One Piece Fanon
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Arco del Tirano

Capitulo 1: Encuentro

-¡¡MARINES A LA VISTA!!- El terror rápidamente se apoderó de los rebeldes, rápidamente se colocaron en las barricadas, con los rifles apuntando hacia el puerto, lugar donde aquellos que supuestamente imparten justicia desembarcarían con un único fin en mente: Ejecutar a los disidentes. La llamada Isla Némesis era una tierra de desigualdades, los nobles se alimentaban con vino y pan mientras que aquellos en el abismo de la sociedad comían cucarachas y demás insectos que se retorcían por el césped, pero la arrogancia de aquellos privilegiados siempre les hace caer, en un visto y no visto los que miraban hacia abajo con asco acabaron decapitados, pero mala hierba nunca muere y algunos escaparon, pudiendo alertar así a los Marines, los cuales acababan de desembarcar en la isla.

Una nube de polvo se apoderó de la zona, pese a que la distancia entre rebeldes y marines era bastante lejana, los disparos acertaron en gran mayoría, muchos marines de primera fila cayeron desplomados ante la oleada ingente de balas. Por un momento perecía que había esperanza, hasta que el barco apuntó con sus cañones frontales a las barricadas. Un solo disparo fue suficiente para dar ventaja al bando de la justicia, varias barricadas fueron totalmente destruidas, trozos de rebeldes salieron volando por los aires, otros ardían por los suelos.

El ejercito de la Marina irrumpió en las defensas y obliteró cualquier posible resistencia, los rebeldes no poseían apenas experiencia en el combate cuerpo a cuerpo, por lo que empezaron a huir, sin embargo un grito les devolvió la luz a los ojos, un grito lleno de odio pero no cegado por este, cuatro marines fueron brutalmente aniquilados por un chico rubio con una katana -¡¡Ittoryu: Toreai Beau!!- Los demás retrocedieron ligeramente al ver el corte limpio que había aniquilado a sus compañeros. El chico sin embargo no dudó y les atacó de manera mortal, para después girarse hacia sus camaradas de guerra -¡Id formando otra barricada, yo les distraeré!-

Los demás rebeldes inmediatamente le hicieron caso, algunos se quedaron para ayudar al chico a repeler a los marines, la diferencia de habilidad que había entre el rubio de ropas extramboticas y sus aliados era fácilmente apreciable, mientras que sus compañeros tenían problemas para enfrentarse a un solo soldado, el rubio los mataba a pares, sin compasión, con largas piruetas iba posicionándose detrás de los soldados y con amplios cortes horizontales acababa con sus vidas.

Los soldados empezaron a temer por su derrota, pero una sombra cubrió al joven espadachín, este miró al cielo y vio un hombre saltando hacia el, pero los reflejos del rubio no tenían parangón, no desperdició la oportunidad y saltó hacia el Marine que aún estaba en el aire, con precisión puso la katana al nivel de sus ojos  y después atacó con una puñalada al enemigo.  Ambos cayeron al suelo, el chico rápidamente miró a su próximo enemigo pero sintió un dolor agudo en el vientre: Había sido apuñalado, por el marine al que acababa de matar en el aire. Cuando el espadachín vio al Marine que según el estaba muerto, el terror le inundó.

Retrocedió unos pasos, sacando el arma de su herida. -Casi me pillas en el aire, no me extraña que mis soldados hayan muerto tan rápido, pero para tu desgracia yo estaba al mando- dijo el Capitán Marine, mirando con asco a su enemigo. -No sabía que estabas oculto aquí, Sol Oscuro, Lumiere Vivre- Se quedó mirando la katana de Lumiere durante unos segundos. -Será una buena pieza para la colección-  Lumiere empezó a pensar en como escapar de esa situación, su enemigo era muy rápido, si intentaba huir le alcanzaría, y pelear contra el... Ya no era una opción, y ahora menos después de haber entendido lo ocurrido en el aire, Lumiere jamas pudo apuñalar a ese hombre, la katana fue detenida en seco a un centímetro de su pecho, por sus manos desnudas. Ese hombre estaba agarrando la katana desde su filo y de sus manos no brotaba ni una gota de sangre. -Bueno- Dijo el capitán, mirando a Lumiere con sus ojos del inframundo -Creo que os voy a matar a todos- {Capitán de la Marina: Athan Rinkusu}

Capitulo 2: Duelo de Destinos

-¡En guardia, pirata!- Athan rápidamente se abalanzó con la katana en mano contra Lumiere, este esquivo la puñalada e intento patear las rodillas del marine para hacerle perder el equilibrio, pero Athan predijo esto y saltó en el momento oportuno, mientras efectuaba el salto atacó con su katana al rebelde, haciéndole un corte en el hombro -Y encima con mi propia arma, menudo desgraciado estas hecho...-musitó Lumiere mientras agarraba el propio filo de la katana, sin embargo, a diferencia de Athan, el si se cortaba. -Si muevo ahora la katana te cortaré los dedos. Y yo que pensaba que eras un buen luchador...-dijo Athan a punto de efectuar la amenaza que habia dicho. -¡Creo que tienes mala vista si te has olvidado de que seguimos en un campo de batalla, mis amigos no son tan cobardes como los tuyos! -

Uno de los rebeldes disparo a Athan con un arcabuz , el disparo le dio en el abdomen, Athan soltó la katana y Lumiere con un ágil movimiento la recupero, cogió el mango con las dos manos y saltó hacia el -¡ITTORYU: WAY UP!- Lumiere le atacó con dos cortes verticales, sin embargo Athan le lanzó su machete, provocando que Lumiere se viese obligado a efectuar antes el ataque para desviar el proyectil. Mientras, Athan, el cual estaba gravemente herido por el disparo, se arrastró por el suelo hasta llegar a sus soldados, los cuales le rodearon para protegerle.

-Soldados, disparad a ese crío, todas las balas hacia el- ordenó totalmente serio Athan, hacia mucho tiempo que no era herido de esta manera y menos por un soldado de tercera con el cual no estaba peleando directamente, eso le provocaba urticarias con tan solo pensarlo, el poderoso Athan Rinkusu, capitán de la Marine, herido por un campesino que seguramente había aprendido a disparar un día antes, pero el sabia que el responsable de haber sido herido no era el campesino, era el espadachín que tenia en frente.

-Disculpe la intromisión señor, pero nos están disparando los demás rebeldes, si nos centramos en solo un enemigo nos mataran... -le suplicó un soldado a su capitan. -No, no lo harán. Canadarm - Unas manos transparentes surgieron del cuerpo de Athan y empezaron a flotar por el aire -Debe ser el poder de su fruta del diablo-pensó Lumiere- Fue por su poder que consiguió agarrar mi katana sin provocarse daños- Lumiere se preparó para el siguiente ataque del Rinkusu. Los marines dispararon a Lumiere y los rebeldes dispararon a los marines, el joven consiguió reflejar unas cuantas balas con su katana, pero eran demasiadas, fue totalmente fusilado, cayendo al suelo desplomado y lleno de heridas.

En cambio las balas que habían disparado los rebeldes no habían dado a ningún marine, las manos generadas por Athan se encontraban agarrando el mismísimo aire, creando flujos de aire que desviaron ligeramente la trayectoria de las balas, que, sumado a que los mejores tiradores ya habían sido eliminados con el disparo del buque, provoco que los tiros fallasen miserablemente.

Los marines continuaron su curso, derrotando, asesinando y capturando a los rebeldes que quedaban, mientras Athan se acercó al cuerpo inerte de Lumiere, el cual estaba repleto de agujeros pero que sin embargo seguía vivo a duras penas. -Hace mucho que nadie me tenia tan contra las cuerdas- le escupió sangre al rubio- sin embargo, soy un Rinkusu, en mi isla mi familia era la mas prestigiosa, todo mi árbol genealógico fue bendecido con unas capacidades atléticas y un potencial sobrehumano, mi sangre es la mas pura, desciendo directamente de los ángeles. En cambio tu eres un piratilla de tres al cuarto, mírate, tumbado en el suelo, prácticamente inconsciente. Sería tan fácil matarte ahora mismo, pero no, te arrestaré y te llevaré a Impel Down, ahí sufrirás por haberme hecho tragar polvo- Nada mas acabar su discurso, ordenó a un marine que atase a Lumiere y se fue con el resto de sus tropas.

Horas mas tardes la rebelión en Isla Némesis fue sofocada, muchos rebeldes fueron asesinados pero en su mayoría fueron capturados, los civiles que no habían participado en la batalla fueron arrestados para que tomasen declaración de lo sucedido.

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