo, teletransportándose e intentando romperle la nariz de un puñetazo. 

Betula: ¡Red Mousaieff Breaker! 

Pero está vez, es él quién esquiva usando el Soru. Luego, simplemente se queda de pie riéndose, primero bajito y luego a carcajadas. 

Betula: ¿¡Y ahora que demonios te pasa!? 

Gelacius: *canturreando* Nada… *de nuevo en su voz normal* Es solo que… ¿no vas muy lento para ser alguien que se teletransporta? 

Betula abre los ojos de más al escuchar esto, y aprieta los dientes. Le molesta, ¿Por qué le molesta? 

Gelacius: ¿Qué pasa, Brujita?

El hombre levanta su arma, su katar, el cual brilla con un destello de luz. Y escurriendo ese oleo venenoso que tiene, que casi causo que Betula acabara muerta. 

Gelacius: ¿Te da miedo esto?  Jejejeje. 

Es por eso que le molesta tanto. Porque tiene razón. Aun inconscientemente, Betula está siendo extra precavida para evitar esa terrible arma, lo que la hace más lenta, y más vulnerable. 

Gelacius: Creo que no eres tan tonta como creí entonces,  maldita bruja. Haces bien en temer a esta arma. Igual que ese perro de tu marido y el mocoso que te salió de entre las piernas. 

La mirada de Betula se descompone por completo. Por un momento, ya no esta ahí en el palacio, está en otro lugar. Una simple casita de una sola habitación, con la cocina, el comedor y la cama en el mismo lugar. Y a la mesa del comedor, dos personas. Un hombre castaño y un niño de ojos idénticos a los de ella, que le sonríen desde lo mas profundo de su corazón. 

Niño: ¡Mami! 

Hombre: Hola, cielo. Llegas justo a tiempo para la cena. 

Betula: Brown… Wally… 

Ella extiende sus brazos hacia ellos. Quiere tocar el rostro de él, abrazar al niño, pero en un instante, ellos ya no están , y la pequeña casita esta completamente destruida. Con marcas de cuchillas en todas partes, tres siempre juntas, como las zarpas de un animal, o las hojas de un arma muy extraña. 

Betula: No… 

Y entonces, está de vuelta en el palacio, con Gelacius atacado de risa frente a ella. 

Gelacius: Jejejejeje. No se que te paso, pero hubieras visto tu cara. 

Betula: ¡…! 

Gelacius: Je ¿Toque una fibra sensible, verdad? ¿Flashbacks de Ohara? 

Esto prende la mecha una vez más, Betula deja su miedo inconsciente y lo cambia por la más absoluta y temible furia. 

Betula: ¡Cállate, maldito bastardo! 

Pero apenas se intenta mover, ella se siente pesada. Ya había sentido eso antes… es el veneno otra vez. 

Betula: Pero… 

Es entonces que el Zafiro del Mar siente ese ardor de las heridas punzantes en su brazo, tiene un corte grande, del que Mano Diabólica se regodea. 

Gelacius: ¿Qué? ¿Te crees que no te iba a atacar cuando estabas toda ida? Jejeje, estúpida. Aunque espere para ver el miedo en tus ojos apagarse de a poco. 

Betula siente como la parálisis se está extendiendo de su brazo al resto de su cuerpo, y empieza a tambalearse sin evitarlo mientras que el “noble” prepara su arma para terminar con eso de una vez.

Gelacius: Ni el chico azul ni el erizo te salvaran esta vez. 

Betula: Jean. 

La mujer dirige la mirada a su discípulo, que en ese momento sigue enfrentándose a Niel con toda esa fiereza y valor  que le caracteriza. A pesar del miedo, del cansancio, del dolor… ¡de esa horrible herida en su ala! 

Gelacius: ¡Mue…! ¿¡Huh!? 

Gelacius ya no la ataca, no hace falta porque ella se ataca a ella misma. Con la mano imbuida en haki se clava los dedos en la herida que tenia en el brazo, abriéndola y haciéndose sangrar mucho. Tal como su alumno hizo antes. 

Gelacius: ¿¡Que chingados!? 

Luego, se mueve extraño, como un perro agitándose para secarse el agua cuando esta mojado. Y después de hacerlo, su  mirada se enciende otra vez. Puede mover su cuerpo. 

Betula: Gracias por la técnica, Jean. 

Gelacius: ¡Que mierda! ¡No deberías poder moverte! ¡Hellish Tornado! 

El se acerca girando a gran velocidad con sus cuchillas, pero ella hace algo que el no esperaría jamás. Ella extiende los brazos hacia él , completamente cubiertos en haki. 

Betula: ¡Graff Pink Impact! 

Gelacius: ¡…!

Y por el impacto, Gelacius acaba cayéndose. Para cuando se levanta, sus ojos se llenan de horror al ver que su Katar esta completamente destrozado por el impacto.

Gelacius: ¡Mi arma!

Betula: ¡Cora Sundrop  Rain!

Ya no tiene oportunidad de hacer nada el noble porque ella se teletransporta una y otra y otra vez, pateándolo en las costillas, cabeza, nariz, agarrándolo a puñetazos en el hígado, las tripas la entrepierna, partiéndole las piernas, los brazos, cada hueso en su ser.

Gelacius: ¡Gaaaaaaaaahhhh!

Es lo único que sale de la garganta de Gelacius, gritos, mientras que su sangre y saliva vuelan, manchando a Betula con cada teletransporte que hace, salpicándose de todas direcciones hasta que finalmente se detiene, y con eso tambien los gritos.

Betula: Hahhh… aghh…. Agh…

Gelacius, se queda ahí… inerte, silente. Podría estar muerto, podría seguir con vida pero a Betula ya no le importa. Totalmente salpicada en su sangre, solo se deja caer de rodillas.                       

Capítulo 953: La Mega Arma[]

Jean: ¡Ara Schlitz! 

Albertanus: ¡Iron Blackluster! 

La garra de Jean imbuida en haki choca con la espada de Albertanus en las mismas condiciones. Chispas negras se hacen ver por su pugna. Al final, resulta en un duelo de tirar y halar, del que ninguno sale victorioso, ambos terminan haciéndose para atrás. Aunque a Jean se le ve adolorido.  Tiene bastantes magulladuras de choques similares con este noble. Sumado a la herida de Niel, definitivamente no esta del todo bien, no obstante, es Albertanus el que se siente “herido”. 

Albertanus: Bastardo, maldito. Pagaras por la humillación que me hiciste sufrir. 

Jean: ¡Tu pagarás por lo que querías hacer con Jane! 

Pero ante esa amenaza, Albertanus solo se ríe. 

Albertanus: Ja. Cuando acabe contigo, ire a por esa puta también. 

Y con esas palabras, se lanza otra vez hacia el. Pero antes de que pueda enfrentarse a la guardia levantada de Jean, algo le arrebata la espada. Un látigo 

Nadine: Ni siquiera lo piense, Lord Albertanus. 

La Princesa viene junto con su primo, los otros nobles, el Poltergeist y varios soldados, que de inmediato lo apuntan con sus armas. A lo que Albertanus, mortalmente serio, solo alza las manos en señal de rendición. 

Hollow: Jean, ¿estas bien? 

La armadura parlante dice eso pues ve que el peliazul esta herido, pero Jean, en cuanto ha visto que Albertanus no pelea más, se lanza corriendo donde iba antes. Con su maestra. 

Jean: ¡Betula! 

Ella sigue ahí,  en el suelo, de rodillas, con la mirada perdida y salpicada de sangre. No reacciona cuando Jean la llama, asi que se arrodilla junto a ella y la toma de los hombros. 

Jean: ¡Betula! ¡¿Estás bien!? ¡¿Estás herida!? ¡Betula! ¡Betula! 

Jean nota el cuerpo inerte de Gelacius, y empieza a agitarla con más fuerza. Pero ella no lo ve, esta de nuevo con aquel niño de su mente. 

Jean:¡¡Maestra Betula!! ¡Por favor! 

Es solo entonces que esta reacciona, y al dejar sus pensamientos para ver la mirada preocupada de Jean, súbitamente se le escapan unas lágrimas. 

Jean: Betula… ¿estás bien? 

Betula: Yo… 

Pero para su sorpresa, en lugar de hablar, ella le responde con un abrazo, fuerte como pocos en su vida y que irradia una sensación familiar,  que aunque no sabe cuál, siente una fuerte necesidad de devolver. 

Betula: Ahora estoy mejor… 

Maximus: ¡Yuetsu Giri! 

Pero mientras esta bella escena esta de un lado, la batalla sigue sin terminar o siquiera menguar entre aquel que ansia la corona y la que nunca la quiso pero la defiende a muerte. Pero la factura ya es grande en ella. Ya tenia heridas serias de pugnas anteriores, especialmente la perdida de todo su ojo en su pelea contra el general Agamenon. Se añade su brazo en su actual batalla, que pende como marchito de su costado gracias a la grave herida que le ha propinado Maximus, y ahora un tajo lateral que le logra rajar un costado. 

Rosolynde: Aghh… *jadeo* ughh… ¡Earth Retribution!

Maximus: ¡…!

Pero sin importar el dolor, las heridas, el cansancio o que no le funcione ya la mitad del cuerpo, Rosolynde no se rinde. Usa su brazo bueno para arrojar su gladio a los pies de su rival, y si bien, este logra saltar y evitar el daño, los poderes de ella lo hacen volver, algo que Maximus se olvida de prevenir y acaba siendo herido en la espalda por tener Rosolynde la mano levantada. 

Maximus: ¡Aghhh! ¡Maldita! ¡Oji Sasu!

Propulsándose todo lo que le permiten sus piernas, salta hacia el frente con su espada lo mas rcta posible,  intentando un estoque. Rosolynde, no obstante, aunque no llega a desviar el ataque con su espada, si se imbuye el abdomen en haki de armadura. Haciendo que su espada rebote, por desgracia para la General, el arma aun se dirige hacia ella al rebotar.

Rosolynde: ¡Gaaaaaah!

El estoque le atraviesa las pierna derecha por completo, para su terrible dolor, pero ni aun así cae. Logra dar una patada a Maximus con la pierna que le queda, rompiéndole la boca y dejándolo derribado. Dándole tiempo de coger el arma atascada en su cuerpo y sacarla, para luego, arrojarla lejos.

Maximus: Agh…

El Príncipe Mayor se levanta mientras, limpiándose la sangre de la boca con el dorso de la mano y cogiendo su arma con la otra. Está un poco aturdido por el golpe directo a la cabeza, pero cuando al fin se le aclara la vista, su mirada se llena de odio. Rosolynde sigue ahí, apenas una sombra de si misma, casi no se sostiene en pie. Pero le mira con fiereza, sin importar lo temblorosa que está, ya ni puede sostener su espada. 

Maximus: Tch… En serio que no valoras nada tu propia vida, ¿verdad? Agonizas y lo sabes. Solo te causas más dolor a ti misma por tu maldito orgullo y por el trono. Si no hubieras empezado con todo esto, toda esta guerra, te habría dado una ejecución rápida e indolora. 

Pero la Dame no dice ni una sola palabra, solo permanece ahí, de pie. 

Maximus: ¡Si no hubieras causado lo que causaste en primer lugar nada de esto hubiera pasado! ¡Ya fue suficiente! 

Rosolynde:… 

Maximus: ¡Ya deja de pelear y ríndete!

Pero con estás palabras, la mirada de Rosolynde se enciende, y contrario a su debilitado cuerpo, grita muy fuerte, para el impacto de Maximus

Rosolynde: ¡No! ¡No lo haré jamás! ¡Siempre, por cada minuto del resto de mi vida voy a pelear! Pelearé contra la injusticia! ¡¡PELEARÉ CONTRA TI!!

Maximus se ve hasta algo sobrecogido por sus palabras, y como ella no demuestra miedo, ni pesar, ni nada parecido. Y esto lo hace rabiar.

Maximus: Cállate. Maldita desgraciada. Parece que nunca aprenderás tu lugar, pero no te preocupes ¡yo te lo mostraré!

El Príncipe mayor y ahora único triarca del Triunvirato, se lanza contra ella una vez más, listo para acabar con ella de una vez por todas, pero se ve obligado a parar en seco cuando escucha un grito, un grito que dice su nombre.

Konstantine: ¡Maximus!

Solo entonces al Príncipe Mayor se le ocurre mirar mas allá de donde esta su oponente, y lo que se encuentra le llena de ira, pero sobre todo, pánico. Casi todos sus soldados vencidos o perdiendo, los otros nobles derrotados, Albertanus con los brazos alzados espadas a su espalda. Y sus primos y el resto de lideres enemigos apuntándole con sus armas.

Emeric:¡ Aléjese de mi Lady!

Konstantine: ¡Esto se acabo, Maximus! 

El Purpura va a alzar su espada otra vez, pero Nadine se la arrebata igual que a Albertanus, mientras que Emeric corre a ayudar a su señora, la cual casi colapsa en su hombro. 

Rosolynde: Gracias, lord Emeric… 

Nadine: ¡Ríndete ya, Maximus! ¡Da fin a todo esto!

Era lo último que le quedaba. No tiene más hombres, más aliados, más armas, más nada. Lentamente, con los puños, los. Dientes y los ojos prietos, va alzando sus brazos, su boca esta a punto de decir me rindo… pero entonces recuerda… que aun tiene un arma.

Maximus *susurrando*: No ha acabado…

Y repentinamente, sale corriendo por la puerta principal del salón del trono, ante la mirada sorprendida de todos.

Hollow: ¡…! 

Betula: ¡Hay que ir tras él! 

Y así, todos salvo los hombres que detienen a Albertanus van tras el príncipe, que sigue corriendo por los pasillos del palacio. Nadine se mira hasta ofendida por ello, su primo ha caído a lo más bajo.

Nadine: No puedo creerlo… prefiere huir como cobarde a enfrentar sus errores.

Lo pierden por un momento, aunque Jean lo encuentra gracias a su haki. Pero conforme avanzan, notan que no están yendo hacia fuera del palacio, por el contrario, van hacia dentro, hacia los cuartos de pruebas que usaba Lord Cristian y es al darse cuenta que lord Konstantine se llena de temor.

Konstantine: No me digas que…

Pero no da tiempo de advertirle a sus hombres ni a los otros, pues estos llegan a donde se ha metido Maximus y tiran la puerta, entrando primero los soldados de Rosolynde. 

Konstantine: ¡No, esperen!

Y el noble tiene razón en su temor. Pues tan pronto como entran, una explosión los engulle.

Soldados : ¡Gaaaaahhh!

El resto solo mira con horror o se cubre del fuego, el humo y los escombros hasta que sienten un paso enorme y luego uno que le sigue.

Jean: ¿Qué… que es eso?

El temblor crece, igual que el temor… 

Y luego, lo ven. Como una sombra siniestra que se yergue sobre los restos calcinados de los hombres.

Pacifista Alfa Omega

Betula: ¿¡Un Pacifista?!

Eso es lo que parece, pero es mucho más grande, al menos tres metros más alto. Lleva una armadura Brusiana con los colores del Triunvirato. Una espada inmensa a la espalda, cañones en los hombros, y lo que mas destaca, una ventana en su pecho, tras la cual, se puede ver a Lord Maximus, como si lo pilotara.

Konstantine: La Mega Arma. El Pacifista Alfa Omega

Maximus: ¡A ver quien se rinde ahora!                        

Capítulo 954: Un Pacifista poco ordinario[]

El Segundo Príncipe mira aterrorizado la mole que se yergue ante el, lo que pone al resto más nerviosos, especialmente a Nadine que solo una vez le había visto con una expresión similar. El día que encontraron muerto a su tío. 

Konstantine: No… 

Nadine: Señor Hollow... No puede poseer esa cosa… tal como hizo con las armas de Lord Cristian. 

Pero el caballero de la armadura niega con la cabeza. 

Hollow: Mi poder solo funciona en objetos inanimados, no en seres vivos. Y los Pacifistas alguna vez fueron seres vivos… 

Konstantine:S.. Se acabó. No hay forma en que podamos vencer esto. 

Maximus: Es la primera cosa inteligente que dices en bastante tiempo, Konstantine. Aprovecharé que el sentido común volvió a ti y te pediré tu rendición, la rendición de todos. No quiero tener que limpiar tus pedazos del techo y tu sabes lo que te conviene. Ríndanse ahora y tendré piedad de ustedes. 

Pero en ese momento, la aun seriamente herida Rosolynde aparece en la habitación, cojeando y aun sosteniendo su espada, con el rostro más serio que se le ha visto. 

Rosolynde: ¿Piedad tuya? Sabiendo lo que le hizo a sus súbditos en el pasado, a su propia familia m, yo no confiaría en eso… ni en ninguna otra palabra que diga.

Por un momento, Maximus, en el interior de su cabina de metal se ve extrañamente sacudido por estas palabras, pero inmediatamente después vuelve a llenarse de rabia. Y apunta una de las manos del Pacifista Alfa Omega hacia ella. 

Maximus: ¡Silencio! 

Un destello se empieza a ver, y ya saben todos que sucederá tras eso. No hay forma en que Rosolynde escape, está demasiado cerca. 

Emeric: ¡Mi lady! 

Nadine: ¡Dame Rosolynde! 

Una explosión toma lugar entonces, y todos se hacen a un lado como pueden. Al final, cuando el humo y el fuego desaparecen, ya no queda nada ahí donde estaba Rosolynde de pie. 

Emeric: ¡No! 

La desesperanza empieza a arraigarse más y más en sus corazones y miradas. Pero una sola palabra los esperanza… 

Jean: ¡Ahí! 

El muchacho ha detectado su presencia y señala a Rosolynde, perfectamente bien, (o tanto como podría estarlo), con su mano aferrada a la de Betula. Usando sus poderes, Betula la ha teletransportado lejos en el último segundo. 

Rosolynde: Gracias… 

Betula: No tiene que agradecérmelo. 

Maximus: ¡Tsk…! 

Viendo que ha fallado, Maximus lo intenta de nuevo,  está vez con la otra mano, pero Betula repite la acción. Dándose cuenta de que eso no funciona, Maximus se detiene un momento, pensativo, mientras que tanto el Zafiro del Mar, du alumno y Lord Emeric se ponen en pose de combate. 

Jean: No es el fin del mundo. Me he enfrentado a Pacifistas en dos ocasiones diferentes y aquí estoy. 

Betula: Los Pacifistas no son invencibles, tambien los he enfrentado en el pasado. 

Emeric: Yo nunca. Pero no debe ser nada que no podamos detener. 

Acto seguido, el noble de negros cabellos se torna en su forma híbrida  se propulsa todo lo que puede y se lanza rodando a gran velocidad, con las espinas de su espalda asomando, intentando dar a las piernas del Pacifista. 

Emeric: ¡Codol! 

Konstantine: ¡No, espere…! 

Pero el noble ya no se puede detener, y al impactar al inmenso armatoste, algo pasa. Súbitamente, su cuerpo vuelve a ser humano y pierde toda su energía. 

Emeric: ¿Qué pasa…? 

Para luego, ser lanzado contra una pared de un poderoso mano del Pacifista, quedándose totalmente quieto al despegarse y caer al suelo para horror de todos, en especial de Adrien. 

Adrien: ¡Emeric! 

El noble rubio corre hacia su querido, y lo levanta en sus brazos. Por suerte sigue con vida pero está totalmente noqueado. ¿Qué ha pasado? 

Konstantine: Por eso trate de advertirles. Esa cosa tiene un recubrimiento de acero con aleación de… 

Jean: Tsk… Kairoseki. 

Maximus: Exacto. Como verán, este no es un Pacifista ordinario. Está es una de las razones. 

Eso establece un punto serio para los usuarios que quedan, como si no fuera suficientemente duro luchar contra un Pacifista. Como si quisiera recalcar su punto anterior, Dos láseres más salen de sus manos, y una vez más todos corren para evitarlo. Konstantine, incluso logra tirar al suelo a Nadine para protegerla de una explosión, causándole dolor debido a sus escasamente tratadas heridas. 

Konstantine: ¡Aghh! 

Nadine: ¡Konstantine! 

El Príncipe Mayor aprovecha entonces para enviar un tercer láser, el de la boca, hacia ellos. Pero justo antes de ser lanzado, este se ve desviado cuando la cabeza del Pacifista es golpeada…. ¿Por aire? 

Jean: ¡Ara Turbine! 

Si de por si la habitación de pruebas ya estaba a medio caerse, ahora lo está más. Grietas se hacen visibles en todo el techo y las paredes al desviarse ese rayo, pero al menos, los príncipes estan a salvo… más o menos. 

Maximus: Tch… 

El Príncipe Mayor gira la superarma para para poder ver a Jean, el cual vuela tan alto como el techo lo permite con sus poderosas alas cubiertas de ese negro plateado. 

Maxinus: Haki para potenciar las  ráfagas de aire de una fruta zoan, hmph … 

Jean: ¡Así no tengo que acercarme a ti para vencerte! ¡Ara Style- Luftsabel! 

Dando un zarpazo al aire, Jean genera un tajo de aire comprimido que vuela a toda velocidad contra el Pacifista, específicamente, su panel de vidrio tras el que se sienta Maximus. Pero entonces, este sonríe.  ¿¡Por qué sonríe!? 

Maximus: ¡Kurooji Yoroi! 

El ataque de Jean impacta, pero el Pacifista esta completamente ileso. Ni una grieta, ni una hendidura. Todos sus enemigos miran con impacto y hasta miedo, que hay algo negro cubriendo el pecho del cyborg – mecha, algo que mana directamente de las manos de Maximus. 

Betula: Haki… 

Jean: ¡¿Es un chiste!? 

Maximus: Acabemos con esto rápido. 

Y para colmo de males, los cañones en la parte superior del Pacifista se empiezan a mover.                         

Capítulo 955: El poder que nos queda[]

Los cañones no lanzan láseres por fortuna, lanzan balas. Por desgracia, son muchas balas, similares a las del cañón de un barco, pero significativamente más potentes, más rápidas y que se disparan a una cadencia de tiro aterradora. 

Maximus: ¡A ver si esto es de su talla! 

Jean: ¡Cuidado!

Incapaces de esquivar todas por medios normales, el grupo tiene que recurrir a otras medidas, Jean recubre sus alas completamente de Haki para cubrirse a si mismo y a los príncipes, mientras que Betula se teletransporta sin pausas de la mano de Dame Rosolynde y Lord Adrien, éste último aún con Emeric en sus brazos.

Jean: ¡Ara Style-Geflugelter Schild!

Betula: ¡Crown Jewels Scapade!

La andanada es terrible, el cuarto finalmente se colapsa en una de sus paredes, dejando entrar el potente viento helado entrar. Viendo tan grande peligro, Betula decide usar sus poderes  para salir de la sala de pruebas y dejar a los nobles heridos y/o indefensos fuera de la batalla.

Betula: Aquí estarán a salvo.

Adrien: Gracias… 

Y luego, regresa a la pugna de la misma forma en la que ha salido. En la sala, los cañones han dejado de disparar, parece que los cañones se han quedado sin balas, para ofuscación de Maximus, pues sus enemigos siguen ahí, prácticamente ilesos… 

Jean: Aghh… ¿Están bien, Altezas?

Konstantine: Si, si…

Nadine: Gracias, Joven Black.

Betula: ¿Todos bien?

Jean: Creo que s… momento. ¿¡Donde está Hollow!?

Todos miran a todos lados, preocupados. Pero finalmente, una pila de escombros se mueve y Hollow (o su armadura) sale de debajo, total y absolutamente abollado y sin cabeza. Sus ojos ahora están en su pecho.

Hollow: ¡Maldita sea! ¡Está tambien era nueva!

Jean: Ah, ahí está.

Pero aunque no tienen heridas graves, eso no quita el hecho de que su enemigo sigue ahí, y sigue con mucha potencia.

Maximus: ¡No escaparán de mi!

Betula: ¡Muévanse, muévanse, muévanse!

Y así lo hacen, corren para todos lados, como cucarachas en la cocina siendo descubiertas al encender la luz, una luz que mata. Por fortuna, todos esquivan el impacto inicial, aunque Betula si se ve afectada por los escombros arrojados.

Betula: ¡Aghhh!

Jean: ¡Betula!

El peliazul vuela rápido para evitar que su maestra sea aplastada de un pistón del mecha-cyborg, logrando sacarla del peligro por centímetros y ayudándola a ponerse de pie con preocupación, porque le sangra la cabeza.

Jean: ¡Betula! ¿¡Estás…!?

Betula: *Aferrándose la herida fuerte con la mano* No es nada. Me han dado más fuerte antes.

Nadine:  ¡Viene de nuevo!

Una vez más, laser, y se hacen un lado otra vez. Nadie sale herido en esta ocasión por fortuna, aunque Hollow pierde un brazo de su armadura, quedando un “muñón “de metal humeante y sobrecalentado.

Hollow: Tsk… Esto esta mal.

Jean: Lord Konstantine. Usted sabia de esta arma, ¿no? No tiene alguna debilidad. 

Pero la mirada ensombrecida del Príncipe no les es alentadora. 

Konstantine: No… Esa cosa es indestructible, y prácticamente imparable. Ni siquiera pude sabotearlo cuando creí que si. Lo único que logre fue… destruir su conector de carga. ¡Eso es!

Jean: ¿eh?

Konstantine: No está totalmente cargado. Eso fue lo que dijo Lord Cristian.

Hollow: ¡Y aun así no esta haciendo pedazos!

Konstantine: Si. Pero no podría hacerlo por mucho tiempo.

Ante estas palabras, los piratas se ven confundidos, así que el Segundo príncipe procede a explicarse, mientras huyen de otra ráfaga de láseres.

Konstantine: A medio desarrollo, Lord Cristian dijo que era importante que se cargara por completo. Si no lo hacia, incluso en un noventa por ciento o más, funcionaria, si, pero se quedaría sin energía rápidamente.

Betula: Como esas lámparas de emergencia, que conveniente.

Nadine: ¡Abajo!

Betula los mueve a todos a tiempo para esquivar ahora dos láseres al mismo tiempo, poniéndolos a salvo al teletransportarlos tras del Pacifista.

Maximus: Tsk… ¡desgraciados!

Pero aunque saber eso les da algo de esperanza, es muy pequeña.

Betula: ¿Cómo cuanto duraría?

Konstantine: No se… creo que depende del uso pero no tengo idea de cuanto. 

Hollow: Entonces… ¿tenemos que luchar contra un robot indestructible, y de alto poder destructivo, con una batería que no sabemos cuando fallara y que no podemos tocar sin perder todos nuestros poderes y debilitarnos?

Betula: No todos…

Hollow: ¿eh?

Betula: Aun hay algo que podemos usar.

Jean frunce el ceño en determinación, pues sabe exactamente de lo que habla su maestra.

Jean: Creo que ya se de que hablas…

Betula: No esperaría menos de ti.

Los dos entonces alzan su guardia y sus brazos se tornan negros, al mismo tiempo que Maximus va girando al Pacifista Alfa Omega para continuar su ataque. 

Haki.                          

Capítulo 956: No hay forma[]

Jean: ¡Silber-Schwarze!

Betula: ¡Black Diamond!

Con su energía de ambición recubriendo sus brazos, ambos se lanzan contra el Pacifista Alfa Omega. Él, en su forma Engel, se propulsa y destransforma en el último segundo. Ella, teletransportándose justo en el lugar, no tiene que usar sus poderes al momento del ataque.

Jean: ¡Ara Fausten!

Betula: ¡Hope Diamond Strike!

Impactos. Golpes contundentes a las piernas del Pacifista el cual se tambalea con fuerza, para sorpresa de todos los que no han golpeado, especialmente el enemigo, que simplemente no esperaba que algo así funcionará. 

Maximus: ¡…!

Por desgracia, el armatoste metálico orgánico recupera el equilibrio al hacer su pierna para atrás. Pero vuelven a intentarlo, una y varias veces, en diversos lugares. La cabeza, los brazos, la espalda, y el panel de vidrio tras el que se esconde Maximus. Este intenta disparar más láseres , aunque falla en acertarlos y a veces hasta en cargarlos en primer lugar, mientras que sus escudos empiezan a abollarse, aunque no mucho por el haki del propio Maximus. 

Maximus: Tchh… 

No obstante , incluso con su haki activado y no haciendo uso directo de sus habilidades, se ven debilitados, por unos segundos. Lo suficiente pare dejarlos jadeando cada vez, y cada vez poniéndolos más cansados

Betula: *respirando audiblemente* Tsk… 

Jean: Maldición…

Esto permite que Maximus vuelva a estar en posición de atacarlos nuevamente. Está muy cerca para usar los láseres, así que esta vez, decide probar algo nuevo. El Pacifista toma la espada que esta a su espalda… 

Maximus: ¡Han Kamigiri!

… Y la lanza contra sus enemigos con toda la fuerza del titán que controla.

Hollow: ¡Chicos!

Jean y Betula: ¡…!

Por fortuna, la espada no tiene Kairoseki en su composición y ambos logran activar su haki a tiempo de nuevo, saliendo la mayor ilesa y en el caso de Jean, la espada choca tan fuerte con él que rebota y se estrella en el suelo.

Betula: Bien hecho, Jean.

Jean: Aprendí de la…

Pero Jean siente venir algo más y su mirada se llena de impacto. Betula no comprende pero no puede ni preguntar pues Jean la empuja antes que cualquier cosa.

Jean: ¡Cuidado!

La espada del enemigo, atada a una cadena que sale del interior del Pacifista , se regresa gracias a un mecanismo, destrozando el suelo con una polvareda y golpeando fuertemente a Jean, que solo logra cubrirse con los brazos, pero de igual forma sale volando contra la pared contraria, escupiendo sangre al impactar.

Jean: ¡Gaahh! 

Betula: ¡Jean!

Luego, Maximus alza, no una, sino dos manos, para dispararle. Betula intenta teletransportarse junto a él, pero el polvo del ataque se le ha metido a los ojos. No ve bien. ¡No puede hacerlo! 

Maximus: ¡Se acabó, escoria! 

Betula: ¡No!

Y los láseres se disparan, iluminado los ojos de su victima. Una explosión engulle y tira otra pared del lugar, esta vez, con todo y techo. Cuando el humo se disipa, Jean ya no está, llenando los ojos de por si lastimados y llorosos de Betula de un horror inmensurable.

Betula: ¡¡Jean!! No…

Jean: Aghh… Creo que me rompió una costilla… 

La desesperanza que ya iniciaba con fuerza en ella se desaparece al oír su voz de su discípulo, pero, ¿Cómo es que esta vivo? La respuesta: Lady Nadine, que ha usado su látigo para lazar y poner a salvo al peliazul. Y aunque ninguno se ha librado de algunas quemaduras, es mucho mejor que estar muerto.

Jean: Gracias, Alteza…

Nadine: No hay porqué agradecer.

Hollow: ¡Ahí viene otra vez!

Maximus: ¡Desgraciados!

Esta vez, con los ojos más limpios, Betula no tiene problemas en tomarlos a ambos y usar Sapphire Blink para aparecer lejos del fuego. Aunque eso no implica que sus problemas se estan acabando.

Betula: Esto obviamente no esta funcionando. Esa cosa no da señales de que su energía se agote.

Konstantine: Lo lamento, no debí mencionarlo en todo caso.

Betula: No se preocupe, Alteza. No es su culpa.

Hollow: ¡Abajo!

Otro laser los obliga a detener la plática. Al interior de su mega arma, la expresión de Maximus se mantiene igual, llena de odio. Aunque hay algo, más y Nadine, habiendo creció junto a él reconoce que es.

Nadine: Se está desesperando, se le ve en la mirada. ¡…!

Es entonces que sus propias palabras la hacen darse cuenta de algo.

Nadine: Mirada… ¡eso es! Joven Black, ¿podría volar conmigo y mantenerse estático en el aire?

Jean: De poder puedo, pero no creo que su primo me vaya a dejar.

Nadine: Voy necesitar que lo distraigan entonces.

Hollow: ¿Tiene un plan, Princesa?

La Plateada asiente, aunque sus mejillas rosadas indican que es algo que la avergüenza.

Nadine: Sería… hacer lo mismo que hice con el Joven Black en el pasado. Usar mi poder con él para que haga mi voluntad. 

Esto ensombrece a Jean, en especial por lo que le ha causado y el dolor en que ha derivado, pero comprende bien que es su mejor oportunidad.

Jean: Bien…

Betula: Intentare distraerlo, entonces. ¡Sapphire Blink Madness! 

La mujer empieza a teletransportarse a lo loco, empezando por.. aparecer justo frente a la cabina de Maximus… 

Maximus: ¿Qué de…? 

Para luego crear decenas de destellos azules al aparecer y aparecer, desorientándolo y haciéndole difícil a donde apuntar para atacar . 

Hollow: *mirando al techo*¡Voy! 

Dándose cuenta de un escombro que va a caer del techo, Hollow adelanta el proceso, poseyéndolo y dirigiéndolo justo a la cabeza del pacifista, el cual se cimbra. 

Maximus: ¡Ahora que! 

Quitándose el pedazo de roca enorme que tiene encima, Konstantine aprovecha para imbuir su espada en su propio haki y sale corriendo a las piernas del robot. 

Konstantine: Ya no me puedo quedar atrás. ¡Panther Claw!

Dando un tajo con su espada a la Pierna del Pacifista, por primera vez, una hendidura aparece en la pierna del cyborg mecha, haciendo que  este “cojee”, cosa que Jean nota perfectamente mientras se acerca con Nadine en brazos.

Jean: Lo atravesó…

Konstantine: ¡Ahora!

Jean: ¡Si! 

El joven capitán pone entonces a la Princesa a la altura del cristal de Maximus, el cual se sorprende de verlos frente a si.

Nadine: ¡Se acabo, Maximus! ¡Eros Arrow!

Quietud. Es lo que hay por unos momentos cuando los ojos de Nadine contactan a los del Príncipe Mayor. Solo se escucha el aleteo de Jean para mantenerse y mantenerla en el aire. Maximus la mira de vuelta, idiotizado. 

Hollow: *de vuelta en la armadura* ¡Funcionó!

Nadine:  *suspiro * Bien. Ahora, saldrás de esa cosa y te entregarás.

Maximus: Si… claro…

El Purpura alza la mano para presionar el botón que abre la ventana…pero no lo aprieta… y súbitamente, regresa su mirada furibunda.

Maximus: ¿¡Como si fuera a caer en eso!?

Todos: ¡…!

Por desgracia para Nadine, ha pasado por alto un detalle muy importante. El cristal de la cabina, con cierto grado de Kairoseki, y las propias gafas ligeramente tintadas de Maximus interfieren entre sus miradas, debilitando tanto si habilidad que su objetivo no se ve afectado. En lugar de salir de ahí, Maximus mueve al Pacifista para que les de un manotazo tanto a la princesa como a su cargador, los cuales casi salen disparados del castillo por uno de los agujeros de la pared. 

Betula: ¡Jean!

Konstantine: ¡Nadine!

¿¡Que no hay forma de parar está cosa!?                           

Capítulo 957: Paragon. Absoluto.[]

Tanto el Segundo Príncipe como los dos capitanes Piratas miran horrorizados lo que Maximus su Pacifista han hecho a  Jean y Nadine. No obstante, no pueden correr a ayudarlos, pues la mole enemiga pretende hacer lo que ya había intentado hacer antes con Jean, volarlo en pedazos con el láser. 

Maximus: ¡Se acabó!

Konstantine: ¡No!

Pero hay una gran diferencia esta vez. No hay polvo.

Betula: ¡Sapphire Blink!

El haz de luz concentrado hace otro agujero en la pared del castillo. El viento helado hace mucho que se coló y ahora está entrando la nieve. Por fortuna, ese es el daño de ese impacto y nada más, pues Betula ha logrado teletransportar a su discípulo y a su alteza sanos y salvos… o algo asi.

Betula: ¡Jean! ¡¿Estás…!? 

Jean: Bien…. Aghhh…  Pero si me dolió. 

En efecto, el peliazul sangra bastante, de la nariz y la boca por el golpe antes del láser, pero al menos él está totalmente consciente. 

Konstantine: ¡Nadine!

La princesa no lo está. Tiene un horrendo golpe en la frente que no sangra pero se ve abultado, se la ve muy mareada y casi no puede abrir los ojos.

Nadine: Konstantine…

Jean: Lo siento…. Intente cubrirla lo mejor que pude.

Nadine: No estoy muerta… así que ya es algo...

Hollow: ¡Muévanse, muévanse! 

Lo que queda del pedazo de armadura parlante les advierte de un nuevo ataque, está vez de la boca del pacifista. Por fortuna todos logran hacerse a un lado, aunque el esfuerzo de Konstantine por cargar a su prima lejos del peligro le llena de un terrible dolor, heridas que comenzaban a sanar vagamente se estan reabriendo.

Konstantine: Agh… maldición…

Jean: Tienen que salir de aquí, altezas. Ninguno está en condiciones de pelear…ni siquiera de andar bien.

Konstantine: Dará igual. Maximus no se detendrá. No se detendrá hasta matarnos todos, y no hay forma de detenerlo.

Jean: Si la hay...Hemos estado tratando de ir a por la maquina cuando debíamos ir por el maquinista. 

Todos miran a Jean como si estuviera loco, pero este no se inmuta. Se torna en su forma Engel y extiende sus alas.

Konstantine: No funcionará… sus poderes se seguirán anulando.

Jean: No los necesito todos. Y usted me dio la idea con su espada. 

Konstantine: ¿huh? 

El Peliazul arranca la pluma más larga de sus alas y la ennegrece por completo de haki de armadura. Su maestra entiende de inmediato. 

Betula: Ara Sabel… ¡Agárrense de mi!

La mujer vuelve a mover a todos a una locación más segura tras otro disparo, en este caso, a la salida de la sala de pruebas, o lo que queda de ella. 

Betula: Lord Konstantine, Lady Nadine. Váyanse de aquí.

Konstantine: Pero…

Betula: Nosotros nos encargaremos. Hollow, ¿puedes…? 

Hollow: ¿Ponerlos a salvo?  Por supuesto. 

Konstantine no tiene no tiempo de replicar, pues el Pacifista Alfa Omega ya esta detrás, apuntando de nuevo.

Maximus: Conque intentando escapar.

Se ve que loas piratas ya se traen un plan entre manos, así que decide dejar que lo desarrollen.

Konstantine: El reino está en sus manos.

Y con estas palabras pretende irse mientras Hollow carga a Nadine con el único brazo que le queda, pero Maximus no piensa permitirlo.

Maximus: ¡No lo  harán!

Alzando abriendo la boca de su arma y alzando ambos brazos, esta vez, dispara los tres láseres, iluminando los ojos abiertos y aterrados de quienes quieren escapar. Pero en lugar de destrozarlos y terminar con sus vidas, cuando el humo y la luz se disipan, resulta que sus objetivos estan ilesos. La razón… 

Maximus: ¡Im… imposible! 

Hollow: ¡…! 

Konstantine y Nadine: ¡…! 

… los dos piratas que aun le hacen frente, alumno y maestra…

Jean:  Voll Silberschwarz

… Ilesos de ese ataque…

Betula: Paragon.

… cubiertos de pies a cabeza del más perfecto y negro haki de armadura. 

Maximus: ¡Imposible! 

Inmutado por el ataque, Jean alza sus alas y toma dos plumas, una para si mismo, y otra para su maestra. Las dos se vuelven negras de inmediato.

Jean: Es hora de acabar con esto, ¿no? ¿Maestra?

Betula: Opino igual.                           

Capítulo 958: Alumno y Maestra[]

A pesar de aparentemente aun poseer la ventaja, Maximus no puede evitar sentirse intimidado por ese joven y esa mujer que brillan de negro metálico frente a el. No obstante, se sacude la cabeza para evitar ese pensamiento. El es un príncipe… no… ¡un rey! ¡Un emperador! ¡No se dejará vencer por dos escorias criminales nacidas en la basura!

Maximus: ¡Que estén cubiertos de haki no cambiara nada!

El pacifista alza una mano, dispuesto a disparar su láser una vez más, pero una vez más, el torrente de la luz se disipa y los dos estan ilesos.

Betula: ¿Decía? 

Maximus: Tsk… 

Jean: ¡Nos toca a nosotros! ¡Ara Stahlwerk!

Desplazándose a toda velocidad,  Jean usa su espada pluma para causar un tajo terrible en el brazo del Pacifista, el cual empieza a tanto a sangrar como a chisporrotear electricidad.

Maximus: ¡¿Pero qué…!? 

Una alarma empieza a sonar y a verse con luces estrobos rojas dentro de la cabina de Maximus, con una voz electrónica dando la alerta. 

¡Advertencia! ¡Escudos del brazo derecho comprometidos! ¡Energía disminuyendo! 

Maximus: ¡…! 

Siendo capaz de oír esto desde su posición y viendo su ataque como exitoso, Jean se dispone a hacerlo de nuevo, esta vez, con el otro brazo.

Jean: ¡Ara Stahlwerk!

Pero esta vez, su hoja…pluma se encuentra con resistencia. El brazo del Pacifista se ve tambien ennegrecido, cubierto por el haki de Maximus. Jean se ve en un duelo de fuerzas entonces con la gigantesca mole, emitiendo chispas, o al menos es un duelo hasta que el Pacifista empieza a abrir la boca, mosteando la luz de otro laser.

Maximus: ¡Se acabo para ti, criminal!

Pero en lugar de sentir miedo o cualquier cosa parecida a la intimidación, Jean sonríe y es Maximus quien acaba sintiendo miedo. ¿¡Por que sonríe !?

Jean: ¡Vas, Betula!

Porque todo era parte de su plan. En ese preciso momento, su maestra se teletransporta detrás de la cabeza de la mole, y con sus piernas alrededor de la cabeza del armatoste, toma su propia espada pluma y se la clava en la nuca…

Betula: ¡Koh I Noor Diamond Blade!

Para luego, hacer fuerza y partir la cabeza del Pacifista por la mitad. Debido a que estaba cargando un laser, una breve explosión toma lugar ahí. Betula, por fortuna, no se ve ni afectada, de nuevo gracias a su haki de armadura. Pero el pacifista, el pacifista se tambalea por completo, como un pollo descapitado.

¡Atención! ¡Escudos de la cabeza con daño catastrófico! 

Maximus: ¡No, no! ¡Maldita sea! 

Pero de algún modo, Maximus logra mantener al Pacifista en pie, incluso sin cabeza. Para colmo, el esfuerzo de recubrirse por completo en haki empieza a mellar los cuerpos del Zafiro del Mar y Pluma Azul Dorada, por lo aje se ven obligados a salir de esa “forma” antes de quedar incapacitados.

Betula: *jadeo* Maldición…

Jean: No funcionó…

Al verlos jadeantes y ya muy cansados, el Príncipe mayor se ríe…

Maximus: ¿Se quedaron sin jugo?

Alzando ambas manos para disparar, se dispone a acabarlos con una sonrisa en el rostro. El podría volar, ella podría teletransportarse, pero, ¿que harán después de eso? Están cada vez más cansados. Por fortuna, no tienen que pensarlo pues la luz que se empezaba a formar en las manos del Pacifista se disipa de repente.

Maximus: ¿¡Que!? ¿¡Que pasa!?

Otra alerta de Maximus se lo indica.

¡Energía disminuyendo a niveles críticos! ¡Láseres deshabilitados!

Maximus : Tsk, cambia a Energía de respaldo.

¡Energía de respaldo inexistente debido a una mala carga!

Maximus cae en la cuenta entonces. Debido a la situación lo ha desconectado antes de tiempo, causando que sus reservas sean nulas. Conscientes de que lo que dijo Konstantine al fin se cumplió, Jean y Betula se ven el uno al otro y sonríen.

Jean: Parece que es alguien más el que se queda sin jugo. 

Betula: Todavía queda una cabeza. Hay que cortarla tambien.

Maximus, sabiendo que se refieren a él, de nuevo siente el temor, pero siendo demasiado orgulloso para renunciar incluso ahora, coge la espada del pacifista y la imbuye en haki.

Maximus: ¡Les gusta cortar, ¿eh? ¡Les cortare la cabeza!

Pero, con Alumno y Maestra asintiendo, ambos se imbuyen en haki otra vez, desviando la espada enemiga y cortando la cadena que le une al Pacifista para que no vuelva. El golpe es tan fuerte ue el gigante decapitado se bambolea para atrás. 

Maximus: ¡…!

Acto seguido, Tanto Jean como Betula, juntan manos y transfieren la totalidad de su haki restante a sus espadas plumas, que se vuelven incluso mas largas y afiladas,  y se funden para luego, ya no tomarla como espada sino como una larguísima lanza.

Betula: ¿¡Listo!? 

Jean: ¡Listo!

Betula/Jean ¡Ara Sapphire Style! ¡Paragonperle Federlanze!

Ambos usan la totalidad de su fuerza para lanzar esa arma negra que ellos mismos han creado, directo a la cabina del Pacifista. Maximus intenta recubrir la zona con su propio haki, pero es en vano para el, el haki de sus enemigos es tan potente que atraviesa el vidrio reforzado de haki y kairoseki como si fuera mantequilla y reventándolo en mil pedazos.

Maximus: ¡Gaaaaaaaaaaaa!

La lanza termina por clavarse en el hombro de Maximus, atravesándolo por completo de lado a lado y con tal fuerza que el Pacifista se va de espaldas. Ha caído, y ya no se levantará.

Maximus: No… 

Lo único que logra ver el Príncipe tras eso es a Jean, con Betula sobre su espalda, volando amenazantemente sobre él.

Jean: Se acabo.

Betula: ¿se rinde ya, alteza?                             

Capítulo 959: Consultor[]

Maximus, por primera vez desde que inició la guerra, hace algo contra su voluntad. Alzando el brazo bueno que le queda, declara lo que sus enemigos quieren oír, con una voz que denota muchas cosas. Rabia, si. Pero tambien temor, dolor y mucho cansancio. 

Maximus: Me rindo.

Jean, halando con fuerza de la pluma que ha herido al Príncipe, la retira de su hombro y la usa para mantenerlo a raya, pero Maximus ya no pretende hacer nada. Ni siquiera tienen que indicarle que salga de lo que queda del Pacifista u obligarlo a hacerlo, lo hace por su cuenta, en un intento de salvar la poca de real dignidad que le queda.

Maximus:…

Y tampoco dice nada, su mente no le permite hacerlo pues está enfocada en una cosa. ¿Cómo pudo perder? ¿Con el arma que era imbatible? ¿Cómo pudo él, el Príncipe Maximus, fracasar en su cometido? Cada plan, cada idea, cada deseo suyo ha fracasado.

Jean: Camina.

A punta de espada… pluma, el Púrpura camina hacia donde los Piratas le dirigen, con los pies arrastrándose y la cabeza gacha. Lo llevan a donde han dejado al resto de sus aliados. El Príncipe Segundo y la Princesa, esta última ya un poco más espabilada tras el golpe en su cabeza, observan silenciosamente su llegada.

Konstantine: Lo lograron…

Nadine: Maximus…

Adrien y Emeric también están ahí. El segundo ha despertado después de un buen rato inconsciente, así que no prestan toda la atención que debieran.

Emeric: El Príncipe… ¡aghhh!

Adrien: No te levantes aún. 

Está Hollow, por supuesto, el cual solo se alegra de ver a sus aliados bien librados. Suspiraría si no fuera dos terceras partes de una armadura.

Hollow: Nunca dejan de sorprenderme.

Y por supuesto, está su mayor enemiga,  Rosolynde. Usando sus dientes para hacer un torniquete con una cortina que encontró,  se encuentra cortando la hemorragia de su brazo, pero al ver a Maximus aparecer, se pone de pie a pesar de tener todo el dolor del mundo y, quedan ambos frente a frente.

Rosolynde: ¿Todo terminó, Maximus? 

Pero él no dice nada.

Rosolynde: Todavía me cuesta trabajo creer las instancias a las que llegó . Envió a cientos, miles de hombres a su muerte…

Maximus:…

Rosolynde: Causó sufrimiento de toda la nación. Todas esas familias… tu propia familia.

Maximus no alza la cabeza, así que Rosolynde, finalmente dejando salir toda su ira reprimida de 6 meses de guerra sin cuartel, empieza a gritarle. 

Rosolynde: ¡Di algo, con un demonio! ¡¿Cómo pudiste hacerlo!?

Pero entonces pasa algo que ninguno de los presentes esperaba. Maximus alza la cara, con el rostro rojo, los dientes prietos y los ojos llorosos. Nadie, especialmente sus primos lo habían visto así jamás.

Maximus: ¡Sólo lo hice porque tu empezaste!

Pareciera la respuesta de un niño majadero. Pero superado el impacto inicial de esa contestación, Rosolynde responde con sorna.

Rosolynde: ¡¿Mi culpa!? Oh, claro. Yo lo cause desde el día que su Majestad me eligió como  Reina y no a ti.

Todos observan, sin saber que decir, incomodos, pero la cosa está lejos de acabar. 

Maximus: ¡Si, claro! ¡Mi tío te “eligió”! ¡Pero nooooo! ¡No fue suficiente para ti! ¡Querías ya el poder y por eso lo mataste!

Rosolynde: Tsk… otra vez con esa mentira… ¡Yo no mate al Rey Lauritz! ¡Fuiste tu! 

Maximus: ¿… yo? 

Rosolynde: Ah, claro. No fue usted. ¿Me va a decir ahora que tampoco fue usted el que puso a criminales buscados en el gobierno? ¿El qué mando quemar el hogar de Lord Adrien? ¿Quién puso campos de esclavos en Baluarte?

Pero de nuevo, la cara de Maximus se hunde tanto que asusta. Tiene la más perfecta expresión de “no tengo idea de que me están hablando”. Se ve hasta horrorizado. Dándose cuenta de esto, Rosolynde retrocede ligeramente, incrédula. Mientras, el Segundo Príncipe y la Princesa tienen la misma expresión que su primo.

Nadine: No me digas que…

Konstantine: ¿En serio no sabias?

Maximus niega lento con la cabeza. Dejando a todos completamente confundidos.

Rosolynde: Entonces. Si no fue usted, y no fue ninguno de los Príncipes… ¿Quién…?

Estando todos los presentes muy atentos a toda la conversación y también muy confundidos por esta, ninguno nota la presencia extra que aparece en la sala. Solo Jean lo hace gracias a su haki, pero solo hasta que siente una intención asesina saliendo de esta.

Jean: ¡cuidado! 

Tacleando a Rosolynde, el peliazul saca del peligro a la Dame, una espada a atravesado el muro detrás de donde estaba.

Rosolynde: ¿¡De donde…!?

No tanta suerte ha tenido Maximus, que se ve atravesado de nuevo en el mismo hombro de antes por otra espada.

Maximus: ¡Aaaghhhh!

Todos reparten sus miradas horrorizadas entre ver al Príncipe herido y su atacante. Que no es otro que.

Jean: ¡¿Tu!?

Albertanus: Tch… falle.

El consultor Real.                             

Capítulo 960: Culpas[]

Todos reaccionan con el impacto más grande que se ha visto en sus caras.

Maximus: ¿A… Albertanus? 

Rosolynde: Usted… se supone que mis soldados lo estaban… 

Albertanus: ¿Resguardando? Si. 

Rosolynde nota entonces que las ropas del noble están cubiertas de salpicaduras de sangre. 

Albertanus: Pero ya no. No fue difícil. 

Rosolynde: Tsk… 

Maximus es el más confundido de todos. No comprende lo que está pasando. 

Maximus: Me… atacaste. 

Albertanus: Hmm, si. 

Maximus : ¿Pero tu… tu dijiste que servías…?

Albertanus: ¿Al verdadero Rey de Brusian, a su señor, su emperador? Por supuesto que lo hago. Yo… sirvo a mi mismo.

Maximus: ¿Qué…? 

Albertanus: Lo que ha oído , “alteza”. Todo este tiempo, cada vez que Hacia algo para “usted” o para “el Triunvirato”, cada vez que daba un “consejo” que beneficiaria al reino, era para mi propio beneficio. 

Los Piratas presentes, ya en posición de combate, le miran con rabia pero no atacan aun, mientras que los nobles se ven confundidos, pero pronto, empiezan a atar cabos. 

Konstantine: Cuando pedí refuerzos en Puerto Castro… y nunca llegaron… no fue porque Maximus no los enviará… el no sabía…¡nunca se lo dijo! Y cuando quise confrontarlo por eso,  ¡usted lo evito!

Albertanus: ¿lo dedujo usted solo? ¿Qué listo? 

Konstantine: ¡Tsk! 

Adrien: Entonces… ¡Fue usted quien mando quemar la Villa de mi región! ¡Quien esclavizo la región de Emeric! 

Emeric: ¡Usted puso a un criminal como cabeza de mi hogar! ¡A todos esos criminales! 

Pero el Consultor real ríe con sorna. 

Albertanus: No. No tuve culpa en eso.  Al menos no lo último . Fueron “sus altezas”. 

Nadine: ¡¿Que!? 

Konstantine: ¡No nos culpara de esto! 

Albertanus: Oh, pero si es su culpa. Yo solo sugerí… nombres. Que ustedes no investigarán de antemano no es mi culpa. Pero bueno, supongo que no tenían razones para desconfiar de mi. Después de todo, su tío tenia tanto aprecio a mi consejo… 

El como lo dice de inmediato hace saltar las alarmas. No pueden creerlo, o mas bien no quieren oírlo, pero uno de ellos termina haciendo la pregunta de todos modos. 

Maximus: Tu…. ¿Tu mataste a mi tío? 

Su voz es trémula, igual que las miradas de sus primos y el puño de Dame Rosolynde. No obstante, el aludido no contesta de inmediato. Albertanus se acerca lento, haciendo que las guardias suban o suban aun más si ya estaban arriba. Finalmente  con la sonrisa más socarrona que se le ha visto, responde…

Albertanus: Si. Ese si fui yo. 

De inmediato, la mirada de Maximus y la de Rosolynde se encienden en ira e ignorando su dolor, sus heridas y toda su animosidad mutua previa, saltan hacia él. 

Maximus /Rosolynde: ¡¡MALDITO!! 

Pero sus heridas obviamente le hacen muy lentos, por lo que no pueden evitar cuando Albertanus alza los brazos… y ambos… y todos los demás también salen volando hasta el demonio de alguna forma. 

Maximus: ¡Gahhh! 

Rosolynde: ¡Kaaaah! 

Betula: ¿Qué… ha sido eso? 

Los Piratas son los primeros en levantarse, notando pronto los guanteletes, que lleva Albertanus en las manos. 

Albertanus: ¿Les gusta? “Lord” Cristian no solo hizo la súper arma que imagino ya destruyeron. Tambien tiene… otras cosas. 

Jean: Tsk… diales.

Albertanus: Vaya, el delincuente tiene algo de cultura general. 

Jean: Maldito… 

El impacto ha dejado tocados. Todos, especialmente a Maximus, al cual se le clava aun más la espada que Albertanus le había lanzado en primer lugar. Pero más que dolerle el hombro, le duele el corazón por todo lo que ha descubierto, tanto que no puede levantarse. Confío ciegamente en Albertanus, el asesino de su adorado tío Lauritz. 

Maximus: ¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste matarlo? 

Albertanus vuelve a reírse, para luego bajar la mirada a donde está Maximus, aunque no se ve tan burlón en ese momento. 

Albertanus: Je. De eso no les puedo echar la culpa a ustedes. La verdad, esa no era mi intención, al menos no la inicial. No quería matar al buen Rey Lauritz. 

Todos se ven confundidos, mientras que la mirada de Albertanus se ensombrece, con rabia en los ojos. 

Albertanus: ¡Fue culpa de ella! 

El hombre señala a la aun derribada Rosolynde, haciendo que a todos se les abran los ojos bien grandes. 

Hace 8 meses…                              

Capítulo 961: La decisión correcta[]

Palacio Real de Brusian, Despacho del Rey… 

El Dignatario de Brusian en aquel tiempo, el estimado Rey Lauritz se encuentra sentado a su escritorio, escuchando bastante serio el reporte de varios oficiales del ejercito en su brillante armadura azul, que no son otros que la General Rosolynde y el entonces Brigadier Agamenon. El asunto parece ser serio, pues el rey se ve preocupado. 

Agamenon: Con el de está semana, ya van tres cargamentos que hemos incautado. El ministerio de ciencia y tecnología aun no ha terminado los análisis de este último pero,  por la similitud a los casos anteriores, casi tenemos la certeza de que se trata de Dance Powder. 

Rosolynde: Esto habría provocado las destructivas tormentas en varias regiones del reino. 

Tambien estan sus sobrinos ahí, pues sus regiones son algunas de las afectadas. El rey suspira con fuerza, agarrándose las sienes. Luego habla. 

Lauritz: ¿Y los hombres que los transportaban? 

Rosolynde: Ya están siendo interrogados. Si saben algo, mi hombres se los sacaran. 

Lauritz: Bien… ¿es todo oficiales? 

Rosolynde: Si, Majestad. 

Lauritz: Bien. Pueden retirarse.

Los dos oficiales se retiran haciendo reverencia y dejando ondear sus capas al salir por la puerta. 

Maximus: Tranquilo tío. Descubriremos a los responsables. 

Konstantine: En mi región ya se lleva acabo una investigación tambien.

Nadine: Y en la mía. 

Oír a sus sobrinos ocuparse de asuntos serios con tal dedicación lo hace sentirse orgulloso, y emite una pequeña sonrisa. 

Lauritz: Tengo la certeza de que así será. Tambien pueden retirarse, Príncipes, Princesa. Se que tienen otros asuntos que atender. 

Maximus: *haciendo leve reverencia* Gracias, tío. 

Nadine: Te veremos en la cena. 

Sus tres sobrinos salen entonces, rumbo a sus respectivos aposentos. Al mismo tiempo, va entrando Lord Albertanus, que ve como su Majestad se soba la cara, agotado. 

Albertanus: ¿Aun no encuentran a los responsables de las tormentas, majestad? 

Lauritz: Pero desgracia no. Ni siquiera entiendo que quieren lograr con eso. 

Albertanus: Caos. Malestar del pueblo. O incluso podría ser como una amenaza al reino o a usted. Algo querrán sacar de eso. 

Lauritz: No me gusta ninguna de esas opciones…

Albertanus: Lo se… 

Lauritz:… pero debo considerarlas para resolver esto rápido.  Quiero que este todo listo antes de tomar una decisión importante. 

El consultor real abre grandes los ojos al oír esto. 

Albertanus: ¿Decisión importante? No estará hablando de… la elección de su sucesor. 

Lauritz: Precisamente, Lord Albertanus. Quieto tener la mente despejada para tomar la decisión, es una difícil. 

El noble esta vez entorna los ojos, hablando en un tono peculiar. 

Albertanus: Comprendo… sus sobrinos son tan… dedicados. 

Lauritz: Lo son.

El viejo rey sonríe al pensar en ellos. Nunca pretendió a una mujer pues ingenuamente pensaba casarse por amor, cosa que nunca paso y nunca tuvo hijos por ello. Sus sobrinos era todo lo que quedaba tras la trágicas muerte de sus hermanas y sus maridos al desbarrancarse su carruaje en el que se cree no fue un accidente . Los crió él, los enseñó lo mejor que pudo y estaba muy orgulloso de los tres. Eran sus muchachos. 

Lauritz: Maximus tiene un poco más de liderazgo y reconocimiento que sus primos, pero eso puede ser solo porque es mayor. Descontando eso, los tres tienen virtudes en muchos aspectos. Aun no se como lo decidiré. 

Albertanus: Confío en que tomará la decisión correcta. Y en todo caso, como su consultor real le ayudaré a tomar la correcta si hace falta. 

Lauritz: Gracias, Lord Albertanus. Aunque su servicio solo ha sido reciente, ha sido sumamente útil. Su padre y predecesor estaría orgulloso. 

Albertanus: Si, claro. Lo estaría, el siempre creyó que yo lograría grandes cosas, más grandes de las que imaginaba… Perdón, divago. Ya debo retirarme, majestad. Atalaya necesita mi atención tambien. 

Lauritz: No lo detengo, Lord Albertanus. Puede retirarse. 

El noble hace una reverencia muy leve y se retira, riendo bajo mientras camina. 

Albertanus: Le haré la decisión muy fácil. 

Días más tarde… 

La general Rosolynde se hacia el despacho de su alteza, a paso raudo pero no corriendo. Lleva muchos papeles en las manos. Por su premura, cadi choca en cierto momento con Lord Albertanus, el cual iba dando vuelta. 

Albertanus: ¡Woah! 

Rosolynde: ¡Lord Albertanus! ¡Lo siento mucho! 

Albertanus: No pasa nada, Dame Rosolynde. ¿Por qué tanta prisa? 

Rosolynde: Llevo información sobre los interrogatorios del caso Dance Powder a su Majestad. Mis hombres descubrieron el nombre del vendedor. 

Albertanus: Ya veo. ¿Molesta si la acompaño? Tambien me dirijo al despacho de su Majestad. 

Pero justo en ese momento, un soldado llega corriendo. Muy muy agitado y jalando aire se detiene al ver a su general, mientras saluda. 

Soldado: ¡Señora! 

Rosolynde: Descanse, soldado. ¿Que ocurre? 

Soldado: ¡Piratas, señora! Atacan Puerto Alcázar. 

Rosolynde: Tsk… 

Albertanus: Si tiene que ocuparé de eso, yo entregaré el informe a su majestad. 

Sabiendo que debe irse ya y dar ordenes a sus hombres, Rosolynde entrega los papeles con una reverencia. 

Rosolynde: Le agradezco. 

Y se va corriendo junto a su soldado, mientras que Albertanus va al despacho de Lauritz, pero en lugar de estar directamente, toma unas de las hojas del informe y las rompe, para luego cambiarlas por otras que saca de su abrigo.

Albertanus: Hmmm pagar piratas es mas conveniente de lo que creí. 

 Luego pide permiso para entrar y se lo conceden. 

Lauritz:  ¿Qué ocurre, Lord Albertanus? 

Albertanus: Tenemos el reporte de los interrogatorios del caso Dance Powder. Dame Rosolynde me los entregó personalmente para usted, tuvo que salir de urgencia. 

Lauritz: Entiendo. 

El rey se pone sus lentes para leer y mira con detenimiento los papeles. Pero conforme lo hace, su rostro se llena más y más de horror. 

Lauritz: El interrogatorio dice… que quien pago por el Dance Powder fue ¡Maximus!                               

Capítulo 962: Líder[]

El rey no puede creerlo, no quiere creerlo. Que su muy amado y querido sobrino sea participe o incluso culpable de un acto criminal. Pero el interrogatorio que le han transcrito ahí lo confirma. 

Lauritz: No, esto no puede ser. Maximus es un hombre honesto, el no es… el no pudo hacerlo. 

Albertanus: Yo tampoco quiero creerlo, majestad. Pero esto…

Lauritz: Tengo que hablar con él…  tiene que haber una explicación. 

Ni siquiera va a mandar llamarlo esta vez, Lauritz tiene pensado hablar directamente con su sobrino así que ya esta levantándose de su silla. Pero Albertanus lo impide. 

Albertanus: Mantengamos la cabeza fría, mi señor. Tiene razón, debe haber una explicación para esto, y si es el caso, no tiene motivo preocupar a su sobrino por ello. Si lo desea y me permite investigaré este asunto personalmente. 

El Rey suspira audiblemente pero termina por decir… 

Lauritz: Le agradezco, Lord Albertanus. Eso me tranquilizaría mucho. 

Y así lo acordaron. Durante esos días  Albertanus “diligentemente cumplió con esto, mientras que los diversos puertos del rey se veían azotados constantemente por Piratas, como nunca se había visto en años. 

Agamenon: Es el cuarto ataque esta semana. Ni siquiera hemos terminado de cuantificar daños del anterior. 

Rosolynde: Lo se. Acabemos con esto rápido para poder seguir con nuestros otros deberes.

El Rey, mientras y a pesar de la “ayuda” de Albertanus, ha estado intranquilo, incluso en sus ratos libres, cosa que sus sobrinos notan. 

Nadine: ¿Está todo bien, Tío? 

Konstantine: No has probado casi bocado. 

Lauritz: Ah, si, si. Es solo que no tengo mucho apetito esta noche. 

Maximus: ¿seguro que estás bien, tío? 

El Rey ni siquiera puede sostenerla la mirada a su sobrino, pero responde que todo esta bien. 

Lauritz: (O eso espero…) 

Pero las cosas resultaron no estarlo, o al menos eso le dijo la “investigación” de Lord Albertanus, que sólo termino entregándole noticias peores. 

Lauritz: No, no es posible… 

Albertanus: Lo lamento, Majestad. 

Está afirmaba que no solo Maximus, sus tres sobrinos estaban implicados. Y no solo en eso, tambien en otros crímenes que iban de lavado de dinero hasta mantenimiento y regencia de burdeles. 

Lauritz: Todos ellos… han estado haciendo todos estos horrores a mis espaldas. ¡Burlándose de mi! 

El hombre arroja todos los papeles de la investigación, quedando derrotado en su silla. 

Albertanus: Lamento haber sido quien le dio esta noticia. No quería causarle disgustos. 

Lauritz: No, gracias por abrirme los ojos. 

Albertanus: Debe ser mucho que procesar, son su familia después de todo. Además se que estaba ansioso por tomar la decisión de quien lo sucedería ya. 

Lauritz pone una cara pesarosa pero a la par, seria. Pareciera tener una resolución. 

Lauritz: Con lo que me has dicho, me asegurare de que ninguno de ellos tenga el trono jamás. Se lo daré a alguien mucho más confiable.  Alguien que siempre ha sido mi fiel servidor y ha apoyado a su rey y nación en los tiempos duros. 

Días después, el rey hace el anuncio ante toda su corte, incluyendo sus sobrinos, Albertanus y Rosolynde, quedándose todos de piedra por su decisión. 

Lauritz: La persona que elegido para sucederme en la Corona y el Trono es la General del Ejercito Real de Brusian. Dame Rosolynde. 

… 

Albertanus: Pero en lugar de elegirme a mi, su fiel consultor y el hombre que le ayudo en esos tiempos duros. ¡Te eligió a ti! ¡A su “noble general” amada por el pueblo por siempre ayudar durante y después del caos! ¡Especialmente después de los “ataques piratas”! 

Rosolynde: Tsk… así que por eso fue. 

Konstantine: ¡Desgraciado! ¡Pusiste a nuestro tío en nuestra contra! 

Nadine: ¡Y a nosotros en la suya! 

Ante esas palabras el consultor se ríe con voz grave, sin siquiera abrir la boca. 

Albertanus: Podría decirse. 

Los piratas ya estan pensando en atacarlo otra vez, pero el alza las manos, amenazando con sus guantes. 

Albertanus: Ah, nanananah. No sean descorteses, apuesto a que sus altezas y la Dame quieren oír el resto de la historia.

Todos se quedan quietos de nuevo, muy a su pesar pero tambien interés. Por lo que 

Albertanus:… el plan no salió como planeaba, por supuesto. Pero tenia cosas aun favor. El rey y sus sobrinos ya no se tenían confianza, y los príncipes y el pueblo desconfiaba de Rosolynde por las extrañas circunstancias. Lastima que el Rey por el “amor” que les tenia decidió no relucir sus “actividades”, ya era un castigo tremendo dejarlos sin el trono, pero igual decidí que podría aprovechar eso. 

Maximus: Tsk… 

Albertanus: El rey estaba tan tenso por todo esto, así que me ofrecí a darle consejo como siempre mientras compartíamos una buena taza de te para los nervios. 

Esto hace clic en todos los que eran cercanos al Rey. 

Rosolynde: El rey… murió mientras bebía té…  todavía tenía su taza en la mano. 

Nadine: ¡Bastardo maldito! 

Albertanus: No me dejo opción. Lo siguiente fue mucho más fácil. Incriminar a la “heredera legitima”, sencillo. Hacer que ustedes tomaran decisión estúpida tras decisión estúpida, igual de sencillo. Hasta deje el terreno ya preparado para mi ascenso. 

Konstantine: Tsk… 

Betula: ¿Y los criminales encajan en su “ascenso”? 

Albertanus: Nah. Igual que todo, ellos eran un simple medio, como todo. El único que de verdad me es útil es Cristian. En serio espero que ese imbécil no este muerto.

Konstantine y Maximus entienden por qué de inmediato. 

Maximus: El Arma… quieres más. 

Albertanus: Bingo… Como sea… Luego llego la guerra y era la oportunidad perfecta de deshacerme de todos. La regicida muerta por los héroes de Brusian, los Príncipes, mártires de una trágica revuelta. Puerto Castro fue casi perfecto. Lastima que fallo. Pero da igual…  los tengo a todos a mi merced ahora. Con todos muertos podre decir lo que quiera, de todos modos nadie le cree a la resistencia , y el trono pasará a mi a ser la ultima cabeza del gobierno que queda. Seré el líder supremo de Brusian. 

Emeric: Ja. Lo dices como si no estuvieras rodeado. No queda nadie más, estas solo. 

Pero el solo se vuelve a reír

Albertanus: Si por rodeado te refieres a rodeado de gente medio muerta, pues si. ¡Overlord Overthrow!

El hombre extiende su guanteletes y de nueva cuenta causa que todos se vayan al suelo.

Betula: ¡Gahhh!

Nadine: ¡Kyaaah!

Maximus: ¡Ughhh!

Maximus es quien queda más cerca de él, y es a el con quien va primero. Con una sola mano obliga a levantarse , jalándolo de la espada que no ha podido retirar de su brazo.

Maximus: ¡Gaaaaaaaaaahaaaah! 

Albertanus: Empecemos con el Príncipe mayor.

Maximus: Maldito… 

Albertanus : Trágica elección de últimas palabras. 

Y de un movimiento, le arranca la espada del hombro y se la clava en el abdomen, para horror de todos los presentes. 

TO BE CONTINUED

                                                          

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