One Piece Fanon
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Motivos Verdaderos

Capítulo 609: Por la nostalgia

Debido a que algunos de los que competirán en la última prueba están lastimados, se decide que se dará un día de descanso para que todos puedan pelear a su máximo. Esta noche no hay fiesta ni banquete alguno, pues a pesar de la disposición de los Piratas del Ave Rapaz, todos los hijos de John Black y sus camaradas se retiran a sus barcos para descansar lo más posible, sin mirarse y sin despedirse.

Ushimaru: Es oficial, los chicos actúan muy raro hoy. 

Chaps: Yo solo se que se veían agresivos desde mi podio. Pero me imagino que serán competitivos. 

John: Si… competitivos. 

Un par de horas más tarde… 

Tartarus está de vuelta en el Styx de Mer, en donde Anubis y también su jefe, Yibril, le muestran los carteles de recompensa de todos los miembros de la familia Black. 

Yibril: ¡¿Estas completamente seguro de que ellos estaban ahí!? 

Tartarus: Sep. Todos menos la de cabello negro. Dijeron que iban a pelear entre ellos o algo así. Una especie de competencia. 

Con esta confirmación, Anubis sonríe muchísimo y se podría decir que su jefe está aún más feliz. 

Yibril: El mar nos ha entregado una oportunidad de oro. 

Anubis: Si pelean, estarán débiles. Si están débiles, capturarlos será sencillo. Si los capturamos… 

Yibril: Me llevare… digo… nos llevaremos nosotros toda la gloria. Y esos cretinos de Baltazar y Thanatos se podrán ir al diablo. También la p*ta de Réquiem. 

Anubis: Debo suponer que ya tiene un plan, jefe. 

Yibril : Si, ya se me ocurre algo, si. Manden a alguien a por Orcus…

Ante la sola mención del nombre, Anubis y Tartarus esbozan las sonrisas más oscuras que puedan existir. 

Yibril:… Esto lo pondrá feliz. 

De regreso a donde están los Piratas…. 

Todos se han ido a acostar ya, pero eso no significa que estén todos estén dormidos. Angélique, a pesar de todo lo que le ha sucedido ese día, es completamente incapaz de conciliar el sueño. Cuando dan la una AM, ya no puede tolerarlo más. 

Angélique: Tsh… carajo…

Con dificultad, se levanta de la cama. A su alrededor, sus compañeras si duermen, pero aún en sueños, sus rostros denotan pesar, preocupación y miedo. Como el rostro de aquel que no descansa y/o tiene pesadillas. 

Angélique: Chicas…

Dolorosa pero también decididamente, la pelirroja sale del camarote, de la cabina y del barco y comienza a caminar, en un principio sin rumbo, por la playa de Shikisai. Luego, comienza a adentrarse en el bosque y a subir la ladera. 

Angélique : Hmphh… tal vez pueda subir a donde hice el mapa. Es buen lugar para despejarse… 

A paso lento por sus heridas, y casi arrastrando los pies, la chica camina entre los árboles y los arbustos, subiendo la ladera, pisando las hojas secas que hay a sus pies, iluminada por la luna que mengua. Pero al detenerse a descansar un momento, se da cuenta de otros pasos cercanos removiendo las hojas y que se detienen cuando ella lo hace. 

Angélique: Hmph… 

La chica decide avanzar nuevamente, pero los pasos de antes avanzan también. Se esfuerza un poco por ir más rápido y los pasos avanzan rápido. Finalmente, ella acaba por desesperarse, se da media vuelta y lanza una pata en dirección a donde escucho los pasos. 

Angélique: ¡Heel Shot! 

¿???: ¡Woahh! 

Una perdona pierde el equilibrio y se cae entre unos arbustos. Con la guardia arriba, Tacón Escarlata se dispone a enfrentarlo, pero al mirar bien, se encuentra con nada más y nada menos que John Black, sobándose la cabeza por el golpe. 

John Ayayayay… 

Angelíque: ¿¡usted!?

John: Oh, eres tu. La pelirroja suicida. Angélique era, ¿no? 

El hombre intenta bromear pero ella se ve aún más infeliz de encontrarlo a él de lo que estaría de encontrarse a un asesino, y mantiene su guardia arriba. 

Angélique: ¡Ya basta! ¡¿Qué demonios se trae!? ¡Como si no fuera suficiente querer subordinar a sus hijos y a todos nosotros, se la pasa mirándome fijamente como maniático y ahora me sigue! ¡¿Quién se cree!? ¿¡Que demonios quiere de mi!? 

Pluma Roja se muestra amplia y genuinamente sorprendido por la agresividad de la chica. Sin dejar de ser seguido por la vista y pierna de Angelíque, se levanta del suelo, se limpia la ropa y coge de la tierra dos botellas que llevaba en la mano. 

John: Lamento si te asuste. Pero te aseguro que no te he estado mirando y tampoco te estaba siguiendo. Solo fue una coincidencia. Yo iba hacia cierto lugar. 

Angélique: *sarcasmo* Oh, ¿en serio? 

John: No, en serio. Lo juro por mi vida y por mis hijos. Mira, no te daré más molestias. Ya me voy. 

Por alguna razón, el cómo le dice lo último hace mella en la joven pirata, pero aún siente desconfianza por lo que decide hacer una prueba. 

Angélique: *con tono altanero* En ese caso lléveme. 

John: ¿Perdón? 

Angélique: No tendría ningún problema en mostrarme a donde iba, ¿o si? 

Aunque sorprendido, el hombre de cabellos rojo naranjas accede, y ambos andan juntos por la ladera. Este toma la delantera y curiosamente la guía a donde ella tenía planeado ir, aquella vista del desfiladero. Ahí, el se sienta en una roca justo al borde, destapa una de las botellas que traía con solo su dedo y le da un trago. Luego da un vistazo rápido a la otra botella y la extiende hacia la pelirroja. 

John: ¿Gustas? 

Angélique: Ahh… no gracias, no puedo. Por lo de las cosillas y… 

John: Oh, claro, claro, entiendo. 

El hombre entonces se queda mirando solo hacia el horizonte, donde la agónica luz de la luna menguante se refleja en el mar, creando miles de destellos de plata. 

John: Siempre me gustó venir aquí. Era tan hermoso.  

Angélique: ¿Era? 

John: Si, era. Ahora solo vengo por la nostalgia. 

Angélique va perdiendo poco a poco su actitud recelosa y acaba por sentarse al lado del padre de su capitán. 

Angélique: A mi aún me parece hermoso. 

Ambos solo se quedan ahí, sentados, mirando el mar y el cielo, y en el caso de John, termina su botella. 

John: Tsk… 

Angélique: ¿Qué pasa? 

John: Nada… sólo mi conciencia supongo… (joder) Debo ser honesto contigo. Te mentí hace rato. 

Angélique de inmediato vuelve a su pose agresiva tras esto. 

Angélique: ¡¿Si me estaba siguiendo!? 

John: ¿Qué?  No, no, eso no. Hace rato me dijiste que me la pasaba mirándote… y lo negué… pero era cierto. Lamento si te asuste con eso pero es que no puedo evitarlo.

Angélique: ¡¿Cómo que no puede evitarlo!? 

John: Es que… me recuerdas mucho, muchísimo a alguien…  alguien que lo fue todo en mi vida.

Ante esta respuesta, Angélique se calma de nuevo y queda confundida, pero también curiosa. 

Angélique: ¿A quien? 

El capitán baja la mirada, nostálgico, y sonríe. 

John: A mi esposa...

Capítulo 610: Era

John:… te pareces tanto a ella. 

Esto deja a Angélique un poco extrañada, o más bien, un mucho. 

Angélique: ¿su esposa? Esto…. ¿Se refiere a Eri-san? 

Y ahora, es John él que se sorprende con esa contestación, aunque se ve como si le fuera a dar un ataque. 

John: ¿¡Eri-san!? ¿¡Conoces a Eri-san!? 

La pelirroja, un tanto perturbada por la reacción del padre de su capitán, se hace ligeramente para atrás y luego asiente muchas veces rápido, con los ojos bien abiertos. John se da cuenta de que la ha asustado y trata de relajarse. 

John: ¿¡Dónde..!? Ehem…  ¿De donde la conoces? 

Angélique: Nos la encontramos en nuestro camino al Archipiélago de Eiyuu hace unas semanas. Nos ayudó a patear los traseros de unos cuantos marines, y de una mujer que parecía bruja. Gran mujer, y muy fuerte también. 

John: *nervioso * ¿Y ella…estaba bien? 

Angélique: Lo estaba cuando se marchó 

John se ve ¿conmovido? ¿Entusiasmado? El hablar de Erica súbitamente a hecho que sus ojos se iluminen con alegría. No obstante, esta solo le dura un segundo, pues pronto vuelven a su nostálgico estado anterior, como si hubiera recordado algo terrible, y aunque quiere preguntar más, se lo guarda para si mismo. 

John: Que… que bueno. Me alegro por ella. 

El hombre queda en silencio, dando de tragos a su botella, visiblemente entristecido. La pelirroja lo nota y se siente mal por ello. Así que se propone a sacarle plática. 

Angélique: Entonces, ¿me parezco a Eri-san? Yo no veo el parecido. 

Esto hace sonreír de nuevo a Pluma Roja, levemente pero sonríe. 

John: Pues, al menos por lo que he visto, las dos tienen esa fiereza que da miedo cuando se enojan, y ambas también son formidables en batalla. 

Angélique: Ah… ya veo. 

John: Pero no era Erica a quien me refería… 

Ante esta contestación, Angélique se ve confundida y John procede a ilustrarlo, sacando su billetera de su bolsillo y luego sacando de esta una vieja fotografía.

John: Me refería a ella. 

En la foto se ven dos personas. La primera, un joven  de cabello rojo naranja y sonrisa amplia. Angélique juraría que se trata de Jonathan de no ser por sus ojos, que son color solo y no verde esmeralda, por lo que ella concluye que se trata de John en su juventud. Pero es la segunda persona la que de verdad le llama la atención. Una mujer. 

Angélique: Ella es… 

La mujer tiene más o menos la misma edad del John de la fotografía, es una jovencita, y una particularmente hermosa, de cuerpo delgado y curvilínea y sonrisa cálida. Pero lo que más destaca son su larga y esponjosa melena de color azul profundo. 

Jonathan: Mi primera esposa. Odessa. 

Angélique entiende ahora el porqué de las miradas de John. Angélique si tiene varias facciones que se le asemejan mucho. Especialmente los ojos. Ojos color luna, como los de ella pero aún más parecidos a los de alguien que conoce . Con todo esto, Angélique rápidamente hace la relación. 

Angélique: Jean tiene sus ojos… y su cabello. Ella es su… 

John: Su madre, si. 

John observa la foto, con los ojos de un hombre enamorado. 

John: Yo tenía diecisiete cuando la conocí. En aquel tiempo, ella era una ladrona de renombre. “La Pantera del Cielo Nocturnal”. Y sinceramente, no nos llevábamos bien. Pero luego tuvimos una serie de desventuras que de algún modo nos hicieron amigos. Ella se convirtió en mi primer oficial… y luego en mi cocapitana, mi esposa y la madre de mis hijos. 

Angélique escucha atenta, con la mano sosteniendo su mentón y los ojos llenos de emoción, como quien lee una novela que le gusta, una novela romántica. 

John: Ella no sólo era hermosa. Era amable, jovial, melodiosa, valiente, fuerte, e increíblemente tenaz…u obstinada, je. Pocas mujeres tan nobles y valientes conocí. E igual que tu, temible en combate. No dejaba atrás a nadie, que amaba la vida y a los que la rodeaban. Era la clase de persona que se preocupaba a muerte por los demás, que daba su vida por los demás. 

Esta última frase brinca en Angélique, y aunque le parece que no debería, su curiosidad le hace preguntar. 

Angélique: ¿Era?

John: Si…  era. 

El hombre termina su botella con un último gran trago y la arroja por el desfiladero, muy lejos para verla romperse en mil pedazos. Angélique se da cuenta que el hombre a su lado es como la botella, muy roto y destruido. Ambos permanecen en silencio otro rato, el ya empezando a sentir los efectos del licor pues ya va en su segunda botella, y ella no queriendo recordarle su pesarz hasta que ella empieza a cabecear. Le ha llegado el sueño. 

John: ¿Todo bien? 

Angélique: Si *bostezo * Creo que ya me voy a volver a la cama. Que tenga buena noche, señor Black. 

John: Puedes llamarme John. Que tengas buena noche, Angélique.

La chica comienza el descenso con la mente llena de lo que acaba de saber. John por su parte, se empina el resto de su segunda botella y, una vez seguro de que la pelirroja ya no está, camina un poco y llega a una roca. La misma roca con flores y veladoras con la que Angéliqje encontró antes cuando dibujo su mapa, y empieza a hablarle. 

John: Se que falle antes pero… prometo que esta vez si los voy a cuidar.  Ya no los van a lastimar, ya no les van a hacer más cicatrices. 

Capítulo 611: Quiero protegerlos

A la mañana siguiente… 

Los rasos del Ave Rapaz preparan todo para el combate final que habrá en la noche. Dado que parece que el ruedo que han estado usando hasta ahora les quedará pequeño, estos se han puesto a construir una enorme plataforma de madera que habrá de servir como arena flotante. 

Ushimaru: ¿Listos para la noche? 

Damon: Sep. 

Mark VII: Más o menos. 

Jo: *con un fijador en la mandíbula* Eso creo… 

Sabiendo que aún falta un buen rato para combatir, los del Ave Rapaz que habrán de luchar se relajan. Pero, el resto de las tripulaciones no creen que haya tiempo de descansar. De la Libélula, por ejemplo, tiene a Charlotte y Luperca comentando sobre la estrategia que deberían tomar. 

Luperca: Lo que debemos hacer es… 

Charlotte: Partirles el c*lo a todos. Así de simple. 

Luperca: Pues si pero… 

Del lado de los Piratas de Gila, hay una conversación similar entre Hatter y Junk. 

Hatter: Podemos aprovechar tu gran fuerza para sacarlos de la arena.

Junk: Y contigo tenemos ventaja. No solo eres médico, pues hacer lo que quieras con el terreno. 

Jill y Jonathan, observan las conversaciones de sus camaradas desde una distancia prudencial. Sus rostros denotan pesar, preocupación, y hasta miedo, pero también desdén a la situación. 

Katrina: Mira Big Bird, tu y yo tenemos algo que ninguno de los “enemigos” tiene. 

Big Bird: ¿Piojos? ¿Piojos?

Katrina: ¿Qué?  ¡No! ¡Hablo de ventaja numérica! 

Jean se dispone a unirse a sus camaradas para trazar un plan pero antes de ir, se encuentra con Angélique. 

Jean: Oh, aquí estas. Iba ir con Big Bird y Katrina para hacer una estrategia, tal vez tu también deberías… 

Angélique: Antes de eso, hay algo importante que debo decirte. 

Jean se ve confundido por esto pero asiente, instando a su camarada a que hable. 

Angélique: Verás… creo que ya se porque tu padre esta haciendo todo este asunto de los subordinados. 

Jean: ¿huh? 

Angélique: Creo que teme perderlos a ustedes también, como pasó con Eri- San, pero más especialmente con tu madre. 

Al oír esto, contrario a lo que la chica esperaba, Jean se pone a la defensiva. 

Jean: ¿¡Tu como sabes de eso!? 

Angélique: Tu padre medio me contó anoche, larga historia, pero ese no es el punto. La cosa es que, él tiene tanto miedo de que algo te pase a ti o a tus hermanos que hará lo que sea para protegerlos. 

Jean se queda pensativo un momento, tratando de procesar lo que acaba de decir su Primer Oficial. Y es por eso que ni él ni ella se dan cuenta de que alguien ha escuchado toda su conversación. 

Angélique: Deberías hablar con tu padre, Jean. Tal vez podamos arreglar esto sin… 

Jonathan: ¡¡ESE MALDITO DESGRACIADO!! 

El que los escucho, ha sido Jonathan, y maldice tan fuerte que todos los Piratas de todas las tripulaciones se enteran. A paso marcado y feroz, el mayor de los hijos de Black va con su padre, el cual le mira sorprendido. Jill y Jean, por su parte, corren de inmediato tras él, quedando los cuatros reunidos. 

Jonathan: ¡¿Es cierto!? ¡¿Lo de subordinarnos era por eso!? 

John se muestra “sorprendido” y lo niega todo. 

John: No… no se de que estas… 

Jonathan: ¡No te hagas el loco conmigo! 

Sabiendo que ya no puede esconderlo, el padre de tres suspira y responde. 

John: Si. Era por eso. 

Ante esto, Jonathan emite una risita socarrona y enojada, mientras que Jean y Jill observan, con sentimientos encontrados. 

Jean: Papa, se que te preocupas por nosotros, pero podemos cuidarnos solos. 

Jill: Si, somos fuertes. 

John: ¿Cómo han estado cuidándose hasta ahora? ¿C 

 ¿Creen que me hace feliz oír como los atacan? Con esas recompensas que tienen en la cabeza no tardarán en hacer que los maten. Tan solo tu, Jean. ¿Crees que me hizo gracia enterarme de tu casi muerte en el periódico? 

Jean: Papá… 

El peliazul se siente inmediatamente entristecido, no sólo por el sentir de su padre, sino por su falta de confianza en él que antes si tenía. Jill solo queda muda, y Jonathan se ve cada vez más enojado. John se da cuenta y trata de decir algo para calmarlos.

John: Miren, le prometí a su Mamá Odi que los iba a cuidar… y eso quiero hacer. 

Jean y Jill se quedan anonadados los dos, completamente en blanco. Jonathan, no obstante empieza a mostrar los dientes, más lleno de rabia de lo que ya estaba. 

Jonathan: Claro…  ¡Claro! *despectivamente* Se lo prometiste a “Mamá Odi” ¡Tenía que ser por ella! ¡Todo siempre tiene que ser culpa de ella! 

Pero sus furiosas palabras solo encienden el fuego en la persona equivocada. 

Jill: ¡Cierra el maldito hocico, lagartija de mierda! ¡Mamá no tiene la culpa! ¡No tienes derecho a hablar así de ella! 

El lagarto monstruoso se queda en silencio un solo segundo y luego responde con sorna. 

Jonathan: *sarcasmo* Claaaaro. Tienes razón, insecto. Ella no tiene la culpa de nada. 

John,  muy alterado, pero hasta cierto punto, conflictuado y confundido, intenta bajar los zumos. 

John: Jonathan, entiende. Esta es mi elección . Nadie tiene la culpa. 

Ante esto, Jonathan se empieza a reír, desesperado de rabia. 

Jonathan: Ya… pero si la respuesta siempre fue la misma. ¡Es tu culpa! ¡Siempre ha sido tu culpa! ¡Tu siempre elegiste a esa… mujer por encima de mamá! ¡Tu hiciste que mamá tuviera que irse! 

Pero ante esta contestación, es esta vez Jill la que se ríe con sorna. 

Jill: Jajaja, por favor. Ella se fue porque quiso. Nadie la obligó. ¡Ella fue quien decidió abandonarnos! ¡Así que en lo que a mi concierne, esa golfa se puede ir mucho a…! 

John: ¡Basta, Jill! 

John alza tanto la voz que todos alrededor le miran fijo. En especial algunos de sus camaradas se sorprenden y se aterran, porque es la primera vez que lo ven alzar la voz contra uno de sus hijos. 

John: ¡Esa no es forma de llamar a tu mamá Eri! 

Jill: Tch… esa mujer se largo hace doce años, no es mi mamá y ojalá… 

Pero Jean pone los brazos entre ella y el resto de su familia. Hasta el momento se había mantenido al margen, pero ya no puede tolerarlo. 

Jean: ¡Calma, todos!  ¡Por el amor del cielo, ya dejen de pelear! 

John queda en silencio, y Jill y Jonathan abandonan su postura agresiva, pero conservan sus miradas llenas de ira y odio. 

Jean: ¿Se dan cuenta de lo que están diciendo? Jill, esto no es lo que Mamá Odi querría. 

Jill: *Hablando entre dientes* ¿Como podrías tu saberlo…? 

Jean: ¿Huh? 

Jill: ¿¡Como podrías tu saberlo!? ¡Nunca la conociste! 

John: ¡JILLIAN HIADES! 

La odiosa mirada de Jill se convierte en una de miedo al oír y ver a su padre gritando su nombre completo. Jean, por su parte, tiene el rostro desolado. Las palabras de su hermana le duelen cual puñal clavado en su pecho. Pero aún así, sigue tratando de mediar la situación. 

Jean: Y Jonathan. Lo de Mamá Eri no es… 

Jonathan: ¡Cállate, idiota! ¡¿Cómo te atreves tu a llamarla Mamá!? ¡No tienes ningún derecho, ¿eh?! ¡TU ÚNICA MADRE ESTA MUERTA! 

 Si lo que le dijeron antes fue un puñal, esto es una espada. Sin poder evitarlo Jean derrama lágrimas y luego, lleno de furia, taclea a su hermano a toda velocidad  en su forma de Arpía. Jonathan se transforma para tratar de detenerlo, pero no tiene éxito y ambos acaban en el suelo, intercambiando golpes. Jill tampoco ha tomado las palabras de ninguno de los dos a la ligera y se une a la pelea, con dos brazos extra para golpearlos a ambos.  

Capítulo 612: Quiero estar solo…

Jean: ¡Ara Fausten! 

Jean pega un puñetazo a Jonathan en la cara. Este es tan veloz que su hermano lo recibe de lleno, pero no se hecha para atrás, a pesar de que su mejilla está completamente aplastada. EL Lagarto Monstruoso usa su cola para contratacar, clavando la punta de esta en el estómago del peliazul. 

Jonathan: ¡Monster Pfahl! 

Esto le saca el aire a Jean, y lo hace lo suficientemente atrás como para quitarle el puño de encima a Jonathan. No obstante, Jean aun quiere pelea y Jonathan está dispuesto a dársela. 

Jean: ¡Ara Werfen!

Jonathan: ¡Monster Werfen! 

Jill: ¡Dragon Brise-Nuque! 

Pero de forma repentina, Jill, volando a toda velocidad, les golpea a ambos justo en la base del cuello con sus cuatro brazos bien extendidos, haciéndolos caer al suelo de cara. 

Jean: Tsk.. 

Jonathan: Pshe… 

Miembros de todas las tripulaciones observan. Antes con incomodidad y ahora con horror. Sabiendo que la cosa no acabará bien si continúa, algunos intentan detenerlos. 

TJ: ¡Jona-san,! ¡Por favor detente! 

El muchacho intenta usar su gran fuerza natural para jalar del brazo a su capitán, pero este, sin darse cuenta de lo que hace, le pega un codazo por inercia, dejándole en el suelo con un ojo morado. 

TJ: ¡Aghh! 

Junk: ¡TJ! 

Luperca, por su parte, intenta usar su látigo recién reparado para someter a su capitana con su “Devil Lasso”. Pero apenas le atrapa una mano, Jill se gira, con los ojos tan rojos de rabia que Luperca no puede evitar sentir temor. 

Jill: No te metas…  Luperca…

Luperca: hah…. 

Como si se le escapara la fuerza, Luperca deja ir su látigo y se cae al piso, entre incrédula y aterrada. Viendo que la situación sigue empeorando, James saca su revolver apache y lo carga con dardos somníferos, en esperanza de darle a Jean. 

James: ¡Sleepy Seven! 

Pero Jean, teniendo todos sus sentidos enfocados en pelear,  instintivamente usa Haki de Observación y los esquiva todos, dando al mismo tiempo una patada a Jill que la manda lejos, pero recibiendo un puñetazo de Jonathan que casi lo envía al suelo. 

Jean: ¡Ara Fubtritt! 

Jonathan: ¡Monster Fausten! 

John se queda pasmado sin saber que hacer. Jill manda a volar a Jonathan, después de que este intentase tirarla de un coletazo que ella esquiva volando. Ambos se le echan encima a Jean pero este los repele con sus alas. 

Jean: ¡Aghh! Silber-Schwartz! 

Jill: ¡Cheval Noir! 

Jonathan: ¡Schwarze Skalen! 

Los tres despliegan Haki de armadura, ennegreciendo sus brazos. Se ha vuelto terriblemente evidente que quieren hacerse daño, y esta vez, todo el mundo entra auténticamente en pánico. 

Damon: ¡John! ¡¿Qué demonios estás pensando!? ¡HAZ ALGO! 

John finalmente reacciona ante los gritos de su camarada, pero no llega a hacer nada para detener a sus hijos, pues no le da tiempo, estos ya se han lanzado el uno contra los otros y una nube de arena se levanta. 

Hatter: ¡Jona! 

Cissy: ¡Jefa! 

Bert: ¡Jean! 

Después de eso, nada, solo polvo y silencio. Todos empiezan a temer que algo terrible haya pasado, salvo los que tienen Kenbunshoku Haki, pero aún si, estos no dan crédito a lo que pasa. Cuando se disipa la arena se puede ver a los tres hermanos pugnando… por escapar de las manos y el pie de Jo, quien se ha interpuesto y detenidos sus puñetazos al mismo tiempo. 

Jo: ¡¿Qué creen que están haciendo!? 

La Calma  ha perdido su tranquilidad. Suelta a los hermanos pero de inmediato estos quieren seguir peleando, por lo que Jo se ve obligada a derribar a Jean y someterlo en el piso, donde se queda tirado. Jill es detenida por Baz, que usa su gran fuerza para detener todos sus brazos y piernas, y Jonathan es capturado por Carissa y su enorme cola de Vuelta a la vida.

Jo: ¡Son hermanos, por amor de Dios!  ¡Debería darles vergüenza! 

John Si, debería. Gracias por detenerlos, Jo. Yo…

Pero entonces se da cuenta de las miradas inquisitiva que le caen encima, todas ellas, de sus camaradas más cercanos y antiguos, lo que le hace sentir abrumado. 

Jo: Ahora entiendo su desesperación por ganar. ¿Subordinarlos? ¿En serio? Y lo peor es que nos usaste para ello, ni siquiera nos consultaste. 

El capitán del Ave Rapaz baja la mirada, y luego la vuelve a alzar, bastante seria. 

John: No les consulte porque sabía que no estarían de acuerdo. ¿Qué no tengo derecho a proteger a mis hijos? 

Jo: Claro que lo tienes. Pero es de que no hubiéramos estado de acuerdo no te consta. Aunque si se quien no hubiera estado de acuerdo. Ellas. Odessa y Erica.

Ante la mención de los nombres de sus esposas, John entra en cólera. 

John: ¡Cállate! ¡¿Cómo puedes decir eso!? 

Jo: ¡Carajo, John! ¿¡Que crees que a nosotros no nos duele también que Erica se marchara!? ¿¡Que Odessa muriera!? Ellas eran nuestras amigas también. Odessa era mi mejor amiga y te consta. La conocía desde mucho antes que tu… era “mi persona”. 

Pluma Roja queda en silencio por lo que le han dicho, sorprendido. Como si nunca hubiera considerado lo que están diciendo. 

Jo: Y de los chicos…  nosotros también los criamos. Tu nos dejaste. Crecieron bajo nuestra ala y los queremos, nos preocupamos por ellos… pero esto… esto es… 

Jo entonces se empieza a reír pero de desesperación. 

Jo: ¿Sabes que? Olvídalo. Después de todo, tu sigues siendo su padre y nosotros no tenemos ningún derecho. ¿Verdad? 

John : Jo… 

Jo: Haz lo que quieras, John. Eres nuestro capitán. Haremos lo que tu quieras. 

Jo se va rumbo a su camarote en el Scarlet Terror, y pronto le siguen Carissa y Baz, que sueltan a los hijos de su capitán y les dejan en el suelo. Damon, Ushimaru y Chaps pronto van también. Mark VII, aunque es muy nueva en la tripulación para saber del conflicto, se siente incomoda y también se va. 

Luperca: ¡Jefa! ¿¡Estas bien!? 

La domadora se acerca para ayudar a su capitana a ponerse de pie, tomándola del brazo, pero Jill lo retuerce, queriendo liberarse. 

Jill: Déjame… En paz… 

Luperca deja ir a su “jefa” y esta despliega sus alas, alza el vuelo y aterriza en el nido de cuervo del Devil Horse. Los Piratas de Gila por su parte, también quieren ayudar a Jonathan pero… 

Victoire: ¿Jona? 

… este está tan mal encarado al levantarse que a sus amigos les da miedo y terminan solo haciéndose a un lado para que pueda pasar. Este luego da un salto inmenso para llegar a la cubierta de la Scale Imperatrix, se mete en la cabina y se encierra de un portazo. 

Angélique: Jean, ¿Estas bien? 

La pelirroja, junto a James y Big Bird, ayudan a su capitán a levantarse, y les cuesta trabajo pues todo su cuerpo está desganado. 

Angélique: ¿Te lastimaron? 

Jean: No… 

Su mirada esta completamente apagada, como si le hubieran succionado todo lo bueno en su interior.  Angelíque trata de poner su mano en su hombro para confortarlo pero este se agita levemente para quitársela de encima. 

Jean: Suéltame por favor… solo… quiero estar solo… 

La chica hace lo que el peliazul le pide, luego este da un par de pasos arrastrando sus pies, saca sus alas, que también arrastra, y luego, alza el vuelo a paso lento. ¿Adonde va nadie sabe?

Angélique: Jean…

El último miembro de la Familia Black, John, sólo se queda quieto, con la cabeza gacha, los ojos cerrados y los puños prietos.   

Capítulo 613: Como soldados en una misión suicida

Más tarde… 

La plataforma flotante que servirá de arena esta lista, y los rasos del Ave Rapaz se encargan de ponerla en el agua para flotarla. Esta vez, a su alrededor no hay gradas, sino que es rodeada a una distancia prudencial por la Ocean Spirit, el Devil Horse, la Scale Imperatrix  y el Scarlet Terror, y será desde aquí desde donde los no competidores observarán a sus camaradas.

Taylor: ¿Y Jean? 

James: No se. Supongo que regresará cuando llegue la hora. 

Pero esa hora es en unos minutos, y la anticipación los está matando a todos. El aire está tenso, como si la más perfecta y potente tormenta fuese a caerles encima. Fi al ente, la hora de la prueba llega con la salida de una luna tan menguante que ya prácticamente es una luna nueva. 

Los primeros en llegar a la arena flotante son los del Ave Rapaz. Mark, Chaps, Ushimaru, Jo y Damon suben de un salto, un simple pero poderoso salto. No dicen nada al pararse ahí. El siguiente que aparece es su capitán. Su semblante se vislumbra especialmente decaído. 

John: Es hora. 

Luperca acaricia a sus queridos Romulus y Remus un montón, mientras estos gimotean y lengüetean su cara. Charlotte por su parte solo recibe una palmadita de Rickman en la espalda antes de irse. 

Luperca: Los amo, mis niños.

Rickman: Suerte… 

Charlotte: Seh… gracias… 

Saltando Clavo de hierro y usando su látigo la Domadora, se presentan en la arena. Su capitana hace acto de presencia después, volando desde el nido de cuervo de su barco. No había salido de ahí en todo el día y ahora que sale, solo lo hace para pelear. 

Jill: Que empiece ya… 

Los de Gila, Junk y Hatter reciben un abrazo de TJ y un beso en los labios de Ruffian respectivamente antes de partir al ruedo en el agua. George le entrega su mochila de suministros a la médico y tras acariciarlo esta en  la cabeza, ella y la  herrero son propulsadas a toda velocidad por una rampa súbita de la Deslizadera. 

Junk: Hay que permanecer juntas. 

Hatter solo asiente, mientras ambas ven llegar a su capitán de un brinco, con el rostro sombrío, como nunca habían visto. 

Jonathan: Será mejor que se preparen… 

Los únicos que faltan son los del Ave Azul. Estos forman un círculo y se abrazan con la cabeza, gacha, los ojos cerrados y los rostros marchitos. Finalmente, estos se sueltan y Angélique, Katrina y Big Bird  se les escapan de los dedos y suben a la plataforma flotante a sus particulares maneras. 

James:… Suerte, chicos… 

Solo falta Pluma Azul-Dorada, del cual nadie había sabido nada hasta ese momento. Pero tal como dijo James, aparece a la hora de la verdad, apareciendo alto en el ciel, aterrizando con fuerza y dejando que ondee su capa y cabello. 

Jean: Es hora de pelear… 

John, el que ha organizado y causado todo, ha observado cada una de las entradas de los participantes con atención y a los camaradas que quedaron atrás en cada uno de sus barcos.  Sabiendo que ganar lo es todo para todos, se da cuenta de que le recuerdan a una escena específica. Son como soldados despidiéndose de sus familias, yendo a una guerra que es muy probable que no ganen, de la que no vuelvan, como una misión suicida. Ese pensamiento lo hace agitar la cabeza, tratando de eliminarlo. 

John: Bien… 

Todos los participantes hacen un círculo en el ruedo flotante, menos Angélique y Jo, que sólo pueden intervenir una única vez y se quedan a la orilla. 

John: ¿Listos? 

Todos comenzarán en cuanto suene la señal, y así se anticipan a ello. Esta vez no hay vítores del público, ni gritos de apoyo. Sólo un montón de ojos contemplativos y, hasta cierto punto, temerosos. 

Jill: No puedo esperar a que sean mis esclavos… 

Jonathan: Más pronto mejor… 

Jean: Terminemos con esto…

Entonces un cañón suena. La última prueba ha comenzado.    

Capítulo 614: Calentarse

Por un momento, todo es solo miradas furtivas. Y entonces el primero a la vanguardia se hace visible. El lagarto monstruoso toma la forma que le dio ese nombre y corre a toda velocidad con la intención de atacar. ¿Su objetivo? Su padre. 

Jonathan: ¡Monsterkrallen! 

Con las garras de frente, el primogénito de Black intenta herirlo de un zarpazo. John no obstante, lo alcanza a bloquear al cruzar sus brazos, imbuidos en Haki, sobre su cara. 

John: ¡Schatten! 

Jonathan: Tsk… 

El muchacho ya se dispone a atacar, con más fuerza esta vez, pero antes de poder hacerlo, es tomado de la cola y detenido en seco. 

Jonathan: ¡…! 

Ushimaru: ¡Minos Overthrow! 

El mink toro es quien le ha detenido, y usando su grandiosa fuerza, lo arroja lejos, y luego va tras él. 

Ushimaru: Tu Tío Vaca lo lamenta, muchacho. 

Jonathan: No. Tu lo lamentaras.  ¡Monsterschwanz! 

El muchacho intenta dar de coletazo, pero Usbomsru esquiva y logra darle un golpe directo en la cara. Viendo a su capitán en problemas, su Herrera se dispone a ir en su ayuda, con martillo en mano. 

Junk:¡ Re-forge! 

Chaps: ¡Soft Jazz! 

No obstante, su martillazo es detenido por un inmenso tajo de la espada del hombre de brazos largos. 

Chaps: ¿Iba a algún lado, señora? ¡Fox-trot! 

Junk: Tchh…  ¡Blade Bender! 

El brazos largos intenta varios tajos amplios para mantener a raya a la mujer. Pero Trueno martillo le hace honor a su alias y pega tan fuerte a la espada de Ritmo Peligroso, que logra hacerle una onda. La espada se tuerce varios grados, y el brazo doblemente articulado de Chaps se resiente con fuerza. 

Chaps: Agh…  ¿Cómo…? 

Junk: Nunca subestime a un herrero. Sé como crear una espada, sé cómo destruir una espada.

Chaps: ¡…! 

Damon y Mark VII, desde su lugar, notan el calvario  del Brazos Largos. 

Mark VII: ¿Deberíamos ayudarlo? 

Damon: Supongo. 

Cyborg Nitro y Escopeta Pandemonio ya están preparando sus respectivas armas cuando notan un grito de ave por encima de ellos, y luego otro, y luego otro. Y luego decenas de ellos. Al alzar la mirada, se ven rodeados por docenas y docenas de aves, y la que es de color azul es su comandante. 

Mark VII y Damon: ¿¡Huh!? 

Big Bird: ¡Caw! 

Y las aves se les van encima. 

Jill: ¡Dragon Concassage! 

La hija de Black por su parte, toma su propia iniciativa de ataque. ¿Contra quién? Su propio hermano de azules cabellos. En su forma híbrida, vuela hacia él y trata de aporrearle con todos sus brazos. 

Jean: ¡Ara Teil! ¡Gold-Blaue Engel! 

No obstante, solo la forma de Ángel del muchacho es suficiente para esquivarla. Ella intenta de nuevo, pero entonces, una pared de chicas de cabello negro armadas con cuchillos le hace frente. 

Katrinas: Será mejor que no lo hagas. ¡Riot Gear Squad! 

Jean: Tch… (¿Por qué te metes, Katrina?) 

Jill: ¡Diable Dragon! ¡Feu d’artifice! 

El Hada Distorsionada usa todas sus extremidades para golpear a los clones que se le han ido encima, y esto los destruye con facilidad. No obstante, pronto más clones la rodean, y le lanzan cuchillos esta vez, obligándolo a ennegrecerse de Haki. 

Katrina: ¡Circle of Death! 

Jil: Pshe… ¡Cheval Noir! 

John no se ha movido de su lugar desde que Jonathan le atacó. Sólo está ahí, observando quién combate a quien. Hasta que otra persona se le va encima. 

Charlotte: ¡Tip Toe Tap! 

Una patada de Clavo de Hierro va dirigida a su sien. Un golpe bastante brutal, o lo sería si hubiera acertado, pues John sólo hace la cabeza para atrás para esquivar. Acto seguido, Pluma Roja toma sus escopetas y trata de dispararla.

John: ¡Two Women Kiss!

Un disparo sale de cada escopeta, aunque con ágiles movimientos ella también esquiva. John entonces vuelve a intentar. 

John: ¡Shower of Lovers! 

Está vez, aunque otra vez no le da, está más cerca de acertar, pues alcanza a reventarle uno de los Log Pose que lleva en las muñecas. 

Charlotte: Me lleva… 

En otra parte, Hatter ha estado manteniendo un perfil bajo de una forma impresionante. Se ha puesto a crear rampas a lo largo de toda la arena para actuar de cobertura. Y todos están tan enfocados en sus batallas, que parece que no lo han notado aún. Su objetivo es ayudarle a Junk con Chaps. 

Hatter: Vamos, Lou. Dame una apertura. 

Pero justo cuando se dispone a atacar, un látigo le pega en la cara. 

Luperca: ¡Reprimand! 

Hatter: Aghh…

Resulta que alguien si la ha notado. Luperca, que también trataba de mantener un perfil bajo. Esta trata de seguir atizándola pero Hatter usa su agilidad innata para dar mortales hacia atrás. Luperca, no obstante sigue tras ella, pues no planea rendirse. 

Luperca: ¡Reprimand! 

De regreso a donde están VII y Damon, estos enfrentan a las aves de Big Bird. No obstante, lo que en principio les parecía abrumador, resulta ser más sencillo de lo que creían. Con disparos constantes de su escopeta y su visor, las aves caen como eso, como aves. No obstante, Big Bird es esquivo. 

Damon: ¡Yo tengo esto controlado! ¡Tu encargarte del Ave de Jean! 

Mark VII: Vale. 

La mujer mitad máquina prepara de nuevo su visor y mira al cielo. Una retícula digital entonces detecta y marca al ave, para luego disparará con mucha más fuerza que antes. 

Mark VII: ¡OP- Blast Cannon! 

Pero justo cuando la luz láser ya empieza a surgir de su rostro, VII es enviada disparada hacia adelante por una patada doble de Jean, que  ha llegado volando a toda velocidad al ver a su camarada en peligro. 

Jean: ¡Nadie ataca a Big Bird! 

Las cosas comienzan a calentarse.    

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